Introducción.
La
Sociedad Económica de Amigos del País (SEAP), considerando la importancia y la
urgencia de solucionar la problemática agropecuaria en Cuba, ha elaborado el
presente documento recogiendo un valioso conjunto de opiniones de una parte de
sus asociados, las que fueron analizadas y sistematizadas por su Consejo
Científico, tras un proceso de convocatoria que llegó a todos los miembros,
Secciones y Capítulos Territoriales.
Se trata de una modesta, pero necesaria contribución, al
esfuerzo que libra la nación cubana por alcanzar la soberanía y la seguridad
alimentarias de su población. Reconocemos que el problema planteado es muy
complejo y requiere de un enfoque multidimensional y transdisciplinario, pero
sin lugar a dudas, entre todos lograremos resolverlo; recordemos el pensamiento
martiano: "La Patria se levanta
sobre los hombros unidos de todos sus hijos. No se tiene el derecho del
aislamiento: se tiene el deber de ser útil".
El
documento que se presenta está compuesto por una fundamentación, un conjunto de
acciones a realizar y una relación bibliográfica para la ampliación de su
contenido. Se dispone además de una síntesis ejecutiva, así como de todos los
criterios emitidos por los asociados de la SEAP, los que podrán ser consultados
si se desea profundizar o puntualizar en el tema tratado.
Para
facilitar el análisis y la comprensión del material, las acciones se han
organizado en las dimensiones siguientes: a) organizacional; b)
económico-financiera; c) social; d) ambiental; e) jurídica; f) informacional;
g) educacional; h) científico-tecnológica; i) cultural.
Fundamentación.
El análisis integral desarrollado con la activa participación de los miembros de la SEAP sobre uno de los temas vitales de la sociedad cubana actual, la insuficiente disponibilidad de alimentos para la población, ha permitido elaborar esta fundamentación como base general de las acciones específicas dirigidas a solucionar dicho problema, con una perspectiva abarcadora desde las fases de planificación, investigación y producción hasta las de comercialización y consumo.
Debe tenerse en cuenta que las peculiaridades del modelo de desarrollo económico, político y social cubano en las dos primeras décadas de este siglo están determinadas por las siguientes condiciones: estado socialista (sin poder contar ya con la comunidad de países en que basó su crecimiento en las cuatro últimas décadas del siglo XX), país subdesarrollado (pero con indicadores de educación y salud propios del primer mundo), ubicación caribeña (aunque con baja integración en esta subregión), territorio insular (con los crecientes efectos negativos que eso implica debido al cambio climático), así como nación bloqueada por el gobierno estadounidense durante los últimos sesenta años (que además de las enormes limitaciones que implica en todos los sectores, ha propiciado la tendencia de justificar con esa causa externa a múltiples deficiencias internas).
Fieles
a la tradición bicentenaria de esta institución en la complementariedad de su
actividad científica y el compromiso patrio, se ha partido de considerar el
contexto general económico, político y social cubano para poder profundizar en
dicha problemática, atendiendo a nueve dimensiones esenciales: Organizacional,
Económico - Financiera, Social, Ambiental, Jurídica, Informacional,
Educacional, Científico-Tecnológica y Cultural, cuyo contenido se expone
íntegramente a continuación:
La
producción de alimentos en Cuba resulta insuficiente para cubrir las
necesidades de toda su población; prácticamente la mayor parte de lo que se
consume proviene de las importaciones, cuya factura anual resulta inalcanzable
para las disponibilidades financieras
del país, sin que se logre convertir en realidad el reiterado llamado a
hacer producir la tierra todo lo necesario para depender menos de los
abastecimientos procedentes del exterior.
La
alimentación, la vivienda y el transporte son los tres problemas principales
que obstaculizan la vida cotidiana de la población cubana. Específicamente la
producción de alimentos ha sido declarada tarea priorizada por el Gobierno,
pero aún no se ha logrado un enfoque integral y sistémico que incluya todos los
elementos que van desde la producción y el acopio, hasta la distribución y
comercialización de lo que llega a la mesa de cada casa cubana.
Existen
valiosos resultados de investigación que pueden ser consultados para intentar
resolver este problema clave para la soberanía nacional, conscientes de dos
puntos esenciales: a) los contrastes entre políticas trazadas para regular e
impulsar el proceso de producción-comercialización de alimentos agrícolas y las
prácticas concretas para materializarlas, b) las necesarias transformaciones en
el sistema de comercialización, como parte crucial del modelo económico nacional.
La
intención del Estado de descentralizar y flexibilizar las formas de gestión en
la agricultura choca con irregularidades y alteraciones de las normas
establecidas, por ejemplo: las 30 cartas remitidas -de agosto 2019 a agosto
2020- por trabajadores del sector agropecuario a los periódicos Granma,
Juventud Rebelde y Trabajadores revelan violaciones reiteradas en el pago por
la venta de productos a empresas agrícolas y porcinas, con atrasos de años; así
como poca sensibilidad de funcionarios y dirigentes en el tratamiento de
situaciones concretas como la demora en la aprobación de la chequera por
jubilación, o la pérdida de expediente laboral por parte de la institución,
impidiendo al trabajador presentar su jubilación. Igualmente hacen referencia
al irrespeto a los contratos firmados y la dilación en la entrega de tierras en
usufructo para ponerlas a producir, demostrando que aún existen fenómenos de
burocratismo y corrupción que retraen y desestimulan a los campesinos y obreros
agrícolas, verdaderos protagonistas de esta
batalla.
En
el mercado minorista cubano de productos agrícolas participan múltiples
actores, asociados a formas de gestión diferentes, como reflejo de la
diversidad de tipos de propiedad constitucionalmente aprobadas, cuya actividad
debe orientarse por los principios de complementariedad e interacción en condiciones
similares; sin embargo, persisten comportamientos que frenan esas políticas.
Como señaló el presidente cubano este año al presentar la Estrategia Económica
y Social: para poder avanzar en la producción de alimentos se requieren
importantes transformaciones, entre ellas las del sistema de comercialización.
Datos del Ministerio de la Agricultura fijan en 6 300 000 hectáreas la tierra cultivable en Cuba, siendo propiedad estatal alrededor del 54%. Se calcula que esta forma de propiedad solo produce el 20%, mientras que los productores privados aportan el 80% de producción en un conjunto de renglones importantes. Entre las causas de la ineficiencia estatal en este sector se encuentra el sistema de gestión centralizado y con procesos de comercialización casi monopólicos, en todo lo cual no siempre se tienen en cuenta factores como el incremento de costos de mano de obra, carencias de insumos que hacen disminuir los rendimiento de las cosechas, insuficiente tecnologías que encarecen los costos de producción, y sobre todo el manejo netamente administrativo en la formación de precios coyunturales, que lejos de aliviar la situación, la agravan cuando una cantidad de productos disminuye en el mercado, elevándose sus precios desmedidamente.
En
la actualidad existe un déficit de productos agrarios procedentes del campo,
por lo que hay que importar unos 2 mil millones de dólares de alimentos, cuando
existen condiciones para que al menos el 50% de esa cantidad pueda ser
producida en el país.
La
agricultura es uno de los sectores socioeconómicos que tiene asociada una gran
red de centros científicos y universidades, con una atención gubernamental
directa, durante muchos años protagonizada por el máximo líder de la
Revolución, Fidel Castro, prácticamente igual que en el sector de la salud, en
el que sí se han alcanzado resultados de nivel internacional.
No
obstante, la agricultura casi nunca ha logrado suplir las necesidades de la
población, aunque en leche, huevos y carne de cerdo hubo logros importantes
antes del llamado “período especial”, a partir del cual se limitó sensiblemente
el suministro a nuestro país de alimento animal, y productos como
fertilizantes, medicamentos, insumos veterinarios, maquinaria agrícola e
industrial, etc.
No
se ha logrado cumplir el propósito del Autoabastecimiento Municipal para la
entrega a la población de 30 libras de productos vegetales (viandas,
hortalizas, granos y frutales) y 5 kg de carne per cápita. Esta realidad está
condicionada por factores objetivos, pero en lo fundamental está dada por
reservas inexplotadas en la organización, planificación, control y participación
de la población.
