Han transcurrido algo más de 6 meses, desde
que tomó posesión de la presidencia del imperio estadounidense, Joe Biden, del
Partido Demócrata, venciendo a Donald Trump, del Partido Republicano, en una
lucha estrafalaria que acrecentó aún
más, lo que en la mayoría de los signos se ha estado alertando sobre la hecatombe y la
degradación del imperio,
fundamentalmente desde el arribo a presidente de George W. Bush, hijo.
Si no, ¿cómo se pudiera calificar que estando
aún en el poder Donald Trump, el 6 de enero de 2021, haya ordenado a sus
huestes neofascistas, a asaltar uno de los símbolos más excelsos de esa
sociedad, que es el Capitolio Nacional?.
Pero eso no es lo más grave. Ese renegado, y
sobre todo esa madriguera de malhechores y facinerosos congresistas de su
Partido, se confabularon para que no hubiese habido la menor posibilidad de
ser, además de acusado, juzgado y condenado, ya que seguramente ese ultraje esté
considerado una traición en las leyes de ese imperio.
Y esa llamada democracia, exhortada,
preponderada y perniciosamente aclamada, decidió que ese homo sapiens fuese
galardonado, encontrándose actualmente disfrutando de las delicias de sus
millonarias mansiones en las bellas costas de Miami Beach, regocijándose con sus ambiciones y anhelos, como lo ha
rebelado públicamente, de volver a la carga con sus turbas de maleantes en las
próximas elecciones presidenciales.
En el caso de Cuba, después de practicar con
saña y virulencia su cobardía contra nuestro pequeño país, durante sus cuatro
años en el cargo, finalmente nos legó un criminal, perverso y aberrante listado
de sanciones y prohibiciones.
Así las cosas, el 20 de enero de 2021, tomó
posesión de la presidencia del imperio, Joe Biden, y dentro de su jefatura
conocía diáfanamente y en detalles, todo el andamiaje que había sido desplegado
contra nuestro país por su antecesor, abarcando
además, 243 medidas coercitivas, así como la grave situación que desde
hace más de un año nuestro país sufre por la pandemia de la Covid19, con el fin
de languidecer y liquidar definitivamente el proceso revolucionario, dañando y
lesionando con extrema vileza, la economía, las finanzas, la salud, y sobre
todo la subsistencia de nuestro pueblo, y, por ende, de toda nuestra familia.
Sin embargo, después de transcurrir estos
primeros seis meses, el presidente Biden, con la asesoría y el apoyo interesado
de su sionista Secretario de Estado, se ha dedicado a amenazarnos y
chantajearnos, casi diariamente, y a desoír a la comunidad internacional, en
que de nuevo, por 28 años consecutivos, ha aprobado en la ONU, nuestra
“Propuesta de Ponerle Fin al Bloqueo contra Cuba”, con 184 votos a favor y
solamente 2 en contra, los Estados Unidos y su incondicional sicario Israel, y
3 abstenciones: Colombia, Brasil y Ucrania.
Habría que preguntarse: ¿A qué se debe que ese
peligroso y acomplejado malandrín, se encarne en una pequeña y asediada Isla
del Caribe, pero inmensamente heroica,
corajuda y digna?
Bueno, los que conocen la historia de las
relaciones de Cuba y ese imperio, saben muy bien que siempre ha estado en su
imaginación lograr la pertenencia de la Isla.
Ya en 1898, en un discurso en Illinois, el 15 de octubre, el
presidente de ese imperio, William Mc
Kingley, proclamaba:
“Hemos logrado grandes triunfos para la
HUMANIDAD. Fuimos a la guerra (contra España), no porque lo queríamos, sino
porque la HUMANIDAD lo demandaba, y al ir a la guerra a favor de la HUMANIDAD,
no podemos aceptar ningún acuerdo que no tome en cuenta los intereses de la
HUMANIDAD”.
Y en otra ocasión, McKingley, en un discurso
pronunciado el 12 de octubre de 1899 en S. Dakota, expresó:
“Por la Providencia de Dios, que trabaja en
formas misteriosas, este territorio (Cuba), fue colocado en nuestro regazo y el
pueblo americano nunca elude el deber”.
No hay dudas, las “virtudes” actuales de ese
imperio y sus principales funcionarios, siempre han estado muy vinculadas a sus
progenitores. Ha habido y hay una armonía neuronal completamente amalgamada.
La Habana, Cuba. 5 de agosto de 2021. “Año 63 de la Revolución”.
JSAF
Si realmente persigue el voto en las primarias del 2022, se puede decir que está siendo engañado por sus asesores o su propia mediocridad.
ResponderEliminarQuienes le adversa en el campo cubano americano y son de hecho Trumpistas, no votarán jamás por él ni candidatos demócratas. El Cínico Joe en su segunda versión de Trump o el Trump II está cautivo en su propia trampa y sólo una decisión audaz lo puede sacar de ahí. Mientras tanto la presión a Cuba complicará más la situación sanitaria y económica, pero sin claudicación.