Michael Roberts
Fuente:G. Buster
Así que la Fed finalmente mordió la bala y decidió elevar su tasa de interés del 0,25% al 0,50%. También sugirió que seguirá aumentando su tasa en otro 1% en 2016 y, además, el punto otro 1% más en 2017, para llegar al 3,5% a finales de la década.
La política de la Fed en relación a la tasa de interés establece el piso para todas las tasas de créditos de la economía de Estados Unidos y, más allá, para los créditos en dólares para muchas economías. Es un importante cambio de política. Parece que la era del dinero barato, la QE y la política monetaria 'no convencional' se ha acabado - por lo menos para los EE.UU.. La Fed espera que la inflación anual en EE. UU. crezca desde casi cero ahora el 2% (para el gasto de los consumidores) en 2019. Eso significa que las tasas de interés reales (después de deducir la inflación) se elevarán de cero al 1,5%, si estas proyecciones se materializan. Una política de dinero más restrictiva.
Esta política más restrictiva mostró sus efectos de inmediato ya que los bancos estadounidenses comenzaron a aumentar sus tasas crediticias mientras congelan las que pagan a los ahorradores por sus depósitos: un aumento inmediato de los beneficios bancarios.
Los mercados de valores subieron tras el anuncio de la subida de la tasa de interés de la Fed. Los inversionistas creen que la incertidumbre ha terminado, ahora saben lo que se avecina y no les parece nada mal. Se sienten alentados por los comentarios de la presidenta de la Fed, Janet Yellen, quien afirmó que la economía de Estados Unidos "está en el buen camino de la mejora sostenible". Y "tenemos confianza en la economía estadounidense", incluso si las tasas de endeudamiento aumentan.
Algo irónico, porque justo antes de que la Fed elevase su tasa de interés, las cifras de producción industrial estadounidense publicadas en noviembre daban cuenta de la peor caída desde diciembre de 2009, al final de la Gran Recesión. La producción industrial y producción manufacturera se están contrayendo actualmente al 1% anual.
Esto se debe en parte a la caída de la producción de energía, así como de los precios del petróleo, pero no del todo. Parece que la producción manufacturera en EE.UU. se está contrayendo gravemente, dado el efecto del un dólar fuerte sobre las exportaciones y la baja rentabilidad de los sectores productivos. Es cierto que el sector manufacturero supone sólo el 15% de la economía de Estados Unidos, pero el crecimiento en este importante sector productivo tiene efectos indirectos en la economía en general, ya que muchos "servicios" dependen de las industrias manufactureras. Así que una fuerte desaceleración en este sector productivo hará daño.
La Fed reconoce que el crecimiento del PIB real se multiplicará a partir de ahora, sin ninguna caída en la velocidad "vertiginosa" del 2% anual. Esto es un 40% inferior a la tasa media de crecimiento de la posguerra y hasta un poco menos que el ritmo lento de los últimos cinco años. Sin embargo, Yellen llama a esto ¡"mejora sostenible"!
Así que a pesar de los últimos débiles datos sobre las manufacturas y la venta al por menor, una inflación cero y un crecimiento del PIB real bloqueado en torno al 2% anual, la Fed está empezando a subir las tasas de interés. ¿Por qué? Por varios motivos.
En primer lugar, el desempleo en Estados Unidos es ahora relativamente bajo (aunque todavía por encima de los niveles anteriores a la crisis) y la Reserva Federal teme que los trabajadores ganen poder de negociación y hagan subir los salarios como resultado, provocando inflación. Pero hay pocas señales de ello, dado que la mayoría de los nuevos puestos de trabajo se encuentran en sectores de bajos salarios, a tiempo parcial o con contratos temporales.
En segundo lugar, el banco central quiere "recuperar el control" de la política monetaria y "normalizarla". Cuando las tasas de interés son cero, la Fed no tiene control sobre las tasas de interés en general. Con tasas positivas, puede ejercer cierto control. Incluso se dice que si las cosas van mal, puede recortar las tasas cuando son positivas, que no cuando son cero. Este es un argumento extraño. Es como decir que lo mejor es que me corté las venas ahora para que pueda empezar a curarme cuanto antes, en lugar de esperar hasta que no sea imprescindible.