Dichas reservas están muy vinculadas a barreras subjetivas, como son: enfoque sectorial de la producción de alimentos; dispersión de la información que permita valorar con transparencia y precisión este proceso desde el surco hasta el plato y sus consecuencias en la calidad de vida de las personas; limitadas relaciones entre los actores de la producción de alimentos que dificultan el encadenamiento productivo; la formación de fuerza de trabajo calificada no se corresponde con la estructura por edades y calificación de las personas dedicadas a la producción de alimentos a nivel municipal; insuficiencias en los procesos de contratación y pagos a los productores que propician ilegalidades, corrupción y la actividad delictiva.
Las
estadísticas actuales no reflejan en toda su magnitud la seguridad alimentaria
y nutricional desde la producción de alimentos hasta el consumo, pues no
coinciden los cultivos incluidos en la estrategia de autoabastecimiento
municipal con las estadísticas que se publican a este nivel, ya que no
contemplan: aportes de la agricultura urbana, suburbana y familiar, producción,
acopio, beneficio, comercialización (volúmenes de comercialización, precios
mayoristas, minoristas, etc.) y consumo, entre otras con la coherencia
necesaria que permita adoptar las decisiones pertinentes en cada momento. En
consecuencia, los análisis de estos temas están basados en resultados globales
per cápita y no tienen en cuenta la diversidad de los productos y los precios
con que realmente llegan al consumidor final.
Las
principales insuficiencias y errores existentes en el plano organizativo y
económico, que inciden negativamente en la oferta de alimentos a la población
cubana, pueden sintetizarse en el siguiente orden: a) Inadecuada atención a la
fuerza laboral (considerando desde su capacitación hasta la estimulación moral
y material), b) Carencia de la disciplina tecnológica necesaria para asegurar
las buenas prácticas, c) Insuficiente asimilación de las mejores tecnologías y resultados
científicos a escala nacional e internacional, d) Escaso desarrollo de la
logística, generándose cuantiosas pérdidas en el almacenamiento, distribución y
venta de los productos (además de la falta de beneficio y el incremento del
maltrato en la transportación), e) Inexistencia de un trabajo conjunto con la
ANAP para desarrollar acciones con centros de investigación y universidades con
vista a la introducción de los avances de la CTi en los diferentes campos, que
incluyan las ciencias agropecuarias, técnicas, económicas, ambientales y
sociales.
El análisis y las propuestas de solución al conjunto de problemas relacionados con la soberanía alimentaria ha adolecido de enfoques coyunturales o de corto plazo, sin llegar a comprenderse la necesidad de transformar la estructura y formas de funcionamiento de las instituciones tradicionales que han dirigido el sector agrícola cubano, resultando vital renovar la base conceptual y los métodos de trabajo, comenzando por la valoración del enfoque de la transdisciplinariedad, la teoría de la complejidad y el pensamiento no lineal, para poder superar décadas de agudo trastorno multisistémico en la agricultura cubana, lo que explica su incapacidad casi genética para resolver los problemas alimentarios de la nación.
Se
carece de la aplicación de modelos conceptuales novedosos, que contribuyan a la
definición del desarrollo basado en el enfoque de triple eje: Tecnológico
(isoyetas de lluvia regional, laboratorio de suelos, control de acidez, sistema
de riego, equipamiento y otros), Económico (precios, sistemas de pago y
retribución material, créditos bancarios y otros) y de Gestión (calidad del
proceso de toma de decisiones, niveles de participación, motivación,
racionalidad del ciclo de dirección, y de política de capacitación);
garantizándose una adecuada integración de estos tres factores a escala
nacional y local, actual y perspectiva.
Como
en el conjunto de la labor del Estado, la superestructura del sector
agroalimentario se inclina más a la administración de entidades que al
desarrollo de políticas públicas del sector, debido a una cultura de dirección
burocrática, marcada por el control del sistema empresarial y hasta de las
propias cooperativas sobre las que no debería ejercerlo directamente; lo que se
complica por la predominante organización vertical de las OSDE por sub ramas y
no por cadenas de valor de sus producciones, lo que en lugar de contribuir a la
dinamización de sus resultados, implica la apropiación estatal de los recursos
de las empresas, y mediante estas de las UEB, que son los que crean valor, y al
estar estrechamente vinculados al ministerio por el que son “atendidos” en
realidad son subordinados al mismo.
Lo
anterior incide directamente en la baja productividad de la fuerza de trabajo,
del área de cultivo y de otros recursos necesarios, incluyendo la limitación de
la autoridad correspondiente a las cooperativas y los propios campesinos, así
como: el abuso del empleo del mercado cautivo, las pérdidas y mermas elevadas
por reducción de la calidad y cantidad de las cosechas, lo anticuado, ineficaz
e ineficiente del sistema logístico de traslado y disposición de producciones
hasta los consumidores, con reducido enfoque sistémico, entre otros elementos
como la descapitalización, la obsolescencia tecnológica y la lentitud excesiva
con que son tratados los proyectos de inversión extranjera.
Como reflejo de la crítica situación demográfica del país (poca natalidad, excesiva emigración externa, etc.), así como la preferencia por la juventud de trabajos con mejores oportunidades, más del 40% de la fuerza de trabajo del sector agropecuario excede los 50 años. La falta de motivación de los jóvenes también pudiera estar provocada por la falta de perspectivas renovadoras del sector.
El
sistema agro-alimentario cubano, desde la planificación productiva hasta el
proceso de venta a los usuarios tiene deficiencias estructurales y
organizativas, en sentido general, y particularmente en cuanto a no disponer de
un sistema logístico integrado, con herramientas matemáticas, de las TIC y
nuevos medios de gestión, que faciliten un control de distribución equitativa y
de evaluación de costos. Paralelamente, en el proceso de comercialización se
utiliza un sistema basado en criterios y/o indicadores no acordes a la
movilidad de los rangos adquisitivos (además de la doble moneda y los sistemas
cambiarios) de los diferentes sectores, lo que hace difícil un proceso de
control basado en precios versus costos.
Generalmente
los escenarios donde se analizan los resultados científicos no son los mismos
en que se toman las decisiones con relación a la producción y consumo de
alimentos en el país, así como una gran parte de los directivos a nivel
nacional, provincial y municipal, tanto del gobierno como de los ministerios
que intervienen en la producción de alimentos no dispone de información
actualizada sobre los resultados científicos nacionales ni internacionales
disponibles, en lo que influye la falta de un repositorio general que permita
su divulgación.
Las
empresas no visualizan a las entidades de ciencia del CITMA, universidades y
otras instituciones académicas como aliados para buscar soluciones a sus
problemas, y muchas veces no tienen clara la dimensión de esos problemas, pues
trabajan con una visión de corto plazo.
Lo
proyectos de desarrollo local no siempre están basados en la gestión del
conocimiento, a niveles básicos como las Unidades de Ciencia y Técnica, y aún
menos con la incorporación de enfoques novedosos como el de la complejidad.
Se
manifiestan determinados hiatos jurídicos relacionados con diversos aspectos
del sistema de producción agropecuaria que deben ser resueltos tras un
minucioso trabajo de revisión y actualización.
Existen problemas humanos, y por lo tanto culturales, incidiendo en el sistema general de la agricultura, que no han sido suficientemente identificados ni estudiados con una visión multidisciplinaria capaz de revelar las cuestiones subjetivas que pueden estar impidiendo el logro de los resultados productivos necesarios, así como la sostenibilidad de los planes agrícolas.
La
producción de alimentos no debe verse al margen de los problemas sistémicos
internos y externos que la condicionan, pues no puede haber una agricultura que
cubra las necesidades de consumo de la población si no existe una política
económica que garantice no solo las inversiones, los insumos, los precios, los
impuestos, la superación de los cuadros, los estímulos materiales y morales y
muchas otras cuestiones pertenecientes al nivel macroestructural, sino también
que propicie la elevación de la calidad de vida, que rebasa la oferta de una
programación cultural para la recreación de las comunidades, aunque no lo
excluye, pero que tiene que ver más con el cómo, el qué y el para qué la gente
vive su vida cotidiana y familiar.
