La entonces presidenta de Chile Michelle Bachelet con su ministro de Relaciones Exteriores, Heraldo Muñoz, en una ceremonia para el acuerdo comercial entre once países de Asia-Pacífico, firmado el 8 de marzo en SantiagoCreditEsteban Félix/Associated Press
SANTIAGO – Los dirigentes de América Latina se prepararon para lo peor el año pasado cuando vieron a Donald Trump asumir el cargo de presidente de Estados Unidos, con sus promesas de proteger a los estadounidenses “de los estragos de que otros países hagan nuestros productos, se roben nuestras empresas y destruyan nuestros empleos”.
Entonces sucedió algo notable.
Los gobiernos de todo el hemisferio comenzaron a forjar vínculos comerciales más estrechos entre sí y a echar para atrás algunas de sus propias políticas proteccionistas, embarcándose en un camino que se propuso en la década de los noventa, pero que no pudo materializar: una zona de libre comercio desde Canadá hasta Chile.
La postura proteccionista de Washington llega en un momento en que los gobernantes de la región miran cada vez más hacia Asia, particularmente China, para expandir su comercio, obtener préstamos y financiar proyectos de infraestructura.
“Sin darse cuenta, Trump ha hecho más por la integración comercial de América Latina de lo que muchos dirigentes latinoamericanos habían logrado”, dijo Patricio Navia, politólogo de la Universidad de Nueva York.
Las políticas y comentarios desdeñosos de Trump sobre los inmigrantes, añadió Navia, han obligado a otros países a decir: “Debemos cuidarnos unos a los otros y buscar alternativas entre nosotros”.
Los miembros del Mercosur —el bloque comercial que incluye a Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay— han iniciado negociaciones comerciales con la Unión Europea, que según los funcionarios están más cerca que nunca de avanzar después de haber languidecido durante años.
Canadá, al que le preocupa el posible desmantelamiento del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, ha comenzado a negociar un tratado de libre comercio con el Mercosur.
Chile fue anfitrión este marzo de la firma de un acuerdo comercial que once naciones del Pacífico, incluyendo a México, Perú y Canadá, rescataron después de que el gobierno de Trump se retiró de él, anteriormente conocido como Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP, por su sigla en inglés).
La Alianza del Pacífico, otro bloque de libre comercio que Chile, Perú, Colombia y México formaron en 2011, está buscando expandirse. Sus miembros están negociando una asociación con el Mercosur y está en proceso de admitir a Australia, Canadá, Nueva Zelanda y Singapur como miembros asociados.
Tran Tuan Anh, ministro de Comercio de Vietnam, a la izquierda, estrecha la mano de Ildefonso Guajardo, secretario de Economía de México, en la firma del pacto comercial mientras Eduardo Ferreyros, ministro de Comercio Exterior de Perú, los observa. CreditEsteban Felix/Associated Press
A pesar de esos avances recientes, los economistas y funcionarios gubernamentales dicen que hay obstáculos importantes en el camino hacia una integración comercial sustancial en el continente americano. Estos incluyen la competencia entre los exportadores de los mismos productos y una infraestructura deficiente, que hace poco prácticas las cadenas de valor agregadas transfronterizas. A pesar de las acciones para reducir las barreras comerciales, las políticas proteccionistas permanecen muy arraigadas en algunos de los países más grandes, como Brasil y Argentina.
Además, los votantes en muchas de las economías más grandes de la región, incluyendo a Brasil, México y Colombia, elegirán nuevos gobernantes este año, lo que podría disminuir el apetito por el libre comercio y la integración en algunos rincones.
Sin embargo, la imposición de Trump de nuevos aranceles al acero y el aluminio a principios de marzo, así como el entusiasmo que ha mostrado ante la perspectiva de una posible guerra comercial, lo convierten en un caso atípico en el hemisferio.
“Esta ola reciente de proteccionismo tiene varios impactos adversos, pero podría tener uno positivo no solo para Latinoamérica, sino también para Asia y otras regiones”, dijo Jorge Arbache, secretario de Relaciones Internacionales del Ministerio de Planeación de Brasil.
Esto también puede beneficiar a China, según los dirigentes latinoamericanos, la cual desplazó en los últimos años a Estados Unidos como el principal socio comercial de Brasil, Argentina, Perú y Chile.
“Con esta actitud de Estados Unidos está dejando un vacío, y ese vacío lo puede ocupar China”, dijo el presidente de Chile, Sebastián Piñera, en una entrevista reciente y añadió que le sorprendieron los mensajes que los gobernantes de China y EE. UU. emitieron en el reciente Foro Económico Mundial en Davos, Suiza.
“El presidente de Estados Unidos defendía el proteccionismo y el presidente de China defendía el libre comercio”, dijo Piñera. “Era un poco el mundo al revés”.
Ernesto Londoño reportó desde Santiago; Shasta Darlington, desde São Paulo, y Daniel Politi, desde Buenos Aires.
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