Soy de los que dado el carácter del oficio
que ejerzo, cuestiono aquello que constituya obstáculo en el orden
económico-social. También elogio, cuando los hechos y las circunstancias así lo
ameritan. Pero lo hago, como otros muchos, para empujar mi país, cuyo único
pecado ha sido, desafiar a la mayor potencia económico-financiera y militar del
mundo, la cual, ante dicha osadía, respondió hace más de 60 años con el bloqueo-
aún vigente- más largo conocido en la historia moderna.
Si para la mayoría de los países del mundo la
pandemia de la COVID-19 ha impuesto desafíos inimaginables, para Cuba ha sido
mayor aun, pues el acoso de Estados Unidos se arreció en toda la línea, con la
aplicación de nuevas y mayores acciones imperiales, dirigidas a asfixiar esta
nación, sus ciudadanos y las familias, sin asomo alguno de escrúpulos .
Las crisis parecen atizar la llama creativa
de los cubanos, lejos de disminuirlas. En pleno periodo especial en los años 90
del pasado siglo XX, la Isla creó un conjunto de nuevos centros científicos de
gran importancia, donde produce un por ciento nada despreciable de los
medicamentos que consume. Treinta años después de aquella etapa de carencias y
limitaciones económicas, Cuba decidió concebir en esas propias instituciones
científicas los candidatos vacúnales para proteger la totalidad de su población de la letal
COVID-19, lo cual permite hacerlo , de forma soberana, en todos los órdenes. La
eficacia de tales inmunógenos constituye una realidad palpable.
Pero ocurre que esos hechos incuestionables y
tangibles, las cuales avalan las ideas sostenidas por una revolución, hija de
la cultura y las ideas, como expresara su líder histórico Fidel Castro Ruz, se
soslayan, se atacan y se tergiversan por personas y grupos adictas a la
manipulación más despiadada e inescrupulosa, sin reparar siquiera en el estado
actual de la pandemia de la COVID-19 en Cuba, la cual reporta actualmente un
alza inédita de enfermos y fallecidos, lo cual tensa más aun el Sistema de
Salud.
Cualquier individuo medianamente informado,
sabe que no es frecuente en este mundo caracterizado por las inequidades más
inimaginables, que el equipo de Gobierno en pleno de este país heroico,
encabezado por el Presidente de la República y el Primer Ministro, Miguel
Díaz-Canel Bermúdez y Manuel Marrero Cruz, respectivamente, se despliegue en
las provincias y municipios con mayor transmisibilidad de la enfermedad y de
contagios, y donde la situación epidemiológica se hace más crítica, para
adoptar decisiones sobre el terreno a fin de contener el incremento de casos.
La información pública, no sólo ahora en
momentos de mayor tensión, se hace diariamente y de forma transparente y
detallada. La conferencia de prensa del doctor Francisco Durán García, director
de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública, tampoco resulta un hecho
frecuente en este mundo desigual y cada vez más cónico por la forma de
distribuir la riqueza: lo ancho para los opulentos y lo estrecho para los desposeídos
de toda riqueza.
Los informes oficiales- y aquí sí deseo
enfatizar en lo de oficiales, dada la proliferación de mentiras sobre Cuba-
resultan objetivos, descarnados, críticos, y reveladores de la complejidad de
la enfermedad, sin obviar las sombras ni las muchas luces solidarias en estas
jornadas cruciales, en las cuales la responsabilidad individual y colectiva
resultan decisivas.
¿Por qué quienes satanizan a Cuba, no hacen
referencia a las cifras siguientes, reveladoras de la cruda realidad impuesta a
esta nación de amores y esperanzas por el bloqueo estadounidense y por la
COVID-19?
Ø Las
afectaciones del bloqueo económico-financiero de Estados Unidos en 2020, el
cual constituye el principal obstáculo para desarrollar la economía- aunque la
frase parezca manida- superan los 5 500 millones de dólares, y en el quinquenio
2015-2020 los 17 000 millones. Tales cifras representan unos 12 y 15 millones
diarios, con impactos en todos los ámbitos, especialmente en salud, transporte
público, la industria hidráulica y la inversión extranjera.
Ø El
enfrentamiento a la COVID-19 ha generado, hasta la fecha, 300 millones de
dólares, que pudieron haberse destinado a la producción e importación de otros
medicamentos.
Ø Para
enfrentar a la COVID-19 el Presupuesto del Estado ha asumido más de 4 300
millones de pesos: 596 millones en garantías salariales; 1 181 millones de
medicamentos y 246 millones en alimentos.
Ø En
16 meses consecutivos de la pandemia de la COVID-19 y de bloqueo endurecido,
Cuba ha sufrido las siguientes afectaciones:
·
Se redujeron a niveles
mínimos los ingresos en divisas: En el año 2020 se ingresaron 2 413 millones de
dólares menos que en 2019, y en el primer semestre de 2021 se captaron 481
millones de dólares menos que en igual periodo de 2020.
·
En lo que va de 2021 se han
importado 655 millones de dólares en alimentos, los cuales no alcanzan para
satisfacer la demanda.
Las ideas se defienden con hechos, no
mediante falacias. Cuba apuesta por lo primero. De ahí que constituya un
ejemplo fehaciente al respecto, inaceptable para sus detractores de siempre,
dentro y fuera de la Isla, quienes se
empeñan en solicitar ´´ayudas humanitarias´´ para esta nación de amores y
esperanzas, sobre lo cual pueden ofrecer testimonio decenas de países en el
mundo.
*Periodista de investigación, especializado
en temas económicos
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