7 ABRIL, 2018 DE LA PUPILA INSOMNE
El Premio Nobel de la Paz Argentino, Adolfo Pérez Esquivel, inició la campaña de adhesiones en la plataforma Change.org para que el ex presidente de brasil sea galardonado con el Premio Nobel de la Paz por su lucha contra la pobreza y el hambre en Brasil.
Bajo el hashtag #NobelparaLula el referente latinoamericano de los derechos humanos da continuidad al anunció que hizo en Brasil luego de reunirse con Lula Da Silva (ver detalles del encuentro) y comunicarle la postulación.
“He decidido publicar la carta que presentaré al Comité Nobel Noruego en septiembre de este año, momento en que se abre la convocatoria de nominaciones. Los y las invito a leer los fundamentos para que seamos miles en esta propuesta”, dijo Pérez Esquivel convocando a participar.
Para adherir a la campaña haga click en el siguiente link: https://www.change.org/p/legisladores-lula-da-silva-para-el-nobel-de-la-paz?recruiter=844201792&utm_source=share_petition&utm_medium=copylink&utm_campaign=share_petition
Esta es la carta que presentaré al Comité Nobel Noruego en septiembre de 2018 postulando a Luiz Inácio “Lula” Da Silva al Premio Nobel de la Paz. Te invito a adherir a la campaña #NobelparaLula, para convencer a las personas con posibilidad de postularlo conforme a las normas del Comité Nobel. (Adolfo Pérez Esquivel)
Al Comité Nobel Noruego
Presidenta Berit Reiss-Andersen
Vice Presidente Henrik Syse
Miembros: Thorbjørn Jagland, Anne Enger y Asle Toje.
S / D
Reciban el fraterno saludo de Paz y Bien.
Mediante esta carta, quiero presentar ante este Comité la candidatura al Premio Nobel de la Paz de Luiz Inácio “Lula” Da Silva, Ex Presidente de la República Federal de Brasil entre los años 2003 y 2010, quien a través de su compromiso social, sindical y político, desarrolló políticas públicas para superar el hambre y la pobreza en su país, uno de los de mayor desigualdad estructural en el mundo.
Como bien ustedes saben, la Paz no es sólo la ausencia de la guerra, ni evitar la muerte de una o muchas personas, la Paz también es dotar de esperanza de futuro a los pueblos, en especial a los sectores más vulnerables víctimas de la “cultura del descarte” de la que nos habla el Papa Francisco. La Paz es incluir y proteger a quienes este sistema económico condena a la muerte y a múltiples violencias. Según el último informe de 2017 de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) el hambre afecta a más de 815 millones de personas en el mundo. Se trata de un flagelo y un crimen que sufren pueblos sometidos a la pobreza y marginalidad, a los que se les roba la vida y la esperanza por generaciones. Por esta razón, si un gobierno nacional se convierte en un ejemplo mundial de lucha contra la pobreza y la desigualdad, contra la violencia estructural que nos aqueja como humanidad, merece un reconocimiento por su aporte a la Paz en la humanidad.
“Lula” Da Silva tuvo como uno de sus ejes fundamentales de gobierno comprometerse junto a los pobres a implementar políticas públicas para superar el hambre y la pobreza. En enero de 2003, en su discurso de asunción de la Presidencia de la República dijo: “Vamos a crear las condiciones que todas las personas en nuestro país puedan comer decentemente tres veces al día, todos los días, sin necesidad de donaciones de nadie. Brasil ya no puede continuar conviviendo con tanta desigualdad. Necesitamos vencer al hambre, la miseria y la exclusión social. Nuestra guerra no es para matar a nadie: es para salvar vidas”. Y en efecto, los programas “Hambre Cero” y “Bolsa Familia” sacaron de la pobreza extrema a más de 30 millones de personas, convirtiendo a Brasil en un modelo exitoso mundialmente reconocido por organismos internacionales como la FAO, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Banco Mundial.
– El porcentaje de personas que vivían con menos de US$ 3,10 por día cayó del 11% en 2003 a cerca del 4% en 2012, de acuerdo a datos del Banco Mundial.
– Hubo una reducción de la tasa de desempleo cercana al 50% de acuerdo con el Instituto Brasileiro de Geografia y Estatística. Y una creación de 15 millones de nuevos puestos de trabajo de acuerdo a datos del Ministerio de Trabalho e Emprego.
– Según el Instituto de Pesquisa Econômica Aplicada (IPEA), el coeficiente del Gini brasilero era de 0,583 en 2003, y en 2014 era de 0,518, lo que señala que las políticas sociales que llevaba el Partido dos Trabalhadores (PT) dejó un Brasil con menos desigualdad social, en promedio la desigualdad cayó 0,9% por año en el intervalo de tiempo 2003-2016.
– La implementación de programas de educación y salud pública elevaron el Índice de Desarrollo Humano (IDH) de Brasil elaborado por el PNUD que en 2010 llegó a US$ 10.607 dólares anuales de ingreso promedio, a una expectativa de vida de 72,9 años, a una escolaridad de 7,2 años de estudio, y a una expectativa de vida escolar de 13,8 años.