A
nivel comunitario y municipal existen tierras ociosas sin identificar y sin
tener definido su uso potencial, por ejemplo, para desarrollar proyectos de
agricultura urbana con organopónicos, o minindustrias de conservas y dulces
típicos cubanos a nivel local y familiar, lo que podría contrarrestar el
desconocimiento existente sobre todo en la población más joven sobre la
gastronomía tradicional cubana.
Generalmente,
las respuestas a las deficiencias del sistema de producción agropecuaria en
Cuba se han centrado en aspectos instrumentales, organizacionales,
estructurales y económicos, que no dejan de ser importantes, pero que todos
ellos por sí solos no resuelven los problemas, dejando casi a un lado la
dimensión ambiental, comenzando por el suelo y el agua, dos temas prácticamente
ausentes en toda discusión sobre la producción agropecuaria cubana.
Cuba dispone de unos seis millones de hectáreas de suelo agrícola, más que suficiente para cubrir las demandas nutricionales de sus habitantes. Según datos oficiales, más de un 70% son poco y muy poco agroproductivos, reduciendo el rendimiento potencial hasta en un 40%, así como gran parte de los suelos cubanos está muy afectada y las inversiones anuales para su transformación en suelos productivos es realmente muy baja, mientras un gran por ciento de la capa vegetal ha ido a parar a los embalses.
Los
procesos erosivos afectan a 2,5 millones de hectáreas de suelos, el alto grado
de acidez alcanza alrededor de 3,4 millones de hectáreas, la elevada salinidad
y sodicidad influencia alrededor de un millón de hectáreas, la compactación
incide sobre 2,5 millones de hectáreas, y en resumen el 60% de la superficie
del país se encuentra afectada por estos y otros factores, incluso por más de
un factor a la vez. La superficie de suelos beneficiados anualmente resulta
insuficiente para enfrentar la degradación y la tendencia a la desertificación.
No
se dispone de una categorización actualizada de los suelos agrícolas cubanos,
que permita la designación adecuada de los terrenos a cada cultivo.
La
incorporación de resultados investigativos en materia de Edafología o Ciencia
del Suelo, por ejemplo, en el caso de los llamados Cambios Globales en los
Suelos (transformación de sus propiedades por el uso continuado, en sinergia
con los efectos de la degradación ambiental global) a pesar de los libros
publicados y premios obtenidos aún no tiene toda la aplicación práctica en
cultivos básicos como el frijol y el maíz.
En
cuanto al agua, que en la actualidad es el recurso natural más amenazado, el
área de regadío para la producción agrícola es baja y se conoce que un cultivo
puede multiplicar por cinco o seis su rendimiento si el área está bajo riego
dosificado. Por otra parte, los recursos hídricos disponibles per cápita
anuales están heterogéneamente distribuidos en el país, siendo las provincias
orientales las menos favorecidas, con excepción de Granma. La media nacional de
1220 m3 por persona al año sitúa a Cuba en un nivel de estrés hídrico moderado,
considerando los indicadores internacionales.
Son
muy diversas las interpretaciones que se les da a los conceptos de agricultura
sostenible y agroecología, desde quienes los consideran simples propuestas
tecnológicas como alternativa temporal ante carencias de medios, hasta quienes
lo asumen como una manera diferente de gestionar el desarrollo rural,
incluyendo a los que excluyen el empleo de insumos químicos, variedades
transgénicas, mecanización y hasta el riego, dándole un enfoque de producciones orgánicas.
La actividad agraria se desarrolla al aire libre y cada sitio tiene características propias (topografía, suelo, clima local, cultura agraria, disponibilidad de fuerza de trabajo, entre muchos otros), por lo que los manejos apropiados solo pueden ser construidos localmente, teniendo como principal fuente la cultura agraria local, enriquecido con el conocimiento científico actualizado, para su adecuada contextualización, con fuertes capacidades locales de gestión del conocimiento, capaces de integrar saberes tácitos con saberes explícitos, para diseñar manejos y tecnologías apropiadas a cada lugar y momento; esto es mucho más complejo que la aplicación de instructivos técnicos.
Históricamente
Cuba fue un país productor de carne y leche, sector al que la Revolución dedicó
un gran proceso inversionista y en la década de los ochenta la producción de
leche superaba el millón de toneladas por año; pero esos avances se perdieron
por causa en gran medida del deterioro ocurrido en el patrimonio de los suelos
pastoriles, estatales y particulares; el pastoril se distingue del suelo
agrícola por que exige técnicas ecológicas, como aireación del suelo por medio
de arados.
El
país cuenta con razas de alta productividad de leche y carne cuando se dispone
de una alimentación adecuada, las cuales deben tener un manejo apropiado de
acuerdo con el contexto productivo.
La
atención a los trabajadores ganaderos es tan importante como la atención al
ganado, pero no se logra garantizarles los insumos necesarios para el buen
desarrollo de su trabajo, tanto en las empresas como en las cooperativas, lo
que conlleva al éxodo laboral hacia otros sectores.
La
protección de las cuencas hidrográficas y los bosques naturales aún no cuenta
con una óptima interrelación entre los componentes físicos, biológicos y
sociales, por lo que en ocasiones se altera el estado natural de laderas montañosas
y zonas de nacimiento de ríos y arroyos, así como se dañan bosques o coberturas
vegetales para satisfacer otras necesidades.
Se mantiene el uso indiscriminado del arado y la práctica de la quema de terrenos, provocando que buena parte de los suelos naturales de Cuba sea cada vez menos fértil (cerriles, escuálidos, sabánicos y distróficos), llegando en algunos lugares a un proceso de desertificación, que tendrá resultados funestos en un tiempo no muy lejano, por ejemplo, en el centro sur y norte del oriente del país.
La
producción de semillas es un eslabón fundamental en el desarrollo agrícola,
pero no basta con los protocolos que en base a la actividad científica
garanticen mejores semillas, es necesario también garantizar su disponibilidad
a gran escala y la posibilidad de cada nivel de producción de acceder a las
mismas, para lo cual actualmente no se cuenta con la infraestructura y el
soporte tecnológico necesarios en cuanto a volumen ni calidad.
El
enfoque de “Eco-barrio” promueve la economía circular, aprovechando los
residuos como materia prima reciclable, tanto con fines industriales como
agrícolas y de reforestación, pero en general la estrategia de sostenibilidad
socio-ambiental a nivel municipal, incluyendo los recursos terrestres,
hidrográficos y atmosféricos, no está debidamente fortalecida, ni integrada a
la solución de las problemáticas sociales, económicas, físicas, etc.,
existentes a esa escala.
Acciones.
Todas
las acciones recopiladas, luego de su análisis, procesamiento y adecuación, han
sido agrupadas en dimensiones del sistema de producción agropecuaria para
facilitar su comprensión e implementación, sin embargo, es conveniente aclarar
que algunas de ellas, por su integralidad, pudieran formar parte de varias de
las dimensiones señaladas.
Dimensión organizacional:
1) Revisar el sistema de OSDE de la Agricultura para cambiar su enfoque verticalista, de economía de escala no siempre efectiva, que asemeja una réplica del ministerio para la sub rama; evaluar la conveniencia de convertir algunas OSDE en entidades financieras no bancarias y establecer organizaciones por cadenas de valor y logísticas; desarrollar estructuras que se correspondan con un enfoque de encadenamiento de valor.
2) Lograr que el Organismo Central y los entes de la administración pública del sector se concentren en la aplicación y control de las políticas públicas y no intervengan administrativamente en las entidades de la base productiva; crear una estructura dentro de la administración pública para la atención directa a las cooperativas de cualquier tipo, desvinculando su atención del organismo sectorial.
3) Revisar las estructuras a que están subordinadas las diversas formas productivas para romper los compartimentos estancos entre los actores, eliminar la verticalidad en la gestión y lograr encadenamientos horizontales.
4) Reestructurar el sistema empresarial para convertir a las empresas y sus UEB en sociedades mercantiles, en Pymes de propiedad estatal, eliminando las limitaciones impuestas de atender solo a las cooperativas y campesinos del territorio en que están ubicadas y a las entidades del sector, lo que frena el desarrollo de la organización y de sus directivos.
