Resumen de notas.
Toda
ciencia tiene delimitada su objeto de estudio, dentro del cual su objetivo
consiste en determinar los nexos más profundos
entre los aspectos
del fenómeno sujeto a investigación.
Es
evidente que estos nexos no se ponen en evidencia de forma superficial, se
requiere para conocerlos, el
razonamiento teórico, sin el cual difícilmente lograríamos penetrar la esencia
de las cosas, o sea descubrir sus leyes
En las Ciencias Sociales
y sobre todo en la Economía Política,
las diferentes concepciones teóricas están vinculadas estrechamente a intereses
de clase. Esta disposición está condicionada por intereses materiales y no se realiza por simple predisposición innata.
El
principio básico del materialismo
histórico consiste en la tesis de que es
el proceso de producción social el factor
activo y más determinante en la sociedad,
factor capaz de generar el conjunto de relaciones sociales
llamadas superestructurales y condicionar así su
carácter, naturaleza, contenido y límites históricos. En este sentido las
relaciones sociales de producción
se constituyen en base de la
sociedad
El objeto de estudio de la
Economía Política es el sistema de
Relaciones Sociales de Producción (R.S.P) y las leyes que determinan su desarrollo. En la sociedad,
los hombres establecen un conjunto multifacético de relaciones al desarrollar sus
actividades
materiales y espirituales como base de sus vidas. Estas relaciones (sociales) son de índole
económico, político, cultural, jurídico, educacionales, religiosos, etc.
Las RSP están condicionadas por las condiciones materiales de la producción, o sea por el
desarrollo de las Fuerzas Productivas. Las RSP no se pueden separar de las F.P.
Las relaciones económicas son
determinantes sobre el conjunto de las otras relaciones sociales. El objeto de la E.P no es el estudio del proceso de
producción en su unidad técnica. Como
ciencia social que es la Economía Política estudiara las Leyes de las Relaciones Sociales de Producción.
Estas
relaciones son independientes de su
voluntad y conciencia, o lo que es lo mismo,
las relaciones sociales de producción son objetivas.
Ley de la correspondencia e/ las F.P y las RSP.
“En
la producción de su existencia, los hombres entran en relaciones determinadas, necesarias, independientes de su voluntad; estas relaciones de producción corresponden a un grado determinado de desarrollo de sus fuerzas
productivas materiales. El conjunto de estas relaciones de producción
constituye la estructura económica de la sociedad, la base real, sobre la cual se eleva una superestructura jurídica y política
(…)”. El modo de producción de la vida material condiciona el proceso
de la vida social
política y espiritual en general. No es la conciencia del hombre la que
determina su ser sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia.
Este concepto de formación económico-social coloca a
la sociología, por primera vez, sobre bases científicas y advierte a la nueva economía política
contra el enfoque
economicista pues las relaciones en la base económica están mediadas por
su dialéctica con la superestructura.
…ninguna sociedad desaparece
antes que se desarrollen todas las fuerzas productivas que encuentren campo de acción en ella. Jamás aparecen nuevas y más perfectas
relaciones de producción antes de que las condiciones materiales para su
existencia hayan madurado en el seno de la propia sociedad antigua.
Cuando nace en los hombres la conciencia de que las instituciones sociales
vigentes son irracionales e injustas, de que la razón se ha tornado
en sinrazón y la bendición
en plaga, esto no es más que un indicio de que en
los métodos de producción y en las formas de
cambio se han producido calladamente transformaciones con las que ya no concuerda
el orden social, cortado por el patrón de condiciones económicas anteriores.
Con ello queda que en las nuevas relaciones de producción han de contenerse ya -más o menos desarrollados- los medios necesarios para poner término a los males descubiertos. Y esos medios no han de sacarse de la cabeza de nadie, sino que es la cabeza la que tiene que descubrirlos en los hechos materiales de la producción, tal y como los ofrece la realidad.
Las Relaciones Sociales de
Producción determinan la situación de
los Grupos sociales y Clases ante los
Medios de producción y en el proceso de producción misma, y como consecuencia de esta posición
su lugar en la distribución y el consumo.
Por tanto, estas
Relaciones de Producción determinan
el contenido de los intereses económicos de esos Grupos sociales.
Se dice que las RSP son relaciones clasistas determinadas por la forma específica de la Propiedad de los M.P. Por eso
cualquier interpretación o explicación de los fenómenos económicos está condicionada por la posición clasista de sus
investigadores.
La Ideología como parte de la Superestructura, refleja en última instancia las relaciones económicas. Las RSP al constituir la Base económica de las Relaciones Sociales en general, constituyen el fundamento de la ideología de la sociedad, al influir en la formación de las convicciones ideológicas, es decir en el Sistema de ideas políticas, filosóficas, morales de dicha sociedad en cuestión. O sea, cada clase tiene su propia ideología. El ser social determina la conciencia social.
