Por Milena Recio OnCuba
diciembre 28, 2023
en Contrapesos
Cada quince días, desde enero de 2016, el economista y profesor Juan Triana Cordoví, llega a su cita con los lectores de OnCuba. Ocho años después de haber comenzado a publicar su columna Contrapesos, la suma de sus artículos se ha convertido en una amplía ventana para estudiar la historia económica reciente de Cuba en estos años tan difíciles.
Siento mucha admiración por su persistencia como columnista y me alegra haberlo invitado a tener ese espacio. Se puede estar de acuerdo, o no, con cada una de las esquinas y enfoques de sus análisis pero, sin dudas, Triana nos ha ayudado a multiplicar una cultura económica que tanto necesitamos; y ha echado luz sobre muchísimos intersticios de la poquísima y mojigata información económica que manejan políticos y medios de comunicación en Cuba.
Se acaba el año 2023 con el anuncio de un decrecimiento de la economía de entre 1 y 2 %. Pésima noticia. Los hechos de la macroeconomía siguen proyectándose sin clemencia sobre la mesa de los cubanos: la escasez de bienes de consumo y servicios, la persistente devaluación del peso cubano y unos precios insoportables para la mayoría de los bolsillos, son algunos de los síntomas que más impactan la vida cotidiana en Cuba.
Por debajo de esos reflejos, se enmaraña una extensa madeja de distorsiones, desequilibrios, regulaciones caducas o absurdas, inconsistencias en la aplicación de algunas políticas, corruptelas emergentes, indecisiones… Tan complejo es todo que a veces uno se pregunta si lo que se necesita es magia para revertir este entuerto. Pero la magia es pura ilusión, ya lo sabemos.
Para cerrar este año invitamos a Triana a conversar por videollamada durante poco más de una hora que se volvió muy poco tiempo. Al menos pudo hacer un apurado balance de 2023 y ofrecer algunas proyecciones para el año que dentro muy pocos días va a comenzar.
Aunque se declara optimista “por genética”, cuando le pedí describir 2024 en una sola palabra me dijo, sin dudarlo: “durísimo”.
¿Qué pasó con los objetivos priorizados de 2023?
Lo primero que tenemos que hacer es contextualizar 2023 y cómo se previeron esos objetivos y cómo evolucionó el año. Cumplir esos objetivos era un gran reto para el país, para la economía del país, para el gobierno. Y yo pienso que hubo un grupo de elementos que lógicamente no contribuyeron.
Siempre tendría que decir que uno de esos primeros grandes obstáculos sigue siendo el bloqueo de Estados Unidos sobre Cuba. Eso es indiscutible. Lo sufrimos todos. Nosotros…
No solo las empresas estatales, no solo las empresas del sector presupuestado de la economía cubana, sino lo sufrimos todos. La población lo sufre; lo sufre el sector no estatal, al que también a veces se le complica mucho hacer una operación en Cuba con recursos para Cuba: se le encarecen las operaciones, se diluye muchas veces la intención de hacer algo en Cuba. Entonces, haciendo ese balance, yo te diría que el primero de esos objetivos, que salió como un objetivo muy importante, avanzar en la estabilización macroeconómica, las propias autoridades cubanas, tanto el ministro de Economía, como el presidente, como el primer ministro, reconocieron que no se cumplía. Ese era un fenómeno que ya desde los primeros meses se sabía que iba a ser muy difícil cumplirlo, por lo que implica un programa de estabilización macroeconómica.
El segundo, la consolidación de la reestructuración del mecanismo de asignación de divisas de la economía, tampoco se cumplió. Está reconocido. Hoy Cuba sigue padeciendo un serio problema con el tema de la asignación de divisas.
Está entre los objetivos de este año, incluso, y entre las ideas que planteó el primer ministro: tratar de consolidar un mecanismo que permita una asignación de divisas mucho más adecuada y coherente con la aspiración de crecer en la economía. No se ha logrado eso.
Y yo pienso que el tercero de esos objetivos, que es continuar avanzando en la recuperación de capacidad del sistema eléctrico nacional, sí se cumplió. Aumentó la generación y, a pesar de que seguimos padeciendo un déficit, de que seguimos teniendo un sistema electroenergético en una situación muy crítica y sensible, entre otras cosas, por problemas de mantenimiento, de falta de piezas, de vejez de las centrales… Al menos se recuperaron capacidades. Yo diría, bueno, no es de la mejor manera en la que pudiéramos haberlas recuperado, porque hubiera sido preferible recuperarlas con energía renovable, pero no es posible.
Además, es muy claro que hacer inversiones en energía renovable requiere también de un tiempo, requiere también de unos negocios donde se pueda recuperar esa inversión.
