Si hemos admitido unas ventas de garaje que por lo general no son tales, ¿por qué entonces no estimulamos el surgimiento de comercios privados para ventas minoristas con todas las de ley?
Por Dr.C Juan Triana Cordoví, OnCuba
Da igual si el piso es de concreto, o de tierra, o es simplemente relleno. Lo cierto es que el piso de los garajes parece tierra fértil para que la semilla del emprendimiento germine y crezca. Es cierto también que no todo el mundo tiene garaje.
Dicen que el primer estudio de Walt Disney fue en un garaje en Hollywood. También que en 1938 William Hewlett y David Packard lanzaron desde un garaje, y luego de mucha experimentación, su empresa. Hay otras leyendas por ahí como Apple, Google o Amazon donde el garaje aparece como el “germinador” de aquellos grandes y exitosos negocios.
Hay incluso quienes han llevado el “síndrome del garaje” al extremo y piensan que si una idea nace y empieza a germinar dentro de un garaje tiene más del 50% del éxito asegurado solo por haber nacido ahí.
Claro que no es lo mismo un garaje en un contexto/marco regulatorio/economía local que en otro. Pero de todas formas, el garaje propio, el lugar íntimo donde uno se “aísla” de ruidos extraños, donde puede concentrarse y ensayar una y otras vez hasta el cansancio sin molestar al resto de la gente, por el cual además no tiene que pagar nada, resulta un lugar ideal para ese proceso de creación que puede conducir a un emprendimiento y quizás luego hasta a una empresa de fama mundial, si y sólo si, el ambiente de negocios es suficientemente “amigable” y “propiciador”.
Acá en nuestro archipiélago no es tan común casas con garajes, por eso quizás tendríamos que incorporar a los patios, las barbacoa y las azoteas dentro de ese microespacio. Allí también han germinado ideas que se han convertido en emprendimientos y hasta en negocios. Claro que en nuestro país la fertilidad del suelo del garaje, del patio de la azotea o la barbacoa, tiene que ser muy alta, porque el ambiente de negocios, ese clima necesario para que germinen y crezcan los negocios, durante mucho tiempo fue en extremo agresivo. Hoy existen evidencias de que ha ido mejorando, aunque también esas mismas evidencias nos dicen que falta bastante.
Garajes y garajes
Pero esos garajes que se han hecho famosos distan de aquellos otros, típicos en un grupo de países de ingresos medios y altos, que son utilizados de vez en vez por sus dueños para vender aquellos bienes que ya no usan o que ya no les sirven. Muchas veces esas ventas las realizan los niños y jóvenes de la propia casa, con el propósito de guardar ese dinero para sus vacaciones u otros fines.
Obviamente no es esa la razón ni el propósito de lo que hoy se practica en nuestras ciudades y pueblos bajo el nombre de ventas de garaje aunque casi es mejor llamarles ventas de portal, o de sala, o de quicio de la puerta. No son por lo general objetos ya usados lo que se vende, mucho menos procede de él o de su casa lo que se oferta en una buena parte de esas ventas, no es marginal para el vendedor el ingreso que recibe y muchas veces su capacidad de poder adquirir los bienes que necesitan él y su familia depende de esas ventas. En nuestro país el garaje se asocia mas a la sobrevivencia que al emprendimiento.
Las llamadas ventas de garaje llegaron a Cuba para quedarse, ocurre, sin embargo, que a diferencia de su idea original en aquellos países donde surgieron, aquí se han convertido, en virtud de todos esos factores que bien se conocen, en una forma estable y sistemática de obtener ingresos.
Llegaron para quedarse a pesar de que la resolución que la aprueba como modalidad de comercio minorista las califica como eventual. El momento en que fueron admitidas, julio del 2021, explica en buena parte las razones de su admisión. Por la realidad que vivimos puede afirmarse que la eventualidad será por un período de algunos años.