5) Revisar la conveniencia de los mecanismos estructurales de control existentes -Juntas de Gobierno, OSDE, empresa, UEB-, de manera tal que se priorice el papel y autoridad de aquellos que realmente generan valor en esa cadena de control.
6)
Revisar los conceptos de
funcionamiento y operación de las empresas nacionales de servicio en el sector,
que fueron creadas durante el anterior perfeccionamiento del organismo en que
se “tercerizaron” actividades que formaban parte de su estructura como el caso
de la empresa de servicios informáticos.
7)
Transformar en cooperativas las
empresas agrícolas estatales, que nunca han podido probar su eficiencia.
8)
Encargar a los productores de la
preparación de los suelos, la siembra, recolección y distribución. En tanto el
gobierno debe organizar y crear las condiciones para que el productor adquiera
por medio de créditos o de las riquezas acumuladas con su trabajo, los medios
necesarios para producir, incluyendo el transporte para trasladar al mercado
sus productos y realizar las gestiones que toda empresa productiva y agrícola
necesita. Ellos son los que deben distribuir o crear mecanismos viables de
distribución y evitar los intermediarios.
9)
Estimular la competencia entre las
diferentes formas productivas con la finalidad de satisfacer las demandas de la
población. Orientar la labor a la producción agroindustrial, artesanal, el
abastecimiento al turismo, la sustitución de importaciones y la exportación,
cuando se garantice el abastecimiento nacional.
10) Integrar todas las acciones con las estrategias de desarrollo económico y social hasta el año 2030, como única herramienta de gestión a nivel de municipio y provincia, lideradas por los gobiernos. La implementación de las estrategias pasa por la elaboración y aplicación de programas de desarrollo estratégicos priorizados que a su vez se concretan en proyectos y planes de acción, para la producción de alimentos de acuerdo con las particularidades de cada municipio. Es en este proceso donde debe exigirse la aplicación de la ciencia.
11) Fomentar la integración de todos los actores relacionados de una forma u otra con la producción de alimentos e implementar un sistema de gestión donde la base productiva (todas las formas de cooperativas y el sector no estatal) participe de forma directa en la toma de decisiones sobre las propuestas de aplicación de ciencia, la tecnología y la innovación en sus áreas y producciones.
12) Pasar de un enfoque productivista a un enfoque sistémico, a nivel de entidad productiva y de territorio. No se deben analizar separadamente los elementos de la finca y de su entorno, sino como componentes de un sistema más o menos complejo con múltiples y diversas interacciones que deben tenerse en cuenta a la hora incorporar, cambiar o retirar tecnologías, cultivos, mercados, y otros.
13)
Analizar, por la dirección ganadera
del MINAG, la posibilidad de ir adoptando la producción estacional de leche;
mayor cantidad de partos entre abril y agosto.
14)
Destinar el mayor suministro de
recursos materiales a las entidades más eficientes, independientemente de su
organización productiva.
15)
Garantizar el funcionamiento de
sistemas de control de la masa vacuna y la reproducción para su uso en la
mejora genética y control de los nacimientos.
16)
Concebir y poner en práctica una
cadena de comercialización, basada en criterios científicos y no estrechamente
administrativos. En su concepción se deben tener en cuenta las experiencias sobre
este particular -con sus aciertos y fracasos-, registradas durante más de 60
años, así como las potencialidades de los productores agrícolas y los
diferentes actores que participan en el mercado minorista.
17) Considerar, en la estrategia de descentralización de la comercialización agrícola, no solo el perfeccionamiento de la estructura y funcionamiento del Grupo Empresarial de Acopio, como se declara en el Decreto No.361 “De la organización superior de dirección empresarial grupo empresarial de acopio”, del 31 de mayo de 2019 sino incluir variantes de distribución y comercialización más eficientes, que faciliten un vínculo directo productor-consumidor, como señaló Díaz-Canel el 20 de junio en intercambio con los gobernadores.
18) Abarcar en lo posible para las diferentes formas productivas (CCS, CPA, UBPC, empresa estatal, productores privados, usufructuarios de tierras) todos los eslabones de la cadena: producción (incluye semilla, viveros), beneficio, transporte, conservación, mercado minorista (comercialización), con vistas a reducir costos y eliminar intermediarios.
19) Crear cooperativas comercializadoras de segundo grado que pertenezcan y representen a los productores (cooperativas de primer grado, usufructuarios, productores privados, de acuerdo con la necesidad, lugar, territorio y logística, equilibrando con estas otras formas la gestión de comercialización del Grupo Estatal de Acopio.
20) Crear pequeñas y medianas empresas estatales y privadas en áreas de las actuales CCS y en tierras estatales ociosas, o en producción de baja productividad.
21) Potenciar a las brigadas que luchan contra la eliminación del marabú, para rescatar los suelos agrícolas y producir carbón, un rubro exportable del país.
Dimensión
económico-financiera:
1) Identificar proyectos de inversión extranjera que se ajusten en cuanto a montos, riesgos y mercados y encadenamientos a la coyuntura internacional pos pandemia que permita realizar un proceso de recapitalización y modernización, donde las cooperativas, usufructuario y privado participen en la nueva organización de forma directa.
2) Lograr que tanto las empresas como la base productiva reciban beneficios directos de sus exportaciones que les faciliten su operación y sostenibilidad de las exportaciones.
3) Facultar a las sucursales municipales de los bancos a otorgar créditos a las diversas formas productivas agropecuarias, ajustadas a sus necesidades financieras, y aplicar medidas que faciliten el empleo de colaterales en correspondencia con las posibilidades de estos actores.
4) Desarrollar mecanismos de financiación en divisas para las producciones destinadas a la sustitución efectiva de importaciones.
5) Facultar a las cooperativas a abrir y controlar cuentas tanto en MLC como en CUC, y que éstas puedan emplearse como colaterales o en diversos rubros que contribuyan al desarrollo.
9) Promover la inversión extranjera con mayor nivel de flexibilidad e incentivos.
10) Crear un banco especializado en actividades agrícolas, que sea un facilitador y a la vez un creador de cultura en el uso de los créditos y otras ofertas bancarias.
11)
Implementar, en el plazo más breve
posible, las medidas para finalizar con la dualidad monetaria y cambiaria,
considerando además una reforma general e integral de precios.
12)
Crear un mecanismo de control
estatal para el acopio y comercialización que permita a los productores vender
sus productos a un precio consensuado sobre la base de los gastos necesarios
para la producción. En esta cadena de comercialización se establecería un
margen de ganancia con un porcentaje fijo (que no tiene porqué ser el 100%, el
200%, ni siquiera el 50%), tomando como referencia inicial el costo de
producción de cada rubro. Con excepción de lo destinado a la canasta básica
-mientras se consideré la necesidad de esta-, la estructura de costo se haría
sin que medie subsidio alguno, lo que generaría dividendos para el sostenido
mantenimiento de las estructuras creadas a tales efectos.
13)
Destinar el excedente de la
producción agropecuaria a la exportación a través de empresas estatales para
todos los sectores productivos. En esta dinámica, la empresa estatal podría
beneficiarse con un porcentaje de la ganancia obtenida por los productores que
laboren por cuenta propia. Al mismo tiempo, los productores podrían acceder a
recursos financieros externos que deben tributar al continuo crecimiento del sector.
14) Garantizar
que los cuentapropistas se subordinen a la política de comercialización o precios
establecidos para los productos agrícolas en el marco de la legalidad. Ellos
podrían acceder a los productos a partir del excedente en una relación directa
con los productores.
Dimensión social:
1) Realizar diagnósticos participativo-reflexivos en los diferentes órganos y escalas territoriales de gobierno municipal, relacionados con el estado actual de su gestión socioambiental, con vistas a una perspectiva multiactoral de desarrollo sostenible.
2) Desarrollar acciones de sensibilización, asesoramiento y potenciamiento de la gestión multiactoral en temas prioritarios para el municipio (como la gestión organizacional de gobierno para una estrategia de desarrollo local sostenible y el área de proyección socio- ambiental más amplia a nivel local y comunitario).
