La noticia de trabajadores indios en la construcción de hotel en la isla circula desde julio pasado en medios alternativos e internacionales.
La Habana, 19 oct.- Numerosos comentarios suscita en las redes sociales y sitios web un artículo de prensa, donde se intentan explicar las razones que llevaron a la contratación de obreros indios para la construcción del hotel Manzana, en esta capital.
Aunque medios alternativos e internacionales dieron cuenta de la información a mediados de julio último, un reportaje publicado el pasado 16 de octubre en el estatal diario Juventud Rebelde, y reproducido en el sitio webCubadebate, constituyó el primer abordaje del problema por parte de la prensa local, casi toda a manos del Estado.
En el texto firmado por la periodista Marianela Martín, los directivos de la Empresa Inmobiliaria Almest, que integra el sistema empresarial del ejército cubano, reconocieron que “se trata de operarios de la construcción de alta calificación y destreza, con experiencias en otras latitudes”.
Apuntaron que el rendimiento de estos trabajadores en las obras “es tres o cuatro veces superior al registrado como media en el país”.
Añadieron que la contratación de los llamados monitores-operarios de la India en las obras a cargo de la constructora francesa Bouygues, “es totalmente coherente con lo estipulado en la legislación que regula este tipo de contrato en la Isla”.
Solo en Cubadebate los comentarios sobrepasaron los 270, donde se cuestionó desde la omisión de cuánto cobran los trabajadores cubanos, la no contratación de cooperativas dedicadas a la construcción y hasta la demora en los medios nacionales para reconocer un hecho ampliamente divulgado mediante vías alternativas.
Un ciberlector identificado como El Pino dijo: “El rendimiento de los trabajadores de la India en las obras es tres o cuatro veces superior al registrado como media en el país. ¿Será porque estos trabajadores ganan literalmente 10 veces más que un trabajador cubano?”
Según medios internacionales, los salarios que la empresa francesa Bouygues paga a los constructores indios son de 1.600 dólares al mes, 53 veces más del que cobran los cubanos por el mismo trabajo, que equivale a 30 dólares.
En este sentido, Preocupao sostuvo que “este artículo oculta de forma olímpica la brutal diferencia de salario entre los trabajadores de la India y los cubanos”.
Para Quindo, la pregunta que ha de hacerse es por qué a los cubanos no le pagan lo mismo, por un trabajo igual.
“A mí me parece una decisión contraproducente y contradictoria. Si decimos que nuestra principal riqueza es el capital humano, entonces por qué importar fuerza de trabajo que cuesta más, además del descontento que causa entre nosotros”, añadió.
En opinión de Marvin, debieron haberse contratado cooperativas cubanas dedicadas al tema de la construcción, hacia las cuales se han ido masilleros, electricistas, albañiles, carpinteros y plomeros, a los cuales alude el artículo para justificar la supuesta falta de productividad y poca disponibilidad de mano de obra local.
De acuerdo con Sobreviviente, “no solo es una falta de respeto a todos los que laboramos en el sector. Es una vergüenza para Cuba tener que importar toda esta fuerza de trabajo”.
Mientras Alfredito se preguntó sobre la postura al respecto de la Central de Trabajadores de Cuba, único sindicato que representa a los obreros del país.
Sergio recordó que estructuras como el Acueducto de Albear, el puente de Bacunayagua, el edifico Focsa, el viaducto de La Farola y el túnel de la bahía de La Habana, consideradas maravillas de la ingeniería civil cubana, fueron construidos enteramente por trabajadores de la isla de 11,2 millones de habitantes.
Por último, Rebeca y Orlando llamaron la atención sobre la dilación de la prensa nacional para referirse al tema y “darle una explicación veraz y oportuna al pueblo”.
Las cooperativas de la construcción en Cuba surgieron en 2014 como parte del proceso de actualización del modelo económico y social cubano impulsado por el gobierno del presidente Raúl Castro.
De acuerdo con cifras oficiales, hasta el momento se autorizó la creación de unas 70 entidades bajo esta forma de gestión social.
En materia constructiva, una de las experiencias más sobresalientes en los últimos años ha estado a cargo de la Oficina del Historiador de la Ciudad, dirigida por Eusebio Leal Spengler, que es el principal el artífice del programa integral de restauración del Centro Histórico capitalino.
Leal creó un sistema de instituciones, incluida una escuela para la formación de jóvenes en oficios indispensables para las labores de restauración, que prácticamente habían desaparecido. (2016)
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