Donald Trump parece un oso herido que agrede. Sin embargo, eso es pura mascarada. Es cierto que su política resulta en extremo peligrosa. Pero su verdadera peligrosidad no proviene solo directamente de sus pasos políticos, sino más bien de sus ambiciones. Son sus ambiciones las que realmente nos ponen a todos en peligro. Recordemos la frase del llamado Señorito Malta, en aquella famosa novela brasileña, “Que nadie toque nada, yo solo puedo tocar”.
En la política de Estados Unidos hacia Cuba, nunca han sido apreciadas, o posibles de apreciar, tantas incoherencias.
Trump no le ha dado marcha atrás a todo lo que se logró avanzar con la presidencia de Obama. Y esa fue su primera gran mentira, prometerle a la extrema derecha cubano americana, que lo haría. Que daría marcha atrás a todo lo que se había avanzado con la política seguida por Obama.
Pero esa extrema derecha. No puede siquiera confiar, que Trump sea heredero de la ambición histórica de los Padres Fundadores, de poseer a Cuba. Políticamente hablando, Cuba no le interesa. Ni dirigirla o poseerla como una neocolonia. Es todo eso, pero para servirse de ella, como fuente de negocios y de riqueza. Qué Cuba sea lo que le venga en gana, siempre que él pueda sacarle provecho económico-financiero.
¿Cuáles son los verdaderos intereses políticos de Trump con Cuba? Creo que políticos, como tal, son muy pocos. Y no están realmente sustentados en odios históricos, principios ideológicos ni intenciones políticas ancestrales. Porqué Trump, no es un político. Trump, primero que todo, es un hombre de negocios.
Asunto este último, que nunca va a sacrificar por verdaderos intereses políticos de clase. Incluso, ni “intereses patrióticos”, históricos de controlar a Cuba, más allá de sacar partido, para continuar enriqueciéndose. A Trump no lo mueven la ideología imperial, ni los intereses de clase, más allá de beneficiarse económicamente.
Razón por la cual, si poderosos intereses económicos lo agreden, se coligan fuertemente, lo enamoran con bolsas de dinero, con jugosos negocios, con atractivos beneficios económicos. Trump es capaz de moverse a cualquier posición. Porque no tiene principios ni intereses políticos verdaderos, sino ambiciones monetarias y aspiraciones desbordantes de riqueza.
Para Trump, la presidencia, no es un cargo político, sino la combinación de la caja fuerte. Para Trump, la presidencia de Estados Unidos, es el negocio más grande que ha tenido. Un “regalo del cielo”, con el que lo único que le interesa es convertirse en el hombre más rico y poderoso del mundo. Los demás asuntos, que conlleva el ejercicio de la presidencia, son solo puras circunstancias dentro de sus acciones. No le interesa preservar la ética del presidente de la nación. La tira por la borda cada día.
Trump hará lo que tenga que hacer, pero sin perder la brújula, de que lo más importante que su posición le puede prodigar, es enriquecerse indetenidamente. En eso consiste para él, la importancia del poder que posee. De lo contrario, ¿cómo podríamos entender la forma en que Trump ha actuado hasta ahora? Rompiendo reglas de todo tipo, cuestionando acuerdos, apartándose de todo lo que implique coordinación internacional, incluido con los históricos aliados de Estados Unidos, los que han contribuido sobre manera para llevarlo a la posición de liderazgo que hasta hace poco tuvo. Sin aliados, Estados Unidos no hubiera llegado a ser lo que ha sido. Pero está dispuesto a sacrificar esa alianza, siempre que todo sea para su peculio particular.
Dejemos el caso de Cuba para el final. Encarguémonos, momentáneamente, de estos otros asuntos. Que tanto dicen del hombre con que nos las tenemos que ver.
Observemos brevemente el caso de Corea del Norte. En cuanto Trump se enteró, de que los cohetes nucleares coreanos, podían llegar a la Costa Oeste de los Estados Unidos, se sentó a negociar con Corea del Norte. Con todo el cinismo, la demagogia y el carácter engañoso de esa negociación. Pues, por una parte, no le quita a Corea del Norte las sanciones, tratando de lograr solo la ventaja de que esta última se desarme.
