Finalizaba el año de
1964 y yo hacia el curso de ingreso a la carrera de Derecho para trabajadores
nocturno, que comenzaba a las siete de la noche y concluía entre las diez y treinta
y once de la noche. En ese periodo la lucha de clase en Cuba se acrecentaba y
las acciones de Estados Unidos contra la Revolución arreciaban, había muchos
debates entre ellos el de la libertad de prensa, la libertad de expresión y
otras manifestaciones con fines de desestabilizar al Gobierno y a la
Revolución.
Por ese amor que todos
los que estudiamos en la Universidad de La Habana, le tenemos a la colina y por
eso también nos llaman caribes, por
aquello de la consigna de entonces “quien vive, caribe, quien va, universidad,
quien ilumina la colina” tal vez por aquellas razones, quien fuera un eminente
alumno de ese recinto Fidel Castro Ruz, Comandante en Jefe y en esa época
Primer Ministro de Cuba, al menos tres veces a la semana, se aparecía en la Plaza
Cadena.
Él sabía que a esa hora
salíamos de las aulas y acompañado de nuestro querido rector José Miyar
Barrueco, “Chomy” llegaba sonriente, le rodeábamos y él siempre soltaba una
pregunta, allí comenzaba la lluvia de opiniones de todo tipo, situación
política, económica, social y cultural del país. Era evidente, Fidel sabia lo
que representaba esa juventud estudiantil, era uno de los termómetros, para
conocer la temperatura política, económica, social y cultural del país y una de
las razones de sus visitas a la Colina.
Esa noche el tema fue
sobre la libertad de prensa, de expresión y de historia de Cuba. Había debates sobre el tema, porque ya
algunos periódicos no estaban circulando.
Para nadie es un secreto que el Diario de la Marina, Prensa Libre y
otros, habían cerrado, porque tenían serias discrepancias con el rumbo político
de la revolución y sus poderosos dueños se marcharon de Cuba a Estados Unidos y
otros a España. Desde allá montaron sus maquinarias contra la Revolución, que
hoy a 62 años persisten, con sus grande Fake News, facilitada por sus
mercenarios en nuestro territorio.
La discusión histórica
llevó un buen tiempo y sobresalió en sus exposiciones un compañero de la
Escuela de Historia, muy críticas y algunas superficiales, pero fue muy
importante porque a sus argumentos, Fidel le demostró que estaba equivocado,
todo versó sobre las contradicciones
entre Carlos Manuel de Céspedes y el mayor General Ignacio Agramonte y lo que
al final de 10 años de guerra la “paz” del Zanjón.
Fidel con mucho respeto
demolió con importantes comentarios y datos precisos, lo de aquella polémica
que el estudiante de historia refería.
Fidel martiano al fin, cerró aquel tema histórico afirmando, aquí lo
importante es siempre recordar a lo que nos convocó Martí, a la unidad, fue él
cuando fundó el Partido Revolucionario Cubano, quien dijo aquella famosa frase,
este partido, es “con todos y para el bien de todos”.
“Frente a las
aspiraciones de Estados Unidos de neo-colonizarnos, solo queda una forma de
enfrentarlo, la unidad política y firme del pueblo, organizado en un solo brazo
político y para allá vamos”, afirmó el máximo líder de la Revolución.
En torno al debate de
la libre expresión y la libertad de prensa, donde se hicieron también,
disimiles planteamientos, Fidel fue muy preciso y explicó, “el problema en Cuba
era que las clases dominantes eran a su vez los dueños de periódicos, revistas,
las emisoras de radio y televisión y por supuesto defendían los intereses de
los explotadores”.
“A muchos periodistas”,
dijo, “podían prohibirle que escribieran sobre esa explotación a que era
sometido el pueblo trabajador, pero jamás estuvo prohibirle que escribieran
sobre la ventaja de la libre empresa, empresas que explotaban miserablemente a
sus trabajadores, a la política de alianzas con el imperialismo, sus leyes anti
obreras, sus ideas anti sociales”. “El
vicio y la corrupción traída por la mafia gringa que apoyaba el gobierno de
turno”, sentenció.
Y continuó: “la
miseria, el analfabetismo, la insalubridad, los crímenes y abusos al
campesinado, nada contra el ejercicio de la prostitución, Cuba era un verdadero
burdel al servicio de un turismo de los americanos y de sus marines, cuando
atracan sus flotas en el puerto de La Habana, en Guantánamo y Santiago de Cuba.”
