No tenía pensado volver sobre el tema: el asunto ya da señales de saturación. Pero unos datos sobre los precios topados en la provincias (publicados por Pedro Monreal) me alarmaron. Los gobiernos territoriales se han dado banquete topando precios a diestra y siniestra. Por otra parte, en La Habana, la más “díscola” de las provincias cubanas, se publica según CUBADEBATE lista de precios oficiales en los que el humilde boniato convalida su precio a 3 pesos la libra. La malanga, una vianda más aristocrática se mantiene en 8 MN.
Otra razón adicional es que mi artículo sobre Napoleón y el control de precios fue interpretado por algunos de manera equívoca y pensaron estaba en contra de lo que publican algunos reconocidos economistas del patio. En realidad, mi opinión no es en modo alguno contraria ni siquiera diferente; sólo complementaria. Casi todo lo escrito es verdad. Solo que no es toda la verdad.
He señalado en textos anteriores que los científicos sociales cubanos tenemos serios problemas de formación y me incluyo entre ellos. Los sociólogos tenemos la tendencia a tratar de explicar los eventos humanos a partir de las variables de nuestra ciencia. Algo parecido les pasa a los economistas, y también a los sicólogos. Como estoy al tanto de ello me abstengo de hacerles críticas: nos falta capacidad para la integralidad. No utilizamos suficientemente los grupos transdisciplinarios para la toma de decisiones.
Y si alguna cuestión en la vida social tiene ese carácter, es ésta de los precios y sus efectos sobre la vida cotidiana. Nos falta también experiencias en lo que se refiere al análisis de los fenómenos con enfoque no lineal. Todavía nos queda aquello del enfoque marxista tradicional de la ley de la causa y el efecto. La sociedad humana se ha complicado tanto que ya la misma causa produce efectos diferentes. Y a su vez un mismo efecto puede ser resultado de diferentes causas.
El mundo –y nosotros junto con él- hemos entrado en la época de los grandes espacios para la impredictibilidad.
LA LECCIÓN NAPOLEÓNICA. LA ETAPA GANSTERIL COMO FASE SUPERIOR DEL IMPERIO.
La teoría de la complejidad nos enseña que todo está relacionado con todo. Casi siempre de manera oculta e indescifrable. Lo que quise destacar del estilo napoleónico era su control sistemático de variables claves. Su monitoreo diario de los precios de la comida es un ejemplo que merece ser recordado.
El sector no estatal relacionado con la producción y distribución de alimentos estuvo mucho tiempo “suelto” poniendo precios y actuando a su antojo sin que el gobierno le pusiera suficiente atención. Ahora de pronto aparece el súbito control. En solo unos días los territorios sacaron las listas de precios topados.
Hubo estudios previos? ¿Se negociaron acuerdos con los actores sociales implicados? ¿Se escucharon y discutieron las opiniones con economistas y científicos sociales que opinan diferente a los funcionarios de gobierno?
O simplemente se convocó a una reunión, se tomaron los acuerdos y se levantó la fusta gubernamental sin dialogo con las partes?
Uno se alarma, no hace mucho tiempo se tomaron decisiones rápidas y equivocadas (los boteros de La Habana, restricciones irreflexivas a los trabajadores por cuenta propia y por último la nueva ley sobre cooperativas agropecuarias que intenta ofrecer más de lo mismo) No habrán hecho ahora algo parecido en algunos territorios?
Hicieron caso a las orientaciones del presidente y se reunieron previamente con los investigadores? O algunos se están haciendo los chivos locos y fingen como que están en la onda y al mismo tiempo construyen un terreno minado para hacer fracasar las medidas propuestas? ¿Cuál es la proporción entre la ignorancia impaciente, la falta de sabiduría para gobernar y la mala intención? .
Señalé otros dos aspectos de la actuación del emperador francés que se relacionan casi directamente con la situación cubana. El primero fue la guerra, una como la que estamos viviendo y que la pandilla de desalmados que se ha apoderado del gobierno estadounidense la ha conducido a una nueva fase. Raúl lo señalaba hace poco:
“El escenario hoy es otro. El actual gobierno de los Estados Unidos y su ambición hegemónica hacia la región plantean la amenaza más perentoria de las últimas cinco décadas …advertí sobre el escenario adverso que se había conformado y el resurgir de la euforia y el apuro de nuestros enemigos por destruir el ejemplo de Cuba “(Raúl Castro , Granma 7 de agosto 2019)
El enfoque actual de la teoría de la toma de decisiones nos dice que el punto de partida para el análisis de la situación ya no es el problema sino el contexto. Y nuestro entorno actual es de guerra y en un nivel sin precedentes. En esa perspectiva hay que hacerla consciente en cada uno de los actores sociales vinculados a este proceso. No podemos ahora darnos el lujo de tomar decisiones erráticas, mucho menos en la esfera económica y la de los alimentos en momentos como éste. Tener en cuenta el precepto de “pensar siete veces antes de cortar”.
