Por Noemí Galbán
LA HABANA, 23 jul (Xinhua) - - Eliminar la dualidad monetaria y cambiaria, flexibilizar la planificación y velar por una mejor organización en las empresas estatales, son las claves para que la economía cubana mantenga un ritmo de crecimiento razonable, consideró el doctor en ciencias económicas, Joaquín Infante.
En entrevista con Xinhua, el también asesor del presidente de la Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba (ANEC), indicó que en la acertada solución de estos problemas radica, a su juicio, el progreso del país.
"Estas tres cuestiones son fundamentales para que podamos crecer en los próximos años, porque son las claves para generar ingresos en divisas, que es lo que más necesita la economía cubana", señaló Infante.
De acuerdo con el Premio Nacional de Economía de Cuba, mientras no se realice la postergada unificación monetaria y cambiaria, no se podrán determinar una serie de indicadores importantes para saber si las empresas estatales son rentables o no.
"En el presupuesto se subsidian 14.000 millones de pesos (equivalentes a igual cifra en dólares) para las empresas, pero esa diferencia es fundamentalmente por el tipo de cambio uno por uno. Tenemos un problema de falta de estimulación financiera por ese tipo de cambio", advirtió.
Desde la década de los 90 circulan dos monedas, el peso cubano convertible (CUC) y el peso cubano (CUP), una medida que atenuó en su momento una previsible crisis inflacionaria tras el derrumbe del campo socialista soviético.
Con el paso de los años, se ha convertido en una de las deformaciones de la economía de más difícil solución, reconoció Infante.
A fin de mitigar la distancia entre la tasa oficial (1 CUP x 1 CUC x 1 USD dólar americano) y la de las casas de cambio (Cadeca), donde se cotiza a 25 CUP x 1 CUC, el gobierno estableció tarifas intermedias de compensación en actividades empresariales específicas.
Esta multiplicidad de cambios constituye el nudo principal del problema, cuya complejidad técnica y política es grande pero el ordenamiento monetario es hoy uno de los más imperiosos asuntos por resolver, según han reconocido las más altas autoridades cubanas.
"El otro problema interno es la organización empresarial; no podemos tenerle miedo a las empresas y debemos darles mayores facultades, porque la concepción de la producción es un proceso integral", recalcó Infante, mientras que observó que la flexibilización en los planes del Estado representa otro punto cardinal, aún más porque la economía de Cuba es abierta y en ese sentido sujeta a las variaciones del mercado internacional.
Al respecto, el doctor recordó que se vive un contexto muy volátil, unido a las dificultades financieras que atraviesa Cuba al no recibir créditos blandos, lo cual limita los ingresos en divisas para garantizar las importaciones demandadas y aumentar las exportaciones.
Influyen, además, otros factores externos, como el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos desde 1961, la postura del presidente Donald Trump y sus recientes declaraciones sobre supuestos ataques acústicos a diplomáticos norteamericanos.
"Eso ha afectado la llegada de turistas al país, que el año pasado llegamos a 4 millones 700.000, pero este año no creo que lleguemos a los 5 millones previstos. Eso ha afectado y va a afectar los ingresos que entran al país por ese concepto", dijo.
El experto se refirió a su vez a la incidencia de eventos meteorológicos como el huracán Irma en septiembre de 2017, y las intensas lluvias de mayo último, cuyos daños en sectores importantes como la agricultura, infraestructura y vivienda, son millonarios.
"Con toda esta situación, haber crecido en el primer semestre 1,1 es una heroicidad. Y creo que haciendo un gran esfuerzo podemos crecer un poco más y llegar al 2 por ciento planificado, eso no se descarta", apuntó Infante.
Para alcanzar esa cifra, el doctor en ciencias económicas dijo que urge ahorrar, extremar el control de los recursos materiales y velar por el uso racional de los mismos.
"También estamos tratando de incrementar la inversión extranjera, tenemos que ser más creativos y correr riesgos sin que afecten la soberanía, porque el riesgo es una oportunidad y a veces los negociadores cubanos han sido muy conservadores", estimó.
Este domingo, en la clausura de la primera sesión plenaria de la IX legislatura de la Asamblea Nacional de Cuba, el presidente Miguel Díaz- Canel ofreció un balance del comportamiento de los principales indicadores económicos en el primer semestre del año.
Al referirse a este tema, el mandatario indicó que pese al crecimiento del 1,1 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) en lo que va de 2018, se mantiene la incidencia de "factores adversos", entre los que destacó la "tensa situación en las finanzas externas debido al no cumplimiento de los ingresos planificados por exportaciones, el turismo y la producción azucarera".
Esto unido a la prolongada sequía y más recientemente los daños ocasionados por el huracán Irma y las fuertes lluvias de la tormenta tropical Alberto, han provocado afectaciones en los arribos de materias primas, equipos e insumos a la isla.
Por lo anterior, apeló "al máximo aprovechamiento y el uso eficiente de los recursos disponibles" para cumplir los objetivos planteadas en el plan de la economía en este 2018.
De acuerdo con Díaz- Canel, esta coyuntura permitirá sentar los fundamentos para definir un programa "objetivo, realista y sustentable" de cara al 2019, el cual, más allá de las dificultades, no detenga "el desarrollo en las actividades prioritarias para el crecimiento y progreso, al tiempo que contribuya al restablecimiento paulatino de la credibilidad financiera de la nación", precisó el presidente.
En diciembre del pasado año, en la sesión plenaria del Parlamento cubano correspondiente a esa fecha, el entonces ministro de Economía y Planificación, Ricardo Cabrisas, informó que para este 2018 se estima un crecimiento del PIB a precios constantes en el entorno del 2 por ciento.
También se proyectó un incremento de las exportaciones de bienes y servicios, especialmente en los sectores que Díaz- Canel anunció no han logrado cumplir las expectativas previstas.
Mientras, se advirtió que crecerían las importaciones, con un balance comercial positivo de 54 millones 800.000 dólares, cifra que tras los embates climatológicos es muy probable que sufra modificaciones.
Según los datos expuestos por Cabrisas, en 2018 el presupuesto cubano continuará con un déficit fiscal superior a los 11.700 millones de dólares, al plantearse en 57.200 millones los ingresos y establecer compromisos de gastos que rondan los 68.625 millones de dólares.
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