Fidel afirmó, “sí, hay
que respetar la libertad de expresión y de prensa y es la que pueden tener y
tienen hoy, denunciar al imperialismo y su sistema de explotación, escribir
contra el privilegio, la corrupción, la injusticia y la absoluta libertad de
combatir la explotación del hombre por el hombre. Esas libertades no las tuvo
jamás el pueblo. Por eso la libertad de expresión y prensa hay que defenderla,
pero siempre afirmo, bajo el concepto”.
“Con la Revolución todo contra la Revolución nada”.
Con aquellos serios y
muy sólidos argumentos de Fidel, terminó a la dos de la madrugada aquel
encuentro al que nos tenía acostumbrados, pero ahí se dio un hecho muy humano y
sin precedente que voy a contar.
El joven estudiante de historia, le dijo con mucho respeto,
“Comandante, pero luego de todo lo que usted me
dijo yo creo que no voy a poder seguir en la universidad estudiando” y
Fidel le respondió, “no al contrario, más que nunca tienes que terminar tus
estudios y mira para que todo el mundo sepa que tú eres mi amigo, Fidel se
quitó su reloj y le dijo te regalo mi
reloj y le puedes decir a todo el mundo que yo te lo regalé, porque eres mi
amigo”. “Y añadió, estudia porque voy a
interesarme por tus resultados”.
Hoy a 57 años de aquella tertulia informal, libre,
transparente, y muy sana con el Jefe de la Revolución, nos encontramos con
minoritarios grupos de artistas jóvenes, algunos tal vez con razón, pero que
lejos de utilizar el derecho que le asiste de ser atendidos y exponer sus
criterios de manera respetuosas, como en definitiva lo hicieron ante el
ministro de Cultura, en la reunión sostenida el
5 de diciembre del 2020, en ella
se acordó reunirse nuevamente el 27 de enero para continuar evaluando los temas
tratados, pero que los jóvenes escogieran a tres de sus compañeros que los
representara.
El pasado 27 de enero como estaba previsto, se
congregaron unos 30 jóvenes vociferando ser recibidos por el ministro y no los
tres representantes como se había convenido, no obstante, el vice ministro
Fernando Rojas, les invito a pasar a todos, pero estos se negaron y solo cada
uno con sus celulares filmando y vociferando consignas agresivas contra el
Gobierno.
Todo está claro, se
dejaron manipular o forman parte de sectores que están al servicio del
imperialismo y armaron un segundo show.
Solo para la campaña mediática, lo cual los convierte en cómplices de la
contrarrevolución y de la CIA que es la que organiza todas estas farsas. La
misma CIA que a través de la USAID ofrece becas y financia estudios y paga a
esos cubanos que usan sus redes sociales para crear quintas columnas y provocar
estas acciones con fines desestabilizadores que son rechazados por el pueblo,
como fue la respuesta que le dieron todos los trabajadores de Cultura a esos
provocadores del pasado día 27 de enero que salieron a enfrentarlos.
Los hechos a fines del
año pasado en medio de una terrible pandemia y cuando la unidad del pueblo era
tan necesaria, en un barrio de La Habana, Vieja, conocida como San Isidro y muy
cerca de donde nació nuestro José Martí, escenificaron un show mediático de
carácter contrarrevolucionario, organizado y dirigido precisamente por quien él
héroe nacional de Cuba, predijo “el norte revuelto y brutal que nos desprecia”
Obviamente orientado
desde y por la embajada de los Estados Unidos y de la mafia cubanoamericana de
Miami, al mando del capo Marcos Rubio, los Díaz Balar, entre otros y las
emisoras radiales y televisivas, que una mayoría de cubanos que viven allí, le
llaman radio y televisión cloacas porque solo destilan odio y basura contra el
país donde nacieron.
Al afirmar, que está
dirigida por EE.UU lo hago, porque
hay prueba irrefutable, en el
espacio Hacemos Cuba, de nuestra Televisión, dieron a conocer un video que
muestra la presencia del Encargado de Negocios de la Embajada de Estrados
Unidos, a una cuadra del Show y se apreció cuando de su auto diplomático
descendió una de las activas agentes de
Estados Unidos en Cuba y participante en el show y la que obviamente llevaba
las orientaciones pertinentes.
