Cubadebate • 5 de febrero, 2016
En la tarde de este jueves 4 de febrero, el periodista Luis Carballo, del canal Euronews, entrevistó al Canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla. Reproducimos a continuación una transcripción de la misma.
Canciller Bruno Rodríguez Parrilla, gracias por aceptar nuestra invitación. El Presidente Raúl Castro ha elegido París para su primera visita oficial a la Unión Europea. ¿Por qué? ¿Va a tener Francia un trato privilegiado por su disponibilidad a reestructurar la deuda cubana?
Desde la Revolución Francesa hay una influencia muy especial de Francia en Cuba. Hay una relación sólida, confirmada por décadas de historia reciente. Un desarrollo muy positivo de los vínculos bilaterales y reconocemos el liderazgo que Francia representa en Europa. Siento que esta visita marca una perspectiva especial para el desarrollo de los vínculos bilaterales. Es una visita, sin duda, histórica. Las circunstancias llevaron a que el Presidente Hollande visitara La Habana meses atrás, lo cual constituyó un paso decisivo. Y ahora, el Presidente Raúl Castro Ruz reciproca ese gesto en París.
¿El tono de esta visita es marcadamente económico, pero el tema de los derechos humanos ha estado sobre la mesa en los encuentros con las autoridades francesas?
La visita es muy polifacética, no exclusivamente económica. Se ha intercambiado sobre numerosos temas de naturaleza política. Francia y Cuba comparten numerosas coincidencias en la agenda internacional. De manera que los vínculos son diversos y, por tanto, los intercambios también lo han sido. El tema de los derechos humanos no ha sido central, pero hemos intercambiado opiniones sobre coincidencias y, al mismo tiempo, preocupaciones que son recíprocas.
Los países europeos menos receptivos con los cambios actuales o por decirlo de otra manera más exigentes con la situación de las libertades individuales en la isla ¿van a perder oportunidades de negocio en la nueva Cuba?
La Unión Europea y Cuba tenemos desde hace años un diálogo político de alto nivel, que incluye temas diversos. Y más recientemente, iniciamos un diálogo bilateral sobre derechos humanos basado en un proceso que se inició en 2010 durante la presidencia francesa europea. Las empresas francesas han tenido desde hace años una presencia muy importante en Cuba. De la misma forma que habría que reconocer que otros miembros de la Unión Europea son socios tradicionales en materia de relaciones comerciales e inversión. O son importantes emisores de turismo a Cuba. No habría que mezclar los temas políticos y relaciones mutuamente beneficiosas.
En diciembre de 2014, Barack Obama y Raúl Castro anunciaron el inicio de la normalización de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Desde entonces se han producido multitud de gestos simbólicos, pero quizás no ha habido menos avances concretos o tangibles. ¿Ha habido un exceso de optimismo?
No lo creo. El anuncio del 17 de diciembre fue sorpresivo y sin duda importante. Resultaba insólito para el planeta escuchar al Presidente de los Estados Unidos de América reconocer que la política de estos 50 años ha sido fallida, que ha provocado daños humanitarios a nuestro pueblo. En realidad se produjo entonces el inicio de las discusiones que llevaron al restablecimiento de relaciones diplomáticas y a la reapertura de embajadas, que ocurrió durante el verano pasado. Yo siento que ha habido progresos en materia de diálogo y de cooperación, en numerosos temas de interés bilateral común. Y que, aunque se han adoptado algunas medidas de carácter positivo, pero muy limitado, en relación con la modificación de la aplicación del bloqueo, es donde nosotros no apreciamos avances tangibles.
¿Les ha dado Washington una fecha para el final de las sanciones? ¿Se va a anunciar antes de que Obama deje la Casa Blanca?
Es difícil decirlo. El bloqueo es el gran tema. La manera en que se modifique la aplicación del bloqueo con vistas a su eliminación será lo que determine el sentido y el alcance del proceso que está ocurriendo entre los Estados Unidos y Cuba. No habrá normalización, obviamente, sin la completa terminación del bloqueo, que requeriría una decisión de naturaleza congresional. Sin embargo, el Presidente de EEUU conserva facultades ejecutivas amplísimas, que si decidiera usarlas con determinación podrían modificar muy sustancialmente la aplicación del bloqueo.
Este es un año de elecciones en Estados Unidos ¿El relevo que viene en Washington puede afectar al deshielo? ¿Qué candidato le conviene más a Cuba?
En una democracia funcional cualquier candidato que sea electo tendría que seguir los dictados de los electores, los deseos de los votantes, la voluntad de las personas que pagan impuestos. Nadie discute hoy que hay una mayoría muy amplia en la sociedad estadounidense en todos sus sectores que favorece la terminación de una política anclada en la guerra fría, que no ha dado ningún resultado aparte de provocar daños humanitarios considerables a todas las familias cubanas. Sin embargo, habría que reconocer diferencias entre unos candidatos y otros. Cualquiera de ellos o ellas, sin duda se encontrará una situación nueva, inédita, en las relaciones entre los Estados Unidos y Cuba.