3) Efectuar acciones de proyección e inicio de acciones de transformación (social organizacional, cultural, socioeconómica, medioambiental, etc.) a partir de la gestión multiactoral y la participación ciudadana en todas las tareas de escalas local- comunitarias, que implica la aplicación de la concepción de Ecobarrio, con acciones de seguimiento y acompañamiento del proyecto que conduce el Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas (CIPS), del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente.
4) Potenciar el trabajo social comunitario bajo la dirección del gobierno con la participación de todos los factores para atender las necesidades nutricionales de los ancianos y otros grupos vulnerables, no solo en los llamados comedores sociales sino también la atención a domicilio.
5) Desarrollar con las familias
minindustrias de dulces típicos cubanos como el boniatillo, merenguitos, dulces
en almíbar, y otros. Esto pudiera tener un doble carácter: alimentario y
cultural. Muchos de nuestros jóvenes no conocen estos dulces.
6) Mejorar las condiciones de vida de los pobladores y hacer las comunidades autosuficientes en productos alimenticios y básicos.
7) Vincular los Consejos Populares y circunscripciones a base productivas que suministren la producción agropecuaria estrechando los vínculos entre productores y consumidores y la rendición de cuentas de los primeros.
8) Mejorar los aspectos socioeconómicos de la vida en el campo; estimular el amor a la tierra desde edades tempranas, incluidos los círculos de interés y huertos escolares.
Dimensión ambiental:
1) Rescatar los suelos pastoriles, con la introducción de técnicas adecuadas para la producción de pastos y forrajes, siembra de plantas proteicas, mayor empleo de agua de calidad, producción de caña, mieles, sal y piensos nacionales para obtener resultados sostenibles y sustentables.
2) Actualizar con urgencia los estudios de agroproductividad para los suelos agrícolas cubanos e identificar los factores limitantes que inciden en ellos, prestando especial atención a la erosión y su estabilidad.
3) Elaborar una estrategia a corto y mediano plazos para la remediación, protección, conservación y mantenimiento de los suelos agrícolas productores de alimentos, y actuar en correspondencia.
4) Elevar el monto de las inversiones
anuales en el presupuesto del país para el mejoramiento y protección de los
suelos agrícolas productores de alimentos.
5) Recuperar y devolver, a las áreas de cultivo, los suelos que han ido a parar a los embalses como parte de la erosión y el arrastre, aprovechando los tiempos de sequía severa y prolongada, cuando las aguas bajan de forma extraordinaria. Esta acción mejoraría incluso la capacidad real de almacenamiento de los embalses, la cual ha disminuido sensiblemente a lo largo de décadas.
6) Incrementar las áreas de regadío para la producción agrícola de alimentos mediante sistemas sostenibles de riego, con el empleo de tecnologías altamente precisas, eficientes y ahorradoras de agua, sustituyendo los actuales sistemas de alto consumo hídrico y que además contribuyen a la erosión y arrastre de los suelos, así como a la contaminación de las aguas.
7) Considerar el riego por pronóstico,
empleando la información en tiempo real que brindan los centros meteorológicos provinciales.
8) Calcular los índices de agua
virtual en la producción agropecuaria, comparándolos con los estándares
internacionales y adoptando las acciones pertinentes para su convergencia en el
plazo más breve posible.
9) Determinar el caudal ambiental en
los principales embalses del país de manera que se cumpla el requerimiento
establecido por la Ley de Aguas Terrestres con vistas a garantizar el ciclo
hidrológico y se respete el agua necesaria para garantizar la biodiversidad
aguas abajo.
10)
Implementar la regeneración de las
aguas residuales y su reutilización segura en el riego agrícola.
11)
Buscar tecnologías de manejo
eficiente en los suelos para los cultivos del maíz y el frijol, con
mejoramientos tanto orgánico y con variantes de presencia del piso de arado y
rompiendo el piso de arado.
12) Categorizar
los suelos agrícolas, para la designación adecuada a cada cultivo, ya que han
sufrido cambios significativos.
13)
Garantizar la estabilidad de las
cuencas hidrográficas y el mantenimiento de su potencial productivo.
14)
Adoptar medidas urgentes para
detener los daños al ecosistema debido a la utilización de los encinales para
producir carbón vegetal, lo que constituye una violación de la orientación de
hacerlo con aroma.
15)
Reducir los factores de tensión o
desestabilizadores que normalmente van asociados a la agricultura migratoria, a
la ganadería intensiva, los incendios forestales, la sobreexplotación forestal
y el exceso de otras labores.
Dimensión jurídica:
1) Crear las posibilidades legales para que los actores de la base productiva de la agricultura y cooperativas no agropecuarias puedan invertir en las empresas estatales y mixtas del sector y tengan participación también en su gestión.
2) Fiscalizar y controlar con más rigor el proceso de entrega de tierras ociosas.
3) Elaborar normas jurídicas que regulen el funcionamiento de las cadenas productivas y de valor en la producción agropecuaria.
4) Identificar todas las disposiciones legales, políticas y administrativas, incluidas las de la OSDE ganadera y el MINAL, que limiten la gestión económica y financiera de la cadena de producción, elaboración y comercialización de la leche y la carne vacuna, y proceder a su modificación o derogación.
5) Restablecer al Instituto de Medicina Veterinaria como entidad de vigilancia y control estatal de la salud animal.
6) Contar con una ley que proteja los pastizales, --por rutina históricamente no han sido tratados como un cultivo y por desconocimiento no como un cultivo de manejo especial--, estimule a los buenos cultivadores y sancione en su justa medida a los que los deterioran, ya que esta acción compromete la producción y la salud animal, además de la calidad y estabilidad del suelo.
7) Diseñar e instrumentar un marco regulatorio que propicie un crecimiento cualitativo de las formas de gestión no estatal como gestor de la actividad. Para ello se requiere revisar los actuales términos de contratación, en cuanto a objeto social, tiempo de duración, tarifas de arrendamiento del espacio, las excesivas restricciones y regulaciones que emiten de manera independiente diferentes entidades afines a la actividad. Como parte de las normas legales, incorporar cláusulas de protección frente a desmedidos controles, que en algunos casos derivan en actos de soborno y corrupción.
8) Actualizar la legislación vigente en materia de suelos, incorporando el enfoque de sostenibilidad en su gestión integral y retirando la función estatal regulatoria de su protección y conservación del Ministerio de la Agricultura, pues en esta actividad se desempeña como juez y parte.
Dimensión
informacional:
1) Conformar contingentes por municipios de estudiantes universitarios de las carreras agropecuarias, bajo la conducción de los Centros Universitarios Municipales (CUM), para divulgar los resultados científicos validados, obtenidos por los centros de investigación del país, de forma directa en las diferentes estructuras de la base productiva.
2)
Definir el sistema de información
estadística sobre la producción de alimentos del municipio, de manera que se
puedan calcular los indicadores de SAN por Consejo Popular y a nivel municipal,
lo que permitirá evaluar el incremento de la disponibilidad, acceso, consumo y
utilización biológica de los alimentos por parte del gobierno para la toma de
decisiones al respecto.
3)
Caracterizar las actuales revistas
científicas y científico divulgativas cubanas dedicadas o vinculadas a temas
agroalimentarios y promoverlas entre productores y otros especialistas e
investigadores interesados.
4)
Contribuir, a través de la Sociedad
Cubana de Ciencias de la Información (SOCICT) y sus filiales territoriales y el
Instituto de Meteorología (INSMET) de conjunto con los Centro Meteorológicos
Provinciales, a la socialización de las relatorías de los talleres científicos
en los que se explicitan los resultados y conocimientos derivados de los
servicios científico técnicos e investigaciones agrometeorológicas y climáticas
que se asocian a la producción de alimentos.
5)
Crear, o potenciar, el sistema de
información y comunicación de las experiencias de avanzada y resultados
factibles de implementar.
6)
Seguir incrementando los espacios
de debate e intercambio donde participen: gobierno, universidad, empresas de la
industria alimentaria, empresas agropecuarias, centros de investigación, CCS,
CPA, asociaciones y otras interfaces, propiciando que de ello se deriven las
mejores propuestas y decisiones para incentivar la producción de alimentos.