El gobierno de Lula fue una construcción democrática y participativa con medios no-violentos que elevó el nivel de vida de la población y dió esperanzas a los sectores más necesitados. El mundo reconoce que hubo un antes y un después en la historia del desigual Brasil luego de las dos presidencias de Luiz Inácio Da Silva. La contribución de “Lula” a la Paz está en los hechos concretos de la vida del pueblo brasileño, y reforzada por los estudios de diversos organismos internacionales.
Estos resultados de los programas de gobierno del PT en Brasil para superar la pobreza y el hambre, no fueron a una política de Estado continuada por otros partidos de gobierno sino una política de gobierno específica que Brasil está abandonando gradualmente. Así lo demuestra el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que anunció que en el año 2017 Brasil tuvo más de 3 millones de nuevos pobres por las políticas del actual gobierno.
Por estos motivos, con el mismo sentido de esperanza que transmitió Martin Luther King cuando dijo“si el mundo terminara mañana, yo igual voy a plantar mi manzano” , somos muchos los que creemos que el Premio Nobel de la Paz para “Lula” Da Silva ayudará a fortalecer la esperanza de poder seguir construyendo un nuevo amanecer para dignificar el árbol de la vida.
Adolfo Pérez Esquivel
Premio Nobel de la Paz 1980
English version
To the Norwegian Nobel Committee
President Berit Reiss-Andersen
Vice President Henrik Syse
Members: Thorbjørn Jagland, Anne Enger and Asle Toje.
Receive my fraternal and cordial greetings of Peace and Good.
Through this letter, I would like to present to this Committee the candidacy for the Nobel Peace Prize of Luiz Inácio “Lula” Da Silva, Former President of the Federal Republic of Brazil between 2003 and 2010, who throughout his social commitments to trade unions and as a politician, developed public policies to overcome hunger and poverty in his country, one of the most structural inequality in the world.
As you well know, peace is not only the absence of war, or the death of one or many people, peace is also to give hope to the future of the people, especially to the most vulnerable sectors, victims of the “culture of discarding” as Pope Francis speaks about. Peace is to include and protect those whom today’s economic system condemns to death and multiple violence. According to the latest report of the United Nations’ Food and Agriculture Organization (FAO) of 2017, hunger affects more than 815 million people in the world. It is a plague and a crime suffered by peoples subjected to poverty and marginality, who are robbed of life and hope for generations. For this reason, if a national government becomes a global example of the fight against poverty and inequality, against structural violence that afflicts us as humanity, such government deserves recognition for its contribution to peace for the humanity.
“Lula” da Silva had amongst its government’s fundamental axes a commitment to the poor by implementing public policies to overcome hunger and poverty. In January 2003, in his inaugural address to the Presidency of the Republic, he stated: “We are going to create the conditions that all people in our country can eat decently three times a day, every day, without the need of charitable donations from anyone. Brazil can no longer coexist with so much inequality. We need to overcome hunger, poverty and social exclusion. Our war is not to kill anyone: it is to save lives. ” And indeed, the programs “Zero Hunger” and “Bolsa Família” lifted more than 30 million people out of extreme poverty, making Brazil a successful model and worldwide recognized by international organizations such as FAO, the United Nations Program for Development (UNDP) and the World Bank.
– The percentage of people living on less than US $ 3.10 per day fell from 11% in 2003 to around 4% in 2012, according to World Bank data.
– There was a reduction in the unemployment rate close to 50% according to the Brazilian Institute of Geography and Statistics (IBGE). And also the creation of 15 million new job positions, according to data from the Ministry of Labour.
– According to the Institute of Applied Economic Research (IPEA), the Brazilian Gini coefficient was 0.583 in 2003, and in 2014 it was 0.518, which indicates that the social policies applied by the Partido dos Trabalhadores (PT- Labor Party) left Brazil with less social inequality, on the average, the inequality fell 0.9% per year, in the period between 2003-2016.
– The implementation of education and collective health programs raised the Human Development Index (HDI) of Brazil, an index elaborated by UNDP, which shows that in 2010, reached US$ 10,607 annual average income, a life expectancy of 72.9 years, a schooling of 7.2 years of study, and a school life expectancy of 13.8 years.
Lula government was a democratic and participatory construction, with non-violent means, that raised the population’s standard of living and gave hope to the most needy sectors. The world recognizes that there was a before and an after in the history of the inequality in Brazil after the two presidencies of Luiz Inácio Da Silva.
The contribution of “Lula” to Peace is in actually a concrete fact in the lives of the Brazilian people, and reinforced by studies of various international organizations.
These results of the PT government programs in Brazil to overcome poverty and hunger were not a state policy that other government parties have taken on but a specific government policy that Brazil is gradually abandoning.
This is demonstrated by the Inter-American Development Bank (IDB), which announced that in 2017, Brazil had more than 3 million new poor people because of the policies of the current government. For the reasons above, with the same sense of hope that Martin Luther King conveyed when he said “even if I knew that tomorrow the world would go to pieces, I would still plant my apple tree,” we are many who believe that the Nobel Peace Prize for “Lula” da Silva will help strengthen the hope of being able to continue building a new beginning to dignify of the tree of life.
Adolfo Pérez Esquivel
Nobel Peace Prize 1980
No hay comentarios:
Publicar un comentario