SEGUNDA
SERIE # 5
Enero
9 de 2021
Juan M Ferran
Oliva
A través de los medios se han brindado informaciones
y aclaraciones sobre el proceso. Son muchas y es difícil seguirlas todas. Me
asaltan dos dudas que quizás hayan sido abordadas. Me inclino a pensar que no.
Una tiene que ver con las consecuencias en la
medición del Producto Interno Bruto (PIB), magnitud macroeconómica que expresa
monetariamente el nuevo valor creado. Fue concebido en la década de los treinta
del siglo XX por Simon Kuznets quien no eludió aclarar que el per cápita
no lo dice todo. La forma de distribución, los pagos no contabilizados[1] y otros
elementos atentan contra su exactitud. Se han ideado métodos complementarios,
pero a pesar de todo el PIB per cápita es el que mejor refleja la marcha de la
economía. Suele obtenerse a través de tres métodos alternativos. Uno es el de
sumar los pagos a los asalariados (sueldos, salarios, honorarios, comisiones,
etc.) y las ganancias del capital (utilidades, alquileres, intereses, etc.),
todo antes de deducir el pago de impuestos.
Intentaré un ejemplo simplificador para
mostrar mi inquietud. Asúmase un PIB de 100 con un componente nacional de 70 y
otro importado de 30. Tras la unificación este último se convierte en 720 pesos
(a razón de 24 pesos por $1) y el valor total asciende a 790 pesos. Pero al
traducirlo a dólares con intenciones comparativas, se tiene un PIB
de sólo $32.91 (790/24). De ser así, el nuestro se reducirá a niveles muy inferiores a los actuales. Es un problema
de imagen internacional.
Mi otra inquietud tiene que ver con el
turismo. Los visitantes incurren en egresos de bolsillo ajenos al todo incluido que muchos adoptan. Se
trata de gastos en propinas, pago de servicios personales, taxis, compras, etc.
En algunos casos podrán realizarlos con sus monedas convertibles, pero en otros habrán
de utilizar pesos cubanos, es decir, tendrán que cambiar una cantidad
discrecional de sus dólares por la moneda oficial. Me pregunto cómo recobrarán
el sobrante de pesos que puedan tener una vez finalizada su visita. Como es
sabido, el banco no dispone de moneda libremente convertible para tales
propósitos.
Si alguno de mis destinatarios dispone de respuesta
para tales inquietudes, agradeceré que me las hagan conocer. Mejor aún será que
quienes tengan la posibilidad, si las consideran válidas, las hagan llegar a las autoridades que llevan a
cabo la unificación.
Fin
[1] Un ejemplo elocuente es el de una mujer empleada como doméstica cuyo
salario es contabilizado en el PIB. En el supuesto de que se case con el
empleador deja de ser criada y de percibir un salario, pero continua con su trabajo.
Ya las cuentas nacionales no lo reflejan.
Sin profundizar mucho el fenómeno que tendremos, cuando comiencen arribar los turistas, es que aprenderán que el USD y otras monedas no se cambia en las instituciones oficiales, que el mercado informal es más ventajoso. Además taxis, restaurantes, artesanos y otros aceptarán las divisas extranjeras sin problema y el estado quedará fuera de juego.
ResponderEliminarPor lo que la ley natural de la economía debe responder a aceptar la circulación de las divisas como ocurría antes de inventar el CUC.
Por otra parte nada ni nadie impedirá que el USD alcance valores superiores a los 100 CUP, salvo que los bancos lo vendan a la tasa que muestran en sus tablillas. Cuestión que no será posible por la falta de divisas en las bóvedas del tesoro.
Rogelio Castro Muñiz
El PIB, como reconoce el autor es uno de los medidores más usados para medir y poder comparar la marcha de la economía entre los diferentes países, la unidad de medida que se emplea es la del dólar USA, si el valor del dólar en nuestro país es de 24 CUP, eso refleja a las claras que nuestra moneda se ha devaluado, realmente es mucho más que esa tasa fijada, y por tanto es lógico que, para poder compararnos con los demás países tengamos que hacerlo de esa manera. Por ejemplo, en Venezuela 1 USD equivale a 1 millón de bolívares soberanos y en Argentina unos 50 pesos argentinos y en Perú unos 4 soles, etc. Es muy probable que el dólar alcance un valor de 100 CUP en el mercado negro, a menos que la economía del país alcance crecimientos del PIB mayores del 3 % anual en los próximos años.
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