Por: Julio Sergio Alcorta Fernández.
En un interesante libro titulado “Las Guerras del Capital, de Sarajevo a Iraq”, de la autoría del Doctor en Ciencias Sociales y Economista Heinz Dieterich, se expone un breve apunte que por su esclarecido testimonio, nos conduce a dilucidar la verdadera génesis del Sistema Capitalista, solapada para muchos; y que describimos a continuación:
“No
hay tabú más esforzado por los fabricantes del consenso, en la opinión pública
de Occidente que la prohibición de entender que la ESENCIA DEL SISTEMA
ECONÓMICO DE LOS NAZIS es la misma que la del Capitalismo Neoliberal, y para el
Tercer Mundo, también la del social -democratismo europeo”.
“Hitler
era un loco, incomprensible para personas racionales”. “La barbarie civilizada
del Primer Mundo tiene que exorcizar la
relación entre el GENOMA CAPITALISTA y su
manifestación fenotípica FASCISTA. Por eso todo análisis crítico de este
contexto, genera una reacción histérica de los mandarines del sistema.” (fin)
En
este sentido, la historia misma nos ha ilustrado de evidencias de este
sorprendente fundamento al revelarnos eventos reales acontecidos durante el
pasado siglo y lo que va del presente.
Veamos
cómo fueron evolucionando estos procesos, tratando por todos los medios de
mostrarlos lo más breve posible, sin que pierdan su esencia.
El
Fascismo italiano y el nazismo alemán
brotaron de las ruinas de la Primera Guerra Mundial, del orden injusto que se
instauró tras el reparto territorial protagonizado por los imperios vencedores
y de la miseria y las humillaciones con que aplastaron a los pueblos de las
naciones vencidas.
En
el caso de los llamados “FASCIOS ITALIANOS DE COMBATE”, eran unidades de ex
combatientes, sindicalistas radicales y futuristas, que proclamaban la
necesidad de defender los valores nacionalistas, y se organizaron el 23 de marzo de 1919, en Milán,
estructurados por un oscuro agitador de 36 años, llamado Benito Mussolini.
Este
personaje apeló a métodos violentos de lucha callejera, para darle coherencia
al naciente movimiento, ordenado bajo una estructura paramilitar, con amplio uso de banderas,
marchas, insignias y grados jerárquicos; uniformes negros, saludo imperial
romano, culto al jefe, y las promesas de orden, justicia y grandeza, logrando
engañar a amplias masas.
A
pesar de estos elementos drásticos y radicales de ese naciente FASCISMO,
posteriormente agitaron el temor a la “ola roja”, girando hacia la derecha y
ganando el apoyo decisivo de las corporaciones patronales y agrarias.
Finalmente, los fascistas fueron a
las urnas formando parte de una extraña coalición junto a liberales y
nacionalistas llegando Mussolini al poder como resultado de oscuras
combinaciones políticas y de intrigas palaciegas.
Por
otro lado, el 29 de julio de 1921, Adolfo Hitler llegó a la presidencia del
Partido Nacional Socialista Obrero Alemán (NSDAP), o PARTIDO NAZI, con lo cual
se creaban las condiciones para la radicalización de las tácticas y la
estrategia de los NAZIS, mediante la creación de los Tropas de Asalto (SA), se
logró desatar el terror contra los miembros de los partidos políticos rivales.
Envalentonado,
y con el respaldo del Partido Nazi, que ya contaba con cierta fuerza y una
estrategia determinada, en 1923, Hitler intentó copar el gobierno de Munich,
reeditanto la Marcha sobre Roma de Mussolini.
Habiendo
fracasado fueron juzgados por traición y condenados a penas de cárcel entre los
12 y 18 meses. En esa oportunidad el Partido Nazi cesó sus actividades, tiempo
que fue empleado por Hitler para escribir
el Mein Kampf (Mi Lucha), una visión de las tareas que su movimiento debía
acometer una vez que reanudara la lucha.
Entre 1925 y 1929, el desempeño
electoral de los nazis fue mediocre. Sin embargo, esta situación experimentó un
cambio radical en 1930, cuando la crisis económica y el ascenso de las luchas
sociales que estas traen consigo, provocaron que la gran burguesía alemana se
decidiese a financiar y apoyar masivamente al NSDAP,
por lo tanto al fascismo, como última barrera de contención entre las masas y
sus intereses.
Y
fue así, que con la gestión de los grandes capitalistas de las industrias del
carbón y el acero, se logró hacer de los nazis la segunda fuerza política del
país.
No
es casual que en medio de un ambiente
social envilecido y una profunda crisis de confianza hacia los partidos
políticos tradicionales, el gran capital despavorido, haya financiado,
promovido y amparado a una figura mesiánica como Hitler.
