El sometimiento a los estrictos planes de austeridad impuestos por el
FMI ha quedado en entredicho con un nuevo informe de la misma
institución que señala que los países pueden vivir con la deuda y además tienen todos los incentivos para mantenerla en lugar de reducirla.
Este informe hace trizas la tesis del FMI que obligaba a los países
endeudados a asumir draconianas políticas de austeridad para impulsar el
crecimiento y reconoce que las políticas de ajuste han tenido efectos
perversos sobre los déficit públicos. Tal como ocurrió con el Mea culpa del FMI por subestimar los multiplicadores fiscales,
esta vez, un grupo de investigadores de la institución con sede en
Washington reconocen que los países pueden vivir con su deuda dado que
los costos de mantenerla es una mejor opción a los costos de intentar
reducirla.
El estudio fue publicado este martes por el FMI, y sus autores, Jonathan Ostry, Atish Ghosh y Rafael Espinoza, parten aceptando que un alto endeudamiento tiende a frenar el crecimiento y que la deuda es un problema serio. Pero cuando un Estado debe pagar demasiada deuda frena su crecimiento y su inversión. Los efectos del pago de la deuda heredada puede producir efectos nocivos a la economía y pro ello promueven un amplio rango para determinar el "límite de la deuda". Este rango se refiere a una clasificación desarrollada por la agencia de calificación Moody's de mayo 2014, donde los países se ordenan en función de su situación financiera (verde, amarillo, naranja o rojo).
El estudio fue publicado este martes por el FMI, y sus autores, Jonathan Ostry, Atish Ghosh y Rafael Espinoza, parten aceptando que un alto endeudamiento tiende a frenar el crecimiento y que la deuda es un problema serio. Pero cuando un Estado debe pagar demasiada deuda frena su crecimiento y su inversión. Los efectos del pago de la deuda heredada puede producir efectos nocivos a la economía y pro ello promueven un amplio rango para determinar el "límite de la deuda". Este rango se refiere a una clasificación desarrollada por la agencia de calificación Moody's de mayo 2014, donde los países se ordenan en función de su situación financiera (verde, amarillo, naranja o rojo).
De acuerdo a este indicador, Grecia, junto a Chipre, Italia y Japón
(al fondo de la gráfica), están entre los países que tienen menos margen
de maniobra y donde la deuda representa un "riesgo grave" debido a que
su "espacio fiscal" se ha pulverizado. Cuando este es el caso, los
caminos de sostenibilidad de la deuda no dejan opciones, y ésta debe
reducirse.
Pero un gran grupo de países puede vivir con su deuda. Este es el
caso de Reino Unido, Islandia, Alemania o Estados Unidos, los tres en la
caja verde, la relación deuda-PIB es más razonable. Estos países pueden
financiar con mayor facilidad su deuda en los mercados. De ahí la idea
de que es mejor tomar ventaja de las tasas de interés muy bajas para
pedir prestado a recortar el gasto público o aumentar los impuestos.
Esta idea permite alejarse de la doctrina de la austeridad usado como el
estándar de batalla durante décadas por los expertos del FMI.
La deuda es mala para el crecimiento. Pero eso no quiere decir que su
reducción sea necesariamente una buena alternativa. Más aún cuando el
remedio es peor que la enfermedad, ya que puede crear distorsiones
perjudiciales en la economía, con efectos que perjudican la inversión y
el crecimiento. Los autores de este último informe advierten que su
estudio no presenta necesariamente la posición oficial de la
institución. Pero eso no impedirá que su estudio entre al debate de
ideas del FMI.
La batalla por la política económica no se ganará en la política
económica, sino en la teoría económica. Esta teoría habrá que
reconstruirla y reformularla, con la transparencia que no tiene la añeja
teoría neoclásica que hoy se enseña en todas las Universidades.
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