Importante recordar
que:
A cada modo de producción históricamente determinado le corresponden determinadas relaciones de producción y la Economía Política representa estas relaciones a través de un sistema de categorías y leyes inherentes a cada modo de producción específico. Y en la base de estas RSP se encuentran las Relaciones de Propiedad con respecto a los Medios de Producción en todas las fases del desarrollo social.
Relaciones de Propiedad –forma
históricamente condicionada de apropiación de los bienes materiales-, o sea la relación
entre personas con respecto a la posesión
de los MP y la
apropiación real de los resultados del proceso productivo. Determinan
el modo de vinculación de los productores con los MP.
Por
eso en una sociedad dada, las relaciones socioeconómicas y en particular las relaciones de propiedad dominante
determinan el carácter
de la producción y conjuntamente con el nivel de
desarrollo de las F.P, el modo
de producción existente.
El
tipo de propiedad sobre los MP (privada, colectiva, social) determina el
carácter de las RSP y de cada una de las fases de estas relaciones (producción, distribución, cambio
y consumo.)
Determinadas relaciones de Propiedad exigen formas específicas de organización social, o sea, que estas, para que puedan realizarse económicamente tienen que estar aseguradas por formas concretas de funcionamiento eficiente de gestión y apropiación de los resultados del trabajo, de ahí el papel de los mecanismos económicos de gestión en el logro de una organización de la producción social que garantice eficientemente la realización económica de cada una de las formas históricamente determinadas de propiedad.
LA TRANSICION.
La concepción de la
revolución proletaria que previeron Marx y Engels debía desatarse en los países hegemónicos, en los “pueblos
dominantes”, dando inicio
a la transición de este último a otro “cabalmente desarrollado como condición sine qua non de la existencia de un sistema
capaz de producir
los bienes necesarios para la plena satisfacción de las necesidades materiales y
espirituales de la sociedad”, y a la formación
de un hombre liberado de la explotación, un hombre emancipado, porque “(...) sólo cuando una gran
revolución social se apropie de las conquistas de la época burguesa, el mercado mundial y las
modernas fuerzas productivas, sometiéndolos
al control común de todos los
pueblos.
La revolución en las
naciones atrasadas del mundo, se
concebía como un parto luego del triunfo revolucionario en los países
dominantes. Aquellos accederían al socialismo paulatinamente, por
gravitación económica.
En síntesis, al comunismo se
arribaba a partir de un proceso revolucionario, fruto del agotamiento del desarrollo
contradictorio del sistema capitalista; era un resultado directo del desarrollo y no un modelo
para alcanzar el desarrollo
Marx no dejó un modelo detallado de la sociedad comunista futura, sino una teoría científica del desarrollo. La ausencia de un proyecto preciso y detallado de la economía, la sociedad y el Estado pos-capitalista es una de las pruebas más convincentes de su fidelidad al socialismo científico.
Con relación al socialismo en las colonias, Engels postuló
una tesis valedera hasta nuestros días:
“Las fases sociales y
económicas que estos países tendrán que pasar antes de llegar también
a la organización socialista no pueden, (...),
ser sino, objeto de hipótesis”. Para ellos,
y sigue siendo
cierto, entre el estallido
revolucionario y la construcción económica
media una diferencia de conceptos.
¡Acaso Engels no nos estaba sugiriendo ya la tesis sobre el carácter particular, extraordinario, del modelo desarrollo que supondría el cambio revolucionario en la periferia subdesarrollada
CONTRADICCIONES ESTRUCTURALES EN LA TRANSICIÓN AL SOCIALISMO
Cuando se habla de contradicciones se está aceptando un principio clave de la dialéctica que explica y fundamenta en última instancia
el movimiento de los sistemas
económicos. La unidad fenoménica (diferencia,
interpenetración) se compone de
contrarios que mutuamente se condicionan y mutuamente se excluyen; en la lucha (oposición, contraposición) por la unidad y la
exclusión subyacen las fuerzas que
desencadenan el movimiento, el
cambio y el desarrollo social; especialmente el cambio de los modos de producción en la historia de la
que el hombre es su hacedor consciente.
Esta
dialéctica del movimiento en la historia se explica porque a cada sistema de relaciones sociales de producción le son
inherentes ciertos y determinados intereses económicos.
Estos intereses se ponen de manifiesto en la esfera de la política por intermedio de las clases y grupos sociales
correspondientes, organizados en partidos políticos
que dirimen sus disputas en los campos: económico y superestructural (poder político
e ideológico).
Las contradicciones conforman siempre un sistema donde podrían distinguirse, según los diversos planos analíticos e interdependencias que se tomen de referentes, las de perfil antagónico y no antagónico según el carácter político-económico de los opuestos dentro del sistema dado y su lugar en el cambio; también cabe subrayar la contradicción fundamental y las no fundamentales, ateniéndonos al lugar y papel que ocupan en el movimiento y el desarrollo.