Estados Unidos insiste en que Corea del Norte se desarme unilateralmente, a lo que esta última se niega, por la desconfianza a que la posición norteamericana los ha inducido.
Pero, como se dice, “el tiro le salió por la culata”, porque los coreanos del norte, aprovecharon la coyuntura, de esa paz increíble y precaria, para acercarse a Corea del Sur. Y lo están haciendo de un modo en que ha emergido un nivel de confianza entre los dos coreas, que lo que si tiende es a desarmar el contexto en que siempre Estados Unidos logro controlar la situación en la península coreana y, al mismo tiempo, sitúa la unificación de las dos Coreas, más cercana que nunca.
Si no se ha avanzado más entre las dos Coreas, es porque Estados Unidos tiende a introducir elementos de desconfianza en la negociación, dé lo cual Corea del Sur no tiene culpa alguna.
En América Latina, persiguiendo las riquezas y el petróleo venezolano, hostiga a Venezuela, amenazando incluso con invadirla. Pero a diferencia del consenso logrado para votar a Cuba de la OEA. Ahora, no obtiene acuerdos para tales acciones. A pesar de la actitud traidora del Presidente de ese organismo regional.
Con Cuba, todo tenía un sentido más político. Pues La isla había quebrado la cadena del llamado Sistema Interamericano y como si fuera poco, se había aliado con la URSS y el resto de los Países Socialistas. Lo cual abrió un camino, que ahora es seguido por otros países latinoamericanos. Sin que Estados Unidos pueda hacer otra cosa, que criticar a China y a Rusia, por acercarse a su “histórico traspatio”. Cosa que no ha logrado ni lograra, pues el contexto no le resulta favorable. Tanto Rusia como China ofrecen buenas oportunidades de negocio y no pocos países del hemisferio las aprovechan.
Ahora, Trump ha logrado mantener movilizada a la derecha en países como Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Honduras, y otros.
Pero choca con un movimiento de masas, que precariza la posición de sus aliados subalternos en el hemisferio. Cuyas izquierdas no se dejan engañar. Por lo que Trump, no cuenta con un consenso como Estados Unidos, siempre tuvo históricamente América. Con la siempre molesta excepción de Cuba. De aquí su odio, ya casi ancestral contra la Revolución cubana. Qué Trump heredo, aunque no por conciencia, sino por conveniencia.
Las guerras en el Medio Oriente fracasaron. Irak, Afganistán y Libia, produjeron astronómicas ganancias, como resultado de los altos gastos militares, la droga, el petróleo apropiado y el territorio controlado. Pero fueron procesos destructores, que aún no logran reconstruir esas naciones. Y donde el terrorismo hace zafras con la población indefensa. Raro es el dia en que los pueblos de esas naciones, no tiene que sufrir las garras del terrorismo, que estados Unidos engendro y que ahora no sabe cómo va a controlar.
Ahora con Siria, están a punto de fracasar. A pesar de tratar de hace ver que luchan contra el terrorismo, cuando lo que hacen es apoyarlo. Para tratar de impedir la completa liberación de Siria, desalojar a su Presidente y controlar el territorio, dentro de un área que le es estratégica. Intenciones en las que choca con las posiciones de Rusia.
Se retiran del Acuerdo Nuclear con Irán, encontrando la oposición de los aliados, que no desean verse complicados nuevamente dentro de un área geográfica, donde la intromisión ha resultado un verdadero fracaso. Y en la que participaron, para apoyar a Estados Unidos, sin extraer mucho a cambio.
Siendo cierto, que todos esos fueron errores de la política exterior de Obama, pero sin que Trump pueda hacer nada ahora para remediar la situación.