¿Temen ustedes en Cuba que el final del embargo propicie una “norteamericanización” de la cultura cubana que, de alguna manera, ponga en peligro la transición tranquila que quiere La Habana?
No sería posible. Cuba fue colonia de España y surgió una nación con una fuerte identidad. La cultura cubana es de una fuerza y originalidad considerables. Los cubanos somos cubanos. Una relación normal con los Estados Unidos sería totalmente natural. Hay vínculos culturales, ha habido una relación tradicional entre los pueblos estadounidense y cubano a pesar de las relaciones de conflicto entre ambos gobiernos. Claramente nuestra cultura protegerá nuestra identidad porque no tendría sentido que después de una larga lucha de 50 años Cuba termine con una economía de transnacionales norteamericanas ni de ningún otro lugar.
Otro gran frente diplomático que tiene abierto Cuba es la UE. Las negociaciones sobre un acuerdo de cooperación se abrieron en 2014. El suyo es el único país de América Latina y el Caribe con el que la Unión Europea no tiene acuerdo bilateral. ¿Cómo van las negociaciones?
Marchan bien, al ritmo habitual en negociaciones de esta naturaleza. Yo siento que se han producido progresos, noto más comprensión en la Unión Europea de cómo podría ser su relación con Cuba. Escucho a algunos representantes de la Unión Europea que piensan que las negociaciones pueden terminar en corto plazo. La Unión Europea, obviamente, debería tomar decisiones propias con relación a viejas políticas que no tienen ninguna vigencia ninguna real, pero son irritantes desde el punto de vista jurídico. Siento que de encontrarse avenencias en los temas que faltan se podría avanzar rápidamente.
¿Cree que ese entendimiento con la UE llegará antes de que acabe el embargo? ¿Supondrá ese acuerdo el fin de la llamada “posición común”? Creo que se refería a eso cuando hablaba de posturas irritantes. Expliquemos que es la Posición Común: es la política adoptada por la Unión Europea en 1996, que condiciona y condiciona el diálogo a los avances en derechos humanos y libertades.
Es difícil saber cuándo terminará el bloqueo estadounidense contra Cuba. La Asamblea General de las Naciones Unidas, la Unión Africana, los acuerdos entre la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños y la Unión Europea reclaman que el bloqueo sea abrogado inmediata e incondicionalmente. Los hechos en la sociedad norteamericana determinarán el ritmo de ese proceso. Así que es difícil hacer comparaciones. En efecto, la llamada Posición Común de la que casi nadie se acuerda hoy, estableció condicionalidades que quedaron en el pasado porque desde 1996 hasta ahora Cuba ha firmado acuerdos o declaraciones prácticamente con todos los gobiernos de la Unión Europea que establecen lo contrario del sentido unilateral y de establecimiento de condiciones que pretendió aquel viejo documento que se sabe que se impuso de manera rápida, apresurada, con clara motivación política.
El proceso de reformas se ha acelerado desde 2011. Pero de las 313 medidas originales se han implementado un 21%, el 79% restante están en proceso. ¿Con qué frenos se están encontrando? Por ejemplo, un dato: en 2015 se registraron menos trabajadores privados que en 2014.
No estoy seguro de cuál es la fuente de su información.
Es un documento del Partido Comunista Cubano…
Sí, pero ese documento no dice que el 21% de las políticas se hayan implementado. Dice que se han ejecutado de manera que se pueden dar por concluidos los objetivos que se propusieron con aquel 21% de aquellas decisiones de naturaleza económica y social. A mí me parece que este es un proceso que marcha bien. No estoy seguro que su dato en relación con la disminución de trabajadores no estatales sea exacto. En realidad ha habido un crecimiento significativo de trabajadores que funcionan en pequeños negocios o en otros ámbitos fuera del sector de la economía estatal.
Precisamente, ¿en qué modelo se inspira Cuba para combinar, entre comillas, medidas capitalistas con una economía planificada dentro de un sistema políticamente hermético? ¿China? ¿O La Habana tiene su propia vía, su propia fórmula?
Hay diferentes experiencias en el mundo, diferentes referentes. El modelo cubano es y tiene que ser necesariamente original. Tomamos las mejores experiencias, hemos estudiado otros procesos socialistas y hemos estudiado también otros procesos de desarrollo de otros países y estamos haciéndonos nuestro crisol, nuestro propio modelo basado en nuestra propia experiencia y en nuestras propias prioridades. De manera que es cierto que es un modelo que toma en cuenta elementos de mercado, pero que preservará una economía socialista.