Contradicción antagónica fundamental de la Transición socialista: la
lucha entre el socialismo y el capitalismo.
El tipo capitalista y el socialista son esencialmente antagónicos, excluyentes históricamente
en el plano nacional e internacional; la lucha multilateral entre ambos decide
el destino histórico de la
transición al socialismo.
La oposición del capitalismo derrotado como modo fundamental de producción, pero no vencido, frente al socialismo naciente, débil todavía,
constituye la contradicción antagónica de la transición al socialismo,
tanto en los países desarrollados como en la
periferia. La lucha entre ellos se dirime bajo múltiples formas
–cruentas e incruentas– y en los planos económico, político, cultural, ideológico y otros.
La liberación nacional y la
construcción socialista entran en conflicto con la filosofía colonial de las grandes potencias que
dominan la economía mundo, los mercados, las
tecnologías y los recursos financieros. La burguesía mundial y el proletariado en el poder son entidades antípodas, representan sistemas
irreconciliables. Este conflicto se dirime
internacionalmente en todos los ámbitos
de la lucha de clases: económico, político,
ideológico, cultural e incluso
militar
El contenido
esencial de la transición en los países desarrollados encierra
la reestructuración revolucionaria de la base económica, lista para el cambio, y la reorganización
de las relaciones políticas y sociales: transformación radical de la superestructura bajo la dictadura del
proletariado que revoluciona la economía en su
desarrollo, la sociedad y la conciencia social, esta última en un tiempo
mucho más dilatado.
La base económica de la transición al socialismo se forma a partir de la supresión positiva de la gran propiedad capitalista desarrollada y su rasgo peculiar es su homogeneidad, cuestión que no se cumple en los países atrasados, que optan por un modelo de desarrollo no –capitalista.
TRANSICIÓN EXTRAORDINARIA O PERIFÉRICA
El salto al socialismo en los países subdesarrollados,
especialmente los pequeños, no es producto de un desarrollo capitalista endógeno que llegado a un punto
de su desarrollo socializatorio, reclama
formas sociales más progresivas de producción y de convivencia.
No, es más bien lo contrario, es fruto directo e inmediato del
subdesarrollo capitalista, incapaz de promover el desarrollo de las fuerzas
productivas en el plano local y mundial
siguiendo los patrones
clásicos del capitalismo.
Pero, la transición en la periferia no liquida, ni puede hacerlo, las relaciones de dependencia estructural externa
que hereda y que se reproducen hasta cierto punto por las relaciones de interdependencia mundial a la que no pueden
escapar estos países
Se trata, en suma, de una
violentación del sistema capitalista subdesarrollado pues representan, entonces un modelo particular, extraordinario, diferente al que postularan Marx y Lenin para y en su época. Es extraordinario en tanto que promueve el desarrollo desde el subdesarrollo, escapando a la
sumisión y lógica del capital y a su ley de acumulación,
mediante la intervención pública y
directa de la sociedad en todo el proceso
de la reproducción económica y social en un largo, complejo y
contradictorio proceso histórico de acumulación originaria socialista.
Esta es la gran misión, el sentido
y el contenido de la transición socialista extraordinaria en la periferia del capitalismo mundial.
La NEP (Rusia soviética) proyectó por primera vez la necesidad objetiva de un sistema socioeconómico heterogéneo de relaciones de producción para construir el socialismo en un país atrasado. Lenin demostró teóricamente dicha necesidad a partir de la conocida ley universal de la socialización según la cual las fuerzas productivas heterogéneas por su nivel reclaman formas diferenciadas de gestión y por ende, de apropiación social.
Construcción socialista (etapa de transición)
Es una formación
económico-social en transición al
socialismo compuesto por un sistema
heterogéneo de relaciones de propiedad sobre los medios de producción cada una
con sistemas particulares de producción, distribución, intercambio, consumo y gestión los cuales interactúan en un
tejido económico y social de interdependencias, que se integran
en una totalidad única nacional. En esta totalidad
domina o predomina el tipo
socialista de economía,
llamado a comandar el movimiento económico-social y espiritual hacia el desarrollo en íntima y multilateral
interdependencia interna con la superestructura y el entorno internacional.
El movimiento del sistema en su conjunto
transcurre por diversas
etapas de desarrollo y su superación como período específico hay
que concebirlo en los marcos de cambios revolucionarios a escala
regional o planetaria.
Para el caso de una economía subdesarrollada y periférica, la tarea histórica de construir o simplemente transitar a una sociedad plenamente socialista es un hecho improbable, de ahí que la esencia del fenómeno consiste en mantenerse en una “transición permanente” hacia el socialismo aun conociendo de antemano que nunca se arribará a él en forma aislada, en tal sentido, es válido y además necesario emplear todas las potencias que brindan las relaciones de mercado, las formas económicas no estatales y la inversión extranjera de países capitalistas para mantener un desarrollo contemporaneizado de las fuerzas productivas. No debemos aspirar a una economía puramente estatal o socializada, cuando no se puede arribar a un socialismo pleno y desarrollado.