Es también parte de los objetivos que aparecen. Y las tareas que aparecen para este año, porque definitivamente no se cumplieron del todo.
Foto: MRS.
Se hizo un inmenso esfuerzo por avanzar en la reducción de las desigualdades, focalizando algunos programas, pero habría que decir que en 2023, por lo menos desde mi percepción, tengo datos que lo puedan demostrar, no se logró reducir las desigualdades, sino todo lo contrario. En varios sectores esas desigualdades aumentaron.
Tiene que ver fundamentalmente con este fenómeno de las distorsiones monetarias, de esa devaluación sistemática del peso cubano y de la pérdida de la capacidad de compra de las familias.
Se avanzó, sin lugar a dudas, en el proceso de descentralización. Hay competencias en los territorios, pero queda mucho por hacer. Uno de los problemas más importantes que hay con la descentralización de competencias hacia los territorios es con la capacidad que hay desde los territorios para asimilar de manera eficiente esa descentralización y asumir esas nuevas competencias y poderlo hacer de manera eficiente.
Ahí queda un espacio muy grande por avanzar, sin lugar a dudas. Haber focalizado los territorios es un elemento importante de esto.
Este proceso de transformación de Cuba es realmente decisivo, pero quiero aclarar que la suma de las partes nunca es el todo. Y lo quiero significar porque se ha hecho mucho énfasis en la descentralización de competencias hacia los territorios, pero es muy importante mantener, sin embargo, esa línea de propósitos nacionales a los cuales todos debemos contribuir, incluyendo los territorios.
Ahí hay un tema, sin lugar a dudas, que es un gran reto, que es ese tema de coordinación entre los propósitos y la necesidad de los territorios y los propósitos y las necesidades a nivel y a escala de toda la nación.
Y lógicamente, reitero, tienen el reto de encontrar personas con suficiente habilidad para poder asumir esa tarea.
El primer ministro señalaba la movilidad que hay en los cuadros de los territorios y es de los mayores retos que hay a ese nivel.
Lo otro es avanzar en la transformación integral de la empresa estatal. Sigue siendo una cuenta pendiente, lamentablemente. Ahora en esta asamblea tampoco se discutió la Ley de Empresa. Se ha pospuesto esa discusión nuevamente. Parece que todavía no están totalmente consensuados aspectos específicos de la ley. Yo creo que es algo que no debería demorar. A nuestra empresa estatal le hace muchísima falta realmente una ley que sintetice lo que debe ser una empresa y cómo debe conducirse una empresa estatal en las condiciones de un régimen socialista, que es bien diferente a cómo se puede conducir una empresa pública en un régimen capitalista. Una ley de empresas que dé las facultades que necesariamente tienen que tener las empresas y sus empresarios es fundamental para el país.
Siempre digo que parece que la autonomía empresarial es como el horizonte, que avanzamos hacia ello, pero nunca logramos alcanzarlo. Se aleja constantemente de nosotros. La empresa estatal es en definitiva el corazón de esta economía porque se encarga del 97 % de las ventas, asegura más del 85 % del PIB, realiza más del 80 % de las exportaciones.
La idea es que esa empresa sea lo suficientemente dinámica y pueda convertirse en en ese pequeño motor que empuje al resto de la economía y a todas las otras formas de gestión que no son estatales.
Foto: Yander Zamora/EFE.
El decrecimiento de la economía, ¿qué significa?
Decrecer en la economía significa que se reduce la actividad económica. En el caso de la economía, crecer y decrecer, bueno, son antípodas, lógicamente, pero hay que analizarlos. O sea, no solo es que la economía global decrece, sino en qué decrece la economía y cuáles son las razones.
Yo te diría, primero que todo, que decrecer es muy malo para la economía. Porque eso significa una disminución de los niveles de actividad. Significa también una disminución de los niveles de ingresos, de los recursos que tienes para enfrentar el año que viene, para, por ejemplo, poder invertir más y crecer más, o para utilizarlo con una vía de incrementar la oferta; o sea, porque no tienes recursos suficientes, no tienes ingresos suficientes.
Entonces, decrecer en este caso, si la economía se contrae, no se dijeron números al final, ¿no?, pero bueno, entre un 1 y un 2 %, es una contracción de la economía. Si eso quiere decir que la economía está por debajo de cero, volvemos a números rojos otra vez. Y volver a números rojos, lógicamente, para nada puede ser bueno.
Nosotros venimos de un crecimiento muy alto, o sea, que crecimos casi un 11 %, y hemos después intentado ir recuperando la economía con números muy modestos, o sea, 1 %, 2 %.
Este año se planificó un 3 % de crecimiento sobre la base de un grupo de actividades que debían crecer.
