El presidente Donald Trump lo presenta como un gesto de buena voluntad hacia Pekín cuando retoman las negociaciones
Nueva York 12 SEP 2019 - 02:27 CEST
A un gesto, le sigue otro. El presidente Donald Trump decide ahora retrasar dos semanas la entrada en vigor del incremento que había anunciado de los aranceles para productos importados por valor de 250.000 millones de dólares. El plan era elevarlos del 25% actual al 30% a partir del próximo 1 de octubre. En su lugar se hará el 15 de octubre. Pekín comunicó este miércoles que eximía 16 productos importados estadounidenses del impuesto que iba a aplicar en respuesta a las acciones proteccionistas de Washington.
Trump explica en un mensaje en las redes sociales que se trata de “un gesto de buena voluntad” y que la decisión responde a una petición hecha por el viceprimer ministro chino, Liu He, principal negociador, porque el arancel iba a entrar en vigor coincidiendo con la celebración del 70 aniversario de la República Popular. Esta mañana, en otro tuit, agradeció que quedaran exentos de los aranceles chinos bienes como medicamentos, lubricantes y pesticidas.
El presidente de EE UU decidió elevar los aranceles después de que el pasado 23 de agosto China formalizara que tenía planes de aplicar el impuesto aduanero a productos importados por valor de 75.000 millones, en respuesta al gravamen que se activó el pasado 1 de septiembre. Trump aceptó, por la presión de las grandes multinacionales, limitar el arancel y así dar margen para que retomaran las negociaciones de un posible acuerdo.
Este mes de septiembre está previsto que se mantengan reuniones técnicas, para preparar una a nivel ministerial que se celebrará en Washington el mes próximo. El secretario del Tesoro de EE UU, Steven Mnuchin, asegura que hay un “acuerdo conceptual” con China, lo que servirá de base para seguir progresando en puntos clave de las discusiones. Pero al mismo tiempo, asegura que Donald Trump no tienen ningún problema en seguir elevando los aranceles.
El doble gesto de China y EE UU en menos de 24 horas se interpreta como un esfuerzo por facilitar las discusiones, pero representa también un intento de las dos partes por limitar el impacto económico de una disputa comercial que dura más de un año. Liu He es el principal negociador chino y una de las personas de mayor confianza del presidente Xi Jinping. Donald Trump, de cara a sus bases, está convencido de que los aranceles hacen más daño a China que a EE UU.
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