En esta etapa urge desarrollar la economía política
particular de esta formación social
en transición al socialismo que asuma y refleje las peculiaridades
de las relaciones socialistas de producción y su funcionamiento en sus íntimas
relaciones de vinculación e interdependencia con el resto de los componentes de la
estructura económica y social heterogénea.
El
estudio de la reproducción en las condiciones de la transición del Capitalismo
al Socialismo constituye un complejo
proceso de análisis de transformación
gradual de estructuras socioeconómicas, de un periodo
de tránsito a una sociedad
donde predominen las condiciones materiales, sociales y políticas inherentes al Socialismo.
En la etapa de Transición, la Economía Política tiene una función
práctica muy compleja, porque las
RSP en dicho sistema se comienzan a
formar sobre relaciones de Propiedad establecidas conscientemente y el
funcionamiento de dicha economía en la que
se desenvuelven estas relaciones se
organiza y dirigen también conscientemente, pero aun así este proceso consciente sigue sometido a la acción inexorable de las leyes sociales y económicas objetivas,-no
dictadas ni manejadas por los hombres- que son
aquellas , en última instancia quienes regulan el desarrollo de los
procesos históricos y lo que la ciencia hace es solamente
ponerlas al descubierto
Por eso la Economía
Política, al estudiar las características peculiares de cada sistema de RSP que existen objetivamente- con sus contradicciones y leyes económicas-
debe servir
como base teórica para la acción consciente que ejercen los miembros de
una sociedad para diseñar y aplicar formas y métodos de Gestión, estrategias y
políticas económicas.
El Socialismo también tiene
sus leyes económicas, las cuales expresan
el carácter de las RSP socialistas y específicamente de las
RP. Estas leyes actúan desde el periodo
de tránsito, pero de forma parcial y
limitada ya que las RSP socialistas no dominan aun toda la economía y la sociedad.
En una sociedad en transición las fuerzas productivas heterogéneas (privadas, cooperativas, estatales, sociales) por su nivel reclaman
formas diferenciadas de apropiación
social y en dichas condiciones de heterogeneidad estructural con menor nivel de socialización, dichas formas económicas demandaran mecanismos de regulación diferentes.
El
nivel de desarrollo heredado del capitalismo en cada país en el momento de la transición, condiciona la estructura heterogénea de su economía
y la acción
de las leyes económicas
propias de cada tipo socioeconómico determinados por la Contradicciones internas
de cada uno.
La experiencia histórica demuestra la importancia del reconocimiento del carácter contradictorio del Periodo de Transición al
Socialismo desde su propio inicio y la necesidad
de la búsqueda de soluciones adecuadas en la estrategia y táctica del desarrollo económico y social de cada país.
En esta etapa la no observancia de este principio ha
tenido consecuencias nocivas para el Socialismo, pues ha conducido al automatismo en la vida social, política
y económica y en algunos
casos se han quemado etapas, eliminando los contrarios, olvidando que el fundamento
que los condiciona y genera es OBJETIVO y por tanto sus manifestaciones brotan
en cualquier momento y de diversas formas.
Hasta los años 90, la
economía Política (E.P) del Soc-mo no había explicado de forma coherente
las contradicciones que tienen lugar en el proceso
de reproducción considerando la influencia que ejercen las características de una economía
en transición sobre dicho proceso.
No se ha entendido que tales procesos
en el contexto de la transición solo constituyen Premisas & Posibilidades del
éxito del nuevo régimen social.
Es necesario asegurar que
tales premisas y posibilidades deben convertirse en Resultados & Realidades.
La transformación de tales
premisas en resultados y de dicha posibilidad en realidad y por tanto el paso a un grado cualitativamente superior,
tiene lugar cuando enfocamos la solución
de las contradicciones del PTS, en la medida en que las condiciones técnicas y materiales se reproducen en la dirección
y despliegue de un nuevo sistema de relaciones de producción (RP) y de las formas
socioeconómicas que le son inherentes a su nivel de desarrollo.
Las
experiencias de los PTS han demostrado que cuando la posibilidad no se
convierte en realidad y no se obtienen
resultados concretos, se reproducen determinadas condiciones que impiden
salir de la transición, llegando
a un círculo vicioso, en que todo el proceso llega ser reversible.
Por otra parte, no se ha desarrollado creadoramente la Teoría marxista sobre la
reproducción, lo que se ha expresado en una aplicación mecánica &
dogmática de la metodología marxista
en este terreno. En esencia tal desarrollo podemos resumirlo
en:
1- Consideración incorrecta del punto
de partida del proceso de reproducción, donde no se tuvieron en cuenta
las particularidades del nivel de desarrollo de las F.P, en aquellos
países donde triunfaron las revoluciones Sociales.