El turismo se quedó por debajo
No creció el turismo, algo que ya se sabía desde los primeros dos, tres meses, y es muy sencillo. El turismo en Cuba es estacional. Si tú no alcanzas en los primeros tres meses una determinada cifra de crecimiento, va a ser muy difícil después que te recuperes. Hay un grupo de razones que pueden explicar el no crecimiento, tal y cual estaba planificado, pero eso nos llevaría a otra entrevista muy larga, en realidad. Pero el hecho es que no creció el turismo.
También decrecieron las exportaciones. Igual, ahí uno puede hacer otra entrevista, de tres, cuatro, cinco horas, o un curso de posgrado, que quede claro. Yo siempre digo que la exportación, el acto de exportar, es como la puesta en escena. O sea, es lo que el espectador ve al final. Pero para que una economía pueda exportar, detrás del telón hay mucha gente que tiene que trabajar. Hay muchas actividades que tienen que coordinarse.
Y eso es lo que, a mi juicio, nos ha pasado sistemáticamente. Tiene que ver con temas estructurales, tiene que ver con un sector productivo muy poco complementario, muy poco competitivo en general. Cuando tú comparas nuestras productividades, nuestras producciones en general, con las producciones y los productos de otros países, así es muy difícil crecer.
O sea, si los sectores poderosos no te impulsan suficientemente el crecimiento, pues va a ser muy difícil crecer.
El turismo, lógicamente, estaba visto como una de las grandes palancas que podía mover la economía hacia adelante. Lamentablemente no fue así. No fue así porque no llegaron la cantidad de turistas que se tenía pensado. El turismo, a diferencia de lo que pasó en los años 90, que al final logró encadenar la economía y logró, por lo tanto, derrames hacia el resto de la economía, que impulsaron la economía, no no consigue ese mismo efecto hoy.
Una parte de los ingresos del turismo después se tienen que ir en forma de importaciones para satisfacer las propias necesidades del turismo.
Por eso yo subrayo que esto no es un tema solo del turismo. Nosotros podemos estar hablando ahora aquí del turismo, de los precios, de los servicios, de las facilidades, de que el país, de hecho, no es un país que está, yo diría, pensado en términos de que sea un país turístico; el propio hecho de las infraestructuras sigue siendo un problema, la red de extrahoteleras sigue siendo un problema.
Hay muchas cosas internas del turismo que otros que saben más que yo de eso han hablado muchas veces.
Turistas en Cayo Santa María, en el norte de la provincia de Villa Clara. Foto: Otmaro Rodríguez.
No solo se trata de cuántos turistas llegan
El turismo a finales de los 80 e inicios de los 90, demostró que sí se podía tener un sector turístico en Cuba y lo hizo muy bien, en realidad. Pero hoy, por ejemplo, el turismo enfrenta un problema serio,que es la situación monetaria. Entonces, si tú fuera de Cuba encuentras productos mucho más baratos que los que puedes conseguir en el país, pues lógicamente vas a importar. Podemos comparar cualquier precio, cualquier precio: el de la carne de cerdo, de res. Hoy por hoy, se encuentra más barato en el extranjero que si se compra a las empresas cubanas.
Eso no quiere decir que nos crucemos de brazos, hay que hacer cosas para que la empresa cubana pueda venderle al turismo. Pero la empresa cubana tiene costos y tiene que cubrir sus costos. Y el sector privado campesino tiene costos.
Turistas en la Plaza de San Francisco de Asís, en La Habana. Foto: Otmaro Rodríguez.
Turismo ¿locomotora?
Los efectos del turismo y los derrames del turismo hacia el resto de la economía son menores, mucho menores que en otros años. Pero, de la misma manera, diría que no hay por qué desactivar esa idea de que el turismo debe ser una locomotora de la economía cubana.
Entre otras cosas porque Cuba es un país turístico. Eso es un regalo de la naturaleza. Estamos en el sur del hemisferio norte, por lo tanto, lo que para nosotros es invierno, para los que viven muy al norte es verano. Y, por lo tanto, la gente viene a Cuba.
Ah, mejorar, eso sí es muy importante. Hay que poner más… No en el turismo, sino en los sectores que pueden contribuir al turismo. También es muy importante.
Yo recuerdo que aquí en Cuba se creó una organización que fue Finatur, que facilitaba el encadenamiento de las empresas cubanas con el sector turístico. Nos faltó en ese encadenamiento el sector agropecuario. Eso es verdad. Y desde aquella época importábamos tomates. Las anécdotas son tremendas. Los tomates y la lechuga importados de no sé de dónde. Podía ser de cualquier lugar. Porque los campesinos cubanos, no por un tema de costos en ese caso, sino por temas regulatorios, no le vendían al turismo. Hoy por hoy es un tema de costos, de precios. Hoy por hoy es un tema de tasa de cambio.
