Fidel


"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

martes, 20 de marzo de 2018

Los sueños también germinan


La falta de agua no constituye una preocupación para los cosecheros de tomates. Foto: Ortelio González Martínez
MAJAGUA, Ciego de Ávila.–Andaba por uno de los recovecos de la finca y llegó con cara asustadiza ante los reporteros. Era un lunes de este marzo y apareció con pantalón y camisa limpios, pero mojados, y la gorra no muy calada. «Da calvicie», dice en alusión a una teoría sacada más del ingenio popular que de un guajiro que debiera andar con sombrero alón.
«La gorra se usa más, el sombrero se enreda en el monte y el aire puede llevártelo», explica Richard Osorio Pupo,  un joven de 22 años, casi recién salido del Servicio Militar Activo (SMA), que pidió tierras en usufructo para dedicarse a la agricultura.
Tímido, sonríe y saluda, un poco nervioso porque dice que nunca lo han entrevistado. A todas luces, su lenguaje es el del trabajo, el de no dejar de hacer hoy para sacar el sustento del surco. Cuando ve la cámara fotográfica se arranca la gorra de la cabeza y se pasa la mano por el pelo. «Está churrosa», explica.
Parece que la teoría –su teoría– de la calvicie es verdad, advertimos cuando observamos con detenimiento el cabello ralo.
Hablamos, compartimos ideas. Le oímos decir. Al estilo del más avezado de los campesinos, sabe cuál es la época de cultivar cada producto; sabe, además, que en la agricultura no se puede improvisar ni dejar un día sin hacer algo útil, porque «la cosecha no espera», asevera mientras extiende la mano y señala al campo de tomate, en fase de recogida.
«Al terminar el Servicio pedí tierra y me la dieron. Me acogí al Decreto-Ley No.300 del Ministerio de la Agricultura. Tengo en usufructo cinco hectáreas junto a la finca de mi papá. Pertenezco a la unidad básica de producción cooperativa La Manchuria y aquí cultivamos tomate, plátano, ají y ajo, y pensamos producir mucho, porque los sueños también germinan». De eso estamos seguros, a juzgar por la organización de la finca, totalmente sembrada, sin espacios libres para las malas hierbas.
Intercambiamos sentados en cajas de madera, de esas que se usan para envasar el tomate, y Richard, con sencillez guajira, responde las preguntas, mientras cuenta lo mucho que todavía le queda por hacer.
«Antes de empezar el SMA sabía que existía esta opción. Siempre pensé en pedir tierras cuando saliera. Me gusta el campo. Pude dedicarme a otra cosa, pero me sentía más seguro aquí. Nada me hubiera hecho pensar diferente».
–¿Siempre viviste en el campo?
–Siempre. Viví en Río Grande, cuando era chiquito, y me mudé para esta finca a los cuatro años. Nosotros le pusimos La Autopista, porque la Autopista Nacional debiera pasar por ese monte que queda cerca de aquí, pero ni asomo de construcción en la carretera, así que lo mejor es aprovechar la tierra.
–¿Y qué estudiaste?
–Al terminar la Secundaria Básica decidí estudiar Obrero Calificado en Carpintería. Ahora voy a la Facultad Obrero-Campesina para alcanzar el duodécimo grado, pero sin dejar de trabajar aquí. Parte de mi tiempo libre se va en eso.
«Allí estoy de 5:30 de la tarde a las ocho de la noche, los martes y los jueves. A veces, me coincide con el trabajo, pero mi tío y el viejo me ayudan para que pueda ir.
«Quiero coger el 12 porque siempre hace falta, es mejor que tener solamente noveno grado. A lo mejor un día puedo optar por una carrera universitaria que sea de Agronomía u otra que me sirva para trabajar en la finca, porque no pienso abandonarla».
Además del cultivo del tomate, los ajíes son el otro plato fuerte de la finca de Richard. fotos: Ortelio González  
–¿Cuándo saliste del SMA?
–En septiembre del 2015. Lo pasé en el Sector Militar de Majagua. Al año y medio me dieron la baja por estímulo. Fue entonces cuando me facilitaron esta tierrita.
–El municipio es un referente en la producción tomatera…
–Sí, hay mucho tomate por aquí, incluso, algunos estamos preocupados porque nos dijeron que la fábrica de conservas de Majagua no molerá este año. Yo tengo media hectárea de tomate. Eso representa ciento y pico de quintales. Así voy empezando. En la próxima cosecha iré por más.
«Cuando termine con el tomate que estoy recogiendo quiero sembrar melón».
–¿Algún problema en la presente cosecha?
–Yo creo que como está el clima no es fácil salir bien. Estas lluvias no afectaron tanto al tomate que tengo sembrado, pero sí al frijol. Se me echó a perder una hectárea completa. Cuando estaba empezando a parir vinieron las aguas aquellas y se enfermó.
«Y antes del agua, la sequía. Por suerte, ahora los pozos tienen bastante agua y las cañadas están corriendo todavía. También asignaron muy poco combustible y el paquete de la protección fitosanitaria me llegó tarde».
–¿Cuándo descansas?
–Empezamos a las 7:00 de la mañana y a veces terminamos a las 6:00 p.m. y hasta más tarde. El día de descanso del campesino es cuando se puede. La cosecha no se puede perder porque es el sudor de uno.
¿Afecta trasladar el tomate hasta Ceballos ante la paralización de Majagua?
–No he tenido demasiados problemas con el traslado hacia la fábrica de Ceballos. Allá, por el momento, hay poca cola. Eso está de llegar y vaciar rápido. Me da lo mismo en Majagua que en Ceballos, lo que hace falta es entregarlo, que no se pudra en el campo. Y el pico de la cosecha está cerca.
–¿Qué crees de la idea de entregar tierra a los jóvenes que terminan el Servicio Militar Activo?
–Excelente. Si nosotros contribuimos con la defensa de la Patria, y lo hicimos bien, cómo vamos a tenerle miedo a la tierra. Además de constituir un estímulo, esto nos hace más útiles, productivos y necesarios.
DE LO LEGISLADO:
- Se autoriza   la  entrega  de  tierras estatales ociosas  en concepto de usufructo gratuito y por tiempo determinado a personas jurídicas o naturales, para que las exploten racional y sosteniblemente atendiendo   a  la  aptitud  de  los suelos, en función de la producción agropecuaria, forestal y de frutales. (Artículo 1.1 del Decreto Ley No. 300) Se  consideran tierras  ociosas las siguientes:      
                               
- a) las que no se encuentren en producción agrícola, pecuaria, forestal o de frutales, salvo que estén sujetas a periodo de descanso con fines de  rotación de cultivos;                                     
- b) las que se hallen cubiertas de marabú, malezas o   plantas invasoras;                                
- c) las   utilizadas   para   cultivos   o   plantaciones   no  adecuadas   a   la   aptitud   de   los   suelos,  que  presenten notable despoblación o bajos rendimientos; y

- d) las dedicadas a la producción pecuaria con baja  carga de animales por hectárea. (Artículo 2 del Decreto Ley No. 300)
Solo los jóvenes licenciados del Servicio Militar Activo tienen prioridad, se les atiende inmediatamente su caso para que tengan sus usufructos en el menor tiempo posible  (Resolución 300, 304 y 311)

- Lineamiento 162: Asegurar un efectivo y sistemático control estatal sobre la tenencia y el uso de  la tierra, para contribuir a su explotación eficiente y al incremento sostenido de las producciones.   Continuar  la entrega de tierras en usufructo y la reducción de las áreas ociosas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario