22 de septiembre de 2020
Humberto Pérez González
Joaquín Benavides Rodríguez
Fidel Vascós González
Julio Carranza Valdés
Pedro Monreal González
El tema de la economía cubana y su transformación es una parte fundamental de los desafíos que enfrenta Cuba en la actualidad, en el contexto de una de las coyunturas más compleja e incierta que ha tenido el mundo en su historia más reciente. De un lado los problemas estructurales que se han agudizado a nivel internacional durante las últimas décadas, desde la profundización de la desigualdad entre las naciones y las crisis financieras globales hasta el cambio climático y su impacto medioambiental, agravados todos por las políticas imperialistas en especial la de la actual administración norteamericana, errática, inconsistente y muy agresiva, de la cual Cuba ha sido uno de sus objetivos de mayor ensaña con un notable recrudecimiento del bloqueo económico, financiero y comercial. A esto se ha añadido con un muy fuerte impacto la pandemia global del COVID-19.
Sobran razones para asegurar que el contexto internacional de la reforma económica en Cuba no podría ser peor, sin embargo, a pesar de esto llevarla adelante es un imperativo que no debe dilatarse más. El tema es complicado y tiene múltiples dimensiones, la economía es un sistema complejo y como tal debe ser tratada, cada una de sus partes afectan el todo.
El Gobierno cubano durante los últimos meses ha ratificado esta necesidad apoyado en importantes documentos que han sido aprobados tanto por el Congreso del Partido como por la Asamblea Nacional del Poder Popular, básicamente La Conceptualización, Los Lineamientos y la Nueva Constitución de la República.
A comienzos de junio, los firmantes del actual artículo, elaborarnos y elevamos a la máxima dirección del país como una contribución más, una propuesta integral sobre las políticas y medidas que creíamos debían ser implementadas, así como la secuencia de las mismas, para mejor lograr los objetivos inmediatos y estratégicos planteados en los documentos rectores arriba mencionados.
Lo hicimos con modestia, conscientes de las limitaciones de todo tipo que teníamos y tenemos para aspirar a que nuestra propuesta fuera necesariamente la más indicada, y mucho menos considerábamos ni consideramos que teníamos ni tenemos una verdad irrebatible como fatuos iluminados e iluminadores, cosa que expresamos con énfasis en la carta de presentación de dicha propuesta.
Solo entendimos que, a partir de nuestra preparación profesional y experiencia práctica y comprometidos con nuestro proyecto socialista, era nuestro deber contribuir al pensar de los organismos decisores y a los técnicos asesores de estos para que las decisiones que se tomaran fueran las más adecuadas.
En nuestra propuesta nos ajustamos a las etapas y fases en que había informado el gobierno se estructuraría la estrategia económico social a desarrollar.
Más o menos un mes después (el 16 de julio) el Gobierno anuncio el próximo inicio de la implementación de la Estrategia Económica que había decidido aplicar, en momentos en que el control de la pandemia del COVID-19 parecía haberse logrado. Pero, lamentablemente, apenas habían transcurrido dos semanas, cuando se manifestó un rebrote y extensión de la misma que se mantiene hasta el día de hoy.
Ello ha obligado necesaria y lógicamente a modificar las fechas de enmarcamiento de las fases, la extensión territorial, la simetría y el alcance de las medidas previstas.
No obstante, de alguna manera, unas pocas ya han sido tomadas y comenzado su aplicación, por ejemplo: el marco de acción y de ventas de las tiendas solo en moneda libremente convertible (MLC), la eliminación del recargo del 10 % al cambio del dólar estadounidense (USD), la apertura a la posibilidad de exportación e importación directa por parte de los actores económicos del sector no estatal, y la reforma cambiaria y monetaria, esta última aun no implementada, pero al parecer considerada de aplicación inminente.