Un campesino, increíblemente, hace más plata vendiéndose en mercados agropecuarios que vendiéndole al turismo. Y no es porque el turismo no quiera pagar. Es porque el turismo no puede pagar porque tiene regulaciones de precios, de fichas de costos. Entonces, ahí hay algo que tenemos que resolver.
Foto: Otmaro Rodríguez.
Demasiadas cosas por resolver: marcos regulatorios pendientes y baja velocidad
Lamentablemente, nosotros parece que somos los enviados del dios Viracocha y somos entonces los dueños del tiempo. En las condiciones que el país ha atravesado estos últimos cuatro o cinco años, con una pandemia, con el bloqueo, con todo esto, el tiempo es fundamental. Es, yo diría, la variable más crítica y más esencial. Creo que sobre eso escribí una vez uno de los artículos en OnCuba. Obviamente no se puede desconocer que también, como tú decías, esto es toda una madeja y es bien complicado. Entonces, las regulaciones, pues, algunas tienen que ser consensuadas y por el medio hay muchísimos intereses.
En los marcos de la economía institucional diríamos que hay lógicamente que volver a ese marco regulatorio, que hay que lograr las reglas del juego, que sean coherentes, pero hay muchos elementos que influyen en el marco institucional. Desde el sistema jurídico, el sistema político, las tradiciones, la cultura, los intereses sectoriales e individuales. Ahí todo está junto a la vez. Y entonces lograr coordinar y consensuar eso es muchas veces difícil. A mí, por lo menos a mí, en lo personal, tengo la percepción de que muchas veces una parte de esas medidas o de esas políticas o de esas regulaciones están mediatizadas por intereses sectoriales que impiden que se avance mucho más rápido.
Yo te voy a poner un ejemplo. Yo listé —hice la tarea— listé más de 43 aspectos en los cuales el primer ministro Marrero señaló que había que trabajar. Uno de ellos nuevamente es el tema de la entrega de tierra. Y en un país, que tiene un déficit de alimento muy grande y donde los productos alimentarios tienen un peso importante en el incremento de la inflación, es el segmento que más pesa en el incremento de la inflación, la demora en la entrega de tierra y no tener unas regulaciones e incentivos suficientes para que aquellos a los que se le da la tierra la produzcan rápidamente, pues es un grave problema. Sin lugar a dudas.
Los incentivos que faltan
Vemos de nuevo el tema de la tierra, que se repite constantemente. ¿Quién tiene las manos para solucionar eso? Me imagino que es la institución que tiene que ver con la regulación de la tierra en Cuba.
Y que es responsable de la producción de alimentos agropecuarios. Pero volvemos a repetir ese mismo problema que ha tenido la reforma en Cuba desde los años 90: tiene que ser coherente con el tema de la tierra. No queda de otra. Y si tú lo que deseas es incrementar la producción, pues las regulaciones tienen que fomentar realmente y generar incentivos para que los actores se sientan impulsados.
A mí me parece, por ejemplo, que haberle suprimido a las mipymes el año de exención sección fiscal no contribuye realmente al incremento de las pequeñas y medianas empresas y de los actores estatales. Y no porque sean pequeñas y medianas empresas privadas, sino porque hay un hecho que es verdad y es perfectamente demostrable: la riqueza del tejido empresarial de una economía le permite ser más eficiente y más flexible. O sea, la diversidad y el tamaño de ese tejido en términos de riqueza le permite a la economía tener mucha más flexibilidad a la hora de impulsar determinados programas.
Mipymes para dinamizar la economía
Definitivamente las mipymes hoy han demostrado que tienen un espacio en la economía nacional que es muy difícil que lo pueda ocupar el sistema empresarial estatal en estos momentos. Y que por lo tanto deben ser, si son bien reguladas y si hay los suficientes incentivos, pues un factor que dinamice la economía nacional.
Dentro de las medidas y las tareas que anunció el primer ministro en su intervención hay un grupo de ellas que van de alguna manera apuntando a que esas mipymes puedan tener un espacio todavía mayor y que puedan contribuir más y que sean más dinámicas todavía. Te pongo un ejemplo: descentralizar la aprobación hacia los municipios puede ser una magnífica medida en la medida en que los municipios tengan la capacidad para hacerlo. Y siempre que entiendan que tener más negocios es mejor para el municipio. Incluso aquellos que de hecho no contribuyen de manera directa a la estrategia de desarrollo. Porque nadie sabe después cómo van a contribuir.
La economía no funciona con compartimentos estancos, sino vasos comunicados. Y lo que aparentemente no contribuye ahora a la estrategia, después sí contribuye porque complementa, porque produce algo, porque logra ser un pedacito de una cadena productiva.