2- Análisis abstracto-escolástico de la esencia del sistema de las RSP socialistas, muy alejado de la práctica. No se ha explicado la reproducción de las relaciones de apropiación y los portadores materiales que le son inherentes.
3- Insuficiente investigación de las
contradicciones que tienen lugar e/ la Reproducción simple y la ampliada, e/ la reproducción social e individual.
Esto ha ocurrido por el enfoque
mecanicista-automático de la dialéctica de las F.P-RSP y por el desarrollo tardío de la teoría sobre el Mecanismo
Económico del funcionamiento de la
economía socialista.
El Socialismo solo podrá
construirse con un hombre que se sienta
y sea dueño de los Medios de Producción, y tenga una alta motivación ideológica, es decir tenga responsabilidad y sentido por los resultados de esos M.P.
La instauración de las formas
productivas socialistas y del sistema social mismo es un
proceso, no un acto.
LAS RELACIONES SOCIALES DE PRODUCCIÓN
DEL PERIODO DE TRANSICIÓN.
Las relaciones de propiedad.
La formación del tipo económico
socialista tiene su alumbramiento en el establecimiento de la propiedad
estatal sobre los M.P fundamentales y su socialización posterior.
El paso a la socialización socialista es impensable sin voluntad política
y sin participación consciente de las masas (sujetos
económicos) que entienden que el modelo
productivo anterior se hace insoportable para la sociedad en su mayoría.
Sin esto es imposible ninguna
construcción socialista. La aplicación de una u otra forma de socialización de los MP varía en
dependencia de las condiciones histórico-concretas y socio-políticas de cada
país.
Sector socializado de la economía. Sus contradicciones.
La contraposición entre las fuerzas
productivas y las relaciones sociales
de producción es un conflicto
sempiterno y universal.
Esta articulación no cabe interpretarla mecánicamente y no puede
medirse porque no es una proporción matemática. Sin embargo, en la construcción socialista desde el subdesarrollo adquiere una trascendencia particular puesto que, de
su solución depende el desarrollo eficiente de
la economía en su conjunto
y la victoria económica e ideológica del régimen socialista.
El problema se reduce
a que la socialización de los medios
fundamentales de producción por la sociedad
subdesarrollada, choca con el atraso (absoluto y relativo) de las fuerzas
productivas.
Las formas de socialización –bien la estatal,
cooperativa u otras modalidades– son, como regla, más avanzadas que su base material
de sustentación; esta dicotomía se revela finalmente
en la eficiencia o falta de eficiencia que se sintetizan en los conceptos de socialización formal y real (capacidad de
dominar, dirigir, regular, controlar y hacer
eficientes la apropiación de unas determinadas fuerzas productivas). Esta asimetría no se resuelve ni en el corto ni el mediano plazo, sino en un
larguísimo período histórico de acumulación originaria socialista.
CONTRADICCIONES FUNDAMENTALES DEL SECTOR SOCIALIZADO
(ESTATAL) EN EL PERIODO
DE TRANSICIÓN AL SOCIALISMO.
1- Contradicción e/ el nivel de desarrollo de las F.P
existentes y las R.S.P establecidas conscientemente.
La
limitación histórica del PTS y el Soc-mo mismo radica en que, pese a eliminar
la propiedad privada, la explotación
del hombre por el hombre, y la espontaneidad de los procesos económicos, el nivel
de desarrollo de las F.P es aún insuficiente para asegurar por igual a todos los miembros de la sociedad
el pleno y libre ejercicio
de sus capacidades físicas y
espirituales, y por ende la orientación objetiva de la producción socialista solo se manifiesta como tendencia. Es imposible
encajar varias formas
económicas dispares entre sí en un mismo sistema de relaciones de gestión, distribución, cambio y consumo, imposibles
de homogenizar.
2- Contradicción e/ el establecimiento
real de la propiedad socializada (estatal) y su forma jurídica formal.
Se ha intentado, con poco éxito, explicar la reproducción partiendo del falso supuesto, de que el Soc-mo como fase, es el resultado automático de la transformación de las R.P por medio de la nacionalización estatal, creando una base técnico-material, la cooperativización, la Dirección Centralizada y otras medidas, en fin, la estatización de facto. Por otro lado, las RSP en muchos casos solo se transformaron formalmente, existiendo en la práctica un divorcio entre las formas institucionales de estas relaciones y la gestión y apropiación de los M.P y sus resultados.
3- Contradicción e/ el carácter
de la regulación socialista de la economía (planificación) y la utilización de las R.M.M.
(mercado). Reconocimiento de la Ley del Valor.
