Abogan por una tasa digital, un tipo mínimo del 25% en Sociedades y sugieren elevar el gravamen sobre patrimonio para aumentar ingresos
JUANDE PORTILLO El premio Nóbel de Economía de 2001, Joseph E. Stiglitz. Felix Hörhager/dpa
Madrid 16 JUN 2020 - 06:12 CEST
La ingente factura pública en gasto sanitario y estímulos fiscales que deja la pandemia de coronavirus Covid-19 debería ser afrontada con una reforma tributaria global que arrojara un sistema fiscal más justo y progresivo, impulsando un gravamen a la economía digital, estableciendo un tipo mínimo internacional en el impuesto de Sociedades o elevando la presión fiscal sobre los mayores patrimonios.
Así lo defendieron ayer, al menos, el Premio Nobel de Economía de 2001 Joseph Stiglitz, y otros economistas de prestigio como Thomas Piketty, Jayati Ghosh y José Antonio Ocampo, reunidos por la Comisión Independiente para la Reforma de la Fiscalidad Corporativa Internacional (Icrict) y Oxfam.
“Antes de la pandemia, el sistema de tributación ya no era justo”, valoró Stiglitz en un encuentro telemático con prensa, exponiendo que “las multinacionales terminaban pagando menos impuestos que pequeñas empresas locales” gracias a su capacidad de deslocalizarse y de tributar en países con baja presión fiscal, como ocurrió con “Apple en Irlanda”.
A partir de aquí, añadió, la emergencia sanitaria ha añadido nuevas “distorsiones”, dado que “las compañías de internet son los grandes beneficiarios de la crisis, porque han podido seguir operando” pese a las estrictas medidas de confinamiento y cierre comercial aprobadas a lo largo de todo el planeta para contener la propagación del virus. Por eso, expuso el economista estadounidense, el “impuesto digital global” que ya veía necesario antes del Covid-19 ahora le parece “indispensable”.
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