Por: Omar Ríos G.
TESORO. América Central y Caribe.
El martes 9 de enero del 2018, recibí una lección de historia distinta a las académicas, a la vez que de humildad, cimiente de la urbanidad tan apabullada en estos tiempos.
En este día se dieron cita viejos amigos de la historia y la economía del país, durante la celebración de dos eventos coincidentes: El acto solemne de la Sociedad Económica de Amigos del País, (SEAP), que se lleva a cabo todos los 9 de enero de cada año, como recuerdo de su fundación el mismo día y mes, pero del 1793, y la Sesión Ordinaria de la Junta General de la misma. Atendiendo a la solemnidad de esta fecha, no se tratarán asuntos administrativos en este evento de vital importancia para Cuba.
Cada invitado tiene en sus manos el Programa de la actividad, que comenzaría con las notas de nuestro Himno Nacional, y un clásico de la canción cubana: La Bayamesa, cantada con el acompañamiento de un piano.
También se dotó a los presentes de un plegable con la ¨Plataforma para una sociedad económica de amigos del país del siglo XXI¨, en el que aparecen la Misión, aprobada desde el 2016; la Visión para el 2020, así como un análisis de las Fortalezas del SEAP, sus desafíos y objetivos Estratégicos.
Bajo la dirección del Presidente de la SEAP, Doctor Fidel Vascós González se desarrolló el Programa, cuyo primer punto sería la nominación del Doctor Eusebio Leal Spengler, Historiador de la Ciudad, propuesto como Presidente Honorífico de la SEAP, entre tantos otros cargos y niveles. Para divulgar los méritos que consideró la Comisión de la entidad en pos de tal Acuerdo, la Doctora Nuria Grégori Torada, Vicepresidenta de la misma, leyó el aval para tal distinción, acatada por los aplausos de los presentes.
Se le hizo entrega del Diploma de Presidente de Honor al nominado, quien en breves palabras acudió a su inimaginable memoria para recordar cómo conoció en su infancia a la monumental obra del edificio de la SEAP, construido en el 1947, a pocas cuadras de su casa, y su amor por la vasta biblioteca de la misma, cuando sólo tenía 7 años de edad.
En aquellos tiempos la educación era mayoritariamente privada, y eso era un estorbo para las familias pobres, cuyos hijos debieron trabajar primero que estudiar. Don Eusebio fue uno de ellos… Su hogar humilde era regido por la mamá, cuya labor era la de lavadora y planchadora de ropa, así que un apoyo monetario sería agradecido siempre, y el pequeño niño hacía las veces de mensajero en una bodega del barrio, u otros quehaceres que le proporcionaran algún remedio a su casa. Recuerdo en una ocasión en que respondía a alguna pregunta sobre la actitud de la mujer hoy en día, comentando que su madre realizaba aquellas labores, pero que nunca se prostituyó… y eso le granjeó una inmensa admiración y respeto por ella.
Llega la Revolución en el 1959, y el joven Eusebio no tenía aún nivel de Secundaria Básica… pero sí un incalculable deseo de superación. Trabajó en una instancia del Gobierno Municipal que lo acercó a la necesidad de restauración de la capital, en especial la Habana Vieja, para restañar las heridas del tiempo y la precaria intención del anterior gobierno por ello.
Mucho aprendió de Emilio Roig de Leuchsering en aquellos años donde llegó a laborar como constructor, pintor y otros oficios, en la restauración de algunos viejos edificios, y palacios, destacándose por su amor al trabajo, cosa que asimilaron muchos de sus empleadores y amigos, como Raúl Roa, Juan Marinello, Sergio Aguirre, José Antonio Portuondo Valdor, entre otros, quienes le avalaron para conseguir estudios en la Facultad de Historia de la Universidad de La Habana. Así comenzó a estudiar en ella en el 1974… Para el 1979, Leal recibe su título de Licenciado de Historia, y deja en la inmaculada Alma Mater un ramo de olivo, como homenaje a ella y su forma de agradecer el haberle cumplido su promesa de llegar a graduarse en tan singular plantel. ¡Cumplí!, serían sus palabras a aquella Madre que pareciere vibrar ante la victoria del desafío…
Tanto hizo el recién graduado en función del rescate de la ciudad, por ejemplo en el Palacio de los Capitanes generales en el 1981, que la UNESCO luego declaró al Casco Histórico de la capital, Patrimonio Histórico de la Humanidad, y no sería esta la única nominación nacional o foránea que tendría entre sus artífices a Eusebio Leal Spengler… Continuaron los éxitos en las reanimaciones de las fortalezas de la Cabaña y la de los Tres Reyes del Morro en el 1986.
La denominación de Ciudad Maravilla del Mundo Moderno por el rescate de lo abstracto y lo místico, unido al carisma, jovialidad y alegría de los habitantes de la urbe, fueron premios donde estaba la mano de nuestro maestro, el hoy Historiador de la Ciudad, que no debatía sus intenciones en una fría oficina, sino en la calle, con el pueblo que hace grande La Habana, rescatando la vida de callejuelas, casas, vitalizando cuanto encontraba en ella, para lo cual contaba con el respeto de las autoridades nacionales y extranjeras que premiaban su esfuerzo con medios y recursos, además de los que su propia Oficina lograba ganar.