Partiendo
de que el nivel de socialización real de la producción y del trabajo inherente a la etapa de transición es aún
insuficiente para superar las causas que dan lugar a la existencia de relaciones económicas indirectas, es que justifican su existencia, las relaciones monetario-mercantiles y a la acción de la Ley del Valor
La
eliminación de la propiedad privada sobre los medios de producción
fundamentales elimina la base de la
producción mercantil capitalista y permite el inicio del proceso de creación de las condiciones necesarias para la erradicación, incluso,
de la base socioeconómica de la producción mercantil.
Sin embargo,
la eliminación total de las relaciones mercantiles exige de un alto nivel de desarrollo de las fuerzas
productivas capaz de dar respuesta
a las necesidades crecientes de la sociedad, una planificación que se distinga por su alto grado de eficiencia,
y el surgimiento de “un hombre nuevo” a nivel social. En el mejor de los escenarios de la transición al socialismo,
subsistirán todavía elementos de aislamiento
entre las empresas, se mantendrá el interés material de las
colectividades y de cada trabajador,
el trabajo no se habrá convertido aún en la primera necesidad del hombre y tampoco estará conformado totalmente el
sistema de distribución directa de los bienes
materiales.
Tales situaciones propician
que la construcción del socialismo se desarrolle en un ambiente donde las relaciones mercantiles no han perdido su vigencia y se manifiestan con mayor o menor
intensidad.
La necesidad
de la confirmación complementaria por el mercado
del carácter socialmente útil del trabajo está
relacionada con la insuficiente madurez del carácter directamente social del trabajo y de la producción, debido a que
el nivel de desarrollo de las fuerzas
productivas, el grado de socialización de la producción y, por consiguiente, la madurez de las relaciones de producción es todavía
insuficientes para superar las formas mercantiles de vínculos económicos.
“El socialismo clásico ha sido concebido en la tradición marxista como la primera etapa del comunismo. Esta cuestión ha tenido relevancia práctica para la construcción socialista en la medida en que se ha asumido –muchas veces de manera injustificada- que desde la «etapa socialista» debían estar presentes ciertas características y «tendencias» del futuro comunista, es decir atributos de un ideal. Por esa razón, fenómenos del socialismo - como el mercado son frecuentemente juzgados de manera negativa por considerárseles elementos «extraños», «concesiones», o «desviaciones» del ideal comunista, sin que medie un análisis suficientemente” serio sobre su consideración como procesos relevantes de la práctica concreta del socialismo”.
4- Contradicción e/ la forma de Distribución y las necesidades sociales.
Se
sabe que la Distribución es el momento terminal de la producción que determina
la proporción en que los individuos
se apropian de lo producido. Se sabe que solo puede distribuirse lo que se ha producido y de la forma que sea el tipo de propiedad de los MP, así
será la manera y las cantidades en que se distribuya el resultado de la
producción, pero el socialismo, en esta primera
fase, no proporciona ni puede proporcionar igualitariamente los bienes a todos los miembros de la
sociedad, «[…] las personas se diferencian
por su talento y otras cualidades, no siendo igual, por tanto, el aporte laboral»
Marx
veía en el insuficiente desarrollo de las fuerzas productivas la causa de que
los hombres, (teniendo cualidades
físicas e intelectuales diferentes y, por tanto, distintas formas y posibilidades de aportar al bien público),
recibieran en esa futura sociedad
solo lo que cada uno pudiera aportar
-equitativamente- a ella y no lo que realmente necesitaban. Este análisis lo lleva a
aclarar que «estos defectos son inevitables en la primera fase de la sociedad
comunista, tal como brota de la sociedad
capitalista después de un largo y doloroso alumbramiento. El derecho no puede ser nunca superior a la estructura económica ni al desarrollo cultural de la
sociedad por ella condicionado.
En
cualquier sociedad, la naturaleza socioeconómica del proceso de producción está condicionada por la forma de propiedad
sobre los M.P. En la economía socialista los
M.P son jurídicamente propiedad conjunta de todos los trabajadores
asociados y por tanto el
productor directo y el propietario de los M.P son la misma persona, como consecuencia de ello la vinculación de los
trabajadores con los M.P tiene un carácter directo y universal
¿Qué es la Propiedad social?
Es una categoría económica
que expresa las relaciones que surgen e/
los propietarios- productores con
respecto a la utilización y gestión de los M.P en el propio proceso de producción y su participación en la apropiación de los resultados del trabajo común
de estos M.P.
Desgraciadamente en la etapa del Transito
semejante nivel de socialización de la producción no ha
sido alcanzado, debido a que el bajo nivel de desarrollo de las F.P (diferentes
tipos socioeconómicos con diferentes niveles tecnológicos y productivos) implican unas RSP aún en proceso de
maduración. Por lo que esta categoría en la Transición está repleta también de contradicciones.
