Christian Berthelsen, Lynn Cook y Laurence IliffDomingo, 16 de Agosto de 2015 19:28 EDT
Las energéticas estadounidenses ansiosas por exportar petróleo obtuvieron una victoria el viernes cuando el gobierno les permitió vender a México, lo que constituye una nueva erosión de una prohibición que lleva cuatro décadas.
El Departamento de Comercio de Estados Unidos le indicó a miembros del Congreso que pretende aprobar una solicitud de la petrolera estatal Petróleos Mexicanos SA para intercambiar el crudo pesado extraído en México con petróleo ligero bombeado en EE.UU., según fuentes al tanto.
El acuerdo con México no necesita el visto bueno del Congreso estadounidense. Dicho comercio petrolero —que no es considerado una exportación de verdad puesto que EE.UU. recibe crudo a cambio— fue contemplado en la legislación original que prohibió las exportaciones, pero no se había llevado a cabo.
México, que solía producir grandes cantidades de petróleo ligero, ahora en su mayor parte bombea crudo pesado. El país planea mezclar el crudo ligero dulce de EE.UU. con su petróleo extra pesado, lo que ayudará a sus refinerías a producir más gasolina y operar de forma más eficiente.
El volumen exacto de petróleo estadounidense que puede venderse a México no se sabía con certeza el viernes. Un funcionario mexicano confirmó que el gobierno del presidente Barack Obama ha aprobado la solicitud de Pemex, pero dijo que el país aún estaba esperando detalles sobre cuánto crudo podrá intercambiar.
La medida, que dará a los productores estadounidenses un nuevo mercado, es un importante avance hacia el levantamiento de la prohibición a las exportaciones que data del embargo petrolero de los países árabes en los años 70, cuando EE.UU. sufrió una fuerte escasez de gasolina. Desde entonces, EE.UU. ha permitido pocos cargamentos de petróleo al exterior, con la actual excepción de las refinerías canadienses, que envían mucho gas y diésel a su vecino al sur.
Las leyes que prohíben las ventas al exterior se han visto bajo presión en el último año conforme las energéticas estadounidenses bombeaban crecientes cantidades de crudo de formaciones de esquisto, lo que ha contribuido a un exceso de oferta global que ha provocado un descenso de los precios a la mitad en los últimos 14 meses. El Congreso estadounidense tratará el asunto este año y varios legisladores de alto rango apoyan una exportación sin trabas.
El petróleo de referencia estadounidense, WTI, cerró el viernes ligeramente por encima de US$42 el barril, frente a más de US$100 en junio de 2014. El contrato Brent, la referencia global, se cotiza a US$6 más que el petróleo estadounidense, si bien esa diferencia ha llegado a ser de US$20.
Pemex ha solicitado permiso a Washington para empezar a importar hasta 100.000 barriles de petróleo estadounidense al día. Si bien es apenas una fracción de los 9,5 millones de barriles que bombea diariamente EE.UU., la cifra suma más de 36 millones de barriles al año. México solicitó el intercambio con EE.UU. por primera vez hace ocho meses.
El Departamento de Comercio ha rechazado solicitudes de otros países que buscaban autorización para intercambios similares, según una persona al tanto, y añadió que el petróleo estadounidense enviado a México debe ser refinado dentro de ese país y no ser reexportado a ningún otro país. EE.UU. ya importa casi 800.000 barriles de crudo al día de México, en gran parte a grandes centros de refinación como el puerto de Houston.
José Manuel Carrera, director general del brazo comercial de Pemex, PMI Comercio Inernacional SA de CV, dijo que la decisión es un gran paso en la dirección de crear un bloque energético en América del Norte. “Una vez que ambos países tengan esta experiencia y vean los beneficios, esto creará una comprensión más profunda de los méritos y la gente se sentirá más cómoda con ellos”, afirmó. “Este es un pequeño paso, pero es también muy significativo”.
El acuerdo para aprobar el comercio de crudo con México tiene lugar más un año después de que EE.UU. permitió a compañías empezar a exportar petróleo ultraligero conocido como condensado procesado a compradores extranjeros. Desde entonces, hasta 3,5 millones de barriles mensuales de crudo ultraligero han sido despachados al exterior, en gran parte a Asia y Europa.
Países como Japón, Corea del Sur y Polonia ha expresado interés en comprar crudo estadounidense, en parte para no depender tanto de países petroleros como Irán y Rusia, dice George Baker, director ejecutivo de Producers for American Crude Oil Exports, que presiona para que se levante la prohibición.
“Es bastante claro que otros países quieren obtener los beneficios, geopolíticos y económicos”, señala. “Quieren participar en este renacimiento petrolero estadounidense por buenas razones”.
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