Durante la segunda guerra mundial y en el gobierno de Grau San Martin se emitió una ley de control de precios de productos básicos-no solo los alimentos sino también el jabón-donde se introdujo el concepto quizás con otro nombre de precio topado. Había vigilancia y sanciones.
El segundo aspecto del estilo napoleónico que señalé –y no por casualidad-fue el conocimiento personal de los combatientes. Me pregunto si en los territorios de las diferentes provincias los principales dirigentes del partido y el gobierno mantienen contactos personales con los protagonistas del proceso de la producción y distribución de los alimentos ¿O existe una distancia marcada por la desconfianza? Si fuese así, preparémonos para el desquite y la desaparición de la carne de cerdo y la malanga allí donde se impuso el método de ordeno y mando.
Finalmente hice énfasis en la necesidad de un tratamiento equilibrado entre la consideración de la exigencia del mercado, lo administrativo y la gestión de la confianza y la comunicación interpersonal. Es decir, un ejercicio del poder más refinado, ajeno a cierta tradición de gobernanza vertical que excluye la persuasión, el contacto personal y que a veces se manifiesta en el estilo de dirección de instituciones políticas en algunas provincias cubanas.
Mi experiencia de años de visitas de trabajo a varias de ellas y los contactos con los directivos del gobierno me permitió comprobar diferencias de ambiente y estilo. En unas por ejemplo la cercanía entre gobierno y partido era muy estrecha –donde mejor funcionaban las cosas. En otras no tanto. En las primeras se percibía una mayor interacción entre dirección política y la población. Recuerdo esto porque preveo una reacción diferenciada entre los territorios en dependencia de la variable, según la cual los directivos en unos casos se orientan más a los procesos que a las personas, y al revés. Es esta última variante de la que pudiera esperarse un resultado más positivo de la aplicación de estas regulaciones.
Allí donde un enfoque integral oriente la acción o para decirlo en términos convencionales- se produzca un aseguramiento político se lograrán los objetivos previstos. Donde no sea así debemos esperar el cumplimiento de los sombríos vaticinios que han hecho algunos de nuestros economistas.
Se trata de la gestión de intangibles que funciona eficientemente cuando el sujeto la fundamenta en una base técnica profesional, ajena a métodos políticos primitivos basados en lo que el primer secretario del partido llamó “mandonismo”.
“Que en el PCC debe acabarse definitivamente el mandonismo, su fuerza es moral, no jurídica, por eso hay que tener moral para dirigir el PCC y llevar a la masa de militantes ese espíritu, es la fuerza moral” (1ra Conferencia Nacional del PCC, Granma 12 de enero de 2012)
Hasta qué punto el mandonismo no ha contaminado también las estructuras gubernamentales territoriales?
Nuestro pronóstico expresa la idea que allí donde la dirección política mantenga una actitud dialogante, de acercamiento, basada en la búsqueda del equilibrio entre los factores materiales y los inmateriales, los aumentos de salarios serán asimilados sin desencadenar procesos disfuncionales. Si enfatiza solo lo político-administrativo, dejando fuera las variables económicas habrá problemas. Y a la inversa: existen direcciones provinciales que han demostrado que saben aplicar el enfoque multivariable. Otras, no tanto.
PRECIOS: UNA FAMILIA COMPLICADA.
La parentela de precios es variada: están los abusivos, los topados, los justos y los de oferta y demanda. Detrás de cada uno hay una actitud moral subjetiva que encarna en las personas.
No conozco en detalles los de las provincias pero en La Habana los “topados” han puesto al parecer la varilla un poco alta. La ciudad tiene 14 municipios con diferentes capacidades de compra. No es lo mismo el Índice de desarrollo Humano (IDH) de San Miguel del Padrón u otros barrios que los de Miramar o el Vedado.
Un gobierno basado en la investigación -como llama casi todos los días el presidente- no puede trabajar al margen de los datos numéricos diferenciados de cada zona de la ciudad. Nos faltan hábitos de trabajo de dirección basados en las estadísticas y sus indicadores. En este caso: ficha de costo, precio de venta, margen de ganancia por producto etc. Cuál es por ejemplo la diferencia del volumen de utilidad que deja el boniato de la malanga o sobre todo de la carne de cerdo? No deberían aplicarse criterios sobre límites de precios al buen tun tun.
