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"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

domingo, 28 de febrero de 2016

Carta de Warren Buffett a sus accionistas. 2015

Por Guru Huky


Cómo cada año, fiel a su cita con los inversores de Berkshire Hathaway, Warren Buffettpublica su carta anual a sus accionistas. 

Cómo cada año os traducimos aquellos fragmentos que consideramos más interesantes:

En Berkshire seguiremos operando con una extrema descentralización. También vamos a continuar analizando oportunidades de inversión con nuestro socio Jorge Paulo, ya sea financiando sus operaciones como cuando su grupo compró Tim Horton o bien con una combinación de inversión en acciones y cómo financiadores cómo fue el caso de Heinz.

Ocasionalmente también compartiremos inversiones con otros socios cómo hicimos en el caso de Berkadia. Sin embargo, quiero destacar que Berkshire sólo participará con otros socios en adquisiciones que sean amistosas. Algunas ofertas hostiles para comprar empresas están más que justificadas. Algunos CEOs olvidan que trabajan para sus accionistas y otros son simplemente ineptos. En ambos casos, los directivos pueden no ver un problema que tiene la compañía o no estar dispuestos a realizar los cambios que se necesitan. Son en estos casos cuando los equipos directivos deben ser cambiados para que una compañía mejores. Sin embargo, nosotros preferimos dejar esas oportunidades de inversión para otros. Berkshire sólo invierte en compañías donde seamos bienvenidos.

Cotizadas

Berkshire aumentó el año pasado su participación en los cuatro grandes inversiones en empresas cotizadas. American Express, Coca-Cola, IBM and Wells Fargo. Compramos más acciones de IBM aumentando nuestra participación del 7,8% en 2014 al 8,4%, en Wells Fargo del 9,4% al 9,8%. En el caso de CocaCola y American Express, han sido las recompras de acciones las que han elevado nuestra participación. Nuestra participación en CocaCola aumentó del 9,2% al 9,3% y en American Express del 14,8% al 15,6%.

Puede que consideréis que estos cambios no son importantes pero haced el siguiente ejercicio matemático. Para el agregado de las cuatro compañías, cada aumento en un punto porcentual en nuestra participación aumenta los ingresos anuales de Berkshire en $500 millones. Las cuatro compañías son excelentes negocios, dirigidas por directivos con talento orientados al accionista y con un buen retorno sobre el capital. En Berkshire preferimos tener un porcentaje pequeño de un excelente negocio que tener el 100% de un negocio mediocre. Preferimos tener una parte de la propiedad del Hope Diamond que tener todos los cristales de Swaroski.

En Berkshire somos propietarios de los $4.700 millones que generaron estas cuatro compañía en 2015 aunque en nuestra cuentas sólo contabilicemos como ganancia los 1.800 millones que recibimos de ellas como dividendos. No os equivoquéis. Los $3.000 millones que no hemos contabilizado cómo ingreso son tan importantes para Berkshire cómo los 1.800 millones que contablemente si nos hemos podido apuntar como beneficio.

Los beneficios que estás compañías retienen y no reparten cómo dividendo suelen ser utilizados para recomprar acciones y por lo tanto nos sirven para aumentar nuestra participación accionarial en las compañías y el porcentaje de beneficios a los que tendremos derecho en un futuro sin tener que gastar un centavo. Además los beneficios retenidos por estas empresas suelen ser invertidos en nuevas oportunidades de negocios que generarán más beneficios. Todo esto nos lleva a pensar que los beneficios por acción de estas cuatro empresas en las que estamos invertidas seguirán creciendo en el tiempo.

Nuestra flexibilidad para poder invertir en magnificas compañías en las que no tenemos el control accionarial nos da una importante ventaja sobre otras empresas de inversión (private equity) que limitan sus adquisiciones a empresas en las que puedan controlar la gestión del negocio. Woody Allen explicó una vez la ventaja que comporta ser bisexual ya que comporta doblar las posibilidades de que tengas una cita un sábado por la noche. En cierto modo nuestro apetito por invertir en posiciones minoritarias o en posiciones de control dobla nuestras oportunidades de poder dar con oportunidades de inversión interesantes.