7) Desarrollar espacios de diagnóstico, análisis, y debate, que permitan incorporar sostenibilidad a los grandes polos productivos y las siembras extensivas. La sostenibilidad no puede seguirse considerando como una propuesta exclusiva de las pequeñas fincas y cooperativas. Los saberes ancestrales y la ciencia moderna pueden y deben conjugarse para incorporar manejos, diseños y tecnologías sostenibles a las grandes empresas agrícolas.
8) Divulgación del Plan de Soberanía
Alimentaria y Educación Nutricional a los diferentes públicos meta de acuerdo
con sus características.
9) Realizar debates sobre seguridad alimentaria y nutricional en los Consejos Populares de las zonas urbanas con la participación de estudiantes universitarios de carreras afines.
10) Crear una Red Transdisciplinaria Integrada de Actores (directos e indirectos) vinculados a la Seguridad Alimentaria y Nutricional sobre una plataforma en línea para intercambiar conocimientos y formas de hacer en la que participen decisores, productores agropecuarios, investigadores, docentes y estudiantes de nivel superior, así como los OACE que cumplen las funciones estatales, vinculados al proceso de producción de alimentos y ciudadanos en general desde una plataforma en línea que permita el acceso mediante diferentes dispositivos.
11) Ampliar las estadísticas actuales para que reflejen en toda su magnitud la seguridad alimentaria y nutricional.
12) Elaborar un perfil de necesidades y preferencias alimentarias de la población a nivel municipal para retroalimentar el autoabastecimiento municipal.
13) Establecer
un Observatorio de carácter intersectorial a nivel nacional, provincial y
municipal para monitorear la Seguridad Alimentaria y Nutricional (SISAN) como
sistema permanente y actualizado que integre información dispersa relacionada
con la temática.
14) Implementar un sistema de información, vigilancia, monitoreo y evaluación de la SAN a nivel nacional, provincial municipal y Consejo Popular con enfoque intersectorial, de resiliencia al cambio climático y base participativa de la población, orientado a la toma de decisiones en el marco de la Seguridad Alimentaria y Nutricional.
15) Organizar en las provincias grupos de estudios sobre temas económicos y energéticos, integrados por especialistas de las instituciones más vinculadas con las áreas del conocimiento de la producción de alimentos, provenientes de la universidad, el CITMA y otras organizaciones como la ANAP, ACPA, SEAP, la ANEC, la Asociación de Comunicadores, AZCUBA, y entidades de carácter regional y provincial que puedan tributar al desarrollo de estudios sobre las necesidades agroalimentarias, de acuerdo con las particularidades de las cadenas de valor de cada territorio.
16)
Implementar indicadores de
sostenibilidad económica, ambiental y social para medir adecuadamente el
trabajo en toda la cadena productiva de la leche y la carne vacuna.
17) Divulgar masivamente entre los ganaderos el pensamiento de Fidel relacionado con la ganadería y las lecciones dejadas en Cuba por su amigo Voisin y dar a conocer el libro “Impronta de Fidel en la ganadería”.
18) Abrir en todo el país espacios de diálogos para debatir la posible aplicación de conocimientos y experiencias existentes, en agro sistemas específicos relacionados con la ganadería en general y en especial para la producción de alimentos para el ganado, enfatizando en los pastos y forrajes, la arborización de las unidades ganaderas y el uso de sub productos agrícolas e industriales del entorno.
19)
Abrir a nivel local espacios de
diálogo organizados con el objetivo de enriquecer, actualizar, perfeccionar a
nivel local los criterios sobre como: mejorar los suelos ganaderos; hacer la
siembra, renovación y reposición de especies para diferentes usos en la
ganadería; introducir especies arbóreas de uso múltiple en áreas ganaderas;
popularizar el uso de nuevos sistemas de explotación donde se integren a la
ganadería la producción agrícola y forestal y viceversa; producir semilla para
mejorar y diversificar la vegetación dedicada a la ganadería; si se logran
criterios apropiados (viables y sostenibles) sobre estos temas, su aplicación
representaría un importante aporte de la ganadería a la Tarea Vida.
20)
Divulgar por diversas vías -medios
de difusión masiva, persona a persona, organizaciones sociales (CDR, FMC,
etc.), canales de televisión, programas comunitarios- los sistemas establecidos
para el apoyo a personas naturales que desean cultivar y producir sus tierras y
jardines, las experiencias y resultados favorables de fincas familiares y
agroecológicas, patios, jardines, proyectos comunitarios, dirigidos por
ingenieros agrónomos y científicos dedicados al estudio de la ecología, la
producción y conservación de recursos naturales en los diferentes territorios
del país.
21) Estimular que los programas de cocina (TV y radio) insistan en recetas adecuadas a nuestras carencias y ofrecer propuestas con vegetales (que deben cultivarse en mayor cantidad); es decir, las bondades de las semillas de calabaza tostadas, sopa de flor de calabaza, variantes de cocinar la berenjena, chayote, acelga y muchos otros vegetales que consumen poco y enriquecen la nutrición de la población cubana.
22) Incitar y favorecer la publicación de artículos y libros sobre los suelos cubanos, distribuyéndolos a los centros de educación técnica y universitaria del país, así como a los centros de investigación de la rama agropecuaria.
23) Estudiar el libro Sistemas Complejos escrito por Rolando García (Gedisa Editorial, 2006), que se distingue por su alto nivel científico y apego a las realidades de nuestro país. El autor penetra en el problema de la producción de alimentos desde el enfoque de la complejidad, aportando importantes conocimientos que contribuyen a profundizar en la labor de investigación. Es de gran utilidad en el esfuerzo por hacer de la ciencia y la innovación un instrumento inapreciable para el desarrollo de la producción alimentaria, batalla que se decide en los territorios.
24)
Tener en cuenta en la conformación de un proyecto de
desarrollo local:
§ La
integración de líderes de opinión, personas calificadas al grupo
multidisciplinario de Ciencias Sociales, cuando se den necesidades y
oportunidades para el trabajo integrado.
§ Desarrollar
acciones de capacitación, asesoría, para abordar con el método científico los
problemas arrojados bien por diagnóstico, o por la evidencia de problemas no
resueltos por las vías tradicionales.
§ Preparación
de los cuadros de los municipios en la concepción de proyectos de desarrollo a
ciclo completo, para que puedan, a partir de un diagnóstico con los indicadores
en cuestión, la formulación de objetivos y acciones del proyecto, según el Dr.
Agustín Lage “No es casual que una de las principales y más intensas acciones
de capacitación para los cuadros del municipio haya sido precisamente en
dirección de proyectos. Dirigir un proyecto es dirigir una transformación”.
§ Reconstruir
la historia productiva y económica de la localidad, con el fin de conocer
posibles nichos de desarrollo. Aspecto de gran relevancia para la toma de
decisiones.
§ Desarrollar
acciones para el rescate de lo que llamamos “linaje”, que no es más que la
tradición familiar y local de una actividad productiva, por ejemplo, el linaje
tabacalero,
o el azucarero, la finalidad es involucrar a los jóvenes en la actividad
productiva fundamental del territorio, con la motivación de dar continuidad a
las tradiciones productivas de su familia.
§ Involucrar
a la población desde la misma concepción del proyecto. La participación no debe
ser pasiva, se deben identificar los beneficios para elevar el nivel de vida de
los habitantes, para lograr su interés e incorporación en el éxito del proyecto.
Dimensión
educacional:
1) ncentivar la incorporación de jóvenes al estudio de las diferentes especialidades vinculadas a las ciencias agropecuarias y económicas, procedentes de las estructuras productivas, tanto en los tecnológicos como en las universidades, en particular en programas de ciclo corto en los Centros Universitarios Municipales.
2) Capacitar a los gobernadores e intendentes para que se apropien de los conocimientos y técnicas de gestión pública para liderar la movilización de todo el conocimiento científico generado en el municipio, la provincia, el país y el extranjero en función de dar respuesta a las necesidades de producción de alimentos para todos los destinos.