Los procesos abiertos con Estados Unidos y la UE de los que hemos hablado y las propias reformas internas parecen estar teniendo una repercusión moderada en el tema de derechos humanos ¿Por qué se impide a ciudadanos cubanos no violentos, como las Damas de Blanco, manifestarse libremente?
El hecho de que nosotros estemos desarrollando una economía socialista no implica en modo alguno ninguna restricción para la posibilidad de trabajar sobre la base de intereses económicos conjuntos, desarrollar asociaciones económicas con empresas mixtas. En relación con el modelo político cubano y los derechos humanos es cierto que hay percepciones distintas. Pero puedo refutar que se impida a personas como las que usted menciona manifestarse pacíficamente, de hecho entiendo que lo hacen con mucha frecuencia. Debo también señalar que en materia de derechos humanos es cierto que puede que tengamos diferencias en nuestras respectivas visiones. Para mí, los derechos humanos son universales e indivisibles. Hace mucho daño a la causa de los derechos humanos su politización y la existencia de dobles raseros. Lamentablemente esto ocurre bastante en los debates sobre este tema en el mundo y alguna prensa también presenta visiones sesgadas en esta materia. Para mí, por ejemplo, el derecho al empleo es un derecho humano fundamental. No sé qué opinará la mitad de los jóvenes españoles que no acceden a él, pero para mí es un derecho humano fundamental. Para mí también los derechos económicos, sociales y culturales no son un mero dejar hacer, sino que su garantía es responsabilidad directa de los Gobiernos. Estos derechos para mí son indivisibles de los derechos políticos y las libertades civiles. Hace poco hablábamos de la democracia estadounidense en relación con el tema del bloqueo y la voluntad real de los electores. Pero, reconozco que hay diversidad de modelos políticos y yo me siento muy feliz y muy cómodo con la democracia cubana.
Su Gobierno siempre ha negado tradicionalmente la existencia de presos políticos, aunque numerosas organizaciones internacionales y dentro de la propia Cuba, denuncian que todavía hay presos de conciencia. También denuncian que las campañas de intimidación y represión contra disidentes y opositores no han cesado. ¿Qué tiene que decir a estas acusaciones?
Refutarlas simplemente. En primer lugar habría que ponerse de acuerdo en una definición de presos políticos. Si usted considera que una persona que recibe pagos de un Gobierno extranjero por realizar determinadas actividades políticas es un preso político, tendríamos una noción distinta. En Francia o en Estados Unidos se les llama agentes de potencias extranjeras. Algunos de estos grupos que se mueven en Cuba y que incluso son tolerados se sabe que reciben financiación de países europeos o del propio Gobierno estadounidense. Violaciones de los derechos humanos se producen muy gravemente en el territorio que ocupa la base naval de Guantánamo, sobre la que usted no me ha preguntado. Se sabe que allí permanecen personas secuestradas en un limbo jurídico desde hace una década, que fueron juzgadas por supuestos militares sin derecho a la defensa o que se encuentran en alimentación forzada cuando hacen huelga de hambre bajo condiciones que todo el mundo reconoce que son de tortura sistemática. Se sabe que algunos países han tenido situaciones diversas en esta materia en relación con el secuestro de estas personas o cárceles secretas o ilegales donde estuvieron retenidas antes de ser llevadas a Guantánamo. No se podría hablar de ningún país que haya alcanzado la perfección en materia de derechos humanos. No sé cómo funcionarían los derechos humanos en Europa si sufrieran condiciones como las que ocurren en Cuba con el bloqueo económico, comercial y financiero. O si una potencia de la proporción entre Estados Unidos y Cuba considerara que su política hacia Europa es el cambio de régimen. Esas son las circunstancias en las que mi país ha vivido durante cinco décadas.
Para terminar le quiero preguntar por el expresidente Fidel Castro. Lleva ya una década retirado, con contadas apariciones en público. ¿Sigue siendo una inspiración para Cuba?
Sigue siendo una inspiración para Cuba, un referente moral. Un liderazgo político y moral insustituible. Profundamente querido por nuestro pueblo. Y además tiene una vida muy activa, me consta personalmente su involucramiento en problemas de extraordinaria vigencia como es la producción de alimentos en condiciones de explosión demográfica mundial. Muy involucrado también en los temas del cambio climático o en los temas del desarme nuclear.Tengo el privilegio de conocer sus actividades, sus inquietudes e interés en la política exterior cubana y contar de vez en cuando con su consejo.
Canciller, el tiempo se nos acaba y se nos han quedado algunos asuntos en el tintero, aunque creo que hemos podido hablar de los temas principales. En todo caso, Canciller Bruno Rodríguez Parrilla, gracias por haber respondido a mis preguntas. Muchas gracias.
Le agradezco también esta oportunidad que para mí ha sido útil y placentera.
(Tomado de Cubadebate)
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