Fidel


"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

jueves, 13 de septiembre de 2018

Breve nota sobre la función de la fabulación en el debate económico en Cuba


Una grotesca explicación ofrecida por Carlos Luque Zayas Bazán me estimula a volver sobre mi texto anterior (“Los guardianes de la doctrina: ficción y balbuceo en el debate económico cubano”, 11 de septiembre de 2018 https://elestadocomotal.com/2018/09/11/los-guardianes-de-la-doctrina-ficcion-y-balbuceo-en-el-debate-economico-cubano/ )

Luque había estructurado su diatriba contra el Dr. Ricardo Torres utilizando dos citas. Ante el señalamiento de que una de esas citas no podía ser localizada en la entrevista ofrecida por Torres a la revista Temas, lo que se le ha ocurrido decir a Luque es que “yo aseguro que la leí allí”, pero que “curiosamente esa afirmación ha desaparecido”.

Es decir, que alguien de la revista Temas –sin definir- pudiera haberle hecho una “maraña” a Luque para privarlo de una cita que resulta central para la manufactura de su perorata contra Torres. (Ver al final la de este texto la explicación completa de Luque).

Cada quien es libre de creer lo que mejor considere, pero me parece una explicación difícil de digerir. Sorprendido en su falta y sin hacer el menor esfuerzo por respetar la inteligencia del lector, Luque trata de “subir la parada” agregando el calificativo de “oportunista” a los improperios anteriormente endilgados a Torres. ¿Insolencia pura y dura?

Dice Luque que yo había sostenido que él había “inventado” la cita. En realidad, no dije eso antes, pero lo digo ahora. Todo indica que se trata de un chapucero “invento”.

Dice Luque que “no puede ser un lapsus” de él. Con eso estoy de acuerdo. Parece haber sido un acto intencional.

Que el embuste sea parte de un debate no es algo nuevo ni ocurre solamente en Cuba. Sucede en muchas partes. Sin embargo, también es parte del debate poner al descubierto las fabulaciones, sobre todo cuando se utiliza la farsa para tratar de desacreditar voces “molestas” en el debate.

Difícilmente Luque pueda ser tomado mínimamente en serio en un debate entre economistas, pero queda claro que el plano en que se ha producido su intervención es el plano de un debate político en el cual se discute sobre temas económicos, muchos de los cuales tienen una dimensión política sobresaliente. Es un plano en el que todos los ciudadanos cubanos deben participar legítimamente, en condiciones de igualdad.

En ese sentido, Luque no es el problema sino un síntoma. El debate actual incluye una amplia diversidad de posiciones y la disponibilidad de variados medios para comunicarlas, algo que lo diferencia de debates anteriores. En ese contexto coexisten –entre otros- el análisis razonado apoyado en la evidencia y la jerigonza doctrinaria. Eso parece ser inevitable.

También parece ser inevitable que quienes no tienen mejor argumento que lo doctrinario se empeñen en “sacar” del debate aquellas posiciones que les molestan, acudiendo a la práctica de la deslegitimación política de quienes representan esas posiciones, algo para lo que pudiera ser muy útil la tergiversación y la fabulación.

La actividad del sector privado nacional es un terreno favorito para la distorsión y la fabulación. Bajo la aparente aceptación de lo planteado en el documento de la Conceptualización, en realidad quienes defienden posiciones doctrinarias sobre algo a lo que llaman socialismo, muchas veces –no digo que siempre- esgrimen argumentos específicos que erosionan la integralidad de un proceso de cambio de modelo económico y social en el que la reforma del sector estatal y la expansión del sector no- estatal son dos caras de la misma moneda.

Puedo entender el apego de algunos por las visiones doctrinales, pero igualmente me llama la atención la incapacidad para apreciar importantes aspectos de la realidad. Las peroratas doctrinales no ponen comida en la mesa de los ciudadanos; el sector privado nacional sí lo hace. Es más, la seguridad alimentaria de Cuba depende hoy en muy alto grado de lo que produce el sector privado nacional. También es donde único se ha creado empleo neto en los últimos años. Esa realidad existe con independencia de los tinglados doctrinarios.

¿De qué manera puede ser un “apologista” del capitalismo, un “demonizador” del socialismo y un “oportunista” quien trate de entender esa complejidad del modelo cubano y quien haga propuestas para resolver problemas concretos?

¿Puede acaso proporcionar una visión superior cualquier “teque” doctrinario apoyado en una burda fabulación, con citas inventadas?

Pero quizás lanzar mentiras en el debate pudiera tener el propósito de ocupar a otros en el desenmascaramiento de estas, desviando la atención respecto a la discusión rigurosa de temas importantes que a algunos no les interese que adquieran preeminencia en el debate.

Por eso no tiene sentido extenderse mucho con ese tipo de “comentaristas”.

En cualquier caso, como asumo que la fabulación continuará, aquí va un posible consejo: ¡no exageren tanto!


NOTA: A continuación, el comentario de Luque. Tomado de La pupila insomne, 12 septiembre, 2018 a las 14:38 https://lapupilainsomne.wordpress.com/2018/09/10/que-nos-ocultan-quienes-elogian-el-capitalismo-por-carlos-luque-zayas-bazan/

Asomó, y no es sorpresa, un economista llamado Pedro Monreal, muy conocido y refutado por otros economistas cubanos por sus teorías-propuestas decididamente favorables a la propiedad privada y al debilitamiento del estado cubano, en defensa ofensiva contra los argumentos de este texto. Me veo obligado a responder aquí, porque se refiere a mi texto, y porque en el blog del economista no hay apertura a los comentarios.