Contradicciones de la Propiedad Socialista
1- El trabajador es propietario solo
como miembro de la sociedad (abstracto), pero no como individuo
aislado (concreto).
2- Contradicción e/ la igualdad
de los productores –propietarios en cuanto a la posesión
jurídica de los M.P a nivel de sociedad y su desigualdad en cuanto a la
utilización y disfrute concretos de estos en el proceso
productivo y el reparto de sus resultados.
Estas contradicciones no podrán ser suprimidas en un largo
periodo histórico.
Los trabajadores asociados no pueden
ejercer su condición de copropietarios directos e inmediatos, sino con la mediación de los órganos de dirección de
la Sociedad (Estado, Comunas, Consejo fabril, sindicatos, etc.)
De esta contradicción inicial se derivan otras consecuentemente.
3- Contradicción e/ el carácter único
del sujeto económico y la multiplicidad de sus
eslabones estructurales, o sea e/ la necesidad de una dirección de la economía
desde un centro único y la necesidad de la participación de los trabajadores en la gestión
económica.
La
reducción de la Propiedad Socialista a la dirección desde un Centro económico y político único, trae consigo la
Burocratización estatal (gestionadores concretos), el distanciamiento e/ la Dirección y las bases
trabajadoras (propietarios
jurídicos).
Por
el contrario, la negación absoluta del papel rector del Centro único de
Dirección y la conversión de los colectivos laborales en sujetos propietarios independientes, conduce a la negación de la propiedad socialista
y a su transformación en propiedad privada colectiva.
Todo intento
por tratar de resolver estas tres contradicciones mediante la absolutización de un polo (elemento contrario) en detrimento de otro, conduce
inevitablemente a la deformación de
la propiedad socialista y en última instancia y como peor caso a su negación.
4- Contradicción e/ la necesidad del desarrollo integral del ser humano y las posibilidades efectivas para su realización que ofrece el nivel de desarrollo alcanzado por las F.P.
Esta contradicción es evidente en el periodo
de tránsito y probablemente estará
en toda la fase socialista desarrollada.
Este
conjunto de contradicciones concernientes a la propiedad socialista determina
la dinámica del sistema social en su conjunto.
En cualquier sociedad la
situación de los sujetos en el sistema
de RSP, o sea su posición con respecto a los M.P, su participación
en la distribución y la satisfacción de sus necesidades
se reflejan en sus conciencias bajo la forma de deseos y aspiraciones, que actúan
como incentivos de su
actividad, como INTERESES.
Los intereses económicos constituyen la necesaria mediación
consciente en el funcionamiento
de la economía, la fuerza motriz fundamental de la acción reciproca e/ el hombre y las condiciones materiales de su existencia. Por eso los intereses económicos son la necesidad hecha conciencia.
Estos tienen carácter
objetivo y no pueden ser suprimidos o modificados a voluntad. Su naturaleza
solo puede cambiar a condición de que cambien las R.P en que estos se manifiesten. La interacción de estos
intereses económicos con las RSP da lugar a numerosas
contradicciones, que, aunque no antagónicas, de no ser tenidas en cuenta, pueden tornarse
agudas y provocar
deformaciones en el funcionamiento de la economía
socialista y en el sistema como tal.
El interés social no puede tener
una existencia independiente de los individuos concretos, pues el
primero no es más que los intereses de los trabajadores como miembros de la sociedad, a diferencia de sus intereses
como miembros de determinados colectivos laborales y como individuos. Son tres niveles
o momentos de un mismo sujeto. El dominio
de la propiedad socialista condiciona la necesidad de que los intereses
personales y colectivos de los
trabajadores se supediten al interés social, pero esta supeditación no significa su no realización, significa
entonces que la realización del interés social pasa entonces por la satisfacción racional
del interés personal & colectivo de sus
miembros.
La Realización (concreción práctica) de la Propiedad Socialista.
Toda
propiedad para ser verdaderamente tal, debe realizarse económicamente, es decir debe proporcionar
a los propietarios de los MP un determinado resultado.
La forma concreta que adopte este resultado depende
del carácter específico de la forma
de propiedad. Una propiedad que no se realiza, no es en rigor una
relación económica, es una abstracción, una forma jurídica
vacía, carente de contenido económico.
Ahora bien, ¿cuáles son las formas de propiedad posibles?
Aunque no exenta de discusión, está bastante difundida la idea de que se puede desdoblar el ejercicio de la propiedad sobre los medios de producción en un par de planos fundamentales:
a) la apropiación
sobre los excedentes productivos y
b) el control efectivo
sobre las decisiones dentro de la empresa.
Por mucho tiempo prevaleció la idea simplista de que la mera existencia de la propiedad estatal sobre los MP es capaz de asegurar automáticamente la realización práctica de las ventajas del socialismo. Las limitaciones en la realización de la propiedad socialista, condicionadas por la no existencia de formas adecuadas para la solución de sus contradicciones internas y de las contradicciones de los intereses en que estas se manifiestan traen consigo graves perturbaciones en la economía y demás esferas de la vida social.