Más bien, lo que hace es complicar todo, cuando traslada su embajada a Jerusalén y continúa manteniendo su apoyo a Israel en las atrocidades que comete en la Franja de Gaza, el desahucio de sus viviendas y otras tropelías que los israelíes cometen continuamente contra los palestinos. En lo que tampoco Trump, cuenta con el apoyo de los aliados.
Turquía también tiende a variar su situación de relaciones con Estados Unidos y se acerca a Rusia en el conflicto sirio. Lo cual no es del agrado Trump. Aunque no puede hacer mucho para cambiar la situación. Pues Rusia resulta ser un “hueso muy duro de roer”. Sobre todo, cuando esta última, incluso, esta aliada militarmente con China. Y realizan maniobras conjuntas, qué asustan a Estados Unidos, por la capacidad de armamentos que están exhibiendo y desplegando.
El retiro de Estados Unidos del convenio con Irán tiende a cambiar su situación en el área. Sobre todo, cuándo en su retirada, no cuenta con el apoyo de los aliados, que continúan dentro del convenio y critican a Trump, acusándolo de irresponsable.
Luego, entonces, Trump esta solo frente a sus ambiciones en el Medio Oriente. NO cuenta con el apoyo de los aliados frente a ninguno de los conflictos a que se ve enfrentado.
No obstante, la complicación mayor de Trump es con Europa. De la cual se aparta, mientras esta tiende a acercarse a sus históricos enemigos, China y Rusia. Estas últimas naciones, hacen un juego político inteligente, que resta ventajas a Estados Unidos, en su área de intereses, así como también dentro del viejo continente en general.
Tal vez sea este último el error más desastroso de Trump. Pues dispersa sus posibilidades dentro de un contexto político general, que Estados Unidos no está en posibilidades de controlar.
Europa siempre jugo un papel muy importante dentro de la política norteamericana, que este no tiene con que sustituirlo. Sin sus aliados europeos, Estados Unidos sufre una fuerte erosión de su anterior imperio. Pues Europa ya no está dispuesta a acompañarlo en sus aventuras y tiende a buscar otras alternativas para sostener su política mundial.
Sin embargo, hay sectores que lo siguen. Pero no creo que todos los sectores de poder dentro de Estados Unidos, compartan la política de Trump. Muchos critican la soledad en que el país se ve metido. Sobre todo, ése capital que tiene su base en el comercio internacional y que no ve con agrado la guerra comercial en que Trump los ha metido. Lo cual, como reconocen algunos premios nobeles de economía: Krugman, Stiglitz y otros, no confían que la situación de la economía norteamericana sea realmente sólida y auguran una crisis económica que está por llegar.
Respecto a Cuba, Estados Unidos, continuamente pierde espacios, en todos los ámbitos anteriores de una política exterior hacia la Isla, donde contaba con aliados suficientes para presionarla. El alejamiento europeo de Estados Unidos, genera en Europa, una posición respecto a Cuba, en la que la Isla cuenta ahora con ventajas de las que nunca pudo disfrutar.
Esa dispersión de intereses se observa muy claramente, ante todo, cuando en Naciones Unidas, solo son Israel y alguna que otra Islita del Pacifico, son los que votan contra la Resolución de Cuba en contra del bloqueo. Por lo que Estados Unidos se ve solo para continuar justificando la que siempre fue la piedra angular de su política contra Cuba: el bloqueo. Lo cual no significa que este último, por eso vaya a desaparecer, pero el golpe es fuerte y no deja de tener su significado histórico y moral en contra Estados Unidos. Y un evidente beneficio para Cuba.
Particularmente en Europa, especialmente en la España de Aznar, la llamada “Posición Común”, mantenía a Cuba dentro de un hostigamiento feroz y continuo. Tal posición desapareció y Cuba ha logrado iniciar negociaciones con la UE y España, lo que la liberan de las viejas presiones político-económicas y la acercan a un proceso de negociaciones, que le resulta favorable. Pues, Estados Unidos, ya no puede contar con Europa, ni con la UE, para presionar sobre Cuba.