Ante este modificado escenario en comparación con el que existía en el momento en que hicimos y elevamos nuestra propuesta integral antes mencionada y en el que se anunció por el Gobierno la estrategia que se pensaba implementar, así como teniendo en cuenta las medidas tomadas, la secuencia de estas, sus implicaciones y efectos en el panorama económico a enfrentar, algunos de los cuales no nos parecen suficientes ni totalmente favorables, nos han surgido nuevas preocupaciones. Debido a ello hemos entendido nuestro deber dar a conocer, a través del presente artículo, consideraciones y sugerencias actualizadas, no sobre la propuesta en todas sus partes e integralmente tomada, sino solo parcialmente, sobre lo que entendemos el problema inmediato más importante, crucial y vital a ser atendido para la supervivencia y continuación de nuestro proceso de desarrollo socialista, que es, en nuestra opinión, el problema de la alimentación de la población.
Sin dejar de considerar la necesidad de una reforma del modelo económico en toda su integralidad, este tema es de la mayor importancia y urgencia, en síntesis, la reforma del sistema de gestión en el sector agropecuario, debido a que es allí donde se define esencialmente la producción de alimentos, cuya solución es imprescindible para mejorar las condiciones de vida de la población y fortalecer la seguridad nacional del país.
Todavía una parte importante de los alimentos que se consumen en Cuba tienen un origen importado, aún en renglones fundamentales como el arroz, el trigo o el pollo, es así también en mucho de los medios de producción para esta actividad como los combustibles, los fertilizantes, el alimento animal y la maquinaria agrícola. Los resultados de esta actividad permiten advertir un bajo nivel de eficiencia en el uso de los recursos correspondientes, en primer lugar, del más importante de ellos, la tierra.
Es nuestra opinión, y con esto sabemos que no descubrimos nada nuevo, pues constantemente se insiste en ello por el Presidente Díaz Canel y demás dirigentes del Partido y del Gobierno, que una gestión distinta y más eficiente a la llevada a cabo hasta ahora en el sector agropecuario permitiría superar en gran medida esa situación de bajos niveles de producción y excesiva dependencia de las importaciones, si esta nueva gestión incentivara y permitiera una adecuada explotación de los notables recursos con los que cuentan el país para su producción, incluida, por supuesto la fuerza de trabajo.
Consideramos que los actuales mecanismos y regulaciones que operan en el sector han sido agotados por el tiempo y constituyen un obstáculo para alcanzar estos objetivos y aunque, insistimos, no debemos olvidar que esto está conectado con otros cambios fundamentales de la economía en general como son la reforma monetaria y cambiaria, la reforma de la empresa estatal y la articulación de un sector no estatal de cooperativas y de micro, pequeñas y medianas empresas privadas (MYPYMES), se debe y se puede hacer un análisis y propuesta de transformación específica, radical y dinámica del sector agropecuario, definiendo no sólo sus principales contenidos, sino también la secuencia en que estos deberían ser implementados, cosa que a pesar de estar presente en el discurso público y oficial nos parece que no se ejecuta con toda la audacia y rapidez necesaria.
Es precisamente ese el objetivo del presente artículo que ponemos a consideración de las autoridades nacionales y de otros compañeros especialistas, con experiencia práctica o simplemente con espíritu revolucionario y creador para que opinen y contribuir a la toma de las mejores decisiones, como lo exige la situación que enfrentamos en este momento.
La propuesta de programa agropecuario como parte de un programa integral de cambio.
La actual escasez de alimentos en Cuba ha sido agudizada por la crisis asociada a la pandemia del COVID-19, pero expresa problemas de la producción agropecuaria nacional que han existido durante un plazo mayor. Su solución exige transformaciones institucionales que deberían ser implementadas a la mayor brevedad.
Los datos de la crisis del agro cubano en 2019 son importantes pues reflejan el punto de partida adecuado para diseñar un programa actual de recuperación del agro en 2020.
La propuesta que se presenta a continuación, como ya dijimos en la Introducción, es parte de un documento más amplio que presenta un programa integral de transformación del modelo económico del país, abarcando diversas dimensiones y definiendo una secuencia precisa.
El programa integral presenta una serie organizada de acciones para inducir cambios económicos en distintos plazos que se corresponden con los dos horizontes temporales esbozados por el gobierno cubano en forma de dos etapas: 1) recuperación inmediata y transformación y 2) fortalecimiento a mediano y largo plazo.
Como explicado, por la urgencia y relevancia que tiene la solución del problema agropecuario, se expone aquí, de manera separada, la parte del programa general correspondiente a la reforma agropecuaria, identificando las acciones que deberían adoptarse en cada una de las tres fases que sugerimos para la primera etapa del programa integral: relanzamiento, estabilización y expansión.
Reproducimos, con las actualizaciones correspondientes, lo que sobre este tema se trata en la propuesta que elevamos a comienzos de junio de este año.
Propuesta de reforma agropecuaria.
Fase # 1: Relanzamiento.
► ALIMENTACIÓN:
• Prioridades
- Reanudación inmediata de todas las actividades de la cadena agropecuaria (producción, suministros, transporte, distribución y ventas), sin modificar las normas y prácticas actuales de operación durante el primer mes, pero avanzando rápidamente en la transformación en meses siguientes.
- Las diferentes cooperativas deben funcionar con autonomía respecto a las empresas estatales y por ende al aparato administrativo territorial del ministerio de la agricultura.
- Priorizar la asignación de recursos para provocar una respuesta de oferta “intensiva” (aprovechar mejor la capacidad existente, por la vía de mayores rendimientos), utilizando los limitados recursos en divisas para facilitar insumos y equipamiento. A pesar de lo anterior se trata de obtener en el menor tiempo posible el aumento de la producción de alimentos sobre todo de origen agropecuario y, aunque dándole prioridades a las posibilidades de aumento mediante métodos intensivos, se deben utilizar al máximo en un primer momento a las posibilidades actuales extensivas mediante la ampliación de áreas.
El amplio dispositivo de investigaciones científicas aplicadas al sector agropecuario existente en el país debe ser parte de las propuesta de soluciones viables en el contexto de las condiciones actuales.
- El objetivo debería ser tratar de “devolver” los rendimientos al menos al nivel que tuvieron en 2014- 2015.
- Flexibilizar y acelerar la entrega de tierras agrícolas ociosas para transformarlas en cultivables.
• Modificaciones
o Modificar, a partir del segundo mes, cinco procedimientos claves de las relaciones agropecuarias bajo el concepto de que la función de regulación estatal del sector debe pasar a nivel municipal/local.
• 1. Programas de abastecimiento local
o Los productores agropecuarios que mayoritariamente ofertan a los programas de abastecimiento local (volúmenes con escalas relativamente pequeñas y a corta distancia) son eximidos de las entregas obligatorias a la empresa de Acopio estatal (la entrega por parte de los productores sería opcional).
o Reducir las barreras de entrada en las actividades de transporte, distribución mayorista y minorista en los programas de abastecimiento local. Implica la necesidad de un proceso expedito de emisión de licencias de trabajo por cuenta propia (TCP), exentas inicialmente de pago de impuestos. Los productores directos (campesinos individuales, usufructuarios y cooperativistas) que deseen realizar actividades de ventas minoristas directas no necesitarían licencias de transportistas ni de vendedores.
• 2. Abastecimiento de grandes volúmenes a distancia
o Enfocar la gestión de Acopio en el abastecimiento mayorista de grandes volúmenes a distancia (principalmente el abastecimiento a grandes centros urbanos en primer lugar La Habana).
o Para los productores que mayoritariamente no ofertan a los programas de abastecimiento local se mantiene el sistema actual de contratos con Acopio estatal, pero eliminando los precios máximos pagados al productor y limitando el “compromiso” de entrega a un máximo posible de 50% de lo producido. Se establecerá un listado de los productos seleccionados que el productor debe contratar en parte con Acopio Estatal. El productor puede vender libremente la parte no contratada al propio Acopio Estatal de manera directa o a otros distribuidores legalizados en un entorno de competencia entre distribuidores, cuyos requisitos de registro deben ser mínimos.
o Reducir las barreras de entrada en la distribución mayorista de grandes volúmenes a distancia para facilitar el ingreso de nuevos actores que operen en un mercado de competencia regulada en el cual Acopio estatal también participaría, como un actor más en igualdad de condiciones que los demás.
o Las entidades estatales pueden establecer contratos de abastecimiento con Acopio estatal o con cualquier otro comercializador privado y cooperativo.
o Facilitar las formas de comercialización minoristas tradicionales de los productores directos en las ciudades (ferias agropecuarias y puntos de venta) en dependencia de la situación sanitaria.
o Promover y facilitar la venta de las producciones de parcelas y patios y de producciones artesanales y/o semi industriales por parte de campesinos individuales.
• 3. Asignación de recursos para la producción, almacenamiento y comercialización
o La asignación de recursos se pasa al mecanismo de crédito bancario como parte de un proceso de creación de una banca especializada para el sector agropecuario.
Los productores gestionan ante el banco sus proyectos de financiamiento.
o El criterio básico para otorgar créditos no debería ser necesariamente la asignación a los productores más eficientes, sino la estructura de créditos que permita elevar el rendimiento promedio.
o Establecimiento de un mercado adicional de equipos e insumos en MLC. Para ello el mecanismo a través de las 36 empresas designadas de Comercio Exterior debe ser una vía más, pero no la única.
o Debe permitirse que las MYPYMES y demás TCP puedan relacionarse directamente sin intermediarios estatales con suministradores y compradores extranjeros como lo han venido haciendo desde hace años los integrantes del sector privado nacional directamente o a través las llamadas “mulas”, llegando a realizar importaciones que según estimados se aproximaban a los 2000 millones USD anuales.
o Debe crearse una “Ferretería en el Patio Nacional” para la venta inmediata de surtidos comunes y más demandados por los privados y cooperativas, Patios abastecidos por suministradores extranjeros mediante el mecanismo de la consignación o el depósito en almacenes ubicados en áreas especiales como Berroa y otros, sin desembolso de capital por parte del Estado.
o Alquiler de medios de transporte y de almacenamiento de propiedad estatal a distribuidores no estatales mayoristas y minoristas de productos agropecuarios.
• 4. Precios
o Eliminar de manera selectiva los precios topados.
o Mantener temporalmente los precios topados de un surtido seleccionado de productos (adaptado a condiciones locales).
o Divulgación semanal de dos listados de precios: a) precios promedios pagados al productor, y
b) precios mayoristas de referencia en cada provincia (precios de mercados seleccionados).
• 5. Comercio exterior
o Autorizar exportaciones e importaciones directas a todos los productores agropecuarios.
Fase # 2: Estabilización.
Durante esta fase se le prestaría atención especial a una medida “transversal” de la mayor importancia y complejidad: reforma monetaria y cambiaria con devaluación del peso cubano (CUP) en las relaciones interempresariales. Para la aplicación de esta medida deben crearse previamente las condiciones necesarias y ejecutarse preferentemente al comienzo del año dado, cuando comienza a ejecutarse el plan anual.
► ALIMENTACIÓN:
• Prioridades
- Regularidad de un entorno productivo con aseguramiento estable, aunque limitado, de equipos e insumos a productores con plenas facultades para negociar contratos acerca de surtidos, cantidades y precios de entrega, en términos de mercado.
- Creación de un entorno competitivo regulado para el proceso de comercialización de los productos agropecuarios.
• Conexión con otros procesos “transversales”:
a) Legalización y establecimiento de MYPYMES y de Cooperativas de Crédito y Servicios No agropecuarias (CCSNA). Esta es una medida que debe tomarse desde el primer momento al iniciarse la implementación del Programa Agropecuario que se propone y diferenciarse legalmente las MYPYMES de los auténticos y exclusivos Trabajadores por Cuenta Propia que no utilizan mano de obra asalariada, así como excluir a los obreros empleados de las MYPYMES de la clasificación de TCP.
b) Debe aplicarse de inmediato la anunciada medida de ampliación del listado de actividades que pueden ser ejercidas por el sector no estatal.
c) Reforma cambiaria y monetaria con devaluación del peso cubano (CUP) en las relaciones interempresariales a ser aplicada en los hechos preferiblemente al comienzo de un año dado.
• Modificaciones
• 1. Programas de abastecimiento local
o Programa de apoyo estatal a fincas basadas en la agroecología (extensión científica, capacitación, facilitar información y diseminación de buenas prácticas).
o Reducir las barreras de entrada para que los productores puedan establecer nuevas formas de comercialización directa a consumidores en centros urbanos, incluyendo modalidades de ventas por “suscripción” (pago por adelantado de un monto fijo a cambio del cual se recibe una “cesta” periódica de productos, con distintas variantes de “recogida”, en finca o a domicilio), o el sistema “Usted cosecha” en el que el cliente recolecta directamente de la planta los productos (usualmente hortalizas y frutas) bajo la supervisión de un productor, y que ofrecen ventajas para el productor y para el consumidor.
o Reducir barreras de entrada para fomentar las mini- industrias alimentarias para el abastecimiento local, incluyendo MYPYMES y cooperativas industriales. (Nota: en esta segunda fase ya estarían operando legalmente las MYPYMES en el país).
• 2. Abastecimiento de grandes volúmenes a distancia
o Venta de medios de transporte y autorización para disponer de capacidades propias de almacenamiento a distribuidores mayoristas y minoristas de productos agropecuarios.
o Facilitar que las mini-industrias alimentarias locales puedan utilizar diversos mecanismos para comercializar sus producciones directamente en los centros urbanos y en los polos turísticos.
• 3. Asignación de recursos para la producción, almacenamiento y comercialización
o Autorizar contratos de inversión extranjera directamente entre productores, transportistas y comercializadores de cualquier forma de propiedad y de gestión.
• 4. Precios
o Divulgación semanal de un listado de precios minoristas en cada provincia (precios de referencia de mercados seleccionados). Nota: se agregaría a los dos listados de precios establecidos en la fase anterior.
o Deberían esperarse incrementos de precios como resultado de la devaluación del peso cubano que tendría lugar en esta fase. Estos incrementos podrían calcularse previamente a través de diferentes métodos entre ellos las matrices insumo productos calculadas a la nueva tasa cambiaria, lo que permitiría prever mejor los posibles impactos negativos y actuar sobre ellos mediante impuestos y subsidios, según el caso. Se reemplazaría el tope de precios en los productos que aún los tuviesen con un margen máximo respecto al precio pagado a los productores (adecuado a condiciones locales).
o Establecimiento de juntas municipales de consumidores para el seguimiento de precios de alimentos en todos los tipos de mercados de alimentos (adopción de un reglamento de trabajo). Funcionarían como una asociación sin fines de lucro, legalmente registrada.
• 5. Comercio exterior
o Apoyo de la Cámara de Comercio de Cuba a la comercialización de las exportaciones directas de los productores agropecuarios y mini-industrias alimentarias (privados y cooperativos).
o La legalización de las MYPYMES como personas jurídicas permitiría y facilitaría a partir de ello que puedan ser miembros de la Cámara de Comercio.
Fase # 3: Expansión.
Durante esta última fase de la primera etapa las áreas de acción continuarían siendo las mismas.
► ALIMENTACIÓN:
• Prioridades
- Incrementar el nivel de aseguramiento material, especialmente inversiones) para combinar una respuesta de oferta “intensiva” (mayores rendimientos) con una respuesta “extensiva” (agregación de superficie cultivada y capacidades adicionales en la ganadería), tanto en la actividad agropecuaria como en la industria alimentaria basada en activos nacionales.
- Aumentar la disponibilidad, variedad y calidad de la alimentación, con un costo decreciente de la canasta básica como porciento del salario medio estatal.
- Incrementar las exportaciones y reducir las importaciones de alimentos.
• Conexión con otros procesos “transversales”.
Continuación de la adaptación a la unificación monetaria y cambiaria con devaluación del peso cubano (CUP) en las relaciones interempresariales.
• Modificaciones
1. Asignación de recursos para la producción, almacenamiento y comercialización
o Pasar a ventas en moneda nacional todo el suministro de equipos e insumos agropecuarios (para producción y comercialización) e industriales (para mini- industrias). Se mantiene la posibilidad de importar directamente equipos e insumos.
2. Precios
o Reforzar el control de precios mediante el establecimiento de un proceso anual de renovación de licencias por parte de las juntas municipales de consumidores para los vendedores minoristas de todas las formas de propiedad y de gestión.
Hasta aquí, sintéticamente presentado y con el declarado espíritu de cooperación, lo que ponemos a debate y consideración sobre las necesarias transformaciones del sector agropecuario.
Septiembre 2020.
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