La directora de la Agroindustrial Ceballos explicó que ya su empresa comienza a planificar utilidades. Foto: Tomada del perfil de Facebook de Alina Valenzuela García
Con la presencia de Meisi Bolaños y Gustavo Rodríguez Rollero, ministros de Finanzas y Precios y de la Agricultura, respectivamente, se debatió sobre precios, tributos y tarifas en el sector agropecuario
Quizás, la asistencia de dos ministros se vio como la mejor oportunidad de poner sobre la mesa las preocupaciones que en la actualidad rondan al ordenamiento económico y por eso los productores de Ciego de Ávila fueron tan enfáticos en el debate de este martes. No podría ser de otra manera para quienes tienen la obligación de producir sin que las cuentas pongan en jaque el tablero agrícola del territorio.
Pero hoy más de un empresario o guajiro tiene la sensación de que está “perdiendo el juego” y sus números siguen sin ajustarse al diseño que el país concibió. Ni siquiera les dan a la Empresa Agroindustrial de Granos, en Chambas, luego de que la semana pasada se anunciara un subsidio para la producción arrocera, se redujeran precios en las horas de vuelo, y se rebajaran las tarifas de los servicios agroindustriales y del riego de agua. Según su director, allí cultivar una caballería sigue dando pérdidas y sus cálculos estan basados en rendimientos promedios.
Para la Cooperativa de Crédito y Servicios (CCS) José Martí, de Ciego de Ávila, la tensión viene por las redes eléctricas, porque una comunidad recibe la electricidad a cuentas de su CCS y esa carga encarece sus producciones. Mientras que a la CCS El Vaquerito, de Morón, el plátano no le era rentable con el precio centralizado que tuvo y la demora en los créditos tensa aún más su situación financiera.
Los agricultores de Baraguá llevaron sus inquietudes a punta de lápiz y el intendente de ese territorio fue tajante al afirmar que aunque la voluntad es seguir cosechando, el quintal de malanga les cuesta 592.00 pesos y el precio de compra de Acopio fue fijado en 467.00.
Semejante preocupación planteó la Empresa Genética de Turiguanó, que ya ha calculado pérdidas millonarias si aplica tal cual los precios definidos para la carne de res y sus ventas al Turismo. La otra empresa ganadera de la provincia, Ruta Invasora, arrojó también un cubo de “leche fría” al panorama: a ellos el costo de un litro de leche les ronda los 13.00 pesos y el precio de venta no llega a los 8.00.
Sobre ese particular, la CCS Felipe Navarro, de Ciro Redondo, fijó su preocupación, pues en esa cooperativa el costo de mantener un telmo de enfriamiento da pérdidas. Entre el pago de la electricidad y los salarios asociados al telmo, cuando esa suma se divide entre los 0.15 centavos que paga el Lácteo por enfriar cada litro, la cuenta da negativa. Lo mismo para otras cuatro cooperativas que en ese municipio usaron la calculadora.
Las matemáticas, sin embargo, lucen menos ajustadas para la Agroindustrial Ceballos, que ya perdió 4,8 millones de pesos en enero y que, gracias a la rebaja de los precios de sus frutas, no solo calcula utilidades para el primer trimestre, sino que podrá rebajar, en alrededor de un 35 por ciento, los precios de producciones asociadas al mango, la guayaba y la frutabomba. No será así con el plátano y la piña, dos renglones que le reportan pérdidas todavía.
En peores condiciones se encuentra la Empresa Integral de Ciego de Ávila, con más de 6 000 asociados, una entidad definida como de “alto riesgo” por el grupo Agrícola y que en esa esfera se suma a otras 22 del país que carecen de liquidez para seguir produciendo.
La lista de las preocupaciones esbozadas durante el intercambio podría ser más larga, y cada una de ellas merece un debate en particular. Por eso, tanto Meisi Bolaños como Rodríguez Rollero, coincidieron en revisar por dentro cada ficha de costo y cada caso para tener más elementos y poder tomar decisiones, pues “la política está en constante revisión y cambio”, acotó la ministra de Finanzas y Precios; quien destacó, a su vez, los importantes beneficios de la reducción de la carga tributaria e hizo alusión a las cifras millonarias que ya carga el presupuesto del Estado para subsidiar producciones agrícolas. Entre el arroz, el cerdo y la leche, por ejemplo, ya rondan los 2 000 millones de pesos.
De ahí que Rodríguez Rollero insistiera en exprimir el surco, por la necesidad de elevar rendimientos y aumentar volúmenes. Para ello, dijo, es importante que se concilien los precios y que el productor participe en esa formación. “Si eso sucede se solucionan muchas inquietudes en la base, porque la mayoría de los productos están descentralizados; el precio se puede definir en cada municipio. Incluso, los intendentes pueden hasta bonificar los impuestos para que el alimento sea más barato”, acotó.
Ambos titulares concordaron en que la Tarea es muy compleja y tales intercambios son necesarios para enrumbar una economía que, pese a la encrucijada, trata de germinar. Así lo corroboró en la clausura del encuentro Carlos Luis Garrido Pérez, primer secretario del Partido en la provincia, al señalar que, pese a los tropiezos, la agricultura avileña recuperó un considerable atraso en su campaña de frío y a solo días de cerrar ese período tiene plantadas el 94 por ciento de sus áreas.
Es desconcertante la situación creada con los costos y los precios de los productos agropecuarios, es un disparate económico el hecho de que el estado tenga que subsidiar la producción agropecuaria, solo en arroz, cerdo y leche, en 2000 millones de pesos. Es más que evidente que no se realizó un análisis serio de la tarea ordenamiento, cuando por todos lados hay que estar realizando ajustes de precios y concediendo subsidios. ¿Qué clase de controles económicos existían en el país cuando fueron incapaces de establecer acertadamente los cálculos necesarios para que todo marchara adecuadamente sin la necesidad de realizar todos esos ajustes? Si se hubiera establecido una nueva escala salarial, de pensiones y de precios, unido a la eliminación de los subsidios a los productos y realizarlos solo a las personas, como siempre debió haber sido, la matemática elemental nos dice que si todos ellos se hubieran elevado en la misma proporción no existirían tantos problemas. Una vez realizados esos ajustes el paso siguiente debe ser la eliminación de la libreta de abastecimientos, única manera de convertirnos en un país normal. Para que el país deje de ser un estado burocrático, para que la economía no siga como asignatura pendiente, hay que liberar realmente las fuerzas productivas con su verdadera socialización, entregándolas a los trabajadores, que las harán producir con mucha mayor eficiencia que en los países capitalistas. Solo así saldremos de la crisis económica crónica que caracteriza a todos los estados donde el estado es el propietario de casi todos los medios de producción y los trabajadores en lugar de ser los dueños, característica esencial de un país verdaderamente Socialista, son simplemente asalariados de la burocracia que controla el poder de manera absoluta.
ResponderEliminarSolo anotar estimado Andrés, que la contabilidad en Cuba es una falsa. Porque la tradición y las buenas prácticas de los contadores se perdió. La falta de estímulos y la falta de respeto a nuestra actividad hizo que fuera despreciada. Hoy los errores garrafales que se cometen a diario en el registro de los hechos económicos dan espanto.
ResponderEliminarYo nunca pensé que un director de alto nivel ordenará dejar de contabilizar gastos para cumplir con la utilidad, porque sino le costaba el puesto.
Entonces de que costo y de precios estamos hablando.
Y estoy son ejemplos de mi vida laboral.
Experiencia como estas y peores tengo miles, pero el contador que quiere tener un trabajo tiene que permitir eso y más.
Rogelio Castro Muñiz