Por ejemplo, el índice denominado NBI (Necesidades Básicas Insatisfechas) utilizado por organismos de Naciones Unidas, que en un caso como este de los precios sería fundamental. No podemos esperar nada bueno de ese enfoque estandarizado que se ha aplicado, al menos en la capital. Quizás podría ser factible en las provincias pero La Habana tiene una estructura sociodemográfica heterogénea y compleja.
Es probable que en algunos lugares los productos tengan precios por debajo de los oficialmente topados y que ahora gracias al apoyo del gobierno sean aumentados.
El clima sociopolítico de la capital debe ser manejado al detalle. El trabajo de subversión del enemigo tiene zonas priorizadas como grandes ciudades capitales y los sectores juveniles. No son pocos los casos mundiales en que los precios de los alimentos actúan como detonantes del descontento popular. Así un precio topado en una zona de la ciudad puede ser asimilado como justo y en otra puede ser considerado abusivo.
Por otra parte ¿solo los particulares imponen precios abusivos? ¿O puede hacerlo también el estado? Si hablamos de comida, está implícito el factor relacionado con la conservación de los alimentos, en especial carnes y vegetales. Cómo considerar el precio oficial de un refrigerador que el Estado compra a 80 dólares y lo vende a 300? No me digan que me estoy desviando del tema, pues de comida estamos hablando.
Una cosa es vender botellas de whisky, que dondequiera valen 5 dólares y hacerlo en Cuba a 20. Y otra muy distinta buscar rentabilidad mediante un precio alucinante asignado a un electrodoméstico esencial en un país tropical.
Sobre el asunto de los precios. Hay que construir una cultura en torno al concepto de precio justo. Este implica analizar el peso de los diferentes componentes en su formación y calcular un margen racional de ganancia que no afecte la motivación de los productores ni tampoco los que participan en la distribución. La ganancia debe tener la capacidad de satisfacer las expectativas racionales de los miembros de la cadena.
Algunos de ellos van mantener la presión para subirlos a fin de elevar de manera continua su nivel de vida y el de su familia y la frecuencia de estancias en Varadero y viajes al exterior. Aquí se sitúa el punto donde debe incidir la acción de los factores intangibles y la habilidad de los decisores para hacerles conciencia de la influencia crucial de los factores del entorno que mencionamos arriba e inducirlos a la idea de pensar como país -como advierte el presidente.
PLANES PORCINOS Y RECUERDOS PERSONALES
Por razones de trabajo, en los umbrales del periodo especial debí afrontar la tarea de evaluar el funcionamiento de los planes porcinos. El gobierno sabía que la carne de cerdo es la vía más expedita para producir proteína a corto plazo. Muestra ventajas notables por encima de la carne vacuna o la de ave. Me informaron que se habían asignado 200 millones de moneda dura para apoyar esa esfera productiva y era necesario un pronóstico sobre el desarrollo de esa inversión.
Muchos países consideran estratégicos los programas de producción de carne de cerdo. Los chinos, por ejemplo, tienen grandes unidades estatales de producción de carne porcina con régimen de trato especial de la fuerza de trabajo. Cuando los precios del producto suben, el gobierno bombardea el mercado con millones de toneladas de carne porcina con el objetivo de equilibrar los precios. Hay innumerables datos que muestran la seriedad de algunos gobiernos al poner cuidado en el desarrollo de la masa porcina.
Antes de contactar con la entonces empresa nacional de producción porcina obtuve el teléfono de los expertos del tema. Pregunté sobre los aspectos relacionados con la alimentación y lo que se llama el factor de conversión: proporción de alimento ingerido por cantidad de carne producida en la que el puerco tiene medalla de oro.
También supe que el proceso alimenticio tiene tres etapas: pienso de cría, pienso de crecimiento y pienso de ceba. Cada uno tiene sus propiedades específicas ¡Atención con los inventos del pienso líquido a base de boniato y yogurt! Esto también es un asunto de la investigación y sobre el cual tenemos gente experimentada. Sobre este punto de la alimentación y a partir de recursos nacionales no he escuchado aún una opinión basada en la ciencia aunque estoy seguro que debe haberla.
Solicité visitar la mejor de las empresas de la provincia. En el primer encuentro el director nos dio una conferencia sobre las conveniencias del modelo alemán de producción vertical (él era graduado de la antigua RDA) Según este modelo cada unidad o región productiva debe incluir una fábrica de vacunas pues no son pocas las que hay que aplicar para prevenir enfermedades.
Ese día era 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer. Me invitaron al festejo y allí entre vasos de cerveza, conversando con los especialistas –que también estaban en la conferencia del director- me dijeron que lo dicho por este en su conferencia era una sarta de disparates. Me explicaron que el modelo alemán era inaplicable en Cuba. Ninguno había expresado esto durante la reunión.