En
la medida en que, como consecuencias de estas limitaciones, los trabajadores no asuman una actitud de propietarios hacia
la propiedad socialista, esta se transforma en
propiedad de nadie, la cual da lugar a la proliferación de los
enfrentamientos e/ los intereses
particulares y el interés
general de la sociedad. Las formas de realización de la Propiedad socialista se tienen que
concretar en los tres niveles sociales de la economía (nivel social, colectivo
e individual) y estas formas varían en dependencia del nivel de gestión
de que se trate.
La realización de la
Propiedad socialista es una cuestión no resuelta aun en la práctica.
Ha quedado
pendiente, sin embargo,
las formas que revestiría y el mecanismo
económico de realización de la propiedad estatal en esa larga transición
hasta su extinción. Originalmente
se entendió que esta forma de propiedad obligaba al Estado a ejercer
la doble función
de propietario y productor directo a través de
colectivos laborales con un
esquema centralizado y vertical de dirección bajo la égida de un plan totalizador. La socialización productor-sociedad-consumidor sería directa y sin mediaciones. En consecuencia, se naturalizaban las relaciones económicas y el excedente económico pasaba a los fondos
públicos para ser distribuido a los fines de la acumulación y el consumo ateniéndose a determinadas reglas.
La práctica histórica
confirmaría que esta concepción de la propiedad
socialista contenía un
conflicto entre las fuerzas productivas y la forma social de apropiación que, a su vez, se proyectaba inevitablemente en una marcada
socialización formal frente
a la real y efectiva
apropiación de los medios de producción socializados, y por lo mismo encerraba el peligro de la mediación
(intromisión) burocrática como “solución” a aquellas contradicciones con sus componentes enajenantes en la dirección, la estratificación social y, por último, en un retraso
no justificado de la expansión
económica y consiguiente solución a las aspiraciones de bienestar
material, espiritual, humanista y democrático propios al socialismo.
La transición está pautada por la relación de tres elementos
(mercado, plan, democracia popular), su destino depende
no solamente del contexto económico, sino de la naturaleza del poder político del Estado. No alcanza
para definir a una economía como “de transición
socialista” que la propiedad sea supuestamente “de la clase obrera”, y esté de hecho en manos de individuos o grupos de ellos que administran los recursos a título del Estado
(burocracia), como se ha
dado en el Socialismo real en
el mundo.
La propiedad y la posesión de los medios de producción, el poder político y la capacidad efectiva de planificación, deben estar en manos de los trabajadores (obreros, directivos, intelectuales, agricultores, administrativos etc.) para que la transición marche en sentido socialista. Se ha demostrado que la propiedad capitalista sea expropiada es una condición absolutamente necesaria, pero no suficiente para abrir paso a una sociedad y una economía en efectiva transición al socialismo. Hace falta además que el poder político pase efectivamente a manos de los trabajadores, que se implementen verdaderas estructuras de gestión y control, elección y renovación de decisores en los colectivos (de fábrica, empresa, municipio, nación), no de una burocracia.
Estado y democracia socialista.
El Estado
es la forma fundamental de la superestructura; por su intermedio se establecen múltiples relaciones y mediaciones entre las clases
sociales, los individuos y la sociedad,
según el grado de realización de la propiedad social, la democracia y la
desalienación del individuo. El Estado de la dictadura
del proletariado no puede ser otro que una forma
desarrollada de la democracia, representada por la clase mayoritaria de
la sociedad – los trabajadores, sea
cual sea su naturaleza.
Las
estructuras estatales y de gobierno deben ser tales que permitan desenvolver la capacidad
de las masas para alcanzar su propia liberación y autogobierno. La burocracia
y la estamentalización de una capa de la sociedad en los poros del Estado deben ser excluidos, ya que los servidores
públicos deben ser elegibles y revocables lo
que garantiza la movilidad y el dinamismo de los representantes del
pueblo.
Los cargos públicos deben ser incapaces de garantizar la
posibilidad de privilegios facticos y
económicos especiales por su sola condición de administradores de los medios sociales. La participación de las masas en
los procesos económicos y sociales por intermedio de los Consejos
populares, los sindicatos y otras organizaciones sociales, bajo la
dirección del partido revolucionario que se trate, constituye una condición
sine quo non, sin la cual será impensable la construcción socialista. La organización democrática de dichas estructuras y su papel
como fórmula específica del Estado, deberá
garantizar en principio la máxima integración de los ciudadanos,
obreros, campesinos, intelectuales y otras
capas en el gobierno y administración de la riqueza social.
Esta situación del diseño estatal
participativo, es aún un tema no resuelto
en la transición socialista.
Continuará
La Habana, 29 de septiembre de 2021.
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