Por: Oscar Figueredo Reinaldo, Junior Hernández Castro
Para muchos es difícil celebrar el 31 de diciembre o cualquier fiesta familiar sin la carne de cerdo. Este plato es muy valorado en la mesa del cubano, tanto para festejos especiales, como para el menú diario. Según directivos del sector, en los últimos años ha aumentado la producción porcina, sin embargo no se logra satisfacer la demanda ni los módicos precios que añora la población. Sobre el estado actual de la producción porcina y sus perspectivas se dialogó en la Mesa Redonda de este martes.
Al iniciar el programa radio-televisivo Norberto Espinosa Carro, Presidente del Grupo Empresarial Ganadero del Minag al evaluar el impacto de este alimento explicó que ya para 1990 en el mundo existían 857 millones de cabezas de cerdo, mientras que para 2016 las cifras indican unas 1200 millones.
“Los principales productores son China con unas 600 millones de cabezas, Estados Unidos, Francia e Inglaterra constituyendo el 42 % de las carnes que se consume”.
Según se precisó antes de 1959 en Cuba no se consumía ni se producía cerdo en grandes cantidades pues su ingesta solo se circunscribía a la época navideña.
“La mayoría se importaba de los Estados Unidos pues el cerdo criollo era de baja productividad con abundante grasa”, expresó Espinosa Carro durante el programa.
Luego del triunfo revolucionario- explica el directivo- el líder histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz, impulsa el primer plan para un desarrollo intensivo de la producción porcina.
En el año 1967 se comenzaron los primeros pasos del Programa Porcino en Cuba, completándose en los años posteriores el primer esquema de desarrollo y cruzamiento genético y se fueron creando las granjas estatales de producción comercial.
“Ese plan tenía cuatro objetivos fundamentales. Uno de ellos fue mejorar racialmente la masa porcina del país por lo que se importan 12 razas desde Canadá. A la vez, se funda el 12 de enero de 1962 la primera granja genética porcina cubana”, agregó.
Se conservan datos estadísticos de la producción porcina especializada a partir del año 1970, donde se registra un crecimiento sostenido promedio de 4 500 toneladas, de 16 mil toneladas de carne en pie en 1970 hasta 102.4 mil toneladas en 1989, en cuyo año se marcó record de producción y a partir de él comenzó el descenso productivo impuesto por el período especial.
“La década de los 80 marcó un fuerte desarrollo con grandes unidades integrales de producción de ciclo completo con capacidad para albergar 20 000 animales y producir al año 2 200 toneladas. También se desarrolló la construcción de granjas genéticas, multiplicadoras y grandes cebaderos vinculados a la alimentación líquida obtenida de desechos alimentarios y mieles cañeras”.
Sin embargo, la llegada del Periodo Especial impactó, como en otros sectores, la productividad animal.
“En 1993 tocamos fondo con solo 22 mil toneladas de carne producidas y 30 mil hembras reproductoras”, enfatizó.
Se explicó además en la Mesa Redonda que como solución a la carencia de alimentos para la masa porcina, surgieron los convenios de ceba con productores y tenedores legales de tierras, los cuales sembraban y producían en sus fincas una parte de los alimentos con destino animal.
“También en este período se produce un aumento de la crianza popular de cerdos como fuente de alimentos para la familia y de alternativa complementaria de ingresos monetarios”.
El Presidente del Grupo Empresarial Ganadero del Minag comentó que en abril del 2005 por acuerdo del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros se decide comenzar la recuperación de la Producción Porcina mediante el programa de desarrollo porcino que tenía como meta alcanzar 100 mil toneladas de carne en pie para la sustitución de importaciones en nuestro país.
¿Y ahora?
En otro momento de la Mesa, Yasser Hamed Jassen Santiesteban, jefe de la División Tecnológica porcina explicó que en el año 2016 se logró sobrecumplir todos los indicadores intermedios de la producción porcina.
En este sentido detalló que mientras en 2005 se obtenían unas 15 precebas (crías) anuales por reproductoras, en el año 2016 esta cifra ascendió a las 19. Otro de los resultados positivos es el aumento del peso de las cebas (cerdo listo para la industria) a los 98.2 Kg contra los 89 que se lograban con anterioridad.
“También se aumentó la carne obtenida por reproductora. Hoy se producen 1 tonelada con 600 kilogramos por cada una. Es importante destacar además que la producción total el año pasado fue de 194 mil 975 toneladas muy superior a las 63 mil toneladas de 2005”, añadió.
Informó que para el presente año se tiene planificado producir y comercializar 200 mil toneladas de cerdo en pie lo cual constituiría un nuevo récord histórico para el país. De ellas 170 mil toneladas para la industria cárnica y 56 mil 300 toneladas para la generación de divisas.
“Hasta la fecha se cumplen todos los destinos planificados al 102 % y pensamos cerrar el año al 104 % del estimado inicial”, aseguró.
¿Quiénes producen la carne de cerdo?
El país cuenta con 14 mil 109 productores de carne de cerdo a través de los convenios porcinos, de los cuales 13 mil 308 pertenecen a las Cooperativas de Créditos y Servicios (CCS), 516 a las Cooperativas Agropecuarias (CPA), 173 a las Unidades Básicas de Producción Cooperativa (UBPC) y 112 a productores independientes no asociados y otros estatales.
