Rachel D. Rojas • 11 de agosto, 2016
LA HABANA. La fiebre del oro negro también llegó a Cuba. Era el año 1881 y se descubría en Motembo unas raras e insospechadas reservas naturales de petróleo y otros minerales. “¡Estamos salvados!”, gritaban, cuentan, los pobladores de la zona. Pero el yacimiento pertenecía a Estados Unidos. Aquello podría crear algunos trabajos y enriquecer, como lo hizo, la vida social y cultural de la localidad. Y Cuba podría disfrutar, como sucedió, muy pocos beneficios de aquel descubrimiento de sus entrañas.
La fiebre continuó, y las grandes, medianas y pequeñas empresas siguieron buscando petróleo, ahora concentrándose más en los yacimientos en tierra, porque las perforaciones en el mar, además de los costos para el ambiente, resultan riesgosas si se tiene en cuenta la cotización en el mercado mundial del barril.
Imagen tomada de Preciopetrolero.net
Esa búsqueda insistente le dio resultados a la empresa MEO Australia: Luego de tres años de negociaciones con el gobierno cubano, Unión Cuba Petróleo (CUPET) le concedió, desde el pasado septiembre de 2015, el 100 por ciento de los derechos de exploración en el Bloque 9 cubano mediante un Contrato de Producción Compartida (PSC, por sus siglas en inglés).
MEO Australia, al estar listada en la bolsa australiana, está obligada por leyes internacionales a publicar los resultados de su trabajo y movidas comerciales en su sitio web. El hecho de que esos datos sean públicos y apegados a la realidad permite al sistema económico ser eficiente y tomar las decisiones correctas. Por lo tanto, el pasado 30 de junio, cuando terminó el segundo trimestre del año, la empresa liberó un informe basado en los estudios realizados en ese período de tiempo.
A partir de los resultados de estos primeros estudios MEO realiza un pronóstico bastante alentador, que de paso le permitió aumentar el valor de sus acciones.
Ascenso sistemático del valor de las acciones. El punto más alto se registró el 7 de julio, cuando MEO publicó uno de sus reportes trimestrales. imagen tomada de la web de la Bolsa de Valores de Australia.
Según el citado informe, al menos por el momento hablamos del más profundo y estudiado de tres yacimientos, con poco más de 8 mil millones de barriles, de una alta calidad potencial (sin grandes concentraciones de azufre, como la mayor parte del petróleo hasta ahora encontrado en Cuba), y con perspectivas de recuperación de 395 millones de barriles.
Mapa del Bloque 9 en Cuba. Imagen tomada de MEO Australia.
El Bloque 9, con una extensión de 2, 380 kilómetros cuadrados, está ubicado en la zona que abarca desde Cárdenas —en la occidental provincia de Matanzas— hasta Motembo —provincia de Villa Clara en el centro del país—. El potencial estudiado en los otros dos pozos, según MEO Australia, será publicado a finales de 2016. A pesar de que no se ha mencionado ningún descubrimiento en concreto, como dijo su Director Ejecutivo Peter Stickland a Progreso Semanal, la empresa australiana ya ha afirmado que espera comenzar las primeras extracciones, tentativamente, en el primer trimestre de 2018.
Imagen tomada del reporte trimestral de MEO Australia.
Un, dos, tres, colé
MEO firmó el 3 de septiembre de 2015 un PSC con Unión Cuba Petróleo (CUPET) para la exploración del Bloque 9 en territorio nacional, el cual le dio entrada legal al sector petrolero cubano. Cinco meses después, el 16 de febrero de este año, se publicaba en su sitio un comunicado en el que anunciaba “un hallazgo significativo”.
El interés en Cuba fue creciendo a medida que lo hicieron las potencialidades de los yacimientos (tres, aunque solo los estudios sobre uno se han hecho públicos hasta ahora). En especial la nueva coyuntura de la Isla con Estados Unidos, cuyas conversaciones diplomáticas podrían avanzar en esta dirección, aceleraron quizás el proceso. Por esa razón MEO ha señalado con insistencia que llegaron antes —no tanto, pero definitivamente antes— que los norteamericanos al Bloque 9 y a las inversiones oficiales en Cuba.
“Bastante antes de que las relaciones entre Cuba y Estados Unidos comenzaran a mejorar, MEO precalificó como operador en la Isla, identificó el Bloque 9 como una oportunidad altamente ranqueada y negoció directamente con la compañía cubana de petróleo”, dijo Peter Stickland.
