Desde hace cinco años, los camiones y vehículos de gran porte que llegan de todo el país a la empresa procesadora de soya de Santiago de Cuba no tienen que esperar largas horas para pasar por la báscula, pesar las mercancías que se les despachan y seguir su camino de distribución. Todo el sistema de pesaje, facturación y control de productos se ha integrado de forma tal que el proceso dura apenas unos minutos.
La respuesta se esconde detrás de una novedosa aplicación: BascalPro. Según explica a Granma el desarrollador y programador de esta herramienta, Raúl Cuervo Bello, la idea surgió ante la necesidad de crear un programa que fuera compatible con los sistemas de pesajes que existen hoy en varias de las empresas proveedoras nacionales y el software utilizado en el visor de la báscula.
Además, la solución incorporó a los servicios de venta las acciones de facturación, pues anteriormente estaban separadas estas operaciones y eso daba paso a que muchas veces no se registraran adecuadamente informaciones como los partes diarios de los clientes y productos, agregó.
BascalPro lo integra todo. La báscula está conectada a la base de datos, y tanto el departamento de Economía, de Comerciales, el laboratorio, como la dirección de la entidad pueden observar en tiempo real el comportamiento de las ventas, lo cual permite un mayor control y el acceso a reportes tan básicos como la matrícula del vehículo, la licencia de conducción del chofer, etc., asegura este joven graduado de la Universidad de Ciencias Informáticas, quien fue uno de los participantes del sector no estatal en la recién finalizada Feria y Convención Internacional Informática 2018.
Otra de las virtudes del sistema, comentó, es que permite el acceso remoto desde cualquier lugar del país, o sea, no hay que estar físicamente en la empresa para recibir la información y conocer cómo va la salida y entrada de camiones o cuánto cargan en cada envío. Los directivos o cualquier otro usuario que esté registrado y tenga los permisos necesarios, puede conocer esos datos.
«El sistema no para, trabaja las 24 horas. Actualmente está funcionando en la procesadora de soya y también en la Empresa Nacional de Silos, que provee lácteos, cárnicos, pienso porcino y otros alimentos.
«Otra de las características de la herramienta es su flexibilidad. Cada vez que se le añade una nueva prestación o funcionalidad puede adaptarse a las necesidades de un centro determinado, o sea, el programa va evolucionando, por eso se ha podido instalar fácilmente en otras entidades. Ahora mismo la Empresa de Materias Primas de Santiago de Cuba está en proceso de contratación para aplicarlo, así como la Molinera», sostiene Cuervo Bello.
AUDITABLE Y A PRUEBA DE ERRORES HUMANOS
Aunque detrás de BascalPro se encuentra un equipo bien pequeño, solo de dos personas: el diseñador y el programador, Raúl Cuervo Bello señala a nuestro diario que el usuario final, el cliente, ha sido quien más ha aportado a la evolución y perfeccionamiento del programa.
«Cada vez que una persona se acerca a nosotros y nos da una recomendación, eso ayuda muchísimo, pues vamos conociendo qué debe mejorarse y qué otras prestaciones pudiéramos incorporarle».
También, desde un inicio, trabajamos sobre la base de que la interfaz fuera sencilla, rápida de aprender. Así, la persona que está sentada frente a la computadora ocho horas o más utilizando el sistema, puede hacerlo de una manera fácil y sin perderse con demasiados botones o ventanas, añadió.
«Otra de las funcionalidades de la herramienta es que tiene buscadores internos que permiten filtrar rápidamente la información que se requiere.
Funciona como Google, tan solo con poner las primeras palabras, por ejemplo, del apellido de un chofer, el sistema te devuelve todas las posibles coincidencias; lo mismo sucede si se quiere localizar a una empresa proveedora o una venta realizada unos meses atrás. Se puede buscar a través del nombre, de la provincia donde se ubica la entidad proveedora, por licencia de conducción, por el número del contrato, etc., son muchas las opciones».
Por otra parte, sostuvo, el sistema tiene validación de control, está certificado por la Agencia de Certificación de Sistemas de Seguridad y Protección (Acerprot) y es auditable, pues los registros de todo lo que acontece en la empresa quedan guardados en una base de datos con copia en otro servidor o memoria, y esa información puede ser luego revisada por un auditor.
Con esta opción de auditoría, la aplicación compara además la cantidad de sacos que se declaran contra la que, según un cálculo matemático, debe tener el camión en su interior. «Los sacos vacíos tienen un peso y cuando están llenos también, según cada producto, y si se reporta que hay 500 sacos, el programa calcula para confirmar si es verdad. Puede haber un margen de diferencia de seis o siete sacos, pero cuando es de 50 o cien, uno se percata de que hay una incidencia», señaló.
Asimismo, el sistema emite alarmas respecto a las cuentas por cobrar y las que se van a vencer próximamente, así como de las ventas totalizadas y el parte diario de estas, los pagos recibidos, los contratos y su expiración.
Pero, por muy buena que sea una aplicación informática, casi siempre está latente el factor humano y los errores que se cometen al momento de colocar una información en el sistema, ya sea por descuido o con la intención de «ocultar» ciertos números.
Eso Raúl Cuervo Bello lo sabe muy bien y, con la intención de evitar tales situaciones, ha instalado en BascalPro mecanismos de seguridad que obstaculizan la manipulación de los datos.
«La aplicación no solo detecta los errores en el pesaje sino también en la gestión de documentos, o sea, el sistema avisa sobre cualquier error que se pudo haber introducido y el mismo programa te dice desde qué terminal se hizo esa operación y quién fue el usuario. Además, está diseñado para que sea imposible borrar cualquier registro o modificar los datos».
Una vez que se confirma la información, lo más que se puede hacer es cancelar el documento, pero siempre queda una evidencia que no se borra, explicó.
BascalPro cuenta además con una opción para corregir fallas ortográficas y tiene validación para la entrada de datos, pues si se comete algún error al momento de introducirlos y falta, por ejemplo, un número del carné de identidad o de la licencia de conducción, el sistema no acepta esa información y señala que hay una inconsistencia, precisó Cuervo Bello.
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