Otra medida es la de lograr negocios y empresas mixtas entre empresas privadas o cooperativas que tengan suficiente patrimonio y empresas estatales. Eso a mí me parece algo fantástico. Durante mucho tiempo lo dijimos. ¿Por qué tienen que ser solo con los extranjeros las empresas mixtas? ¿Por qué no se pueden utilizar los actores nacionales? ¿Qué tiene de malo un actor nacional, una pyme nacional en el caso de las empresas extranjeras? ¿Es que acaso las empresas extranjeras son mejores o son más socialistas que el actor nacional? ¿Quién al final está aquí?
Entonces esas cosas yo creo que pueden contribuir. Digo que pueden contribuir porque depende mucho de la letra chiquita.
¿Trazos gruesos o un programa bien definido?
Yo no tengo evidencias de que todo esté ya planeado, planificado, que hayan programas construidos ya establecidos, discutidos, consensuados. Esa evidencia yo no la tengo. No te lo puedo decir ahora. Sería muy irresponsable de mi parte si te digo una cosa o la otra. Yo lo que te puedo decir es que son 43… Yo listé 43 medidas en ese discurso. Eso es una cantidad enorme de trabajo.
Una cantidad enorme de trabajo que hay que hacer. Yo no sé si está hecho. Hay cosas que parece que no son coherentes porque uno de los factores que ha hecho que la inflación disminuya su dinámica y se ralentice es exactamente el incremento de la oferta. Y una parte importante de ese incremento de la oferta lo han hecho las mipymes que importan y comercializan a precios muy altos.
Sí es verdad, a precios muy altos y algunas tienen realmente ganancias más que extraordinarias. Yo estoy de acuerdo en que hay que regular eso. Pero creo que es un error derivar de ahí que son las mipymes la causa de la inflación.
Está demostrado por la academia, por la ciencia. Además, ya que estamos en un gobierno que se basa en la ciencia, la innovación, está demostrado que no es el factor que generó la inflación en Cuba. Hay otros que tienen que ver con errores cometidos por la política monetaria en Cuba, sin lugar a dudas. Y por deformaciones estructurales que arrastramos desde hace mucho tiempo y no se han eliminado.
La entrada de las mipymes y de las cooperativas no agropecuarias… (A mí no me gusta llamarles cooperativas agropecuarias. Yo prefiero llamarles cooperativas industriales y de servicio. Y no agropecuarias, porque es un término que lo define en negativo.) Esto ha hecho más diverso, realmente, esa parrilla de actores que tenemos en Cuba, y la diversidad es buena.
Lo que pasa es que muchas veces no estamos diseñados para poder entender y manejar esa diversidad como debe hacerse. Es un proceso también, yo diría, de aprendizaje. No son los mismos instrumentos que hay que usar para la empresa estatal. De hecho, no son los mismos controles los que hay que hacer en una empresa privada que en una empresa estatal. Porque es diferente. El dueño de una empresa estatal es el pueblo de Cuba. Y ese dueño lo representa el Estado. Ahí están los dineros de todo el mundo. En una empresa privada están los dineros de ese señor. Entonces, ahí hay que controlar otras cosas, sin lugar a dudas.
Y obviamente, el comercio también tiene sus pústulas. Pero no sólo el comercio privado. El comercio estatal también.
Hemos vivido 62 años de comercio estatal y sabemos cuáles son las pústulas perfectamente de ese comercio estatal. Del más pequeñito y del más grande. Tenemos la experiencia de esas grandes cadenas de tiendas que existen en Cuba, cuyo nivel de eficiencia está muy por debajo de lo que debería ser. Y son empresas que usan el dinero del pueblo.
Los niveles de precios de esas empresas en algunos productos triplican y cuadruplican su costo puesto en Mariel, incluido el flete.
Entonces ahí venimos de esa tradición. Obviamente, hoy hay otros actores en juego. Pero lo que llama la atención es que en algunos de esos productos hoy los precios de esas empresas compiten con los precios que pueden tener esos productos en una tienda en MLC. Y hay una razón sencilla para que sea así. Y es que la inflación a nivel internacional es para todo el mundo.
El ministro de Economía ponía una tabla donde ejemplificaba cómo se habían duplicado los costos de adquisición de un grupo de productos esenciales, entre ellos la leche en polvo. Y se ha duplicado. Bueno, eso se duplica para todo el mundo. Incluyendo a los actores no estatales. Y se duplica también para las empresas estatales que han visto reducida su capacidad de importación.
Pero mira qué bueno, ¿no? Si las empresas estatales no pueden seguir importando lamentablemente. Hay una empresa que puede importar y que puede vender a otro precio, sí. Pero hay un segmento de la población en Cuba que puede comprar a ese precio. Por lo tanto, descarga la presión sobre ese otro bien que tiene que ser entregado de manera subsidiada por la libreta a la población. Entonces, esa diversidad hay que aprovecharla. Yo diría, no hay que atacar esa diversidad. Hay que aprovecharla y conducirla, inteligentemente.
