19 junio 2017
Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau. Foto: Aljazeera.
El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, resaltó que su país está orgulloso de la relación con Cuba y manifestó el deseo de continuar trabajando junto a la isla en beneficio mutuo.
Interrogado sobre la decisión del presidente norteamericano, Donald Trump, de revertir aspectos del acercamiento de Estados Unidos a la nación caribeña, el jefe de Gobierno aseguró que eso no afectará en nada la dinámica entre Ottawa y La Habana, según difundió la agencia The Canadian Press.‘Mantenemos una relación muy respetuosa y constructiva con Estados Unidos, pero siempre tuvimos una diferencia de opinión sobre el nivel de compromiso con Cuba’, expresó Trudeau durante una conferencia de prensa con su homólogo belga, Charles Michel.
Las inversiones en Cuba por parte de empresas canadienses y gente de negocios, las oportunidades para el turismo y para el comercio en beneficio mutuo ciertamente continuarán, aseguró el primer ministro.
De acuerdo con Trudeau, Canadá siempre ha estado muy orgullosa de la independencia de su política exterior, particularmente en relación con la nación antillana.
El jefe de Gobierno realizó una visita a Cuba en noviembre pasado, durante la cual sostuvo conversaciones oficiales con el presidente Raúl Castro.
Durante ese encuentro, ambos líderes debatieron sobre el satisfactorio estado de las relaciones bilaterales y reiteraron la voluntad de sus respectivos gobiernos de fortalecer los nexos políticos, económico-comerciales, financieros, de inversión, de cooperación y de turismo entre las dos naciones.
Canadá es el cuarto socio comercial del territorio antillano a nivel mundial y el principal emisor de turistas a la isla, con el 30 por ciento del total de visitantes extranjeros que llegaron al país el pasado año.
En Moscú, el director de América Latina de la Cancillería rusa, Alexander Schetinin señaló:
“La nueva línea hacia Cuba anunciada por el Presidente de los EE.UU. nos remonta a la olvidada retórica al estilo de la “Guerra fría”. Este enfoque ha caracterizado la actitud de EE.UU. hacia Cuba durante décadas. Cuando la administración anterior de Washington realizó modificaciones sustanciales a la línea que se llevaba a cabo respecto a la Isla, consideramos, no sin razón, que más que una demostración de buena voluntad de algunos políticos, fue el reflejo del fracaso de la política de la imposición y las sanciones contra este país pequeño y amante de la libertad. Consideramos que no era una especie de “trato”, sino una decisión política pensada, que no tuvo perdedores, excepto los anticastristas marginales.
“Ahora resulta que el discurso anti-cubano sigue teniendo una alta demanda. Es algo que sólo puede suscitar lástima. Pensamos que nadie debe tener dudas: el estilo prepotente de llevar los asuntos con Cuba no tiene futuro. Los acontecimientos del último medio siglo constituyen una clara muestra de ello. ¿Acaso no le enseñaron nada a los políticos de Washington y a los politiqueros de Miami?
“Ratificamos nuestra firme solidaridad con Cuba: un país amistoso, amante de la paz, miembro respetado de la comunidad internacional, que desempeña un papel constructivo reconocido en América Latina y los asuntos mundiales. Estamos en contra de los embargos, los bloqueos, las sanciones y las líneas divisorias. Estamos a favor del diálogo, la colaboración, tender puentes, así como la comunicación sin imposiciones e intentos de injerencia desde el exterior en los asuntos internos de los Estados soberanos.
“Una muestra elocuente de que la gran mayoría de los países tienen el mismo enfoque respecto a Cuba, son los resultados de la votación de la resolución en contra del bloqueo de la Asamblea General de la ONU. Quisiéramos hacer un llamado a la Administración de Trump para que escuche esa voz prácticamente unánime de la comunidad internacional”.”
Reacciones en Estados Unidos:
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