No importaron los efectos del Período Especial, Ángel Augier, Julio García Espinosa, Julio J. Le Riverend Brussone, y otros funcionarios estatales convocaron a Eusebio a incorporarse al grupo que formaron en pos de continuar la reanimación de la Habana Vieja, y allí estuvo él para hacer historia sin protagonismo alguno, sólo la consciencia del deber cumplido. Eusebio también ha sido galardonado con varios Honoris Causa de entidades extranjeras, así como obtuvo la maestría en Ciencias Arqueológicas, e hizo Post-Grados de restauración en Italia, fungiendo, además, como académico de número de las Academias de Historia y Lengua, entre otras tareas desempeñadas en su promoción…
La restauración de óleos, pinturas y otras obras sobre los fundadores de la SEAP fueron en gran parte obra del nominado hoy para Presidente Honorífico de esta institución cuyos antecedentes se remontan a los Vascos, quienes fueron los primeros en fomentar una Sociedad Patriótica durante la etapa de Ilustración europea en el siglo XVIII, cuyo objeto social era el participar en el desarrollo del país. Del 1783 al 1810, existían ya en América once Sociedades; en Cuba, la primera funcionó en Santiago de Cuba en el 1787, llamada la Real Sociedad Patriótica. Para el 1793, surge la de La Habana, en otro edificio que no es el actual. De la Sociedad habanera, se fomentaron las de Sancti Spiritus, Camagüey, San Antonio de los Baños, Cienfuegos, cárdenas y otras zonas.
Desde entonces, el impulso al desarrollo económico del país, recayó en parte en esta Sociedad, al igual que la Educación, con escuelas varias gratuitas, bibliotecas públicas, el primer ferrocarril que funcionó primero que en la Metrópoli, un Jardín Botánico, la Escuela de Arte de San Alejandro, la de Agricultura, la de Artes y Oficios, y muchos ejemplos más. Pero el mayor mérito de la Sociedad, fue que sirvió de chispa en la creación del pensamiento como nación cubana…
Otra cosa que gustó al actual Presidente Honorífico de la SEAP, fue que el 11 de julio del 1892, a pesar de discrepancias que nunca faltaron entre los afiliados de la SEAP, se dio entrada a la entidad a Juan Gualberto Gómez, del cual Martí escribió entonces, que se había hecho justicia al admitir a un mulato cubano a la más alta y meritoria de las Sociedades de Cuba…
Durante la actividad, se acotó también, que hubo un tiempo en que a la SEAP no entraban féminas, pero con el paso del tiempo, y los enunciados de la Revolución en cuanto a la igualdad de la mujer y las razas, a partir de la Tercera Etapa de la SEAP, mucho varió aquella situación, y es palpable la cantidad de mujeres, mestizos y negros en ella.
La SEAP tiene su propio sello editorial, y múltiples han sido sus ediciones; otra fortaleza que hace de cualquier órgano algo notorio a la par que necesario para su desarrollo, lo mismo que el desafío del uso de la Informática. Con la Informática, se incrementan las alianzas estratégicas de Cuba y el resto del mundo, creando un efecto positivo en compartir experiencias de todo tipo para mejorar en todo sentido, no sólo en la economía, sino en el amor a la naturaleza, el medio ambiente, las ciencias, etc.
Entre los eventos históricos en que la SEAP ha actuado, está el hallazgo y reubicación en Cuba desde el cementerio de Almudena, España, el 23 de agosto del 2010, de los restos de Emilia Teurbe Tolón, quien cosiera la bandera cubana pensada por el venezolano Narciso López en su visita a New York, exmilitar al servicio de la Corona española, que optó por la liberación de Cuba en el 1854. Esa bandera cumple este año 190 de confeccionada e izada en Cárdenas. La Teurbe Tolón fue enterrada con honres militares en el cementerio de Colón, en cuyo acto se encontraba Raúl Castro.
Emilia sería la primera mujer desterrada de Cuba por su oposición al régimen español, el 21 de marzo del 1850.
En este año 2018, se perfilan tareas en la recordación del erudito filósofo Carlos Marx en su bicentenario, al igual que otras efemérides que tengan que ver con Cuba.
La SEAP estableció un premio por cada concurso según las especialidades inherentes a la actividad que desarrolla la entidad: Félix Varela, en Ciencias Sociales; Samuel Feijoo en Naturaleza; Arango y Parreño, en Economía y Ciencias; José de la Luz y Caballero, en Educación; y Felipe Poey, en Recursos Naturales.
Este año tocó al Licenciado Aurelio Alonso Tejada el Premio Félix Varela, presentado por el Dr. Ibrahim Hidalgo Paz en esta reunión de historia viva.
También se aprovechó la oportunidad de otorgar los Diplomas del Sello Conmemorativo ¨225 Aniversario de la Sociedad Económica de Amigos del País ¨ a organizaciones estrechamente vinculadas a la SEAP, como son: Instituto de Literatura y Lingüística ¨José Antonio Portuondo Valdor¨ y la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, la Academia de Ciencias de Cuba, y la Universidad de La Habana. La funcionaria de la SEAP Olga Fernández hizo entrega a los Directivos de cada entidad descrita del Sello, que por primera vez se ha otorgado por la SEAP.
Tocando a su fin la actividad, las palabras del Dr. Fidel Vascós González renuevan el deseo de continuar siendo útiles en la defensa de la Patria desde nuestros puestos, y felicita a los ganadores de los concursos y merecedores de los reconocimientos de la SEAP, para mantener activa la participación de todos en pos de la Patria, todo lo demás, al decir de Rosa de Luxemburgo sobre su idea de la Revolución, es insustancial.
Otro espacio cultural a cargo del pianista Franco Rivero y su acompañante, sirven de final a una tarde especial en que flotan en este salón ¨Martí¨ los nombres de Roa, Marinello, Aguirre, Portuondo, Roig, Le Riverend, Bueno, Daisy Rivero, García Olivares, Poey, Feijoo, Arango y Parreño, De la Luz y Caballero, y tantos otros que nos antecedieron, para que en el futuro nuestro legado no quede huérfano.
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