Materias primas, sí
¿Qué más dijo el primer ministro? Bueno, que a las empresas que importen materias primas le van a disminuir o le van a quitar los aranceles de esas materias primas. Pues muy bueno. Eso es un incentivo real de los que funcionan.
Tú importas materias primas para producir un producto a través de una empresa nacional. Por ejemplo, importas pienso para producir carne de cerdo y entonces yo te relevo del arancel. No me pagues el arancel. Yo haría más que eso. No me pagues el arancel y te voy a reducir los impuestos sobre la venta de esos productos.
¿Para qué? Para incentivarlo porque a Cuba le hace falta eso. Porque al país le hace falta. Entonces, esa diversidad lógicamente hoy es una riqueza. Hoy es un factor a favor, no en contra. Lamentablemente, el balance que vi en la Asamblea fue exactamente que esa diversidad era un factor en contra de los propósitos nuestros de mejorar la economía y de seguir tratando de alcanzar esa visión de país que tenemos.
Y eso me lo demuestra el hecho de que el propio presidente de la República en su discurso final volvió a reafirmar, también lo hizo el primer ministro, de que no era esto una ofensiva contra las mipymes.
Política financiera y presupuesto 2024
Se incrementa el déficit porque se incrementan los gastos y porque los ingresos no alcanzan a cubrir esos gastos. Siempre hay que decir que los gastos en Cuba y el presupuesto en Cuba está muy comprometido porque una parte importante de ese presupuesto yo diría una parte decisiva de ese presupuesto va a sectores que han sido los pilares de esa política social del país: educación, salud, cultura. Entonces hay que buscar otras maneras de reducir los ingresos.
Estoy convencido de que incluso en esos sectores se puede ser mucho más eficiente en la utilización del gasto y se podría reducir una parte de los gastos sin tocar a los maestros y a los médicos e incluso hasta incrementándose el salario a los maestros y a los médicos. Es de las cosas que hay que hacer definitivamente.
Potencialidades para reducir gastos
Obviamente hay muchas cosas que hacer en Cuba en cuanto a la reducción de gastos. Primero unificar ministerios y reducir aparatos e inmuebles que se utilizan en esas oficinas. Yo estoy en contra de eso.
En los ministerios hay magníficas personas, que quede claro. Se ha hablado de eso sistemáticamente. Ahí también hay una posibilidad de reducir. No puede haber 1.600.000 trabajadores en el sector presupuestado de la economía (51 %) y 1.400.000 (49 %) en el en el sector empresarial. Porque eso es una distorsión total, es una desestructuración. Debería haber muchos más en el sector empresarial. La definición de Che es subdesarrollo: un enano de cabeza y torso gigante y unos pies pequeños. Bueno, eso es lo que nos está pasando. Tenemos unas piernas débiles y un torso y una cabeza gigantesca y eso, pues lógicamente, dificulta cualquier movimiento.
Lo desequilibra. Entonces eso hay que reducirlo. Pero eso ya se hizo a inicios de los años 90. Una de las primeras medidas que tomó Fidel fue reducir la cantidad de ministerios que había en Cuba.
Y se redujeron de 56 a 25. Y reducir además de eso la plantilla de esos ministerios. Una comisión trabajó en eso y se redujeron esos gastos de una manera considerable. Bueno, hay que hacer lo mismo ahora. ¿Por qué? Porque el país no está en condiciones de soportar esa superestructura gigante que pesa demasiado. Y eso traba los procesos. Es algo que está reconocido en los discursos del ministro de Economía, del primer ministro, del presidente.
Crear más empleo
Hay que abrir más la economía e incentivar la creación de nuevas empresas, de actividades, actores no estatales. Este año se planifican 4 mil nuevos actores. Hay que fomentar que sean más.
Hay que abrir más la economía para tener más inversión extranjera en el país. Sin lugar a dudas.
Ya este año se anunció que en 2023 terminó con la mayor cantidad de empresas extranjeras que nunca se habían firmado en Cuba. Se firmaron este año. Hay intenciones por una cantidad importante que no es suficiente. Y entre otras cosas no es suficiente porque la economía de Cuba no es una economía que sea muy apetecible. Quien invierte en Cuba toma muchos riesgos: económicos, crediticios y financieros hasta riesgos que son políticos, que tienen que ver con la persecución que las autoridades norteamericanas hacen de las empresas que están en Cuba. Entonces hay que mejorar, facilitarlo y dinamizar ese proceso.