Al otro día pasé a entrevistar a algunos jefes de las unidades de producción, siempre preguntando por los mejores. Al primero que contacté le hice las llamadas preguntas de aproximación para que su mente se orientara al centro del tema. Mi primera pregunta concreta fue: cuál es el precio de costo de una libra de carne de cerdo? El hombre se levantó, fue al archivo metálico, abrió una de sus gavetas y me mostró algunos de los files repletos de tablas que reflejaban los datos de los cerdos de cada una de las naves de producción. Solo faltaban fotos carnet de cada cerdito.
Era una persona muy organizada. Pero lo que me dijo no tenía nada que ver con mi pregunta. Dejé pasar unos minutos y repetí la pregunta. Esta vez abrió una de las gavetas del buró, sacó unos papeles y me habló de otra cosa. No repetí la pregunta: era obvio que no tenía la menor idea del tema. Tenía su mesa de trabajo limpia de papeles. Sin duda muy organizado pero no sabía lo que tenía que saber. Ese día comprobé que la organización no es asunto de papeles, como cree una buena parte de nuestros burócratas. Es la cabeza la que hay que tener organizada.
En esos años me relacioné con el ministerio de Agricultura en los que se refiere a la formación de recursos humanos y desarrollo de cuadros. Era uno de los organismos del país más reticentes a la preparación en técnicas de administración y de evaluación económica. Pensaban que lo que sabían como ingenieros agrónomos era suficiente. Creo que es uno de los organismos que más se ha demorado en comprender como funciona una empresa. No tengo información de la situación actual pero a juzgar por los resultados. En ninguna de las resoluciones y leyes que elaboran sobre la producción agrícola priorizan como objetivos “elevar la producción” pero sí enfatizan que la quieren controlar. O lo que es lo mismo: impedir que suba lo que tiene que subir.
En América Latina hay países exitosos en la producción de alimentos, Uruguay por ejemplo. Por qué no van allí a aprender o traen técnicos uruguayos? Por otra parte me consta que técnicos agrícolas cubanos asesoran con éxito en países de América Latina la producción de alimentos. Solo que aquí parece que no les hacen mucho caso.
EN BUSCA DE LA PROTEÍNA PERDIDA.
El último párrafo lo dedico al tema de la proteína y mis indagaciones al respecto. Tiene una estrecha conexión con la producción de carne de cerdo porque como se deduce de lo que escribí arriba este animalito es el que dispone de mayor capacidad para producirla y en el menor tiempo posible. Aquí también hay que mencionar el huevo.
El primer contacto con el tema lo tuve con un excelente texto publicado en 2004: POLITICA SOCIAL, EL MUNDO CONTEMPORANEO Y LAS EXPERIENCIAS DE CUBA Y SUECIA. Fue el resultado de un trabajo de colaboración de especialistas cubanas de alto nivel (las doctoras Angela Ferriol y Rita Castiñeiras) y de investigadores suecos.
El libro incluye una tabla en la página 190 bajo el título Cuba: aporte nutricional del consumo aparente 1997-2002 (a nivel de ingesta).
Las autoras explican brevemente el papel e importancia de cada uno de los nutrientes, pero fueron imprecisas acerca de las fuentes: “las recomendaciones nutricionales promedio son las cantidades de macro y micronutrientes que deben ingerirse según criterios médicos”.
Como esta última expresión (criterios médicos) es muy vaga dediqué tiempo –considerando la enorme importancia del problema- a indagar al respecto. Hace algunos años, en los informes de los investigadores del Centro de Economía Cubana se daba el dato de la proteína. Después desapareció y solo aparece el de consumo de kilocaloría en los infomes del gobierno: pero esta es otra cosa distinta.
Entre mis tareas docentes están las relacionadas con la superación de médicos y directivos del sistema de salud pública. He aprovechado estos encuentros para obtener información sobre el tema, he consultado genetistas y expertos en nutrición. El asunto es endemoniadamente complicado. Resumo lo que he escuchado:
Es aquí engañoso hablar de promedios, cada persona según sus características tiene demandas diferentes.
Las recomendaciones médicas de organismos internacionales no valen, cada país debe realizar su propia investigación.
La cantidad de ingesta diaria es determinante para el nivel inmunológico y protección frente a enfermedades.
Regula en gran medida la capacidad de concentración para cualquier tarea que deba realizar la persona pues facilita la articulación de las diferentes partes del cerebro para trabajar de forma conjunta.
Necesita para el grado satisfactorio de asimilación de la acción acompañante de la vitamina D.
Concluyo con un pensamiento que nos dejaron los griegos hace más de 2,000 años: El hombre es lo que come.
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