Por Marco Antonio Moreno, Blog El Salmon
La renuncia de Joseph Blatter al mando de la FIFA se ha convertido en un foco de suspenso en Qatar, país que está gastando 200 mil millones dólares (el 90 por ciento de su PIB) para acoger la Copa del Mundo de 2022, y que ahora se enfrenta a la perspectiva de perderlo. El índice de la bolsa de Qatar cayó este miércoles un 3,2 por ciento ante los temores de que Qatar pierda los derechos a ser sede del próximo mundial de Fútbol. El índice se redujo en 400 puntos, hasta los 11.800 puntos, antes de recuperarse. Al cierre, el índice de referencia de la segunda mayor bolsa de referencia del mundo árabe fue un 1,3 por ciento menor que el cierre del martes. El emirato de Qatar invierte en vista de la Copa del Mundo de 2022 en numerosos proyectos de infraestructura. La mayoría de las empresas que se benefician de los programas de inversión cotizan en la bolsa de valores en Qatar.
Blatter anunció su renuncia el martes por la noche, cuatro días después de su polémica reelección. A raíz de la investigación de Estados Unidos siete funcionarios de alto rango de la FIFA fueron detenidos por la policía suiza el miércoles de la semana pasada. Además de la investigación del FMI, el fiscal federal de Suiza investiga a la FIFA por las presuntas irregularidades en la otorgación de las sedes de la Copa del Mundo a Rusia para 2018 y Qatar para el 2022. Qatar señaló que los recientes acontecimientos no afectarán sus preparativos. En la actualidad está construyendo cinco grandes estadios.
"Qatar ha sido criticado desde el momento en que ganó el derecho a organizar el Mundial de Fútbol en Oriente Medio por primera vez en la historia", señaló ayer un miembro del comité organizador, citado por Wall Street Journal. "Seguimos comprometidos con la realización de la Copa del Mundo como una plataforma para romper los prejuicios y conceptos erróneos." El economista Giyas Gokkent, del Instituto Internacional de Finanzas con sede en Dubai, señaló que "Un cambio potencial de sede sería un duro revés para la economía de Qatar, para la confianza empresarial, la llegada de turistas y pondría en serio riesgo el crecimiento económico del país".
Durante las últimas décadas, Qatar ha aumentado su presencia global, política y económica con la compra de participaciones en empresas occidentales de primer orden y la inversión en bienes raíces en Londres, Nueva York y París. También apoyó los movimientos islamistas en todo el Oriente Medio después de la Primavera Árabe, provocando la ira de algunos de sus aliados tradicionales del Golfo.
Qatar había empezado la diversificación de su economía lejos de la riqueza de hidrocarburos antes de ganar la candidatura en 2010, pero el evento ha actuado como un faro para la atracción de inversiones en otros sectores de la economía. El gobierno ha utilizado su gran riqueza en recursos naturales para impulsar la construcción de rascacielos brillantes, como el Burj Dubai, hoteles, museos futuristas, un nuevo aeropuerto internacional gigante y escuelas y hospitales para sus ciudadanos. Mucho más se espera para la Copa del Mundo.
Aunque los estadios de la Copa Mundial constituyen aproximadamente el 2% del gasto total del gobierno de Qatar hasta el 2021, el gasto en proyectos como los 36 mil millones de dólares del Metro y el sistema ferroviario, provocaría un gran daño financiero si el Mundial se pierde. Asimismo, el gasto más débil también podría echar por tierra los contratos con grandes empresas constructoras europeas y asiáticas, como las británicas Carillion PLC, la constructora italiana Impregilo SpA y la surcoreana SK Engineering & Construction Co., todos los cuales han ganado contratos con Qatar por varios cientos de millones de dólares.
El nerviosismo de Qatar también se produce en medio del desplome del precio del petróleo. Qatar es el mayor exportador mundial de gas natural líquido y es un gran productor de petróleo. De acuerdo al Fondo Monetario Internacional, el descenso del petróleo llevará al país a un déficit presupuestario durante 2015 y 2016.