Excepto con Israel, ya Estados Unidos no cuenta con el voto de nadie para presionar a Cuba con el bloqueo. Casi todos los países del mundo se acercan a Cuba. Por lo que Estados Unidos se queda solo, cuando más necesitaría poder justificar el retroceso que quiere darle a la política hacia Cuba. Por lo cual, a nivel internacional, Trump no puede ya hacer nada contra Cuba.
Por eso, ahora circunscribe sus ataques a ligarla con Venezuela; presionar con los llamados “ataques sónicos”, dificultando los movimientos migratorios y de viajes entre ambos países; además, presionando, para que nadie pueda escapar de las presiones en contra de negociar con Cuba, o qué esta última no pueda utilizar el dólar en sus transacciones internacionales.
Desplegando una criminal campaña propagandística, para evitar que el turismo llegue a Cuba. Mientras mantiene unas precarias relaciones diplomáticas, a nivel de embajada, que aún no se ha atrevido a quitar. Algo que ya pudieran hacer, porque salvo atender al personal norteamericano que viaja a Cuba y mantener una “atalaya de espionaje” y subversión en la Isla, la embajada no cumple función alguna.
Dentro de Estados Unidos. Excepto por una parte exigua de la extrema derecha cubano-americana, no hay apoyo al bloqueo, existiendo un soporte bastante amplio (más del 70% de la sociedad norteamericana), que desea relaciones normales con Cuba.
Trump mantiene el compromiso con la extrema derecha para una política hostil hacia Cuba. Pero paulatinamente, tanto dentro de la sociedad norteamericana, como de la propia comunidad cubana, e internacionalmente, se ha venido creando una masa crítica de opinión, que apoya la eliminación del bloqueo y de partidarios de una nueva política hacia Cuba. Sobre todo, dé hombres de negocio, que observan en Cuba, crecientemente, un conjunto de oportunidades, al margen de las cuales no desean quedarse. Dado que el bloqueo les afecta más, en la misma medida en que Cuba halla nuevos socios, mercados, áreas de inversión y de colaboración; mientras ellos, se van quedando excluidos de esa competencia.
Hace mucho tiempo ya se demostró, que el bloqueo afecta también a los hombres de negocios en Estados Unidos, así como a la sociedad norteamericana en general, pero tal situación, tiende a ser cada vez más crítica.
Razón por la cual, aunque Trump prometió desde el principio de su mandato desmontar la política de Obama. Cada día se ve mas Imposibilitado de hacerlo. Y permite pasos de acercamiento a Cuba, que hacen crecientemente contradictoria e incoherente la política declarada.
Por eso, mientras complica las relaciones migratorias. Sin embargo, se ve obligado a incrementar los vuelos, los cruceros y últimamente hasta aceptar la fundación de una Empresa Mixta Cubano-americana para la producción de vacunas medicas contra el cáncer.
Trump, no puede paralizar el intercambio académico, ni los cursos para estudiantes norteamericanos en Cuba, que continúen las visitas de hombres de negocios, religiosos, formas de turismo, el comercio agrícola, Congresistas, etc. Desde Cuba resulta engorroso obtener las visas para viajar a estados Unidos, pero, desde allá, crecen las visitas de cubanos y norteamericanos.
Es como si el bloqueo, sin esperar por una decisión congresional, pudiese de manera inevitable, estar yéndose en disolvencia lenta, como dicen los cineastas.
Y mientras más se incrementen las presiones de los sectores de negocios, que han comenzado a empujar casi masivamente, más será así. Porque la propia actitud incoherente de Trump produce esas situaciones.
En la reciente visita de nuestro Presidente Miguel Díaz Cannel, a Naciones Unidas, los múltiples contactos evidencian esa tendencia, que no parece detenerse, sino crecer. Y que evidencia ser una conciencia que va presionando de manera creciente sobre la necesidad de cambiar la política hacia Cuba.
Hombres de negocios, artistas, cubanos-americanos, religiosos, personalidades de la agricultura norteamericana, la ciencia, congresistas, amigos de Cuba en general, han asumido una fuerte actitud movilizadora contra el bloqueo y la negativa política hacia Cuba.
