Entre las prioridades de la estrategia para la recuperación económica se incluyen el incremento de las exportaciones y la búsqueda de nuevos productos para vender fuera.
La Habana, 9 sep.- Una internauta publicó en julio, desde Canadá, en la red social Facebook: “¡Aguacates cubanos que acabo de comprar! Traídos directamente desde La Habana, Cuba”. Esa es una muestra de cómo en tiempos de covid-19 y cierre de mercados, algunos productos del agro cubano se venden en otros países.
El aguacate gozó de “mucha aceptación” y fue resultado de la labor conjunta entre productores, suministradores y exportadores, “durante esta etapa de cosecha, en la que coincidentemente nos ha afectado la covid-19”, explicó a la prensa local Axinia Hernández, directora de inteligencia comercial de la empresa comercializadora Cítricos Caribe S.A.
No fue el único: rubros como ají picante, miel de abejas a granel y en formato de consumo, carbón vegetal (de cuatro calidades), carbón de marabú en varios formatos, fueron otros de los productos del agro cubano que en el primer semestre de 2020 logró exportar la empresa.
Urgencias de las arcas
Con el cierre del turismo desde marzo pasado, la cancelación de vuelos y el cierre de mercados, cayeron los ingresos de la nación caribeña, lo que obligó a buscar con urgencia vías alternativas para cumplir contratos y buscar nuevos nichos.
Cuando el país prácticamente se paralizó, la empresa realizó estudios de mercado por nuevos clientes, firmó contratos, reestructuró plazos de entrega, teniendo en cuenta las medidas higiénicas adicionales que se adoptaron en el mundo con los productos de importación, cuya demanda se deprimió en el mercado internacional.
A su vez, se reordenaron las cargas y las exportaciones de frutas y vegetales frescos y carbón vegetal, tanto aéreas como marítimas, hacia los mercados que no cerraron completamente sus importaciones, se gestionaron nuevos envíos de productos bajo pedidos puntuales de clientes y se redireccionaron hacia clientes no tradicionales los rechazos de quienes detuvieron sus compras.
Como resultado, Cítricos Caribe S.A. sobrepasó la cantidad de productos para la exportación, de los ocho previstos, exportaron 24”, destacó la directora.
Además de los surtidos tradicionales, lograron colocar en naciones europeas como Francia, Italia, Canadá y Turquía, una gama de otros 16 no incluidos en las proyecciones de exportación.
En los escasos medios de transportación que salieron, viajaron mango fresco, lima persa, berenjena, cúrcuma, carbonilla, polvo de carbón, marabú roturado; carbón de mezclas de madera dura y semidura, troncos, muebles y manufacturas de madera, cera, suplementos nutricionales, troncos ornamentales y papaya en varios formatos y preparaciones.
Aunque los volúmenes no son elevados, constituyen un aporte a las menguadas reservas del país y evidencian las potencialidades para incrementar las exportaciones y la diversidad de los rubros.
Tiempos difíciles para el carbón
Desde hace unos años, la plaga de marabú que reinaba en los campos cubanos tuvo una salida rentable: el carbón con base en este arbusto se convirtió en un nuevo rubro exportable.
Con un crecimiento discreto, pero sostenido, este rubro acapara cerca del 99 por ciento, en físico, y el 93 por ciento, en valores, de las exportaciones de Cítricos Caribe. Sin embargo, la pandemia ha impacto negativamente en las ventas.
Las medidas para contener la epidemia en Europa provocaron el cierre de las principales redes de restaurantes, donde prevalecen las comidas al carbón. Algunas reabren progresivamente, pero consumen los inventarios de los distribuidores acumulados en almacenes mayoristas.
Según la directora, “la demanda internacional del carbón vegetal se mantiene deprimida. Aunque se puede hablar de una ligera recuperación, aún no se logra alcanzar los niveles medios para esta época del año, la de mayor consumo en el mercado externo”.
Entre las estrategias adoptadas para revertir la situación se encuentra la ampliación de los formatos, para “tener variedad de mismo producto en el mercado y el cliente tenga opciones de compra”.
La necesidad de continuar la diversificación de los mercados y la búsqueda de nuevos clientes, ampliar la cartera de productos a exportar e insistir que estos cumplan con las normas y regulaciones técnicas de la calidad, son para la directora de inteligencia comercial algunas de las lecciones aprendidas durante la pandemia.
Miel orgánica
En otros de los productos exportables del agro cubano, la miel, en la etapa trabajaron mancomunadamente las exportadoras CubaExport, Cítricos Caribe y Apicuba para mantener las exportaciones, logrando acuerdos comerciales con los clientes, señaló Marta Casanova, directora comercial de la empresa Apicuba, dedicada a las ventas de productos de la colmena.
De acuerdo con Casanova, con la cancelación de la transportación aérea, se vio afectado el envío de las muestras de miel a los laboratorios en Alemania para la realización de análisis de detección de antibióticos y pesticidas, entre otros compuestos.
Esto, dijo a medios locales, “provocó que se retrasaran las exportaciones, aunque algunos clientes estuvieron de acuerdo en comprar nuestra miel aún sin estas analíticas”.
En medio de la epidemia, mediante videoconferencias e inspecciones a los apiarios, la Certificadora Europea Ecocert pudo cumplir todos los protocolos para renovarle a esa empresa la Certificación de miel orgánica que “legitima nuestros productos certificados como orgánicos, les imprime valor agregado y con ello se incrementa el precio”. (2020)
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