No puede ser que un negocio se demore siete meses y que todos los ministerios metan la mano en el negocio. No puede ser.
Déficit fiscal y exceso de liquidez
Una parte de ese personal que ya es evidente que está flotando, en vez de dejarlo en esas estructuras hay que hacer como se hizo en los 90. Se le da un subsidio por un grupo de meses para que pueda acomodarse a estas nuevas condiciones y se hace así. Ya esa experiencia la pasamos. En cierta medida estamos peor que en los años 90. ¿Es doloroso? Sí, es muy doloroso. Pero más doloroso es seguir arrastrando un déficit fiscal que es procíclico y que al final afecta a todos los grupos.
El déficit no es procíclico per se, depende de si lo resuelves monetizando. Al monetizar sacas dinero a la circulación. Sacas dinero en condiciones de una oferta reducidísima y con muy poca capacidad de respuesta del sector productivo para generar producción y convertirlo en oferta. Por lo tanto, eso va ¿a dónde? Eso va a la inflación. Y está demostrado por la ciencia que una de las causas de la inflación en Cuba, de las principales, es el exceso de liquidez que la monetización del déficit ha provocado. Entonces cuando tú monetizas el déficit pues lo conviertes en un fenómeno pro-cíclico. Impacta en la inflación. La inflación eleva los precios y devalúa la moneda nacional.
Afecta directamente la capacidad de compra del ingreso de las familias. Y entonces no sólo se convierte en una medida procíclica sino se convierte en una medida regresiva porque afecta a los más afectados. Y la prueba está en que el mayor porciento en la estructura de la inflación está en el incremento de los precios de los productos alimenticios. Porque la gente puede dejar de hacer cualquier cosa, pero no puede dejar de comer. Entonces al final tiene que pagar por la comida al precio que le pidan en la medida en que tenga ingresos.
Detener la espiral inflacionaria
No se va a parar en un año. Eso es imposible. La distorsión es tan grande que sería muy responsable quien dijera que en un año esto se resuelve. Entre otras cosas, por todos los factores que hay en el medio. Que no solo son monetarios, sino también son de estructura productiva. Entonces sería muy, yo lo reitero, muy irresponsable el que diga que es posible parar esto en un año.
Primero, no es una sola medida. Tendrá que ser un programa, un grupo de medidas. Se ha hablado reiteradamente del programa de estabilización macroeconómica desde el año pasado. Lamentablemente no se avanzó lo suficiente en ese programa, ni en la profundidad en la que hay que avanzar en ese programa. Porque ese programa tiene costos sociales, tiene costos políticos.
Y hay que tratar de reducir a la mínima expresión esos costos, pero los tiene. La distorsión que se ha mantenido durante tanto tiempo en Cuba, porque hablamos de esta de ahora, pero esta es una distorsión que viene caminando desde hace muchísimo tiempo. Y entonces, esa distorsión acumulada, pues hay que pagarla. Hay costos que hay que pagar. Y el problema está en cómo distribuir esos costos para que los sociales y políticos, sean los menos posibles. Ahí es donde está el reto. No hay manera de que pueda ser distribuida de otra manera.
No es por un tema de libros, ni lo que dicen los libros, es que es la realidad de la economía nacional hoy. Lamentablemente, nosotros hemos sido sumamente innovadores con esto de temas monetarios, buscando una sola moneda y llegamos a tener cuatro. Buscando una sola tasa de cambio, hemos tenido tres. Es tragicómico.
Lo más interesante es que al menos desde la ciencia se sabe que hay que lograr un grupo de medidas que tienen que ver con la reducción del gasto; con la mejor asignación de recursos a los sectores que en el más corto plazo puedan generar productos y ofertas; con el incremento de la oferta; con la generación de nuevos empleos; además de las medidas monetarias —tasa de cambio y régimen cambiario—; con recuperar la confianza de los bancos, de las personas y del público en los bancos. Que es muy difícil después de lo que ha pasado, no solo con la bancarización, sino antes incluso, con el propio Ordenamiento.
Foto: Otmaro Rodríguez.
Restaurar la confianza
Hay personas a las que su dinero se les diluyó, se les hizo agua y sal en un momento determinado. La confianza es fundamental: el dinero es confianza inscrita en un papel. No es nada más que eso. Y los bancos, que son los que lo respaldan, tienen que ser las instituciones donde haya más confianza.
Hoy, lamentablemente, una parte de la población en Cuba no tiene esa confianza.
El sistema bancario cubano tiene que jugar un papel mucho más importante del que ha jugado y requiere autonomía, sin lugar a dudas, para poder hacer cosas que los bancos tienen que hacer necesariamente. Entre otras, poner disciplina en la emisión monetaria. No puede ser de otra manera.