Señala que hay una cita que, sostiene, ha inventado este comentarista. Curiosamente esa afirmación ha desaparecido (“todas las formas de propiedad…contribuyen por igual al proyecto socialista”) que leí y copié de inmediato de la entrevista a que se hace alusión aquí, de manera que no puede ser un lapsus mío al tomarla de otro texto y olvidarlo yo. Quizás fue una errata en la entrevista que luego se rectificó, pero yo aseguro que la leí allí y fue el disparador principal que me animó a opinar sobre la entrevista. Por lo demás, era infantil inventarla para que alguien descubriera que no era cierto.

El economista defensor no hace mención en su texto sino a los aspectos que le parecen más débiles, que es su método ordinario, y como en otra ocasión, evita otros, los que le molestan o para los cuales no tiene respuesta. Por ejemplo, evita referirse a la propuesta del entrevistado según la cual se deben incorporar al gobierno cubano todas las posturas políticas, y no refuta los argumentos que aporto con respecto a las propuestas de ese tipo que hacen entidades subversivas, y se dedica a ilustrar sobre lo que parece saber, por ejemplo, que las políticas fiscales son algo distinto al “derrame”,etc, como si se hubiera afirmado eso. Pero es su modo de actuar, como es también cortar el intercambio y desaparecer cuando le incomoda un argumento y no tiene respuesta para ello, como ha sucedido en otros intercambios, en otras plataformas.

Yo insisto en que algunos enfoques centrales del economista entrevistado, que preferí inicialmente no mencionar pues lo que pretendía era examinar las ideas, son equivocados y dañinos para Cuba y algo sorprendente en alguien de esa especialidad. Y podré otro ejemplo. En un texto titulado Riqueza, propiedad y otros males, que se puede consultar en http://www.rebelion.org/noticia.php?id=227615, el autor, con la intención de minimizar las consecuencias negativas de la propiedad privada, compara la economía cubana con “muchísimos países contemporáneos donde la propiedad privada es mayoritaria”, para indicar que la desigualdad en menor en ellos que en Cuba. Este es el párrafo:

“Una mirada al mundo actual no ofrece una respuesta concluyente al respecto. Se pueden nombrar muchísimos países contemporáneos donde la propiedad privada es mayoritaria (quizá es el caso en el 99% de las economías del planeta) y al mismo tiempo exhiben indicadores de desigualdad de ingresos menores al caso cubano. Las estimaciones que circulan actualmente dan cuenta de que con mucha seguridad el Índice de Gini (que no es el único, ni probablemente el mejor indicador, pero sí el más usado) ya ha rebasado la barrera del 0,40 en Cuba, donde la propiedad privada tiene una presencia mínima en términos de los medios de producción que controla (sobre lo cual no hay datos precisos). Varios países de Europa, Asia, y Canadá se ubican por debajo de este nivel. A fines de los ochenta, Cuba ocupaba posiciones muy destacadas, pero no era el único país. Algunos justificarían el hecho a partir de que son en su mayoría países ricos, con grandes recursos y de que Cuba arrastra una trayectoria azarosa, sobre todo por el asedio de Estados Unidos. Pero de eso se trata, el desarrollo supone lograr cuotas crecientes de bienestar en contextos que no son necesariamente favorables. Nadie dijo que sería fácil, mucho menos obvio.”

Yo pregunto: ¿acaso puede dejar a un lado, que precisamente porque la propiedad privada es mayoritaria en el mundo, esos países se benefician y se han beneficiado históricamente del intercambio desigual y la explotación de los países llamados subdesarrollados, que lo son, fundamentalmente en virtud de esa misma explotación y la injusticia de ese intercambio y además, todas las ventajas que tienen esos países por no estar bloqueados, tener acceso a empréstitos, y estar conectados favorablemente a los circuitos de explotación del Capital mundial?

¿Qué tipo de seriedad argumental hay en esa comparación que pueda ser respetada desde lo cognoscitivo-racional?

Para referirse a las condiciones en que Cuba ha tenido que sobrevivir a la agresión múltiple sostenida afirma que “el desarrollo supone lograr cuotas crecientes de bienestar en contextos que no son necesariamente favorables. Nadie dijo que sería fácil, mucho menos obvio.”

Es un eufemismo muy suave llamarle a la agresión imperialista, y la hegemonía de la economía capitalista mundial “contextos que no son necesariamente favorables…”.

Tengamos en cuenta, además esta otra afirmación del mismo autor: “Es difícil imaginar cómo una economía donde el 30% de sus trabajadores ya se emplea fuera del Estado (y debe seguir aumentando) puede crecer saludablemente cuando el éxito empresarial (la concentración de la riqueza y la propiedad) es un mal.” Evidentemente nadie afirma que el éxito empresarial es un mal en sí mismo, algo que se colige si solo se lee esa superficial afirmación. Esa es una afirmación oportunista, porque prever la concentración de la propiedad y la riqueza en Cuba apunta a que no se creen las bases para una acumulación privada de Capital que conlleve a la influencia política y a la desviación del rumbo socialista, algo que jugará a favor de la agresión externa.

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