La renuncia de Joseph Blatter al mando de la FIFA se ha convertido en un foco de suspenso en Qatar, país que está gastando 200 mil millones dólares (el 90 por ciento de su PIB) para acoger la Copa del Mundo de 2022, y que ahora se enfrenta a la perspectiva de perderlo. El índice de la bolsa de Qatar cayó este miércoles un 3,2 por ciento ante los temores de que Qatar pierda los derechos a ser sede del próximo mundial de Fútbol. El índice se redujo en 400 puntos, hasta los 11.800 puntos, antes de recuperarse. Al cierre, el índice de referencia de la segunda mayor bolsa de referencia del mundo árabe fue un 1,3 por ciento menor que el cierre del martes. El emirato de Qatar invierte en vista de la Copa del Mundo de 2022 en numerosos proyectos de infraestructura. La mayoría de las empresas que se benefician de los programas de inversión cotizan en la bolsa de valores en Qatar.
Blatter anunció su renuncia el martes por la noche, cuatro días después de su polémica reelección. A raíz de la investigación de Estados Unidos siete funcionarios de alto rango de la FIFA fueron detenidos por la policía suiza el miércoles de la semana pasada. Además de la investigación del FMI, el fiscal federal de Suiza investiga a la FIFA por las presuntas irregularidades en la otorgación de las sedes de la Copa del Mundo a Rusia para 2018 y Qatar para el 2022. Qatar señaló que los recientes acontecimientos no afectarán sus preparativos. En la actualidad está construyendo cinco grandes estadios.
"Qatar ha sido criticado desde el momento en que ganó el derecho a organizar el Mundial de Fútbol en Oriente Medio por primera vez en la historia", señaló ayer un miembro del comité organizador, citado por Wall Street Journal. "Seguimos comprometidos con la realización de la Copa del Mundo como una plataforma para romper los prejuicios y conceptos erróneos." El economista Giyas Gokkent, del Instituto Internacional de Finanzas con sede en Dubai, señaló que "Un cambio potencial de sede sería un duro revés para la economía de Qatar, para la confianza empresarial, la llegada de turistas y pondría en serio riesgo el crecimiento económico del país".
Durante las últimas décadas, Qatar ha aumentado su presencia global, política y económica con la compra de participaciones en empresas occidentales de primer orden y la inversión en bienes raíces en Londres, Nueva York y París. También apoyó los movimientos islamistas en todo el Oriente Medio después de la Primavera Árabe, provocando la ira de algunos de sus aliados tradicionales del Golfo.
Qatar había empezado la diversificación de su economía lejos de la riqueza de hidrocarburos antes de ganar la candidatura en 2010, pero el evento ha actuado como un faro para la atracción de inversiones en otros sectores de la economía. El gobierno ha utilizado su gran riqueza en recursos naturales para impulsar la construcción de rascacielos brillantes, como el Burj Dubai, hoteles, museos futuristas, un nuevo aeropuerto internacional gigante y escuelas y hospitales para sus ciudadanos. Mucho más se espera para la Copa del Mundo.
Aunque los estadios de la Copa Mundial constituyen aproximadamente el 2% del gasto total del gobierno de Qatar hasta el 2021, el gasto en proyectos como los 36 mil millones de dólares del Metro y el sistema ferroviario, provocaría un gran daño financiero si el Mundial se pierde. Asimismo, el gasto más débil también podría echar por tierra los contratos con grandes empresas constructoras europeas y asiáticas, como las británicas Carillion PLC, la constructora italiana Impregilo SpA y la surcoreana SK Engineering & Construction Co., todos los cuales han ganado contratos con Qatar por varios cientos de millones de dólares.
El nerviosismo de Qatar también se produce en medio del desplome del precio del petróleo. Qatar es el mayor exportador mundial de gas natural líquido y es un gran productor de petróleo. De acuerdo al Fondo Monetario Internacional, el descenso del petróleo llevará al país a un déficit presupuestario durante 2015 y 2016.
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