Que un grupo considerable de personas pueda obtener algún ingreso con relativa estabilidad a través de una actividad lícita, es en las condiciones de nuestra economía y nuestra sociedad, algo sin dudas muy bueno. El reverso de esa moneda está en que esa forma de emplearse y el ingreso que se obtiene resultan ser en términos macroeconómicos, de las menos eficientes y deseables en las aspiraciones de desarrollo de un país. También es cierto que para desarrollarse primero hay que estar vivo.
En el año 2020 la población en edad laboral del país (corresponde a la población masculina de 17 a 64 años y a la femenina de 17 a 59 años) era de 7 096 000 personas, mientras, la población activa (1) era de 4 710 000 y consecuentemente la tasa de actividad económica era de 66,4%. Esto es, 66 de cada 100 personas en edad laboral en Cuba está empleada o está buscando empleo.
Para ese año 2020, los ocupados eran 4 643 800 personas, los desocupados (2) alcanzaban 66 200 personas y la tasa de desocupación era solamente de 1,4%, una tasa extraordinariamente baja si tenemos en cuenta que en el 2020 la economía cubana lejos de crecer, decreció.
La otra lectura tiene que ver con la comparación entre la cantidad de desocupados y la diferencia entre población en edad laboral y población activa, alrededor de 2 386 000 personas. Si suponemos que entre un millón y un millón y medio de personas entre 17 y 23 años está estudiando entonces aun quedan alrededor de 800 000 personas que no están empleados y no buscan empleo, algo así como el 17% de los ocupados.
Sin dudas una parte de los que hoy son vendedores de “garaje” están en ese grupo de personas que han asumido el desempleo de forma voluntaria o que buscan un trabajo que satisfaga sus expectativas y no lo encuentran.
Mis sentimientos vuelven a encontrarse. Vivo en un barrio, salvo excepciones viajo en un rutero y ando y desando la Habana a pie, tengo esa oportunidad. Veo las cuadras convertidas en quincallas dispersas y los rostros detrás del mostrador improvisado. Entonces pienso en cuán importante es para esas personas las “ventas de garaje”. Pero soy economista, me he dedicado a los problemas del desarrollo desde hace mucho tiempo y lamentablemente también me doy cuenta de cuán lejos está la modalidad eventual de comercio minorista de ser el tipo de empleo que necesitamos tener, algún día, para llegar a ser un país próspero y para que esa prosperidad sea sostenible.
También es cierto que las ventas de garaje no son el problema, apenas logran ser un paliativo al problema verdadero.
Me sigue dando vueltas la misma pregunta. Si hemos admitido unas ventas de garaje que por lo general no son tales, ¿por qué entonces no estimulamos el surgimiento de comercios privados para ventas minoristas con todas las de ley? ¿Cuánto amenaza al socialismo, a la independencia, a la seguridad del país la existencia de algo así? ¿Acaso no es mejor hacer de forma eficaz y eficiente lo que ya existe de forma poco eficaz y muy ineficiente?
Notas:
1 La población económicamente activa abarca a todas las personas que reúnen los requisitos para ser incluidas entre las personas ocupadas o las personas desocupadas. Se refiere a los ocupados y a los desocupados en el período fijado como referencia para la investigación.
2 Son las personas en edad laboral (los hombres de 17 a 64 años y mujeres de 17 a 59 años), que no trabajaron en el período de referencia de la Encuesta Nacional de Ocupación (ENO), por no tener vínculo laboral estable, porque lo habían perdido y han realizado gestiones en busca de otro empleo o porque lo buscaban por primera vez. Se consideran dentro de este indicador, las personas que no tienen vínculo laboral estable y hayan trabajado al menos 8 horas.
El mundo viviendo la peor crisis después de la segunda guerra mundial, al borde de la tercera y final, y nuestros académicos divagando de las ventas de garage y los políticos hablando de ciencia y técnica para mejorar el pan de la libreta y los baches de la esquina. Llamen urgente a Maduro que parece que les va a vender el petroleo a los vecinos del norte, y con Rusia cercada, no habrá ventas de garage o ciencia que nos salve...
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