La Habana,19 sep (ACN) El c, de conjunto con entidades de la agricultura e institutos de investigación, trabaja para incrementar los rendimientos agrícolas en Cuba a través del mejoramiento genético de los cultivos.
Abel Hernández Velázquez, jefe del Departamento de Biotecnología de las Plantas perteneciente a la Dirección de Investigaciones Agropecuarias del CIGB, precisó que en el país están registrados la soya transgénica y el maíz híbrido transgénico como variedades comerciales.
Actualmente estos cultivos se encuentran en proceso de introducción ordenada en las zonas cubanas de siembra, a partir de las disposiciones establecidas por la Oficina de Regulación y Seguridad Ambiental, afirmó en declaraciones exclusivas a la Agencia Cubana de Noticias.
La aspiración, detalló, es sustituir paulatinamente los más de 500 millones de dólares que antes de la COVID-19 se invertían anualmente en la importación de maíz y soya para la fabricación de pienso animal que, debido a la crisis internacional, la pandemia y los conflictos geopolíticos, el precio de estos granos, alcanzó cifras más elevadas y no se han podido adquirir.
Mediante una tecnología similar a la que se emplea en el mundo, desde hace tres años en Cuba se amplían las áreas de siembra con estos organismos genéticamente modificados, señaló el especialista.
A partir de 2023 pudieran generar semillas para sembrar entre 25 y 50 mil hectáreas, acotó el directivo, y puntualizó que para lograr este propósito resulta oportuna la creación de una empresa de nuevo tipo enfocada en la producción de las semillas, de ahí que realicen acciones encaminadas a constituirla.
Hernández Velázquez explicó que el CIGB también trabaja de conjunto con el Grupo Empresarial Azcuba y el Instituto Cubano de Investigaciones de los Derivados de la Caña de Azúcar en la mejora por vías biotecnológicas de este cultivo, con el propósito de obtener variedades altamente productivas y resistentes a las plagas; asimismo, promueven la obtención de enzimas de uso industrial de interés en la industria azucarera.
La transformación genética del frijol hacia variedades más resistentes es otro de los estudios que desde la rama agropecuaria realiza el CIGB, a lo cual se suma la investigación relacionada con la protección de los cítricos contra la enfermedad denominada Huanglongbing, provocada por bacterias.
Sobre este último, el jefe del Departamento de Biotecnología de las Plantas afirmó que en los estudios de laboratorio, mediante el uso de compuestos sintéticos, se evidenció la respuesta defensiva de las plantas de cítricos, por lo que preparan estudios de campo para evaluar la efectividad en el control de la enfermedad.
Cuba cuenta con una Comisión Nacional para el Uso de los Organismos Genéticamente Modificados, presidida por el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente e integrada por los de la Agricultura y Salud Pública, la Oficina de Regulación y Seguridad Ambiental, el Instituto Nacional de Higiene, Epidemiología y Microbiología, la Oficina Nacional de Normalización y el CIGB.
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