Por último, hay la (vana) creencia de que la economía de Estados Unidos está llegando a su máxima capacidad y está lista para invertir y crecer de manera constante en un futuro previsible.
No todo el mundo está de acuerdo. Los mercados de valores pueden congratularse por ahora con la medida de la Fed, pero a muchos economistas no les gusta tanto, especialmente a los keynesianos. Paul Krugman considera que es un gran error y el diario británico pro-keynesiano, The Guardian, ha calificado la medida de "prematura y arriesgada".
Justo antes de la reunión de la Fed, uno de los más conocidos economistas keynesianos y ex Secretario del Tesoro, Larry Summers, escribió en elFinancial Times que sería tonto subir las tasas porque actuaban factores a largo plazo en la economía global que mantendrían las tasas de interés reales bajas; a saber, el débil crecimiento global, la desaceleración del crecimiento de la población, el aumento de las tasas de ahorro, el pobre crecimiento de la productividad y una barrera en la mejora de las capacidades del capital humano. Esta es la base de lo que algunos economistas como Summers y Robert J Gordon han llamado el "estancamiento secular". Aumentar las tasas en un entorno de estancamiento permanente es un error.
En su artículo en el FT, Summers se refiere a un papel de dos economistas del Banco de Inglaterra apoyando su tesis del estancamiento secular. Global interest rates and secular growth – BoE. El papel defiende el argumento de que es probable que las tasas de interés reales permanezcan bajas o incluso caigan aún más debido a: la economía mundial se desacelerará; la desigualdad de los ingresos en las principales economías aumentará, elevando el ahorro y reduciendo el crecimiento del consumo; la educación y la capacitación de la fuerza de trabajo mundial no mejorará mucho; y la gran revolución tecnológica de los robots y la IA dejará de alentar un mayor crecimiento de la productividad. “Aunque hay una enorme incertidumbre, si sumamos todos los factores analizados anteriormente, creemos que podemos defender razonablemente por qué el crecimiento mundial podría disminuir hasta un 1 punto mas o menos en la próxima década ".
El papel del Banco de Inglaterra estima que el crecimiento de la oferta laboral mundial está sufriendo una fuerte desaceleración. El crecimiento de la oferta de la fuerza de trabajo ha disminuido entre un 0,5 y 1pp desde mediados de la década de 1980 y parece que va a disminuir aún más. A corto plazo, otras dinámicas del mercado laboral podrían contrarrestar esta tendencia. Un aumento sostenido de la tasa de actividad impulsada por: el aumento de la participación femenina; una mejor educación (para reducir la falta de adaptación a las necesidades del mercado); o un mejor cuidado de la salud (para reducir las enfermedades crónicas); todo ello podría mitigar la caída. "Pero tales factores sólo pueden posponer el descenso del crecimiento de la fuerza de trabajo, no evitar que ocurra".
El papel señala que un motor clave del crecimiento económico mundial en las últimas décadas ha sido la puesta al dia en productividad de las llamadas economías emergentes. A medida que los países acumulan más capital y mejoran su eficiencia mediante la adopción de las últimas tecnologías del extranjero, la productividad por trabajador aumenta. Pero los economistas muestran que esto es algo ilusorio: "la historia revela un patrón que ha sido todo menos suave en el pasado. Entre 1980 y 2010, el crecimiento del PIB per cápita en los EE.UU. en realidad era más rápido que la media en el resto del mundo en 15 de los 30 años, por lo que el resto del mundo pasó tanto tiempo quedándose atrás como poniéndose al día".
El papel del Banco de Inglaterra rechaza la visión optimista de un avance tecnológico empujado por la robotización y se alinea con el punto de vista pesimista de Robert J Gordon sobre las escasas ventajas para la productividad de un auge del boom de las TIC: "En general, nuestra lectura de los argumentos anteriores es que la caracterización de Gordon de la reciente la historia y el futuro cercano es más convincente. El crecimiento de la productividad de Estados Unidos ha sido débil desde 1970, aumentó temporalmente gracias al auge de las TIC, pero desde entonces ha caído de nuevo. Ante la falta de avances claros en la tecnología, parece razonable suponer que esta tendencia continuará en el futuro - especialmente teniendo en cuenta la reciente debilidad de la productividad a nivel mundial".