A Trump, junto a la campaña del peligro de hacer turismo en Cuba, le van quedando solamente, las presiones que ejerce, para que los que vienen a Cuba, no se hospeden en aquellos hoteles, ni consuman servicios, que están administrados por empresas de las Fuerzas Armadas cubanas.
Muy importante también, resulto la reunión con Google, donde este último mostró su interés en hacer avanzar internet en Cuba y firmo con Cuba cuatro cartas de intención.
Particularmente emotiva estuvo la masiva reunión en la Catedral de Harlem, en la que cubanos, hispanos y afroamericanos, llenaron la inmensa sala, mostrando su solidaridad con la causa cubana. Y también venezolana.
Tanto por los discursos, como por los contactos múltiples que sostuvo el Presidente Díaz Canel, la visita resulto un éxito total, que ha fortalecido la presencia de Cuba en Estados Unidos, haciendo avanzar sólidamente la actitud contra el bloqueo y las posiciones de rechazo a la actual política hacia Cuba.
Hasta ahora, salvo el “pataleo injustificado de los ataques sónicos”, las presiones para dificultar el intercambio migratorio y las intenciones de impedir a toda costa la utilización del dólar”, no se observa nada nuevo, que la administración pueda hacer para detener esa tendencia. Que adiciona sólidos elementos internos en la oposición a la política de Estados Unidos hacia Cuba, que también ya encuentra la más fuerte oposición a nivel internacional.
A finales de octubre, cuando sea de nuevo presentada por Cuba, la Resolución contra el Bloqueo, tendremos una muestra más, de que Estados Unidos va a tener que lidiar con una posición internacional, que peor para su política hacia Cuba, no podrá ser.
Aunque no auguro que Estados Unidos se abstenga, cómo lo hizo Obama, en la pasada Asamblea.
Trump, además, está demasiado presionado por lo que pueda ocurrir en noviembre y parece no querer dificultades para lograr la supremacía en el congreso. Lo cual es sumamente importante para su estabilidad en la presidencia. Y para eludir el juicio político que puede estársele acercando. De aquí el carácter electorero de su reciente discurso en ONU, al cual ya nos hemos referido con anterioridad.
Pero, sin embrago, como ya hemos expresado en múltiples ocasiones, la variable fundamental de esta confrontación política que aun discurre, está en Cuba y no en los Estados Unidos. Es en Cuba donde se decide esa confrontación. Es el congreso norteamericano, el que debe decidir levantar el bloqueo. Pero no es en modo alguno despreciable, lo que Cuba puede hacer para aproximar ese momento.
Es Cuba, la que, desde su realidad interna, está obligada a impulsar los factores positivos, que deben dar al traste con la agresividad de la política norteamericana.
Por tal razón, avanzar en la aplicación del nuevo modelo económico, corrigiendo todos los inconvenientes que aparezcan, es lo que, en definitiva, impulsara el cambio de la política norteamericana hacia Cuba.
Por tales razones, Cuba debe responder a los retos necesarios para impulsar su crecimiento económico, muy débil todavía y que aun choca con un conjunto de obstáculos que deberán ser vencidos y que se concretan dentro de un conjunto de problemas de su política económica, que deben ser solucionados.
Entre ellos:
1- Es necesario que la propiedad privada y el mercado, acaben de ocupar el lugar que les corresponde dentro de la aplicación del Nuevo Modelo Económico.
2- Es necesario terminar de dar al trabajo por cuenta, a la pequeña y mediana empresa, la función que les corresponde. Flexibilizando el pesado “andamiaje burocrático” con que ha aparecido la restructuración de esas actividades. Y que obstaculizan, desestimulando la inversión en este campo.
3- Es necesario acabar de decidir que el ahorro interno pueda adoptar la forma de inversión privada, la que aun inexplicablemente no aparece. Tal ahorro existe, está en manos de pequeños y medianos agricultores, trabajadores, cooperativistas, artistas, intelectuales, deportistas de alta remuneración, etc. ¿Por qué esos no pueden también ser inversionistas? Mientras, sin embargo, ampliamos continuamente las facilidades al inversionista extranjero.
