Si por un lado la seguridad jurídica mejora en Latam, dando respaldo y confianza a la llegada de capital exterior, la delincuencia, violencia e inseguridad ciudadana en muchos países del área sigue siendo un grave lastre para el desarrollo económico y permanece como importante traba para algunas decisiones de inversión exterior. Según el último informe de la consultora Verisk Maplecroft, seis países del área tienen los peores índices de criminalidad del mundo.
Sólo el coste económico de la criminalidad vinculada al narcotráfico en la zona se eleva a 200.000 millones de dólares anuales.
Aumento de la delincuencia, del crimen organizado y pandillas urbanas, de los secuestros, extorsiones y robos y del tráfico de drogas sitúan a Latam como la región con mayor riesgo de crímenes, según el texto, que analiza 198 países, a los que ubica en cuatro categorías: riesgo extremo, alto riesgo, riesgo medio y bajo riesgo.
Seis países del área entran en la categoría de violencia extrema y Guatemala y México ocupan la segunda y tercera posición de países más peligrosos, por detrás de Afganistán y por delante de Irak y Siria. Honduras aparece en sexto lugar, Venezuela en séptimo y El Salvador, en octavo, por delante de Somalia, Pakistán y Libia. Colombia es el décimo segundo país más peligroso y es señalado como salida de rutas del narcotráfico, si bien el proceso de paz con las FARC ha reducido el nivel de violencia.
Pero otras grandes economías también se ven muy afectadas por la criminalidad. Argentina, Brasil, Perú y Paraguay son calificadas como naciones de alto riesgo. Es decir, Latam tiene 10 países sobre un total de 19 en la lista de naciones de riesgo extremo o alto. México y Centroamérica destacan por la presencia de bandas de narcotraficantes epicentro de la criminalidad y la inseguridad.
En 2015, Honduras, con un grave problema de pandillas callejeras, tuvo un índice de homicidios de 60 por 100.000 habitantes, uno de los más altos del mundo, y en Guatemala hubo 91 asesinatos por semana.
“La presencia generalizada de traficantes ha causado uno de los más altos niveles de crímenes violentos del mundo en México y Centroamérica, dada la existencia de grupos que luchan controlar rutas de transporte de droga. Esos grupos, además, están involucrados en secuestros, extorsiones y robos”, señala el informe, que alerta de que ello incrementa el gasto de las empresas en seguridad y las primas que pagan a las aseguradoras, y destaca que “los altos índices de criminalidad obligan a los gobiernos a comprometer cuantiosos fondos para el combate de la delincuencia y los resta de inversiones en educación o salud”, además de incidir negativamente en la inversión exterior.
En México el número de homicidios creció a 17 por cada 100.000 habitantes en 2015, una proporción “abrumadora”, según los autores del texto, que evalúan el coste económico de esa violencia, que dificulta el normal desarrollo de las empresas y la vida económica, en 133.000 millones de dólares al año. Y Venezuela ostenta uno de los mayores índices de asesinatos del mundo.
Si bien Brasil ha mostrado un progreso significativo a la hora de rebajar el crimen en algunas de sus grandes ciudades en la última década, se mantiene como segundo mayor consumidor de cocaína en América y como ruta clave del tráfico para drogas producidas en Perú, Bolivia y Paraguay, mientras que en Perú, el nuevo Gobierno del presidente PKK se ha visto forzado a hacer del combate al aumento de la delincuencia una de sus tareas prioritarias. Sólo Chile, Uruguay y Cuba aparecen catalogados dentro de la categoría de bajo riesgo de violencia y criminalidad, mientras que Bolivia, Ecuador, Panamá, Costa Rica, Nicaragua y Dominicana están entre los países de riesgo medio.
La alerta de la consultora ha sido sólo la última de una serie de llamadas de atención sobre el coste social y económico de la violencia que proceden incluso de entes como BID, OCDE y BM. La pasada primavera, el último Índice de Percepción de Corrupción, elaborado por Transparencia Internacional, señalaba que la combinación de altos niveles de corrupción, inseguridad y violencia representa una gran amenaza para el crecimiento en Latam y frenan inversión extranjera y negocios de la región.
Corrupción (59%), inseguridad, crimen y violencia (56%) y educación inadecuada (37%) son los tres principales lastres que dañan la competitividad del área, según ese informe. Colombia, donde la inversión extranjera cayó un 37% en los primeros meses de 2016, se ubica en el puesto 94 y la inseguridad ciudadana es especialmente grave en Centroamérica, México y Perú. Según la organización Seguridad, Justicia y Paz, 41 de las 50 ciudades más peligrosas del mundo (excluyendo aquellas con conflicto bélico) son latinoamericanas. Con una tasa de homicidios de 119,87 por 100.000 habitantes, Caracas es la urbe más violenta del mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario