El Gobierno dice estar dispuesto a llegar hasta las últimas consecuencias en la defensa de los “legítimos intereses” de las firmas presentes en la isla
La Habana 7 MAY 2019 - 00:05 CEST
La Ministra de Turismo de España, María Reyes Maroto Illera, a su llegada a un encuentro con empresarios españoles en La Habana (Cuba). EFE
El mensaje del Gobierno de Pedro Sánchez a Washington es rotundo: rechazo frontal a la aplicación de la Ley Helms-Burton y apoyo absoluto a las empresas españolas que ya comercian o invierten en la isla, y también a aquellas que están interesadas en hacer negocios por primera vez. Lo dijo la ministra de Industria y Turismo en funciones, Reyes Maroto, tras reunirse en La Habana con un centenar de empresarios con presencia en la isla caribeña.
Maroto advirtió de que el Gobierno está dispuesto a llegar hasta las últimas consecuencias en la defensa de los “legítimos intereses” de las compañías que han apostado por Cuba, aunque ello implique que se desate una guerra comercial entre la Unión Europea y EE UU”, escenario que espera que no se produzca.
“Indudablemente, eso no conviene a nadie. Pero desde España activaremos en la UE los diferentes mecanismos de protección que existen y tomaremos todas las medidas que sean necesarias para garantizar estos intereses”, afirmó, incluyendo una posible demanda ante la OMC y el acuerdo de bloqueo previsto en la legislación europea como antídoto a la ley Helms-Burton.
La norma, aprobada por el Ejecutivo de Estados Unidos en 1996, bajo el mandato de Bill Clinton, incluía sanciones económicas y en su título III permitía reclamar ante la justicia estadounidense propiedades nacionalizadas en la isla después de 1959. Ante la posibilidad de que provocara un alud de demandas contra Cuba y un enfrentamiento comercial con la UE, hasta ahora todos los Gobiernos estadounidenses habían dejado sin efecto -cada seis meses- el famoso título III. Así fue hasta hace unas semanas, cuando el presidente norteamericano, Donald Trump, anunció que estrechaba el cerco sobre la economía cubana. Primero mantuvo la suspensión solo durante un mes para añadir más presión a las autoridades de La Habana, y finalmente el secretario de Estado de EE UU, Mike Pompeo, informó que la ley entraría en vigor con todas sus claúslas a partir del 2 de mayo.
Por si no fuera suficiente el mensaje que representa la presencia de Maroto en Cuba tan solo cuatro días después del comienzo de la aplicación del Título III, que ya ha permitido a los primeros reclamantes norteamericanos y cubanoamericanos interponer demandas ante tribunales de EE UU contra empresas extranjeras que supuestamente "trafican" con bienes expropiados, la ministra anunció otra medida: la apertura de un fondo de 375 millones de euros para apoyar las inversiones y operaciones comerciales de los empresarios españoles —el que existía, de 40 millones de dólares, ya se utilizó—. Además, dijo, se crearán dos puntos focales, en la Oficina Comercial de España en La Habana y en la Secretaría de Estado de Comercio, en Madrid, para informar a los empresarios españoles del alcance esta ley extraterritorial y de los mecanismos de protección al que pueden acogerse.
Maroto, que asiste a la Feria de Turismo de Cuba —este año dedicada a España— se reunió ayer con representantes de las principales cadenas hoteleras y empresas españolas de todos los sectores a, a los que transmitió el “acompañamiento” del Gobierno español y un mensaje de “esperanza, compromiso y futuro” en estos momentos de inquietud. “La incertidumbre no es buena”, dijo, admitiendo que “existe preocupación en el sector empresarial y en Gobierno español”, pero aseguró que la determinación es firme y que esto es una buena noticia. “Vamos a reforzar los lazos comerciales y la inversión, y no solo en el sector turístico, también en otros importantes, como el de las energías renovables, el transporte y la automoción”.
En el encuentro empresarial intervino el vicepresidente ejecutivo y consejero delegado de Meliá, Gabriel Escarrer, que lanzó el mismo mensaje de tranquilidad: “Seguimos trabajando en Cuba con normalidad”. Meliá, la cadena extranjera líder en el sector turístico cubano, con 34 hoteles bajo su administración y casi 15.000 habitaciones, tiene previsto abrir cuatro hoteles más en los próximos dos años, además de remodelar y ampliar cuatro de los hoteles que posee en régimen de empresa mixta, el Melia Habana, en la capital, y el Sol Palmeras, Meliá Las Américas y Meliá Varadero, en el principal balneario turístico de Cuba, explicó Escarrer.
Pagar la deuda pendiente
El turismo es el sector más dinámico de la economía cubana y en el que la participación extranjera es más elevada. De las aproximadamente 75.000 habitaciones con que cuenta la planta hotelera cubana, aproximadamente el 70% son de categoría cuatro y cinco estrellas, y de estas prácticamente la totalidad (45.000 habitaciones) son gestionadas por cadenas extranjeras.
España es líder absoluto, ya que administra dos de cada tres de estas habitaciones, y de las 21 gerencias hoteleras a cargo de empresas extranjeras, 10 son españolas, e incluyen a grupos como Iberostar, Barceló, Blau o NH. El año pasado, además, las empresas españolas batieron su récord histórico de exportaciones a la isla, con 970 millones de euros.
Maroto abordó también con los empresarios el tema de los impagos acumulados por Cuba con los proveedores españoles, que cifró en unos 300 millones de euros, un asunto que, dijo, ha tratado y tratará con las autoridades cubanas. El objetivo es agilizar estos pagos y establecer un cronograma que de seguridad a los empresarios. Junto a ello, también pidió que la parte cubana elimine la burocracia excesiva que retrasa las negociaciones y los trámites para la realización de las nuevas inversiones.
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