Pero que clase de
cabecillas tiene esos grupúsculos, que, mancillando nuestra amada bandera
cubana, uno de ellos oso posar con ella tapando sus genitales y luego sentado
en la taza defecando y limpiándose su trasero con nuestra bandera, y
preguntamos: ¿Eso son los patriotas que quieren liberar y traer democracia a
Cuba?. Esto son estos mercenarios, defendidos por los llamados “periodistas
independientes”. Está claro estos ni son
periodistas, ni son independientes y los que han armado el show frente al Ministerio
de Cultura solo siguen ordenes de la embajada de Estados Unidos.
Hablemos claro el
llamado portal 14 y medio y otros de esos portales, que tanto odio resumen
contra la Revolución en sus artículos, reciben apoyo financiero de la Sociedad
Interamericana de Prensa (SIP) que le pagan miles de dólares a este y otros
portales y a los llamados periodistas independientes, creyendo que en Cuba
pueden con esa escoria derrocar a la Revolución y provocar la llamada
Revolución de Colores.
Esa Revolución de
colores que llevó a Afganistán, Irak, Libia, Yemen, Siria a la destrucción bajo
las bombas gringas y ha bañado de sangre y miseria a esos pueblos. Y en América
Latina, ese modelo neoliberal a países ricos como Brasil, Colombia, Chile, Perú
y los han llevados a los más horribles escenarios de masacres, muerte,
desolación y miseria. Cuantos fallecidos en esos países por la absoluta
desatención de sus gobiernos por la Covid-19. Saquen cuenta y llegaremos a la
conclusión de que a pesar del genocida bloqueo y las más de 240 órdenes
ejecutivas para impedir que Cuba pueda adquirir alimentos y medicinas, seguimos
luchando y venciendo los obstáculos.
Por cierto, tanto que
se habla de que en Cuba se persigue la libertad de prensa me pregunto. ¿Porque
a estos medios, no se les procesa judicialmente por difamación por sus noticias
falsas, que es un delito? Esta es una
lucha de clase y contra esas actividades hay que, dentro de la ley, tomar
medidas y muy serias, no puede ser que sigan difamando.
Estos mercenarios aquí,
solo podrán recibir la más firme respuesta del pueblo, al que no podrán llevar
jamás a ser una colonia de Estados
Unidos y a un modelo capitalista como impero hasta el 1ro de enero de 1959.
Así será, por eso como
dijo nuestro Comandante en Jefe, “Con la Revolución todo contra la Revolución
Nada”
(*) Periodista,
politólogo y analista Internacional.
La Habana, Cuba, 31 de
enero del 2021. 14.30 hrs.
Si existen delitos conocidos no hay que ponerlos por la televisión,lo que hay que hacer es meterlos presos sin que lleguen hacer los llamados show mediáticos. Eso no tiene discusión y si no se tomaron las medidas correspondientes en su momento demuestra debilidad de las autoridades.
ResponderEliminarEn cuanto a la lucha de clases es muy cuestionable que esos muchachos que viven en casas que fueron mansiones de ricos, hoy fragmentadas para dar cobijas a múltiples familias, quieran que vuelvan esos ricos y los desalojen. Lo que si pueden querer es que le construyan una casa modesta para ellos y eso si lo puede hacer la revolución.
A que clase puede pertenecer un cubano que vive en esta tierra que no sea a la del proletariado. Lo que si puede ser es que buscando respuestas a sus necesidades encuentre una variante de sometimiento a la clase que no pertenece.
Eso es lo que hay que evitar, que un sector de la población se sienta aislado, no representado por el poder institucional.
La prensa libre o libertad de expresión como lo quieran llamar, es hoy el tema número uno en la batalla ideológica. La existencia de las redes sociales no puede evitarse ni prohibirse. Ahora que puede decir un periodista independiente al pueblo. Que hay que entregar la propiedad de todo a la burguesía despojada del poder hace más de 60 años. Que hay que vender todo a los extranjeros o cubanos que viven fuera para que sea los nuevos exploradores. Quién los puede apoyar con esa prensa libre.
Ahora , sí difaman sobre algún dirigente de la revolución y nos callamos, otorgamos y nos desacreditamos. Si exponen un problema social y en vez de resolverlo o explicar detalladamente su causa, ponemos en duda los programas de la revolución. Si denuncian un hecho de corrupción y no se actúa en consecuencia, estamos aceptando que la revolución convive con la corrupción.
Por lo tanto no hay nada que temer hay que responder con la ideología clara y el pensamiento honesto, nunca con politiquerias baratas llenas de consignas y frase machacadas.
El pueblo necesita confianza y entrega a la verdad.
Rogelio Castro Muñiz