Piense en un objeto cualquiera e imagine que después de un proceso de diseño computarizado pueda tenerlo entre sus manos. Aunque aún parezca algo de ciencia ficción, este es el principio de la impresión 3D, una tecnología aditiva que funciona bajo el concepto de la superposición de capas.
La impresión 3D es la última en una familia de siete grandes procesos de fabricación. Representa una línea donde ni se conforma ni se sustrae, se adiciona material de manera controlada, explicó a Granma Abel Bajuelos Rizo, trabajador del Centro de Neurociencias de Cuba (Cneuro).
Este centro es el único en el país que utiliza la fabricación digital para implantes auditivos y dentales por medio de la impresión 3D y, posiblemente, uno de los pocos que hagan uso de esta tecnología que permite imprimir formas extremadamente complejas de manera factible.
En el caso de las máquinas instaladas en el Cneuro, pertenecen a los procesos de fotopolomerización, o sea, una fuente de luz que incide en una resina fotosensible y que a su vez, presenta debajo otros subprocesos. En algunos dispositivos ubicados en el Cneuro, la fuente de luz es un láser y en otros un proyector de luz ultravioleta, agregó Bajuelos Rizos.
Para el proceso de impresión de estas máquinas, primero se tiene que trabajar con la información. Esta se obtiene utilizando herramientas de modelado que generan mallas 3D o a partir de escaneos 3D, aclaró.
«Las máquinas que tienen los laboratorios en el Cneuro se emplean para soluciones médicas e industriales, e imprimen el tamaño de la pieza final en correspondencia con el volumen de fabricación de la impresora», comentó.
Como dato curioso, se puede imprimir en 3D en casi todos los materiales: metales, resinas, acrílicos, polímeros, cerámica e incluso, chocolate.
IMPRESIONES 3D PARA USOS MÉDICOS
El Cneuro tiene bien establecidos los procesos para la fabricación de objetos mediante la impresión 3D y es en el departamento de producción donde comienza el flujo productivo.
Este centro trabaja en la fabricación de diferentes objetos a partir de diversas materias primas, por ello se pueden encontrar en su producción desde moldes auditivos para prótesis retroauriculares a base de resinas, hasta prótesis dentales fabricadas con compuestos metálicos.
En el caso de la fabricación de los moldes auditivos para prótesis retroauriculares, se reciben las tomas de impresión de cada paciente provenientes de las clínicas, que luego pasan a ser escaneadas digitalmente en un equipo optimizado para este tipo de servicio médico, comentó Frank Fernández Hernández, especialista en impresiones 3D del Cneuro.
Luego del escaneo, agregó, se procesa esa imagen mediante un software. Una vez que ya se tiene el fichero digital, con el molde personalizado que se va a fabricar, se traslada al departamento de impresión 3D.
Ese fichero se vuelve a procesar en un software CAM de manufactura auditiva, para preparar el fichero para imprimir, o sea, definir parámetros como la orientación y los soportes, recalcó Fernández Hernández.
Una vez que se imprimen, a los moldes de las prótesis retroauriculares se les da un baño en alcohol isopropílico, para eliminar algún resto de resina que no se haya fotopolimerizado y por el que pueda haber alguna imperfección del molde. Posteriormente, se soplan con aire comprimido para secarlos y limpiar algún otro resto que pueda quedar, destacó el especialista.
Ya listo, se le da un proceso de poscurado, lo que permite a la resina una mayor solidificación. Cuando concluye, sigue un proceso de acabado, que lleva un pulido con piedras abrasivas y un baño de laca, se le coloca un codillo y luego pasa a instalarse la electrónica.
El tiempo de fabricación, en correspondencia con la cantidad de prótesis que haya, puede demorar de siete a diez días desde que llega al centro. Depende también de la capacidad de trabajo de las impresoras, las cuales tienen una cantidad tope de cien prótesis auditivas que pasan por el flujo productivo, añadió Yamil Rosales Hernández, director de la línea de prótesis auditivas del Cneuro.
Desde el 2011 se trabaja en este tipo de proceso en Cuba y para el presente año se espera la producción de unos 16 000 moldes auditivos con el uso de las impresiones 3D, enfatizó.
Para las prótesis dentales, el funcionamiento con las impresiones 3D es el mismo y en este aspecto el Cneuro también es pionero. En base a una impresión dental se realiza el modelo de trabajo en yeso y se coloca en un escáner. «En este departamento se diseña el producto virtualmente a partir de la muestra del paciente y la 3D lo que hace es llevarlo a lo real», explicó Ismel Espinosa Camejo, director del departamento dental.
Cuando la estructura interna llega de las impresiones, se procede a recubrirlas con el material estético para luego colocárselas a los pacientes. Cuando son piezas únicas, el tiempo promedio es aproximadamente de tres días y a partir de diez y 14 unidades están a lo máximo en siete días.
En el Cneuro se realizan todos los tipos de rehabilitaciones dentales: las prótesis parciales removibles, las prótesis fijas, coronas, puente e implantes.
Aunque en estos momentos solo están prestando servicios a las clínicas internacionales, trabajan para impulsar el proyecto a nivel nacional. En una segunda fase se seleccionarán algunas clínicas en La Habana y comenzará el servicio de este tipo de prótesis a la población.
El centro también realiza para los servicios médicos cubanos las impresiones 3D de las estructuras metálicas de las prótesis parciales removibles y en las clínicas dentales se coloca el acrílico. También se está ofertando al Ministerio de Salud Pública la prótesis fija en metal cerámica y la libre de metal.
A este tipo de tecnologías se le puede dar disímiles usos, el reto estriba en entender el concepto de que lo virtual puede también ser parte de la realidad y que, para la impresión 3D, la creatividad es el límite.
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