Pero
ciertamente, fue escogido, entre otras cosas, por ser capaz de engañar a las
masas con promesas de un futuro luminoso, utilizando consignas, estilos de
lucha, apelaciones y hasta el nombre de un partido que recordaba a los
movimientos obreros, socialistas y comunistas contra los cuales, precisamente,
enfilaba su acción.
Resumiendo,
el ascenso del FASCISMO en Italia y Alemania, fue el resultado de la dinámica
general de la SOCIEDAD CAPITALISTA.
El FASCISMO era el último recurso
de una clase dirigente que se enfrenta a la crisis económica y a la amenaza de
una movimiento sindicalista revolucionarios, dos factores a todos luces
presentes en varias regiones de Europa, en el periodo de entre guerras.
Por
otro lado, uno de los casos más alarmantes de todo ese fenómeno, relacionado
con el sistema capitalista y su manifestación fenotípica FASCISTA, nos lo
encontramos en los vínculos de las élites de poder de los Estados Unidos con
Hitler y Mussolini en aquellas circunstancias, que representó la mayor
degeneración y perversión del sistema imperante, al servir de apología y
coartada a elementos pervertidos y la exagerada ambición de enriquecimiento,
aunque este proviniera de los orígenes más impuros, prostituidos y corrompidos
del mundo.
Veamos
a continuación a lo que me refiero:
El
dictador alemán y sus ideas fascistas fueron particularmente admirados por los
propietarios, directivos y accionistas de las grandes empresas norteamericanas,
que ya en los años 20 habían hecho considerables inversiones en Alemania o se
habían asociado con empresas alemanas.
Una
élite de más de 20 grandes y poderosas corporaciones norteamericanas se
benefició de su conexión alemana durante los años 30. Esa élite incluía Ford,
GM, Standard Oil, DuPont, Union Carbide, Westinghouse, General Electric,
Goodrich, Singer, Eastman Kodax, Coca Cola, IBM y por ultimo y no menos importante
ITT.
La
gigantesca organización DuPont, había invertido con fuerza en la industria
armamentista alemana introduciendo ilegalmente armas y municiones en Alemania
vía Holanda.
No
podía extrañarse que el presidente de la DuPont adorase a Hitler y suministrase
generoso apoyo financiero a los nazis.
Otra
compañía que mantuvo relaciones íntimas con el régimen nazi fue ITT, cuyo
fundador y presidente Sosthenes Behm, no guardaba su simpatía por Hitler.
Tolsie
Rieer, jefe del gigante petrolero TEXACO fue otro admirador de Hitler y amigo
personal de Goring, además de ayudar a los fascistas de Franco a ganar la
guerra civil española.
Henry Ford admiraba a Hitler. La admiración era mutua pues el
Fuhrer tenía un retrato de Ford en su despacho y en 1938, lo honró con la más
alta condecoración que la Alemania Nazi podía otorgar a un extranjero.
Por
los servicios de General Motors a la Alemania Nazi, James D. Mooney, alto
ejecutivo de GM fue condecorado por la misma medalla.
Thomas
Watson de IBM, que se había referido a sí mismo como “servidor del Tercer
Reich”, también recibió una medalla de Hitler en su visita a Alemania en 1937.
No
fue por casualidad que los fabricantes de automóviles y las petroleras
norteamericanas participaran del triunfo alemán. Sin los camiones, tanques,
aviones y otros equipos suministrados por las subsidiarias alemanas de Ford y
GM, y sin las grandes cantidades de materias primas estratégicas como el
caucho, así como el combustible diesel, los aceites lubricantes y otros tipos
suministrados por TEXACO y STANDARD OIL, vía España, las fuerzas alemanas de
tierra y aire no habrían podido tan fácilmente derrotar a sus adversarios en
1939 y 1940.
Para
finalizar, no podemos dejar de pasar por alto, pues significaría soslayar la
gravedad de las amenazas y los peligros que están aflorando en nuestro mundo,
fundamentalmente por la forma y el comportamiento, desde los inicios del mes de
enero de 2017, a la fecha, del gobierno de los Estados Unidos, bajo el mandato
de una figura que nada más que de verlo y escucharlo en sus insistentes
desvaríos y arrebatos de intolerancia, racismo, xenofobia, elitismo y
supremacía, a través de embustes, disparates y extravagancias, que me recuerda
a figuras tan indeseables como Benito Mussolini y Adolfo Hitler.
PODRÁ
SER REELEGIDO O NO, NO IMPORTA; LOS INSTINTOS DE ESTE INNEGABLE FASCISTA
INFESTARÁ A ESA SOCIEDAD DE LAS ACCIONES MAS REPUGNANTES QUE PUEDAN SER
IMAGINADAS.
La
Habana, Cuba, 27 de septiembre de 2020.
JSAF
No hay comentarios:
Publicar un comentario