4- Es necesario acabar de decidir cuáles son las prerrogativas con que debe contar la empresa estatal socialista. Ahogada todavía por una planificación excesivamente centralizada.
5- Hace falta romper el nudo de la confusión que aun hace de la empresa estatal un elemento excesivamente controlado por el estado. Que le resta capacidad de cumplir con su papel de verdadera propiedad social.
6- La propiedad estatal no es propiedad social. Púes el estado actúa con ella como si fuera su verdadero dueño, rector, obstaculizando, no pocas veces, su verdadera función social y económica.
7- La empresa estatal socialista no lo será verdaderamente hasta que no sean los trabajadores quienes la dirijan y no un burócrata estatal, nombrado desde arriba.
Pues si deseamos lograr, el tan insoslayable, verdadero sentido de pertenencia en los trabajadores, tienen que ser un cuadro elegido por los propios trabajadores el que debe dirigir la empresa. Deben ser los trabajadores quienes elijan su dirección. Y carguen con toda la responsabilidad de hacerla producir, distribuir la ganancia, cumplir con lo que la sociedad les exige producir, utilizar los recursos, los salarios, los estímulos etc. Sí la empresa no funciona de ese modo, deviene en un organismo parásito, recostado al estado y al resto de los trabajadores; haciéndola incapaz de lograr que el mayor estimulo de los que trabajan en ella sea incrementar la producción. Para que de ello dependan sus salarios y bienestar. Si esto no tiene lugar, la empresa ineficiente vive a costa de las demás, del subsidio estatal y de lo que otros trabajadores crean. Lo que empuja a la economía hacia la pobreza, el despilfarro, el desestimulo, la corrupción y no hacia la creación de riqueza.
8- Debe lograrse un equilibrio adecuado entre el inversor extranjero, que goza muchas veces de prerrogativas que se van por encima de las de la empresa propiedad de la sociedad. Una empresa extrajera o mixta, no debe disfrutar de más ventajas que una empresa estatal, dirigida por los trabajadores.
9- Es necesario proyectar una estrategia que permita eliminar o reducir a su mínima expresión, la fuerza de trabajo calificada que abandona el país, por no lograr satisfacer sus necesidades en la economía nacional. ¿Cuál es la razón de que esa fuerza de trabajo altamente calificada a veces, no pueda organizarse en empresas de capital nacional, consultorías legales, contratistas, consultorías económicas? Trabajar por contrata, al mismo tiempo, con la empresa estatal y la privada.
10- El foco de nuestra actividad económica debe ser incrementar continuamente la riqueza, distribuyéndola alícuotamente entre los que participan en su creación. No es la creación de riqueza lo que debemos evitar, sino la pobreza.
10-Mientras no exista un mercado al por mayor, todos sabemos que los recursos para la producción privada, salen más de los almacenes estatales, que de un comercio licito, lo cual alimenta continuamente la corrupción. Son esas insuficiencias de la política económica, la ineficacia productiva y la falta de control, lo que más alimenta la corrupción.
11- Hay que terminar de afrontar los riesgos de la unificación monetaria. Porque considero que el peor riesgo está en demorarla.
Mientras nuestra economía no funcione de manera adecuada, organizada y con eficiencia, ese será nuestro “talón de Aquiles “en el enfrentamiento que estamos librando con Estados Unidos.
Es que el principal estímulo y aceptación a la negociación de nuestras diferencias con Estados Unidos, provendrá de la fortaleza interna en nuestra sociedad, para mostrar que no hay modo de vencernos. Porque están perdiendo ventajas políticas, económicas, de negocios, colaboraciones ventajosas y, sobre todo, prestigio internacional, ante el fracaso de una política agresiva, que en casi 60 años no ha logrado ni lograra sus propósitos.
Octubre 4 del 2018.
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