3) Desarrollar capacidades locales de innovación, que hoy no existen en el país, a pesar de contar con todos los componentes principales para su conformación. La complejidad de una agricultura próspera y sostenible exige de un sistema local de acompañamiento técnico al agricultor. La disponibilidad actual de técnicos y servicios de apoyo a escala de municipio, y que llegan hasta el nivel de Consejo Popular, solo requiere de una articulación intencionada y una capacitación extensionista, para poder disponer de este componente imprescindible para promover y acompañar el desarrollo agrario sostenible.
4) Capacitar a los dirigentes de base de los CDR y la FMC en la producción de alimentos en el barrio.
5) Realizar un levantamiento de las características sociodemográficas y de preparación de la fuerza laboral dedicada a la agricultura en el sector estatal y no estatal a nivel municipal.
6) Valorar la eficacia de la formación de nivel medio y superior en especialidades agropecuarias en la contribución a la seguridad alimentaria y nutricional a nivel municipal.
7)
Valorar a nivel municipal la
continuidad de estudios superiores de los técnicos medios agropecuarios en las
modalidades existentes.
8)
Valorar a nivel municipal la
permanencia en la actividad en la que fueron formados de los técnicos medios
agropecuarios y graduados de nivel superior en especialidades afines.
9) Entregar áreas para la producción e investigación a los Institutos Politécnicos Agropecuarios y Universidades que no dispongan de ellas para que complementen el proceso de formación en las aulas anexas, la práctica laboral y las unidades docentes.
10) Formar, en el cultivo de la caña de azúcar, la fuerza laboral calificada: técnico medio, técnico superior universitario de ciclo corto, una especialidad en ese cultivo y una modalidad de post grado.
11) Preparar a los principales decisores a nivel municipal, Consejo Popular y delegados de circunscripción en cuestiones básicas, relacionadas con soberanía alimentaria, así como seguridad alimentaria y nutricional.
12) Capacitar a los principales dirigentes políticos y administrativos de cada provincia y municipio, que tengan a la ganadería vacuna como actividad fundamental de su economía en lo básico de la producción vacuna,
13) Mejorar la formación de recursos humanos con la propuesta de un Técnico Superior Universitario en Fisiopatología de la Reproducción Animal (incluye Andrología) y el desarrollo de la especialidad en Reproducción Bovina.
Dimensión
científico-tecnológica:
1)
Tener en cuenta la diferenciación de los procesos en
una estrategia agraria determinada:
§ Procesos
de primer nivel que implican cambios que afectan el contorno físico, las
relaciones socioeconómicas de la población en el área y sus condiciones de
vida. Asociados con modificaciones productivas a escala local.
§ Los
procesos de segundo nivel, implican cambios en el sistema productivo:
introducción de cultivos comerciales, procesos de industrialización, o la
emergencia de polos de desarrollo que generan cambios significativos en los
procesos de primer nivel.
§ El tercer nivel implica cambios en las políticas de desarrollo nacional, en el comercio internacional, con flujos de inversión, que generan cambios en los procesos de segundo nivel. Este encadenamiento de niveles debe formar parte de las estrategias que se proyecten.
2) Realizar una reingeniería del
sistema logístico del traslado de los productos desde el campo a los centros de
comercialización mayorista y minorista, dotándolo de cuadros profesionales,
medios y sistemas adecuados. Facilitar a las cooperativas, la adquisición de
medios logísticos y de producción, con financiamiento propio o utilizando
créditos adecuados.
3)
Promover la realización sistemática
de encuentros de intercambio de buenas prácticas entre productores como vía
para la generalización de los resultados, a nivel de Consejos Populares,
municipios y provincia.
4)
Promover la realización de Ferias de Innovación
agrícola local en cada municipio.
5)
Crear fuerzas de tarea conjunta con
la ANAP para desarrollar acciones con: los centros de investigación y
universidades para la introducción de los avances de la CTi en los diferentes
campos que incluyan las ciencias agropecuarias, técnicas, económicas y sociales,
el MINAL y otros OACE para los encadenamientos con la industria alimenticia,
Min. Industrias, Azcuba y otros para los encadenamientos con la industria mecánica.
6)
Hacer un estudio profundo (donde
participen los OACE que puedan contribuir y el sector campesino y cooperativo)
de: los problemas de acopio, almacenamiento, beneficio, distribución y
comercialización de productos y su logística, los sistemas de atención al
capital humano, las cadenas de impagos, la disciplina tecnológica,
financiamiento e inversiones, control de gestión.
7)
Potenciar, con la integración y
aportes de todos los actores posibles y utilizando las actuales tecnologías y
herramientas de información, comunicación y gestión, el extensionismo como una
importante vía de socializar conocimientos y experiencias con resultados ya
probados.
8)
Potenciar por parte de las
Delegaciones del CITMA, los Programas Territoriales de Producción de Alimentos
Sobre Bases Sostenibles; controlar el cumplimiento de los acuerdos derivados
del Taller Nacional de Producción de Alimentos Con Más Ciencia y apoyar el
accionar de los Polos Científico Productivos en el fortalecimiento del sistema
de acciones para explicitar, difundir y generalizar los resultados.
9)
Promover y socializar los
resultados de los estudios de Peligro, Vulnerabilidad y Riesgo (PVR) en
epifitias y otros fenómenos que constituyan amenazas y puedan incidir
negativamente en la producción de alimentos.
10)
Incentivar y estimular la
creatividad de innovadores en función de solucionar los problemas de la
industria alimentaria, dada su obsolescencia.
11)
Modelar con herramientas
matemáticas y logísticas, las diferentes variables que influyen en el proceso
de planificación, producción, recolección y comercialización de productos a
escala territorial (necesidades versus posibilidades de satisfacerlas). Esto
permitiría disponer por los gobiernos locales, de un sistema de monitoreo en
tiempo real (basado en indicadores productivos y logísticos, basados en la
información GIS de los sistemas actuales) de cómo marcha el proceso.
12)
Disponer de un mapa relacional a
escala territorial, que muestre las diferentes variables relacionadas con la
producción por zonas geográficas, existencia de fuerza de trabajo, niveles de
productividad, costos de las producciones, consumo social, dinero invertido,
niveles requeridos por industrias terciarias, etc. Empleando un Sistema de
Información Geográfica se podrá visualizar a escala gubernamental, cómo se
comportan en tiempo real estos indicadores, para la toma oportuna de decisiones.
13)
Privilegiar las tecnologías de
proceso sobre las tecnologías de insumos. Lo que pueda resolverse con un
adecuado manejo del cultivo, no debe hacerse aplicando un producto. Los insumos
son generalmente importados, y muchas veces contaminantes, los manejos dependen
de la inteligencia y capacidad de agricultores y técnicos. La decisión de
empleo de un equipo, producto o tecnología debe basarse en un análisis de lo
que nos va a aportar y en lo que nos pueda perjudicar para la sostenibilidad de
la finca, basarse solo en su origen (químico, biológico o natural) es un error
que puede conducir a consecuencias negativas. Para esta valoración es muy útil
tomar como referente los elementos mencionados con anterioridad en la
caracterización de una agricultura próspera y
sostenible.
14) Aplicar masivamente las técnicas agroecológicas en toda la agricultura cubana, hasta ahora son ejemplos para la televisión de estas buenas practicas, pero falta mucho por hacer y mucha conciencia que crear. Son pocos aún los productores que trabajan a conciencia la agroecología, a veces se pone de moda, pero cuando comienzan a llegar los paquetes tecnológicos importados, se olvidan de ellas y por eso los resultados no son buenos. En el mismo discurso político del país no se insiste suficientemente en la aplicación masiva de la agroecología a conciencia y con enfoque de sostenibilidad.
15) Crear las bases para un sistema de extensión rural.
16)
Ampliar la producción nacional y el uso adecuado de hormonas.
17)
Dar los primeros pasos para el ordenamiento
territorial de las áreas ganaderas.
18)
Generalizar las nuevas variedades forrajeras de caña
de azúcar.
19)
Minimizar o eliminar toda
tecnología productiva que dependa mayoritariamente de insumos importados, por
ejemplo, la cría artificial de terneros con sustitutos lecheros.
