Por Rafael Alhama Belamaric
Pueden estar comprometidos e integrados, todos, de hecho lo están, pero si tienen bajo desempeño, es como no lo estuvieran. Si se da como normal, o pasa desapercibido, o no se evalua a tiempo, se crea un clima organizacional (sea cual fuere la organización) no saludable, con una comunicación inefectiva, que a la corta o a la larga impactará en todos.
Atender a tiempo, es evitar males mayores, sobre todo evitar crisis de confianza, que puede ser otra componente de la crisis.
Tampoco valen de mucho las justificaciones ni actitudes de “prometo no voy a hacerlo más“.
Y no se trata sólo de una crisis económica, o empeoramiento de variables económicas, porque esta incide y define otras crisis en la sociedad, sobre todo en función de la intensidad y duración, que han llevado en los últimos años no sólo a la desaceleración, sino depresión, que ha afectado a la oferta y a la demanda, a las finanzas y al comercio. ¿Y es que la vida toda está ajena a todo esto? ¿Es que lo humano-social le es ajeno? ¿Puede ser ajeno al control popular?
Y ni a la palabra ni al concepto hay que tener miedo. Es situación grave que puede poner en peligro un proceso, se sale de una normalidad, una medida o decisión de alcance táctico, un paso corto en el tiempo, que conduce, o no, a la consecución de los objetivos estratégicos. No hay manera de llegar al punto C si no se pasa y cumplen los objetivos del punto B y el punto A, aunque se jure y perjure. Por tanto, crisis también tiene que ver con la manera en que son percibidos, comprendidos y explicados los hechos y situaciones.
Por lo tanto, nadie duda ni debe hacerlo, que la crisis es un cambio negativo o situación complicada difícil e inestable que ocurre en un momento, que hay que revertir, de mayor o menor duración, y que dependerá de cómo se maneja, se gestiona, para salir de esta, o profundizar aún más en los factores que la han provocado.
Dicen que en chino hay dos caracteres para expresarla; Wei que significa peligro, el segundo Ji que significa oportunidad. Tiene lógica. Si se maneja con calma, se piensa en equipo el peligro se supera mediante oportunidades. Las oportunidades vienen dadas por pensar diferente a como se pensaba que llevó a la crisis; se cambian las reglas de actuación que implican esquemas mentales y de actuación (la espera por indicaciones es uno de ellos); y sobre todo anticiparse (donde intervienen hoy día métodos y procedimientos basados en la ciencia e innovación, que no es bola mágica, para resolver de forma oportuna.
Si la anticipación no se dibuja, visiona, proyecta, desde la fase aguda de la crisis, no es posible esperar en la fase de (re)acción una reactivación, mucho menos una transfromación, y una reorientación. Todas las fases están concatenadas, excactamente como lo están las políticas y las acciones, las metasy los objetivos, lo operativo y lo estratégico.
Y llegamos a un punto, que para mi es extremadamente importante, crítico, y tan evidente como hace medio siglo atrás: capacidad organizativa, para coordinar y combinar los recursos y capacidades internas y externas a cualquier organismo e institución. Es aquí donde se pone de manifiesto la cualidad de los directivos (no voy a hablar de lideres). Son o no capaces de diseñar un protocolo de respuesta para afrontarlo, con objetivos a cumplir en cada tiempo que se decida, con los recursos a disposición, con responsabilidades por cada tarea por las que responde cada cual.
¿Será el tiempo en que habrá que dejar atrás los conceptos y prácticas de la asignación y designación de cuadros y directivos, e introducir y desarrollar Concursos de oposición, donde se ponene a prueba los conocimientos, experiencias asi como resultados concretos alcanzados?
Nada de la crisis actual, excepto las situaciones coyunturales generalizadas, y cambios de contextos, que son hasta cierta medida esperados, ha llegado sin avisar, no hubo sorpresas, si se ha estado al tanto de los monitoreos y las alertas de la última década.
Existe una amplia experiencia y literatura de sobra, sobre manejo de crisis en las organizaciones, menores y mayores, que subrayan la importancia de contar con Comités de crisis, que integran los directivos, personal especializado, entre los que está el responsable de la comunicación. Este atiende los protocolos de actuación de acuerdo a las situaciones ceradas o por crear, y monitorea constantemente la marcha de los procesos. Analiza qué courre, cómo ocurrió, que pudo evirate y que no, las consecuencias, y toma medidas para que no vuelva a ocurrir en caso de consecuencias negativas. Esto es a su vez un proceso de aprendizaje y de actualización. Esta flexibilidad de manejar las situaciones, de prevenir y de aprender, es un factor importante para superar la crisis, cualquiera esta sea; es la capacidad de adaptabilidad. Tiene su costo en tiempo y recursos.
En caso de una empresa son importantes los clientes, la estrategia, la organización como tal, liderazgo. Mucha bibliografía hay sobre este tema. A otro nivel macrosocial y político pueden ser importantes:
- Definir modus operandi que todos deben asumir y adaptar a su contexto
- Tener capacidad de movimiento fluido entre los distintos niveles de decisión, con flexibilidad pero rigor en los protocolos de comunicación transparente sobre los métodos de trabajo establecidos, los objetivos, acciones, recursos y resultados.
- Digitalizar los métodos de trabajo, dado el volúmen de información a controlar e informar.
- Establecer tablero de indicadores esenciales para controlar la marcah del proceso de ejecución de políticas; acciones; objetivos; cumplimiento o resultados, trabajos en curso; recursos.
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