El ministro de finanzas anunció que a partir de ahora los grados de aprobación de gastos y de distribución de algunos sobrecumplimientos e ingresos se van ya de las manos del Ministerio de Economía y pasan a otra autoridad, al Consejo de Ministros. Eso es bueno. Porque hay que poner de alguna manera reglas después con estas cosas.
Sector empresarial estatal
Hay que limpiar el sector empresarial estatal. Muchas empresas todavía tienen pérdidas y/o muy baja rentabilidad. En definitiva el sector empresarial, estatal, es lo más importante que tenemos hoy. Lo más importante. Y en el mundo entero esas grandes empresas son las que deciden el juego. Nosotros podemos tener hoy un millón, un millón y medio de trabajadores en el sector no estatal, pero tenemos un millón y tanto en el sector estatal en empresas que si se dinamizan y si encontramos los incentivos para dinamizarlas, lógicamente cambian la situación. E incluso se convierten en empresas que halan al resto de los actores no estatales.
Las pymes proveen más del 90% del empleo en muchos países, pero apenas si proveen el 10-12% de las exportaciones. Y es así. Es muy fácil crear una pyme y es muy fácil que fracase y desaparezca, pero los costos asociados a esa mala ejecución son mínimos comparados con los costos asociados a una mala ejecución de una gran empresa estatal. Por lo tanto, el impacto en la sociedad y en la economía es menor. Y permite entonces ajustar.
Por eso digo que las pymes dan una flexibilidad que la empresa estatal grande no puede dar. No porque no quiera, sino porque es otra estructura, definitivamente. Y así está conformado el mundo. No es sólo en Cuba. Grandes empresas son menos dinámicas, menos flexibles que las pequeñas y medianas empresas.
Foto: Alejandro Ernesto.
Pesimismo/Optimismo
Por definición, por genética, soy optimista. Para ser economista y dedicarse a los temas de desarrollo hay que ser optimista. No queda de otra. No solo mirando a Cuba, sino mirando al mundo. Entonces, sí, yo por genética soy optimista.
También porque en estos últimos dos años, de todo el trabajo y de todas las cosas no agradables que pueden haber sucedido, han ocurrido cosas agradables en realidad. Es una demostración de cuánto más potencialidades y recursos hay en el país para crecer las mismas pequeñas y medianas empresas. Lo demostraron a partir del año 2021, cuando se aprobó la primera. Desde entonces muchas cosas han cambiado en Cuba y, de hecho, han tenido un papel. Y eso realmente me da optimismo.
Ojalá que todos lo pensaran de esa manera y que de alguna forma permanezca la idea de, no solo de la necesidad, sino de cuánto pueden aportar las pequeñas y medianas empresas, fundamentalmente privadas, porque son la mayoría, si se les garantiza un ambiente de negocios adecuado.
Yo soy optimista también porque este año se firmaron más de, más de 40 negocios con inversión extranjera, a pesar de las condiciones en que está Cuba y de que sobre esas empresas siempre va a recaer una lupa muy grande, un microscopio muy grande, de la oficina de control de activos extranjeros de Estados Unidos, por lo tanto, tiene mucho riesgo. Y a pesar de que van a pasar muchísimo trabajo para encontrar bancos corresponsales que quieran hacer sus operaciones. O sea, todo eso, y bueno, están ahí. Y a pesar de que, desde la parte cubana, y esto es perfectamente público, hay una deuda con proveedores, hay retención de dividendos, que no contribuyen para nada a ese buen ambiente de negocio que tiene que existir.
Foto: Kaloian.
Coherencia, consistencia, secuencialidad
Tenemos que lograr que nuestras medidas, nuestra transformación, nuestra reforma, como querramos llamarle, sea suficientemente coherente, consistente, que tenga la secuencia adecuada a la hora de implementarla. Esas tres cosas son básicas.
De eso ha padecido la reforma: no ha sido suficientemente coherente, ni consistente. Y muchas veces, como pasó con el Ordenamiento, la secuencia fue totalmente errónea. Entonces, aprendiendo de eso, que es muy reciente, podemos proyectar mucho realmente hacia hacia el futuro.
No creo en que nosotros este año podamos pensar que vamos a tener un cambio telúrico para bien. Excepto que tengamos por ahí recursos que de pronto aparezcan. Alguien que preste 3 mil o 4 mil millones. (Pero bueno, hace muchos años que la Unión Soviética desapareció.) Es muy difícil que vuelva.
Se requiere de muchísima plata para acometer un programa tan grande en muy corto plazo o para impactar directamente en aquello que la población más sufre, que es la oferta de alimentos, la falta de transporte. Son, yo creo, las dos cosas que más golpean a la población cubana. Entonces, no será de inmediato.
—¿Y si te pido una palabra para describir el 2024?
—Durísimo.
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