Sorprendentemente, el papel, como Summers, considera que la regulación de los bancos y los nuevos requisitos para el capital financiero introducidos desde la Gran Crisis Financiera Global son demasiado estrictos y no permiten a los bancos ayudar a la economía real. "En el pasado, ante una prudencia política más estricta, la política monetaria podría haberse relajado para mantener el crecimiento. Pero en el futuro, si la política monetaria es más estricta, quizás no sea posible esta mezcla de una política más prudente y de una política monetaria más laxa - por lo que los cambios en la política prudencial podrían tener impactos más significativos sobre el crecimiento". Así que la regulación de la banca, ya sea 'suave’ o ‘estricta’ no funciona para conseguir recursos financieros para una economía. Es otro argumento a favor de la propiedad pública y el control de la banca. (ver s-time-to-take-over-the-BanksLR.pdf). Pero es algo que no parece estar en el programa de ningún grupo de izquierda importante.
Es realmente una imagen sombría del futuro del capitalismo en las próximas dos décadas. Summers concluye que las principales economías capitalistas simplemente tropezarán intentando impulsar la economía con burbujas de crédito, sufrirán nuevas crisis financieras y caerán de nuevo.
Así que la Fed puede creer que la economía de Estados Unidos se dirige hacia la "mejora sostenible" pero algunos economistas del Banco de Inglaterra, no. Y ninguna de estas previsiones tienen en cuenta la alta probabilidad de una nueva recesión económica antes de que termine esta década. Ya he sopesado la posibilidad de ello en una nota la semana pasada.
Baste decir que un crecimiento económico más rápido depende de una mayor y "sostenible" inversión productiva, pero no ocurre debido a que la rentabilidad en las principales economías sigue estando muy por debajo (de hecho, cerca de los mínimos posteriores a 1945), mientras que la deuda, en especial corporativa, es demasiada alta. Y ahora es probable que sea más caro su servicio porque la Fed está subiendo las tasas de los préstamos en dólares.
Como el ex presidente de la Fed, Ben Bernanke, explicó recientemente en un momento de claridad, las tasas de interés reales bajas que Summers defiende son en realidad producto de la baja rentabilidad. "El estado de la economía, no la Fed, es el determinante último del nivel sostenible de los rendimientos reales. Esto ayuda a explicar por qué las tasas de interés reales son bajas en todo el mundo industrializado, no sólo en los Estados Unidos".
En el papel del Banco de Inglaterra, los dos economistas señalan que la tasa de rendimiento del capital ha disminuido desde la década de 1990, pero no tanto como la "tasa de interés libre de riesgo" - por lo que el coste de los préstamos para la inversión de riesgo ha aumentado en alrededor de 100 puntos básicos. En otras palabras, el coste de los préstamos para invertir se ha mantenido alto, mientras que la rentabilidad de la inversión ha caído, reduciendo la 'rentabilidad de las empresas’ y disminuyendo los incentivos para invertir. El papel del Banco de Inglaterra se refiere a las Perspectivas Económicas Mundiales del FMI de abril de 2014 en el que el FMI considera que "la rentabilidad de la inversión ha disminuido notablemente a raíz de la crisis financiera mundial, en particular en la zona del euro, Japón y el Reino Unido".
Ya en 1937, la Fed concluyó que la economía estadounidense se había recuperado lo suficiente como para comenzar a subir las tasas de interés. Un año después, la economía estaba de nuevo en una recesión severa de la que no se recuperó hasta que Estados Unidos entró en la Segunda Guerra Mundial en 1941. La Fed entonces no tomó en cuenta la débil rentabilidad del capital estadounidense y su falta de voluntad para invertir para crecer. Es un argumento que presenté hace más de un año, pero sigue siendo relevante hoy. ¿Se repetirá la historia?
es un reconocido economista marxista británico, que ha trabajador 30 años en la City londinense como analista económico y publica el blog The Next Recession.
https://thenextrecession.wordpress.com/2015/12/17/the-fed-on-the-path-of-sustainable-improvement/
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