América y el futuro

Estamos en año electoral, y los candidatos no dejan de hablar de los problemas que tiene el país y que según ellos sólo ellos pueden solucionar. Cómo resultado muchos americanos piensan que sus hijos ya no vivirán tan bien como lo han hecho ellos. Esta visión es errónea. Los niños nacidos hay en América son los más afortunados de la historia. El PIB per cápita de América está en $56.000. En términos reales es 6 veces más que el que teníamos en 1930, el año en el que yo nací y una cifra que va mucho más allá de la que podían imaginar mis padres en sus sueños más salvajes.

Está tendencia positiva continuará en el futuro. La magia económica de América permanece intacta. Algunos comentaristas se quejan de nuestro actual crecimiento del PIB del 2% anual. Sí, a todos nos gustaría tener un ritmo mayor de crecimiento, pero vamos a hacer un poco de matemáticas con esa tasa de crecimiento del 2% anual que muchos lamentan y veremos que nos ofrece ganancias asombrosas.

La población en América crece a un ritmo del 0,8% al año.Un crecimiento económico del 2% produce un incremento per cápita del 1,2%. Seguro que está cifra no deja a nadie impresionado. Pero, para los niños que nacen hoy esto significa que dentro de 25 años tendremos un aumento del PIB per cápita del 34,4% gracias al efecto del crecimiento compuesto, o lo que es lo mismo $19.000 al año más de ingresos per cápita para la próxima generación. Si el aumento de los ingresos se distribuye de forma equitativa significará $76.000 más de ingresos al año para una familia de cuatro miembros.

A la mayoría de los niños hoy no les va tan mal. Todas las familias de clase media alta de América tienen un standard de vida superior al que tenía John D. Rockefeller en 1930. Su inmensa fortuna no podía comprar entonces cosas que hoy consideramos cotidianas. A pesar de todo su poder y dinero Rockefeller no podía vivir cómo lo hacen hoy muchas familia de clase media.

Aunque el pastel para ser compartido por la próxima generación será mucho más grande que el actual, cómo se va a dividir seguirá siendo polémico. Tal y cómo ocurre hoy habrá luchas para ver cómo se reparte la riqueza que se crea entre las personas en edad productiva y los retirados, entre los sanos y los enfermos, entre los inversores y los trabajadores, y entre aquellos que tienen talentos que son altamente apreciados y la gente decente que trabaja duro pero que no tiene las habilidades que en ese momento sean mejor recompensadas.

Choques de este tipo siempre han estado con nosotros y seguirán estando. El Congreso será el campo de batalla y el dinero y los votos serán las armas. Las buenas noticias son que incluso los que “pierdan” la batalla verán que tendrán en el futuro más bienes y servicios.

Nada rivaliza con la economía de mercado en producir lo que la gente quiere e incluso en producir lo que la gente no sabe que quiere. Mis padres no pudieron imaginar que iban a querer un televisor ni yo pude llegar a pensar cuando tenía 50 años que iba a necesitar un ordenador. Ambos productos, cuando la gente entendió lo que podían hacer, rápidamente revolucionaron sus vidas. Hoy, me paso 10 horas a la semana jugando al Bridge online y al escribir esta carta “las búsquedas” son imprescindible para mi (aunque aún no estoy listo para Tinder).

Durante los últimos 240 años ha sido un terrible error apostar contra América y aún no ha llegado el momento de hacerlo. La era dorada de América de comercio e innovación continuará y nuestros hijos tendrán vidas mucho mejores a las que tuvieron sus padres.

Contabilidad

En las cifras de contabilidad GAAP veréis que $1.100 millones son “gastos” de amortizaciones. Para mi un 20% de esta cifra es un gasto real pero el resto no. Este gasto para mi no real y que no existía en Berkshire, ha ido creciendo con el tiempo a raíz de las adquisiciones de empresas que hemos hecho. Estos gastos de amortizaciones no reales seguirán creciendo en el tiempo a medida que compremos más empresas. Tenemos cerca de $6.800 millones en nuestro balance de activos intangibles (fondo de comercio) de los cuales $4.100 millones pasarán como gasto a la cuenta de resultados en los próximos 4 años. Cuando hayamos amortizado todo nuestro Fondo de Comercio los ingresos de Berkshire aumentarán aunque nuestros verdaderos ingresos se mantengan planos (es el regalo que le hago a mi sucesor). Os sugiero que ignoréis este gasto de la cuenta de resultados. Aunque hago la sugerencia con un poco de temor sabiendo que muchos gestores les dicen a sus accionistas que ignoren ciertos gastos que si son bien ciertos. Un buen ejemplo son las compensaciones en acciones. Su propio nombre lo dice todo “compensación”. Si las compensaciones no son gastos ¿Entonces que lo son? y si los gastos reales no deben meterse en el cálculo de los beneficio ¿entonces que debe meterse?

