Este domingo salieron del aeropuerto José Martí los últimos vuelos de La Habana a Madrid. Vuelos “full “ pero con pocos españoles y muchos, muchísimos cubanos. Iberia, Air europa y Evelop dejan de operar hasta nueva orden, vaya usted a saber cuándo , cómo y dónde. ¿No eran vuelos básicamente programados para repatriar compatriotas? La mayoría de los pasajeros fueron cubanos, obedientes cuando la situación lo requiere y con lágrimas negras por la inmensa pena de su partida, que no de su extravío.
Dos días antes, en la tarde del viernes, la tripulación de una de las compañías españolas llega en silencio a la recepción del Melia Habana. El vuelo de Madrid despegó con menos de un tercio del pasaje. Los Tcps y lo pilotos esperan su turno para el checking cerca de un portugués que dice encontrarse desamparado. Melia va a cerrar 35 de los 37 hoteles que operan en la isla. Entre las Tcps destacan una espigada azafata con facciones eslavas, muy sonriente, y otra que parece nórdica y con una nariz respingona como la de Nicole Kidman.
Las otras dos tripulaciones de las compañías españolas llegan casi a la par al Iberostar Packard, probablemente el mejor hotel de Cuba, en Prado y a orillas del malecón habanero. Sus respectivos vuelos también han aterrizado en Boyeros con escaso pasaje a bordo. Esa misma noche, en la terraza frente al mar, en la entrada del puerto del Morro, una tripulante le dice a uno de los pilotos que ha visto al dueño del hotel con el director y un señor con marcado acento mallorquín. Estos tripulantes sólo permanecen alojados una noche, mientras que sus colegas del Melia harán dos pernoctaciones.
En la Quinta, del túnel a la 42, apenas se ve gente, aunque por el centro que divide los dos carriles algunas personas, casi todas mujeres, caminan en chándal, dispersas, a paso ligero. Tienen pinta de extranjeras, de centroeuropeas. Puede que sean tripulantes de la compañía holandesa que también se aloja en el Melia Habana. En la piscina de este hotel coinciden dos tripulaciones, la española y la holandesa. Pero cada grupo va a su aire. Cerca del hotel hay una especie de colmado donde el ron Habana Club cuesta menos de la mitad que en el aeropuerto.
Domingo 22 de marzo. Últimos vuelos a España y a otros países extranjeros. El José Martí está abarrotado. Los Tcps del primer vuelo de las aerolíneas españolas pasan circunspectos el control, con mascarillas y guantes. Qué mérito el de estos tripulantes, exponiéndose casi tanto como los sanitarios. Pasajeros y familiares cubanos con el dolor profundo de la partida los ven pasar por inmigración. Llantos. No han muerto sus ilusiones ni echarán la Isla en el abandono porque sus sueños se colman de bendiciones. Lágrimas negras y de todos los colores. Vencerán. Venceremos.
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