Autor: Orfilio Peláez | orfilio@granma.cu
El Centro de Inmunología Molecular figura entre las instituciones con mayores resultados científicos dentro de BioCubaFarmanuestro canotaje. Foto: Archivo
Creado en el 2012, como parte del proceso de implementación de los Lineamientos aprobados en el 6to. Congreso del Partido, el Grupo Empresarial de las Industrias Biotecnológica y Farmacéutica (BioCubaFarma) tiene la función principal de suministrar medicamentos, equipos, sistemas diagnósticos y tecnologías al sistema nacional de salud y la exportación de bienes y servicios.
La materialización de tan vitales objetivos está sustentada en tres pilares básicos: la investigación científica, el desarrollo tecnológico y la innovación, para lo cual la entidad dispone de recursos humanos altamente calificados.
Tras poco más de cinco años de surgida la organización superior de dirección empresarial, su presidente, el doctor Eduardo Martínez Díaz, dialogó con Granma.
–¿Qué características distinguen el trabajo de BioCubaFarma en su primer lustro?
–En primer lugar se trabajó en la armonización de las dos grandes entidades que constituyeron el Grupo Empresarial (Quimefa y el Polo Científico del oeste de la capital), con condiciones diferentes en cuanto a estándar regulatorio, conocimiento empresarial y desarrollo científico-técnico.
«Fueron establecidos igualmente los procedimientos, políticas y normas para la gestión de los procesos de la nueva organización y hubo una labor muy fuerte centrada en lograr una mayor disciplina y cultura económica, financiera y contable.
«Heredera de un desarrollo previo de más de tres décadas en el sector de la biotecnología y la industria médico farmacéutica cubana, reconocido mundialmente, en los cinco años transcurridos BioCubaFarma, compuesta hoy por 34 empresas y más de 20 000 trabajadores, ha tenido aciertos y desaciertos. Pienso que son más los logros, pero existen deficiencias y nos falta mucho por hacer».
–¿Cómo se ha comportado el suministro de medicamentos al sistema nacional de salud?
–Entre el 2015 y el 2017 hubo reiterados problemas con el abastecimiento de varios grupos de fármacos a la población, causados entre otros factores, por ineficiencias internas, inestabilidad en el funcionamiento de varias líneas productivas debido a la falta de piezas de repuesto, y no contar con las materias primas requeridas para la producción, debido a dificultades financieras.
«Dentro de los medicamentos que más faltaron el año pasado figuran los cardiovasculares como antihipertensivos, antianginosos y antitrombóticos; anticonvulsivos y antiepilépticos; sicofármacos y analgésicos.
«No puedo dejar de mencionar también el efecto del bloqueo económico impuesto por el Gobierno de Estados Unidos, pues varias empresas foráneas que habitualmente nos vendían materias primas dejaron de hacerlo por esa causa.
«Ante cada una de las situaciones presentadas, específicamente las relacionadas con el financiamiento, la máxima dirección del país tomó las acciones correspondientes para minimizar las afectaciones, además de darle un seguimiento permanente al tema, con la participación del Ministerio de Economía y Planificación, el Ministerio de Salud Pública y otras entidades involucradas. Justo reconocer, asimismo, el esfuerzo del personal de BioCubaFarma para mantener las fábricas en funcionamiento.
«Como nos enseñó Fidel, el artífice de este estratégico y pujante sector de la ciencia cubana, lo esencial es buscarle solución a los problemas que vayan apareciendo, evitar que los mismos nos sorprendan y tener siempre alternativas.
«El 2018 lo comenzamos con un aseguramiento de materias primas superior al de los dos años precedentes, están llegando piezas de repuesto y las plantas funcionan de manera más estable. Aunque las perspectivas son alentadoras, ello no implica la inexistencia de tensiones con algunos productos, ni que dejen de presentarse dificultades para adquirir determinados renglones.
«BioCubaFarma entrega hoy al sistema nacional de salud más de mil productos, de ellos 482 fármacos que cubren el 62 % del cuadro básico de medicamentos. Durante el último lustro logramos introducir un total de 86 nuevos productos, lista donde figuran varios patentados por nuestros científicos que son únicos a nivel mundial y con posibilidades de convertirse en importantes rubros exportables.
«La actividad investigativa e innovadora desarrollada propició obtener 31 nuevos objetos de patentes, mientras ya ascienden a más de 2 400 los registros de patentes alcanzados por la industria biotecnológica y farmacéutica en Cuba y en el mundo.
«Varios de los proyectos en ejecución muestran en las primeras fases de estudios clínicos resultados muy prometedores para combatir las primeras causas de muerte en el país y a nivel internacional».
–¿Cuál ha sido el comportamiento del proceso inversionista?
–El monto invertido del 2013 al 2017 superó en un 56 % la cifra destinada al sector durante el quinquenio anterior. Tales inversiones incrementaron las capacidades productivas y mejoraron el estándar regulatorio de nuestras instalaciones, acorde con los requisitos establecidos en las normas de Buenas Prácticas de Fabricación.
«Una de las más prominentes es la referida a la construcción del gran complejo biotecnológico en la Zona Especial de Desarrollo Mariel, concebido para una amplia línea de productos ya obtenidos y validados, y otros que se encuentran en su fase final de desarrollo.
«Hasta el 2030 prevemos el incremento de las capacidades productivas, a fin de sustituir la importación de una gama de medicamentos. Por ejemplo, la Dipirona utilizada en los centros hospitalarios es fabricada en la actualidad por el Grupo Empresarial, pero los 84 millones de tabletas vendidas en las farmacias son importadas. Más allá de lograr el enunciado propósito, las inversiones previstas también favorecerán el aumento de las exportaciones.
«Actualmente, BioCubaFarma llega con sus productos a más de 40 naciones y dispone de un programa para continuar diversificando mercados y crecer en los que ya tiene presencia.
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