La posición del Presidente norteamericano y su Secretario de Estado con relación a la política hacia Cuba, cada vez desata muchas incógnitas y sospechas.
El 26 de julio de 2021 llegó a Washington DC procedente de Miami una caravana de autobuses con manifestantes de origen cubano para exigirle al Presidente norteamericano Joseph Biden una intervención militar contra Cuba.
Se supone que los dirigentes norteamericanos estaban informados de que esa caravana estaba financiada por el grupo de apoyo del ex presidente Donald Trump, los senadores republicanos Marco Rubio, María Elvira Salazar, Mario Díaz Balart y otros miembros prominentes de ese Partido. Debían conocer que fueron apoyados por grupos racistas, de ultraderecha y supremacistas blancos como los Proud Boys y de la convocatoria de un locutor de origen cubano ferviente seguidor de Donald Trump y al parecer perteneciente a los bajos fondos de la sociedad.
El mencionado locutor tiene fama de estafador, vulgar en extremo, mentiroso y admirador del terrorista Luis Posada Carriles quien dinamitó una nave de Cubana de Aviación en pleno vuelo donde perecieron todos sus pasajeros y tripulantes, de coordinar asesinatos de funcionarios cubanos y colocar bombas y otros artefactos explosivos en embajadas cubanas.
El personaje fue uno de los encargados de incitar a cometer actos vandálicos y acciones terroristas en Cuba y ante el fracaso de la provocación orquestada el 11 de julio, está incitando a una inmigración ilegal y desordenada; tipo Mariel, con el fin de acusar al gobierno cubano, utilizar a esas personas en su campaña contra Cuba, crearle un conflicto interno a Joseph Biden y lograr sus propósitos de una intervención militar a la Isla.
En Miami es públicamente conocido que la CIA lo utiliza para sus planes teniendo en cuenta el elevado ego y los programas radiales patrocinados por la ultraderecha, grupos racistas, anticomunistas y anticubanos, que multiplican sus arengas a través de las redes sociales en plataformas YouTube y Facebook.
Su actuar es tan escandaloso que ha confrontado problemas legales por sus discursos de odio y discriminación racial. En una ocasión fue censurado por los ataques a los demócratas, acusándolos de corruptos, mentirosos, comunistas y fraudulentos que le robaron las elecciones a Donald Trump.
El vocero de esas causas sostiene estrechas relaciones con otro parecido, líder del grupo Proud Boys y ambos son las puntas de lanza que la CIA utiliza en las campañas contra Cuba teniendo en cuenta el fanatismo por Donald Trump y el dinero que reciben por sus servicios.
Ese gemelo está acusado de confidente del FBI y de la Policía de Miami desde 2014 cuando fue llevado a un Tribunal Federal y concertó un acuerdo con la Fiscalía para rebajar su sentencia de 30 meses a 16, por delitos de fraude. Nada de esto es un secreto; es público desde 2012 cuando fue detenido y pactó para trabajar como informante en casos que llevaron a la detención de más de una docena de implicados en procesos relacionados con drogas, juego y tráfico de personas, algunos denunciados por rencillas personales. Recibió acusaciones federales por fraude en la venta de suministros médicos robados, entre ellos los necesarios para los diabéticos, los que ofrecía por debajo del valor del mercado. En las actas del juicio consta su participación en la venta de esteroides y recetas de narcóticos.
La antigua fiscal del caso, Vanessa Singh Johannes, declaró públicamente sentirse sorprendida al conocer que era un terrorista y con un papel central en el movimiento extremista violento, al tratar de impedir que se certificara la victoria de Joseph Biden en el Congreso.
Está acusado de destrucción de propiedad, posesión de cargadores de armas de fuego con capacidad extra para balas y fue arrestado en Washington, por planear el 6 de enero de 2021 una manifestación de apoyo al presidente Donald Trump.
Se publicó la detención de este personaje cuando procedente de Miami, llegó a la capital estadounidense, acusado de quemar una bandera con el lema Black Lives Matter (Las vidas negras importan) que había retirado violentamente de una iglesia de afrodescendientes.
Además está acusado de crímenes de odio, liderar organizaciones de ultraderecha que apoyan a Trump y de manifestarse frente al congreso cuando se realizaba el conteo final de los votos del Colegio Electoral, que dieron al demócrata Joe Biden la victoria en las elecciones de noviembre.
La organización Proud Boys participó en el asalto al Capitolio en Washington el pasado 6 de enero y convocó a salir a las calles sin sus uniformes tradicionales de negro y amarillo para poder infiltrarse dentro de los manifestantes, colocarse en lugares del centro de Washington DC en pelotones más pequeños para atacar a los demócratas.
Durante la campaña electoral estuvieron implicados en la organización de “Latinos for Trump”, con motivaciones racistas, especialmente contra los afrodescendientes.
¿Será que el actual Presidente de Estados Unidos y su Secretario de Estado no están debidamente informados de lo que se trama contra ellos en Miami? ¿O están informados, pero son cómplices y comulgan con la misma política de Donald Trump? ¿Será cierto que los asesores para asuntos cubanos, son propuestos por el ex jefe de la CIA y del Departamento de Estado, en la era Trump y que el actual sustituto era uno de sus subordinados? El tiempo dirá.
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