“El Plan de producción de esta fuerza productiva asciende a 175 mil 890 toneladas de carne, hasta la fecha se cumple al 101.5% y representa el 92.6% de la producción total del Programa Porcino. La provincia Cienfuegos la mayor productora en el movimiento con 5 mil 679. 1 toneladas, y el municipio mayor productor Placetas con mil 915. 4 toneladas”, puntualizó.
Estado de Salud y Bioseguridad en el Programa Porcino
La Peste Porcina Clásica (PPC) estuvo considerada junto con la Peste Porcina Africana entre las enfermedades más graves que afectan el programa porcino en nuestro país.
Después de casi 20 años de silencio epizoótico, resurgió en el año 1993 y se ha mantenido en forma endémica en todo el territorio nacional, tanto en crianzas especializadas, como en las pequeñas crianzas de traspatio, explicaron directivos del sector en la Mesa Redonda.
“Desde su aparición se elaboró un programa para su control y erradicación, que con la participación de los expertos nacionales de mayor prestigio, se ha ido actualizando e incorporando los adelantos de la ciencia y la técnica a nivel mundial sobre esta enfermedad, considerando que este programa aplicado correctamente puede controlar la enfermedad y sentar las bases para su erradicación.
Ponerle ciencia a la ganadería
El Instituto de Investigaciones Porcinas fue fundado en el año 1972, y sus principales cometidos radican en identificar los problemas fundamentales de la producción en ese sector ganadero y desarrollar proyectos de investigación en todo el país que contribuyan al aumento de la producción cárnica.
Las principales tecnologías introducidas al Programa Porcino Nacional son la inseminación artificial, la alimentación con miel B hinoprovín y el uso de biodigestores en el tratamiento de los residuos porcinos, según explicó el Dr. Héctor Hermida.
“La miel B hinoprovín contiene miel B de caña de azúcar, como aporte energético a la dieta, y un núcleo de vitaminas, proteínas y minerales que cumplen los requerimientos nutricionales de los cerdos y aumentan la eficiencia productiva”. Ese método, que permitirá reducir la importación de maíz y otros alimentos necesarios en la alimentación porcina, se realiza en conjunto con el grupo azucarero Azcuba y es utilizado fundamentalmente en el sector no especializado para la modalidad de convenio, donde se concentra la mayor cantidad de consumo de alimentos.
Para la generalización de esa tecnología se escogió al municipio Placetas, provincia de Villa Clara, como terreno de pruebas, donde se impulsó un programa de capacitación de especialistas, directivos y técnicos, quienes fueron instruidos sobre la modalidad de alimentación.
Por otro lado, la utilización de los biodigestores responde a las políticas de preservación del medio ambiente promovidas por el Instituto de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma), y contribuye a minimizar el impacto sobre la naturaleza de los desechos porcinos.
“Es el primer sistema de tratamiento de residuales que funciona a través de la fermentación anaerobia de los nutrientes procedentes de la digestión de los cerdos, y mediante su aplicación se obtiene biogás, cuyo contenido en gas metano es del 60 por ciento”, añadió el especialista. Los primeros biodigestores fueron introducidos en Cuba en 1994, y para el cierre de 2016 el país contaba con 3244 de estos dispositivos, una cifra que se estima crezca durante los próximos años, hasta llegar a más de siete mil ochocientos para el año 2020.
Las aplicaciones fundamentales del biogás han sido la cocción de los alimentos, tanto para los cerdos como para los trabajadores de los centros porcinos; y la utilización de este para la generación de energía eléctrica, proceso que se aplicó por primera vez en la planta perteneciente a la granja Frank País, del municipio Martí, en Matanzas.
Refiriéndose al proceso de producción cárnica, el M.Sc. Juan Carlos Rodríguez afirmó que Cuba cuenta actualmente con 37 industrias que sacrifican cerdos, con un ritmo diario de siete mil quinientos animales y un peso promedio que oscila entre 85 y 120 kilogramos.
De acuerdo con el funcionario, el 39 por ciento de la carne es utilizada para la elaboración de alimentos ahumados y embutidos, como hamburguesas y croquetas, que se destinan a la venta en moneda nacional y divisas. Por otro lado, el 15 por ciento es comercializado como pierna y lomo, y destinado al mercado interno, fundamentalmente al turismo, lo que ha contribuido a la disminución de las importaciones. Además, para la red de comercio y gastronomía son actualmente destinadas unas 37 mil setecientas toneladas de carne, lo que representa el 31 por ciento de la producción total, y unas diez mil toneladas más que en el año 2015.
Desde el Período Especial —en que se resultaron dañados gran parte de los sistemas de refrigeración— se han logrado recuperar frigoríficos en Camagüey, La Habana, Pinar del Río, Matanzas, Sancti Spíritus y Holguín. Asimismo, la puesta en marcha de proyectos como la construcción de mataderos en Ciego de Ávila y Guantánamo, y una fábrica de embutidos en Sancti Spíritus, contribuirán a una mejor calidad y mayor producción de carne de cerdo.
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