20)
Comenzar a eliminar la estabulación
vespertina nocturna del ganado y permitir que pasen la mayor parte del tiempo
en pastoreo durante las horas frescas; seguir estabulando preferiblemente
durante el día, con o sin pastoreo restringido, solo en lugares donde exista
garantías de suministro adecuado de alimentos y agua.
21)
Poner a funcionar el sistema de
extensión agraria que garantice la continuidad de la información y capacitación
a directivos y productores.
22)
Aplicar tecnologías encaminadas a la prolongación de
la vida útil de la hembra vacuna.
23)
Introducir prácticas de biotecnias
reproductivas de avanzada como la Inseminación Artificial a Tiempo Fijo (IATF)
y la Transferencia de Embriones (TE).
24)
Tener establecida la inseminación
artificial en todos los lugares con condiciones para ello, y extender otras
biotecnias reproductivas (IATF, TE) y técnicas de ganadería de precisión en
rebaños comerciales seleccionados.
25)
Priorizar la mejora de los pastos, desmontar
“amigablemente” el marabú solo en lugares donde se necesite disminuir la carga
animal y fomentar nuevas áreas para forrajes.
26)
Estimular la integración cultivo –
ganadería y cualquier variante de sistemas silvopastoriles, preferiblemente
multi especies y la producción diversificada de las fincas ganaderas con menor
área. Prever el incremento paulatino del área de algunas fincas.
27)
Producir sales minerales para el
ganado y abonos para los pastos y forrajes con altísima integración de recursos locales.
28)
Evaluar la producción estacional de
leche y decidir su extensión a parte del rebaño vacuno en algunas de las
regiones más afectadas por la sequía.
29)
Potenciar la diversificación de
alimentos a partir de la agroindustria azucarera: miel amonificada, bagazo
hidrolizado, por ejemplo.
30)
Fortalecer las capacidades de diagnóstico
veterinario (Bromatología y salud animal).
31)
Comenzar labores del ordenamiento territorial agropecuario.
32)
Potenciar los centros productores
de semen de alto valor genético, y lograr animales productores de leche y carne.
33)
Diversificar las razas mejoradas
genéticamente, adaptadas al país; altas productoras de leche y carne, para
elevar la producción.
34)
Recuperar el personal veterinario y
la producción de medicamentos, para lograr una salud satisfactoria en los animales.
35)
Recuperar la cuenca lechera de La
Habana, como digno homenaje a la memoria del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.
36)
Firmar proyectos de investigación
empresariales para estudiar los marcos de siembra óptimos y desarrollar la
cosechadora de caña KTP 1200 2A, el tractor especializado cañero, los
implementos agrícolas y el ETE 380-60, con los objetivos de lograr rendimientos
cañeros sostenibles, que oscilen entre las (100-120) t∕ha y reducir en un 50%
los costos totales del proceso de producción-cosecha-transporte de la caña.
37)
Sembrar mayor población de caña por
hectáreas, eliminar la compactación del suelo, preparar correctamente el lecho
de siembra, utilizar las variedades de probada calidad azucarera y resistente a
las enfermedades, fertilizar de forma oportuna y adecuada, realizar, en tiempo,
las actividades de cultivo y mantener los niveles de humedad requeridos, para incrementar
los rendimientos en caña y azúcar.
38)
Eliminar la compactación sobre el
sistema radicular. Para ello es necesario que la maquinaria no transite sobre
el terreno donde se desarrolla el sistema radicular del plantón. Los tractores
y las cosechadoras no ejercen compactación sobre el terreno, pero los camiones
y los remolques sí.
39)
Potenciar la cría de conejos, los
cuales se reproducen rápidamente, puede ser una opción de venta en carnicerías
y mercados. Igualmente, la cría de ranas toros para el consumo humano puede ser
otra opción para restaurantes y otros establecimientos de alimentación social,
ayudando a variar las ofertas.
40)
Organizar y ejecutar un proyecto de
siembra de frutales que abarque los territorios del Caney, la zona baja de El
Ramón de Yerba de Guinea y la zona baja de la Gran Piedra, en la provincia de
Santiago de Cuba, región bañada por la macrocuenca fluvial del Río Baconao,
idónea para la producción de café y frutales de la mejor calidad del país.
Incluir también la franja norte de la región Mayarí Abajo- Sagua de Tánamo.
41)
Diversificar y fomentar las
semillas certificadas, para el mejor aprovechamiento de las posturas o
plántulas a plantar.
42)
Crear un laboratorio de pensamiento
orientado a la acción (tanque pensante; grupo ejecutivo, Grupo Y) en el sector
agropecuario integrado por: agricultores de reconocido prestigio por sus
resultados, Expertos de los centros de investigación del Minagri, Funcionarios
del Minagri, Investigadores (ingenieros, economistas sociólogos y especializados
en temas de gestión y administración) Este grupo Y debe integrarse según el
criterio de triple escalón (nación, provincia y municipio) nunca subordinado al
MINAGRI sino a las respectivas entidades de gobierno (oficinas del presidente o
del primer ministro, gobernadores provinciales e intendentes) El equipo Y
podría considerar como tareas principales las siguientes: proponer y validar un
banco de problemas u obstáculos (conjunto de trabas) que impiden el desarrollo
de la efectividad y productividad de las diferentes formas de gestión del
sector agrícola (empresas estatales, cooperativas y propietarios privados),
elaborar una matriz de doble entrada con dos grupos de variables ;1-tipos de
producción 2-grupo de factores clave.
43)
Tener en cuenta las condiciones de
contorno que significa, una vez delimitado el sistema a estudiar o sector de la
realidad, todo aquello que resulte externo al sistema, un cambio en esas
condiciones puede desequilibrar el sistema, que debe reorganizarse frente a las
nuevas condiciones. Es el caso de muchas actividades agropecuarias en nuestro
país, que tienen una fuerte dependencia de las importaciones de insumos que son
cada vez más bloqueadas por los Estados Unidos, para impedir nuestra
subsistencia y desarrollo.
Dimensión
cultural:
1) Fortalecer la cultura agropecuaria local, enriquecida, complementada y contextualizada con los conocimientos más avanzados de la ciencia. Aplicar tecnologías o propuestas de manejo, científicamente fundadas, con los reajustes requeridos a las condiciones y la cultura agraria del lugar. Beber de esa cultura agraria local, pero contextualizarla a las condiciones, posibilidades y necesidades actuales.
Internas para la SEAP por sus características integradora y
multidisciplinaria:
1) Organizar un grupo ad hoc con los expertos de la SEAP según idoneidad de currículo para analizar las propuestas y elaborar documento final sobre esta tarea y continuar su monitoreo a manera de observatorio. Su objetivo es aplicar criterios para la selección sobre la base del currículo del grupo gestor (Grupo X) Las dos tareas principales de este grupo serían las siguientes: construir un modelo de agricultura sostenible orientado a la productividad y la efectividad (eficacia y eficiencia), elaborar y proponer un conjunto de recomendaciones para elevar la productividad del sector a corto plazo.
2) Organizar a través de la SEAP, y como parte de las actividades que realiza desde la divisa de “Pro Patria”, un Seminario Permanente, de carácter profesional, para activar la formación de capacidades en el trabajo con la memoria de las comunidades, y brindar asesoría especializada en el trabajo sociocultural a comunidades agrícolas en vías de desarrollo. El Seminario organizaría cursos, asesorías, debates y conferencias a nombre de la SEAP y contando con la participación de especialistas de otras instituciones que serían convocados oportunamente. Gestionar los recursos logísticos con CITMA, la ACC, el Ministerio de Economía y otros organismos del Estado que participarían en la ejecución efectiva de las distintas modalidades de respuesta a las necesidades que se identifiquen.
3) Incorporar a los asociados en sus respectivos municipios a la detección de tierras ociosas en coordinación con la agricultura urbana y los gobiernos locales para incrementar los organopónicos y áreas cultivables. Los que tengan conocimientos en estos temas pudieran asesorar en sus territorios.
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La Habana, 24 de septiembre de 2020
¡Enhorabuena a tan prestigiosa institución, que siempre ha hecho Nación!
ResponderEliminarMi modesto aporte en lo referido a las aguas
https://derehoambiental.wordpress.com/2020/10/04/la-autoridad-nacional-reguladora-el-agua/