Después de no pocos
tropiezos, la generación de electricidad en la Bioeléctrica aledaña al central Ciro Redondo es portadora de buenas noticias: desde el 15 de marzo la planta funciona sin interrupciones, luego de la parada durante casi un mes a causa de una rotura (motivada por los disparos automáticos por frecuencia de principios de febrero).
Al cierre de la primera quincena de abril, y contando desde el inicio de la zafra, la primera Bioeléctrica del país ha entregado al Sistema Electroenergético Nacional 48,1 gigawatt/hora, en un proceso continuo y estable, en el que han mejorado gradualmente la eficiencia y las proporciones de tipo de biomasa a quemar.
El ingeniero Ariel Díaz Román, jefe de Planta, explicó a Invasor que al comenzar la zafra esa proporción era mitad y mitad: 50 por ciento de bagazo y 50 por ciento marabú. Pero el dato más reciente habla de un 76-24, lo cual permite que la Bioeléctrica genere en tiempo de molida, fundamentalmente, con bagazo, y pueda destinar el marabú para continuar aportando después de la contienda azucarera.
La planta ya acumula 2147 horas de operación continua, en la que ha trabajado con una carga promedio de 30,1 megawatts. Para mantener esos indicadores precisa de un corte y suministro estables de biomasa forestal (marabú) y de que el Ciro Redondo muela sin interrupciones, hasta tanto cumpla su plan de azúcar y lo decidan las autoridades. Para alcanzar estos indicadores fue necesario un programa de mantenimiento intensivo y mejoras tecnológicas en la alimentación de biomasa en las calderas.Ambos frentes son muy susceptibles al déficit de combustible y de piezas de repuesto para las máquinas de corte, de ahí que Díaz Román no pueda ser exacto al hablar de la estrategia de generación una vez concluya la zafra. Por diseño, la Bioeléctrica podría asumir más de 800 toneladas de biomasa forestal diariamente con un parque de 10 máquinas, de las cuales menos de la mitad se mantienen de alta técnica.
Al momento de publicar esta información, estaban acumuladas unas 15 700 toneladas de marabú y 5000 de bagazo, pero esas cifras varían en cada jornada.
De ahí que se intente diversificar el suministro de bioportadores energéticos, algo que siempre se contempló en el proyecto original, y que hasta ahora no se había concretado.
Según dijo el jefe de Planta, la Bioeléctrica firmó un contrato con una mediana empresa privada que asumirá el manejo de bosques energéticos —desde el fomento y las atenciones silviculturales, hasta el corte y la entrega de biomasa—, con lo cual el enclave avileño estaría mucho más cerca del concepto original: generar electricidad limpia todo el año.
Para alcanzar estos indicadores fue necesario un programa de mantenimiento intensivo y mejoras tecnológicas en la alimentación de biomasa en las calderas.
Ambos frentes son muy susceptibles al déficit de combustible y de piezas de repuesto para las máquinas de corte, de ahí que Díaz Román no pueda ser exacto al hablar de la estrategia de generación una vez concluya la zafra. Por diseño, la Bioeléctrica podría asumir más de 800 toneladas de biomasa forestal diariamente con un parque de 10 máquinas, de las cuales menos de la mitad se mantienen de alta técnica.
Al momento de publicar esta información, estaban acumuladas unas 15 700 toneladas de marabú y 5000 de bagazo, pero esas cifras varían en cada jornada.
De ahí que se intente diversificar el suministro de bioportadores energéticos, algo que siempre se contempló en el proyecto original, y que hasta ahora no se había concretado.
Según dijo el jefe de Planta, la Bioeléctrica firmó un contrato con una mediana empresa privada que asumirá el manejo de bosques energéticos —desde el fomento y las atenciones silviculturales, hasta el corte y la entrega de biomasa—, con lo cual el enclave avileño estaría mucho más cerca del concepto original: generar electricidad limpia todo el año.
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