De hecho, sus intereses en Cuba ya han tenido su precio. Según explica unapresentación corporativa, MEO no tiene distribución ni ventas en Estados Unidos en virtud de la US Securities Act de 1933. Ninguna de sus acciones, dados sus intereses en Cuba, podrá ser ofertada o vendida en ese país, a menos que se haga una excepción en la ley. Eso es bloqueo, en uno de sus más recónditos acápites legales.
Por el momento, el otro gran y único jugador extranjero en la liga petrolera cubana es la gigante canadiense Sherritt International, que opera exitosamente en suelo cubano desde 1991. Sherrit, quien ya había estado explorando por los alrededores, aparentemente abandonó el Bloque 9 en los 2000 para concentrarse en el campo que actualmente opera en Varadero, zona con una reserva que se ha estimado en cientos de millones de barriles.
Claro, esa información la manejan algunos especialistas del sector que no desean salir del anonimato; mientras que se hizo pública, en primer lugar, en el sitio Aling Research, donde se aclara que tienen intereses en Leni Gas Cuba, una empresa que invirtió en el 15,8 por ciento de MEO Australia el 16 de febrero de este año, casi a la par del anuncio.
LGC inversiones en Cuba. Imagen tomada de Cuba Business Report.
Además de la información en el cuadro, la compañía de servicios de noticias de la bolsa de valores de Londres, donde está listada Leni Gas Cuba (Islas Vírgenes Británicas, reconocido paraíso fiscal), añade un convenio con Commercial Funded Solar Ltd para evaluar el potencial de operación de energías renovables en Cuba, y un 10 por ciento de interés en The Cuba Mountain Coffee Company Ltd (“CMC”), una empresa cuyo objetivo es la comercialización de café cubano.
Pronósticos en el Bloque 9
En mayo de este año, el jefe ejecutivo de MEO, Peter Stickland, dijo durante laAPPEA Oil and Gas Conference en Melbourne que la empresa australiana estaba emergiendo en la escena de exploración energética cubana con una movida temprana y se encontraba a la espera de una licencia del gobierno de la Isla que le permita operar el yacimiento en tierra. Esto, cuando ya el PSC estaba firmado con CUPET.
El acceso, para ellos, es simple. Aunque tal y como afirmó el ejecutivo, los primeros 18 meses serían solamente para estudios y análisis técnicos. Y agregó: “La United States Geological Survey ha estimado que hay un potencial de alrededor de 4.6 miles de millones de barriles de petróleo sin descubrir en norte de Cuba, un país que actualmente produce alrededor de 70 mil barriles en el día, lo cual es aproximadamente la mitad de su consumo, por lo que estaría camino a satisfacer su demanda doméstica”. La cifra citada podría ser lo que llaman petróleo equivalente, que incluye las cuotas de gas asociado.
Hasta el momento se trata solo de estimados; no hay algún descubrimiento concreto. Pero teniendo en cuenta esos números, también se podría calcular mejor el impacto sobre Cuba.
En palabras del profesor Ricardo Torres, según el plan de este año, Cuba consume 8,2 millones de toneladas de petróleo. Una tonelada tiene 7 barriles de petróleo. Y esta cifra se calcula diariamente, es decir, que el plan del año fueron aproximadamente 157 mil barriles de petróleo diarios. De eso solo se produce en Cuba alrededor de 68 mil barriles por día, por lo que el resto (alrededor de 90 mil barriles diarios) debe estar llegando gracias a los contratos y acuerdos firmados con Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA).
Supongamos que se alcance una producción aproximada de un millón de barriles diarios, lo cual depende de los cálculos premeditados de MEO Australia y CUPET, entre otros factores. Esta cifra, deduciendo el costo y la ganancia de la empresa australiana, podría dejar a Cuba una cantidad diaria de petróleo que bien pudiera satisfacer su demanda doméstica, la cual se estima creciente para los próximos años.
A su vez, esa producción eliminaría el gasto cada vez mayor de la importación, y quizás podría generar excedentes exportables. Pero lamentablemente, la experiencia indica que esto comenzaría a ocurrir en un plazo no menor de cinco años. Y cinco años está muy lejos de hoy.
Por otra parte, el pronóstico de 395 millones de barriles recuperables, dividido por el consumo diario de Cuba (157 mil barriles), da un período de explotación aproximado de 6,8 años.
En una entrevista ofrecida el 2 de junio, Stickland dijo que MEO ha estimado de manera conservadora el potencial de recuperación según el 5 por ciento que históricamente se ha obtenido en Cuba en otros yacimientos que producen petróleo pesado. Y aunque es muy temprano para estar seguros, creen que hay un mayor potencial de recuperación en el Bloque 9, dada por la confirmación de que se trata de petróleo ligero y por la oportunidad de emplear técnicas de producción más modernas.
