El matemático escocés, catedrático de la Universidad de Princeton (EE UU), es muy crítico con las políticas de austeridad
EL PAÍS Madrid 12 OCT 2015 - 14:24 CEST
REUTERS - LIVE
La Real Academia Sueca de las Ciencias ha galardonado este lunes al profesor británico-estadounidense Angus Deaton (Edimburgo, 1945) con el premio Nobel de Economía por "su análisis sobre el consumo, la pobreza y el bienestar social". Deaton es catedrático de la Universidad de Princeton (Nueva Jersey, EE UU). Matemático de formación, es uno de los mejores conocedores de la economía de áreas rurales de India. A lo largo de su carrera, este economista heterodoxo ha destacado por su capacidad para relacionar las elecciones individuales con los indicadores agregados, poniendo en contacto el mundo de la microeconomía con el de la macroeconomía y ayudando a transformar su estudio.
El jurado del Nobel señala que el trabajo del académico de origen escocés ha tenido "gran influencia" sobre las políticas implementadas en las últimas décadas en el campo de la pobreza y ha ayudado, entre otras cosas, a determinar qué grupos sociales sufren en mayor medida un incremento en la presión fiscal sobre bienes de consumo básico como los alimentos. "Para diseñar políticas económicas a favor del bienestar y de la reducción de la pobreza, primero debemos entender las decisiones individuales de consumo. Y Deaton ha contribuido, más que nadie, a mejorar esta comprensión", añade el fallo hecho público poco después del mediodía.
En 2011, Deaton —miembro de la Academia Británica, de la Academia de Artes y Ciencias de EE UU y de la Academia Nacional de las Ciencias estadounidense y presidente de la Asociación Americana de Economía— ganó el premio Fronteras del Conocimiento en Economía y Finanzas de la Fundación BBVA por su "fundamental contribución" a la teoría del consumo y del ahorro y a la medición del bienestar económico. En la actualidad, el nuevo Nobel de Economía está centrado en el estudio de los determinantes de la salud, tanto en los países pobres como en las naciones desarrolladas, así como a la medición de la pobreza en todo el mundo.
El profesor británico, de 69 años y autodefinido como keynesiano, ha sido en los últimos años una de las voces más críticas contra la austeridad. "Todos quisiéramos ser felices, pero una gran parte del mundo está hoy preocupada porque los programas de austeridad que muchos países padecen nos harán infelices, quizá durante bastantes años", escribió el galardonado en un artículo publicado en EL PAÍS en marzo de 2012. En él cargaba contra estas políticas de austeridad, puestas en marcha fundamentalmente en Europa. "Reducen ingresos, recortan beneficios y se destruyen empleos", sentenciaba en el citado escrito.
A lo largo de su carrera, Deaton también ha criticado con dureza la extrema acumulación de capital. En una entrevista concedida en 2013 a la London School of Economics, el catedrático incidía en el "lado oscuro" de la riqueza. "Algunas personas son tan ricas que ni siquiera necesitan de la existencia de un Gobierno. No necesitan que este les provea educación pública, sanidad e incluso servicios de seguridad o tribunales de justicia porque ellos mismos pueden comprar sus propios abogados o policías".
Más allá de la medición de la pobreza y la desigualdad, la obra de Deaton gira en torno a dos grandes áreas: la distribución de renta de los consumidores entre diferentes bienes y servicios y el ahorro y el gasto de una sociedad en su conjunto. Sobre las decisiones individuales de gasto, Deaton planteó el Sistema Casi Ideal de Demandas (AIDS, por sus siglas en inglés), un método "flexible pero sencillo", según sus propias palabras, para estimar cómo la demanda de un producto determinado depende del precio de todos los bienes y servicios y de los ingresos del consumidor. Esta aportación se ha convertido en una herramienta estándar en su ámbito de estudio.
En el campo del ahorro y el gasto agregado, Deaton ha demostrado según la Academia Sueca que "el análisis de los datos individuales" de ingresos y consumo es "clave" para explicar los patrones que luego se perciben en los datos macroeconómicos. Su análisis sirve, explica el fallo, para "explicar la formación de capital y las magnitudes de los ciclos empresariales".
En su última obra, The Great Escape, publicada en 2013 y aún sin versión en castellano, Deaton relata cómo en el mundo moderno un amplio número de personas han escapado de la pobreza y la muerte prematura que era norma habitual siglos atrás. En esta publicación el catedrático de Princeton no solo explica los avances del bienestar; también cita a las sociedades que no han logrado sumarse a esta etapa de bienestar, una situación de la que cree que son más culpables los malos gobiernos que la falta de recursos.
Es el segundo año consecutivo en el que este premio se entrega a un único candidato, después de que el año pasado recayese en el francés Jean Tirole. La Academia sueca advierte de que, técnicamente, el galardón "no es un Premio Nobel", ya que es la única de las seis condecoraciones que no fue designada en su legado por el magnate sueco Alfred Nobel, que en 1895 estableció los premios en su testamento.
Sin embargo, la distinción cuenta con idéntica dotación que el resto de distinciones —8 millones de coronas suecas (unos 863.000 euros)— y se entrega a la vez que el resto de distinciones cada 10 de diciembre, aniversario del fallecimiento del inventor de la dinamita, en una doble ceremonia en Oslo, para el Nobel de la Paz, y en Estocolmo, para el resto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario