Noviembre 16, 20200
Los términos “crisis”, “limitaciones” o “dificultades” han acompañado imperturbablemente los análisis y noticias sobre la economía cubana durante muchas décadas. Todavía muchos conservamos recuerdos de los complejos años 90, cuando la inflación, la escasez, la falta de suministros de todo tipo, convirtieron el país en un territorio asolado.
Durante el último lustro, el paisaje económico cubano se ha ido asemejando al de aquellos años, llamados del Período Especial. La población ha perdido casi por completo su poder adquisitivo, las medidas coercitivas han estancado las iniciativas privadas, las empresas militares han tomado las infraestructuras y los sectores más lucrativos, y el Estado, una vez más, ha quedado al mando de una nave atada a un ancla.
Hypermedia Magazine conversa en esta serie con un grupo de destacados economistas cubanos e intenta, a través de ellos, responder una pregunta que nos inquieta a todos: ¿Qué futuro económico nos espera?
Charlamos hoy con Omar Everleny Pérez Villanueva, quien es Doctor en Ciencias Económicas por la Universidad de la Habana, Máster en Economía y Política Internacional por el CIDE, AC México, y profesor titular. Ha sido director del Centro de Estudios de la Economía Cubana de la Universidad de la Habana.
¿Cuál es el escenario económico de Cuba a día de hoy?
El escenario económico cubano es muy complejo en la actualidad, con una crisis estructural que se viene acumulando a lo largo de los años, con muy bajos crecimientos del PIB, y un 2020 donde se espera decrezca en más de un 8%; muy golpeado por la pandemia de la COVID-19, que ha afectado muchos sectores, pero especialmente el turismo. Y con la administración Trump (suerte que llegó a su fin), que arreció el bloqueo a Cuba.
La sociedad cubana va cambiando, y por tanto aparecen sectores de clase media, derivados de aprovechar los pequeños resquicios de sector privado existente, entre otros elementos. A la vez, por los fenómenos descritos, se observan grandes desabastecimientos de bienes esenciales que necesita la población, y que exacerban las llamadas colas en los comercios existentes.
Sin embargo, la nueva estrategia económica y social, presentada el 16 de julio de este año, contiene elementos interesantes. Si se aplica tal y como se ha anunciado, todo indica que significaría una recuperación económica del país, poniendo en igualdad de condiciones todas las formas de propiedad existentes.
¿Cuál es su valoración sobre el proceso de reunificación monetaria?
El proceso de reunificación monetaria —que es más que eso: lo que se va a producir es una unificación monetaria y cambiaria a la vez; es decir, al desaparecer el CUC habrá una sola moneda, el CUP, pero a la vez habrá una sola tasa de cambio para el sector estatal y el sector poblacional— hace mucho tiempo que debía haberse dado. El gobierno lo eludía: que no estaban dadas las condiciones para eso. Sin embargo, ahora se va a hacer en el peor momento económico, con una elevada escasez de productos y decrecimientos en el resto de los sectores productivos y de servicios.
Lo que está claro es que es un proceso que no puede retardarse más, ya que clarificará mucho la producción del país, es decir: si los productos cubanos son competitivos o no. Permitirá una mejor clarificación de las estadísticas nacionales, entre otros elementos.
¿Cómo impactará en los diferentes sectores sociales, incluido el exilio?
Evidentemente, este proceso tendrá grandes impactos en la sociedad cubana. Uno de ellos es la inflación, que viene necesariamente aparejada; aunque el estado ha presentado la reunificación como la tarea “Ordenamiento”, que trae consigo otras medidas, entre las cuales se encuentra una sustancial subida de salarios, basada en la canasta básica que han calculado. Habrá daños colaterales, por ejemplo: los ahorros perderán la capacidad adquisitiva que tienen en la actualidad.
A mi modo de ver, estas medidas no tendrían ningún impacto en la población cubana que vive en el exterior, ya que las monedas de sus países de residencia no ven afectado su desempeño en Cuba, sino que se ha acrecentado su valor. No solo por la existencia de nuevas tiendas en MLC: también podrían beneficiarse si la futura tasa de cambio USD a CUP les resulta más favorable que en la actualidad.
Hay un conglomerado militar que controla las áreas y estructuras más rentables de la economía cubana. ¿Es reversible este poder, o estamos ante un secuestro de la infraestructura económica nacional?
Bueno, en realidad las entidades subordinadas a GAESA, que es el conglomerado militar, se ubican especialmente en dos áreas que funcionan en el circuito que opera en divisas —es decir, el comercio minorista en CUC— y en el turismo. Muchas entidades cubanas que trabajan en altos estándares y que están relacionadas con la exportación, no se subordinan a ese conglomerado; por ejemplo: la exportación de bebidas, tabaco, níquel, entre otros.
Mi opinión es que, en la actualidad, el comercio minorista en divisas no debería estar subordinado a los militares, ya que son los únicos que trabajan en ese circuito y eso afecta la calidad de lo que venden, por la posición monopólica que tienen; mientras que en el turismo sí hay otros competidores, es decir, hay un balance.
¿Cómo prevé el curso de la economía cubana durante los próximos cinco años? ¿Cuál será su impacto en la política?
Si nos ceñimos a la letra de lo publicado, las diferentes políticas que se han estado aprobando en las últimas semanas —una nueva política industrial, la nueva política de comercialización agrícola, la política de ofrecer nuevos seguros a los productores, el anuncio de trabajar en crear las pequeñas y medianas empresas, el anuncio de una nueva lista solo con actividades negativas a tener en cuenta en el trabajo privado, entre otras— deberán dar frutos en los próximos años.
Aunque creo que algunos términos deben desterrarse del argot de los decisores, como centralización de decisiones, controlar la producción, aprobar centralmente, etc. Estos han sido impedimentos históricos, en el pasado reciente, para que el país muestre mejores resultados.
A su juicio, ¿qué medidas o qué rumbo tendría que adoptar el gobierno cubano si pretendiese dinamizar la economía nacional?
Controlar la economía por mecanismos económicos indirectos; dejar funcionar el sector no estatal en las mismas condiciones de las entidades estatales; utilizar mejor y aplicar el concepto de empresas públicas; permitir que los obreros, u otros, puedan tener acciones en sus empresas, es decir, estén más vinculados a los resultados de sus entidades.
En conclusión: permitir el mercado en una mayor cuantía, no tenerle miedo.
Y que conste que no estoy proponiendo una economía de mercado, sino un socialismo de mercado, al estilo del que han aplicado —y con buenos resultados, o mejores que los nuestros— los vietnamitas. Eso no significa un desmontaje de los presupuestos sociales ni una reducción de los servicios que se ofrecen gratuitamente, como los de salud, educación, cultura, entre otros.
© Imagen de portada: Tomada de la página de Facebook de Omar Everleny Pérez Villanueva.
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ResponderEliminarLa palabra Socialismo solo aparece en el título de este artículo, en un país que se proclama Socialista y cuando se trata de un asunto que afectará notablemente la economía personal y familiar al modificar precios, salarios y pensiones, era de esperar algún comentario sobre las medidas concretas que puedan lograr el aumento de la producción y los servicios, solo posible si se modifica el modo de producción, pasando del modelo de Capitalismo Monopolista de Estado al modelo Socialista caracterizado por la verdadera socialización de los medios de producción poniéndolos en manos de los trabajadores y de los campesinos organizados en cooperativas o en autogestión obrera que son las únicas formas organizativas de producción que conducen al Socialismo.
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