Perspectivas de recursos encontrados en el primer pozo del Bloque 9 explorado por MEO Australia. Los informes hasta ahora liberados ponen siempre un declaración de advertencia sobre los posibles recursos: “Las cantidades de petróleo estimadas para recuperación en el desarrollo futuro de los proyectos en el Bloque 9, relacionadas con acumulaciones desconocidas hasta el momento. Dichas cifras tienen asociados riesgos de descubrimientos y de desarrollo. Aún se requieren más exploraciones y evaluaciones para determinar la existencia de cantidades de hidrocarburos significativas y con potencial de extracción”. Tomada de MEO Australia Limited.
Negocios en territorio cubano
Para la empresa MEO, entre las principales bondades que ofrece la industria energética cubana están los bajos costos de producción (9 dólares por barril), el potencial de recuperación a larga escala y un régimen fiscal atractivo, dado por la Ley de Inversión Extranjera vigente desde 2014.
El profesor Ricardo Torres afirma que, según los expertos, Cuba también tiene un esquema de Contrato de Producción Compartida favorable para los inversionistas extranjeros. En el caso de las actividades petroleras en Cuba, la negociación se realiza directamente con CUPET, la empresa estatal cubana “encargada de satisfacer eficazmente el suministro de combustibles y lubricantes al mercado nacional” —como se presenta la entidad—, y con la autorización previa del Consejo de Ministros de Cuba.
Imagen tomada de CUPET.
CUPET está constituida por 41 empresas, de ellas 36 de capital nacional y 5 empresas de capital mixto: Castrol (oficina central en Reino Unido), Energas(Reino Unido) y Pumagas S.A. (situada en Pakistan, Gujranwala), por una parte, y como Asociaciones internacionales, Sherrit International Cuba y PDVSA Cuba.
Desde diciembre de 1990, cuando firmó su primer contrato con la empresa francesa Total, suman ya 42 “contratos petroleros a riesgo”, según su publicación. El riesgo en esos contratos se deduce de la posibilidad de no encontrar nada luego de haber comprado los derechos de exploración a CUPET, que no invierte un centavo en ese proceso. El riesgo es la potencial pérdida millonaria que por lo general implica el despliegue de equipos, tecnología y personal para buscar petróleo.
Y el riesgo para Cuba, por otro lado, podría estar en la negociación de ciertas cláusulas. Pero hasta el momento, los detalles del contrato no han sido publicados. De hecho, ni siquiera los medios oficiales cubanos, con excepción de Trabajadores (cuyo contenido ya no está disponible) y Prensa Latina, han publicado la noticia. Eso resulta, cuando menos, llamativo.
Primero porque no se trata de un asunto menor para la Isla, y porque en otras ocasiones se ha dado a conocer este tipo de contratos y expectativas. También, todo hay que decirlo, el anuncio y su halo de entusiasmo sale a relucir en un momento político y socioeconómico extremadamente complejo para el país.
Aunque en el sitio web de CUPET no aparece referencia alguna a MEO Australia, ni a las negociaciones con la empresa, Stickland afirmó a Progreso Semanal que “el documento permite a nuestra empresa un período de 8,5 años de exploración, con diferentes sub-períodos para realizar estudios, adquisición de datos sísmicos y para la perforación de pozos. En caso de que se puedan encontrar hidrocarburos para la comercialización, el desarrollo y la producción puede continuar, según el contrato, por un plazo total de 25 años”. Aunque según declaraciones anteriores, publicadas en Cuba Business Report, “MEO podría iniciar la producción antes si se efectúa un descubrimiento comercial”.
En la actualidad, y desde el pasado 8 de julio, MEO Australia tiene como director en Cuba a Rafael Tenreyro, anteriormente Director de Exploraciones de CUPET. Por otra parte, fuentes del Centro de Negocios en La Habana confirmaron que tanto MEO Australia como Leni Gas Cuba, la otra empresa con intereses en la entidad australiana, todavía no tienen oficinas registradas allí, pero una de ellas ha declarado su intención de establecerla.
La fiebre del oro negro también llegó a Cuba, pero hace mucho tiempo ya. Los anuncios optimistas de MEO Australia, o el silencio sospechoso de CUPET y otras autoridades, no la traen de vuelta. En última instancia, los cálculos previos, no tan significativos como para entusiasmarse, hablan más de tiempo que del oro negro.
Foto de portada: Carlos Ernesto Escalona Martí
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