SINE
DIE 2021
SEGUNDA
SERIE # 9
Enero
15 de 2021
Juan M Ferran
Oliva
….una de las responsabilidades más importantes y difíciles del economista es oponerse a la autoridad del prejuicio
John Maynard Keynes
La nota conflictiva del
modelo keynesiano fue el papel que asignó al Estado como garante de la
estabilidad económica. Algunos lo consideraron un ataque a la sacrosanta
empresa privada ¡y no faltaron quienes
acusaron a Keynes de comunista! El destacado reformista impugnaba la espontaneidad
y proponía iniciativas gubernamentales capaces de movilizar a los agentes de la
producción. Fue un iconoclasta en un mundo conservador[1].
Sus propuestas fueron
muy influyentes e incluso respaldaron políticas notorias como la del New
Deal de Franklin D. Roosevelt. Entre sus destacados epígonos se contó el
Premio Nobel Paul Samuelson. El modelo keynesiano estuvo en boga durante
décadas. En la Cuba anterior a 1959 sus más señalados seguidores fueron Julián
Alienes Urosa y el grupo de la Misión
Truslow.
La teoría keynesiana
comenzó a perder adeptos en los primeros años de la década de 1970. Las
políticas de gasto público que facilitaron la reconstrucción tras la Segunda
Guerra Mundial empezaron a agotarse y germinaron nuevas crisis económicas. Eran
frecuentes las emisiones monetarias asimétricas para cubrir el déficit. Fue
entonces que la estanflación debutó
como componente del paisaje económico.
Resultó el momento oportuno
para culpar al Estado de las crisis y se inició el rescate de teorías que
limitaban el rol gubernamental. Los oponentes del keynesianismo decían
inspirarse en el liberalismo económico preconizado dos siglos atrás por los
fisiócratas:Adam Smith y otros clásicos que combatieron l’ancien régime y el mercantilismo, y propusieron un orden
natural sin regulaciones. Entonces no existían aún las transnacionales ni el
capitalismo había llegado a su fase financiera.
El nuevo pensamiento,
calificado como monetarista, tuvo por cuna las universidades de Chicago.
y Stanford. Milton Friedman y sus discípulos lo lideraron y a partir de sus recetas
se erigió posteriormente el neoliberalismo como doctrina política.
Consideraban que las posibles soluciones a la inflación deben estar enmarcadas
en una rigurosa política monetaria. Son los postulados seguidos por el Fondo
Monetario Internacional y el Banco Mundial. Los monetaristas plantean que el
libre mercado es más eficiente que la intervención pública. Defienden la libre
competencia y las preferencias naturales de los consumidores, pero proponen un
laissez-faire en un mundo monopólico inexistente en tiempos de Smith. Al igual
que él, aspiran a restringir las andanzas económicas del gobierno a aquellas
actividades que nunca interesarían a un empresario privado.
La fórmula básica del monetarismo
consiste en controlar la oferta de dinero a través del banco central con objeto
de reducir la inflación o superar recesiones. El predicamento de los Chicago
Boys emana de corrientes políticas conservadoras y sus fórmulas implican
afectaciones a los sectores de exiguos ingresos. Suelen proponer políticas de
choque que requieren el apoyo de gobiernos autoritarios. Opinan que el costo
social provocado por las medidas de austeridad es irrelevante pues debe ser
resarcido, a largo plazo, con más ocupación y consumo. Keynes acotaba al
respecto que para entonces ya todos estaríamos muertos.
Según uno de sus
críticos, el monetarismo o neoliberalismo, suele sustituir la mano invisible de Adam Smith por la manu
militari de las dictaduras.
Valga señalar que ambas
teorías se enmarcan en el ámbito capitalista.
La teoría monetarista tomó
auge entre 1980 y 1990, años en los que proliferaron las privatizaciones de
industrias controladas por el Estado y se redujo el rol del sector público.
Muchos países lo adoptaron y en América Latina destaca Chile que contaba con un
fuerte grupo de economistas formados en la Escuela de Chicago. Sus
planteamientos fueron seguidos por el régimen castrense que derrocó a Salvador
Allende.
Keynes falleció 24 años
antes de que se introdujese el Premio Nobel en Ciencias Económicas pero
de haber estado en tiempo seguramente se lo hubieran concedido. Paul A. Samuelson[2] que
se adhirió a su teoría lo recibió en 1970, mientras que Milton Friedman, adversario de ambos, lo ganó
en 1976.
Otro Nobel en Economía,
en este caso Joseph E. Stiglitz, recibió dicho galardón en 2001. Un año antes
había renunciado a su cargo de economista jefe y vicepresidente del Banco
Mundial en señal de protesta contra la política de la entidad. Es un oponente
declarado del monetarismo
Fin
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