Los analistas de Wall Street también desempeñas su parte en esta farsa contable creyéndose las cifras de beneficios que les dan los equipos de dirección de muchas empresas. Los gastos de amortizaciones y depreciaciones de activos básicos para el negocio también suelen estar sujetos a polémica y en muchos casos son gastos reales. Al menos lo son en Berkshire. Me encantaría poder mantener nuestro negocio competitivo mientras gasto menos dinero que mis gastos de amortización, pero en 51 años que llevo al frente del negocio aún no he sabido como hacerlo. Es mas, en nuestro negocio de ferrocarril los gastos de depreciación son muy inferiores a las inversiones que necesita el negocio para simplemente mantener las vías en un estado decente.

Cuando los directivos o los banqueros de inversión hablan de cifras cómo el Ebitda cómo medida para valorar un negocio deberíais observar como les crece la nariz.

Cartera de empresas cotizadas de Berkshire Hathaway


Productividad y Prosperidad

Antes, os he contado cómo mis socios en Kraft lograron vencer las ineficiencias en la empresa aumentando los producido por hora por empleado. Es está clase de mejora el secreto en la salsa de las mejoras de las condiciones de vida en América desde que se fundó la nación en 1976. Por desgracia, aún pocos americanos entienden la estrecha relación que hay entre productividad y prosperidad.

Para ver la conexión os voy a poner un ejemplo dramático: La agricultura. En 1900 América tenía una fuerza laboral de 28 millones de personas. El 40% de ellos trabajaban por aquél entonces en la agricultura. En 1990 el principal cultivo en nuestro país era el maíz. De dedicaban 90 millones de acres a este cultivo y cada acre producía 30 quintales de maíz con una producción total potencial de 2.700 millones de quintales al año.

Llegó el tractor, la irrigación, los fertilizantes, y las semillas de calidad. Hoy tenemos 85 millones de acres de tierra dedicados a cultivar maíz, pero un acre produce 150 quintales y obtenemos una producción potencial de 13 a 14 mil millones de acres al año y este aumento en la producción se logra con sólo 3 millones de agricultores contra los más de 11 millones que se necesitaban en 1900. Hoy sólo necesitamos el 2% de nuestra fuerza laboral dedicada a producir 5 veces más maíz que en 1900.

Estas mejoras en el campo de la agricultura ha permitido que decenas de millones de trabajadores puedan utilizar su talento en otros menesteres. Transformaciones similares se han sucedido en muchos otros campos.

Sin embargo, cuando la innovación y las fuerzas del mercado interactúan para producir eficiencias muchos trabajadores dejan de ser necesarios y sus talentos quedan obsoletos. Algunos pueden encontrar otros empleos pero muchos otros se quedan sin opciones. Cuando la competencia por producir zapatos baratos llevó la producción a Asia, la hasta entonces próspera empresa Detxer cerró las puertas dejando 1.600 trabajadores en el paro en un pequeño pueblo de Maine. Perdimos toda nuestra inversión, algo que nos podíamos permitir, pero muchos trabajadores perdieron su medio de vida.

La respuesta a estas disrupciones no está restringiendo las acciones que aumentan la productividad. Los americanos no tendrían el nivel de vida que tienen hoy si se hubiera dado el mandato de mantener 11 millones de trabajadores en la agricultura. La solución viene por proveer cómo sociedad una serie de redes de seguridad para todos aquellos que ven cómo sus talentos específicos dejan de ser valorados. El precio que se paga para que América aumente su productividad y la disfruten la mayoría de sus ciudadanos no debe ser la penuria y el infortunio.

Podéis leer la carta completa aquí (pdf).

Por cierto esta es la foto de los 24 personas que trabajan junto a Buffett en las oficinas centrales de Berkshire. No tienen quizás el glamour de Goldman Sachs pero parece que no lo hacen nada mal.


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