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"Peor que los peligros del error son los peligros del silencio." ""Creo que mientras más critica exista dentro del socialismo,eso es lo mejor" Fidel Castro Ruz

sábado, 17 de agosto de 2019

¿Cómo marcha el Programa de la Vivienda en Cuba? (+ Infografías, Fotos y Video)

Por: José Armando Fernández Salazar, Lino Lubén, Jeniffer Rodríguez, Evelyn Corbillón, Pablo Soroa, Naily Barrientos, Oscar Alfonso Sosa, Arelys María Echevarría, Rafael Fernández
16 agosto 2019 
Hombres de la Unidad Empresarial de Base (UEB) Construcción, ejecutan las viviendas para quienes perdieron la suya por la tormenta tropical Alberto, en el barrio El Rosario, en Fomento, sede de las actividades provinciales por la efeméride del Moncada, en Sancti Spíritus, Cuba, el 9 de Julio de 2019. Foto: Oscar Alfonso Sosa/ACN.
  • Servicio Especial de la Agencia Cubana de Noticias
Una casa diaria. Esa es la aspiración del Programa de la Vivienda en Cuba para satisfacer un déficit habitacional que asciende a más de 929 mil hogares, entre los que es necesario construir desde los cimientos y los que precisan rehabilitación. Aun así, haría falta una década para revertir la situación actual.
Los desastres naturales, la acumulación de años sin adecuados procesos de mantenimiento y rehabilitación, las indisciplinas urbanísticas y técnicas, el deterioro de las capacidades constructivas y el impacto de las tendencias demográficas determinaron que casi el 40 por ciento del patrimonio inmobiliario cubano se encuentre entre regular y malo.
Esa tendencia y la creciente demanda de nuevas casas fueron el origen del referido Programa, considerado un asunto de prioridad gubernamental, toda vez que el acceso a una vivienda adecuada y a un hábitat seguro y saludable aparece reconocido como un derecho constitucional.
Aunque en el plan se incluye la recuperación de la industria nacional de materiales para la construcción y la intervención del Estado, más del 60 por ciento de las moradas deberán ser construidas por esfuerzo propio y con el desarrollo de la producción local de materialesla cual debe diversificarse y aumentar, hasta convertirse en la principal fuente de recursos.
El acercamiento que propone este reportaje a la actualidad del Programa subraya estos elementos.

Los vestigios de Matthew e Irma en Guantánamo

Matthew en la memoria de Guantánamo. Foto: Rodny Alcolea Olivares/ Cubadebate/ Archivo.
El huracán Matthew dejó tantos daños como enseñanzas en los cinco municipios azotados por él en la provincia de Guantánamo -Maisí, Baracoa, Imías, San Antonio del Sur y Yateras- aún convalecientes de sus secuelas.
La afectación de 42 mil viviendas, el 72 por ciento del fondo habitacional de esos territorios, como resultado del paso del ciclón más temible que ha azotado al Oriente Cubano y que dejara en pie solo los patrimonios construidos más resistentes de la Primera Villa Cubana y de Maisí, suscitó un replanteo de la estrategia para enfrentar futuros desastres y la selección de nuevas tipologías constructivas.
Se propusieron soluciones urbanísticas y arquitectónicas, particularmente en Baracoa, donde se reportaron 23 mil afectaciones a ese sector, gran parte de ellas totales, y también fórmulas para devolverle la habitabilidad al fondo habitacional de Maisí, donde casi el 80 por ciento sufrió algún tipo de perjuicio.
Más de 40 Consejos Populares de los 76 del Alto Oriente cuentan con minindustrias productoras de materiales para viviendas, en cumplimiento de una orientación nacional de crear esas instalaciones en los 43 Consejos con más de un millar de inmuebles. Meta cumplida, y esa política se extenderá a otros nueve, a pesar de que no alcanzan la cifra mencionada.
A raíz de Matthew se erigieron en la provincia poco más del 50 por ciento del total actual de mini-industrias, dotadas de molinos, bloqueras, moldes manuales y otros renglones como las bóvedas sin cimbra (ladrillo cerámico que prescinde de encofrado) para las cubiertas sólidas, más económicas que las tejas de zinc galvanizado, señaló Carlos Martínez Turro, vicepresidente del Consejo de la
Administración Provincial para las inversiones.
Martínez Turro subraya que con el concurso de las pequeñas fábricas Baracoa puede producir casi tres viviendas diarias (2,7 precisa), Maisí dos, y los restantes ocho municipios, una cada 24 horas.
Entre las limitaciones para alcanzar a corto plazo esa producción, además del cemento y el acero -decisivos para cimentaciones y cerramentos-figura la insuficiente disponibilidad de áridos, imprescindibles en todo proceso constructivo. La escasez de ese elemento es más notoria en Caimanera, un municipio al cual se le proporciona mediante ferrocarril.

Las Tunas y las tres “c”: Casa, creatividad y control

En una década la provincia de Las Tunas aspira a rehabilitar o edificar más de 44 mil hogares a fin de mejorar el fondo habitacional, pues el 33 por ciento de las viviendas clasifican entre regulares y malas.
Con el objetivo de cumplir tales propósitos se desarrollan en el territorio comunidades como Voluntad Tunera, ubicada a un lateral de la circunvalación sur de la ciudad, la cual contará con más de mil moradas, de las cuales en este 2019 planifican entregar las primeras 24 a partir del aprovechamiento de la estructura de un edificio cuya terminación se detuvo hace años.
Héctor Rodríguez Espinosa, director Provincial de la Vivienda en Las Tunas, declaró la intención de edificar este año mil 621 inmuebles en las distintas modalidades: por esfuerzo propio, mediante gestión estatal y entrega de subsidios.
Detalló que al concluir el mes de junio terminaron más de 800, con un ligero atraso en la ejecución de los casos subsidiados, debido a dificultades con la entrega de cemento a la provincia, una circunstancia que afectó en los últimos dos meses el cronograma constructivo y la producción de materiales.
Argelio Luis Corría Pérez, funcionario del gobierno provincial, explicó que en Las Tunas funcionan 14 combinados, igual cifra de mini industrias productoras de materiales y desarrollan otro número similar, cuyo costo está valorado en unos 300 mil pesos en equipamiento y montaje de la instalación.
Destacó Corría que en la primera de estas estructuras producen áridos, pisos, bloques, viguetas, plaquetas, tanques, mesetas, lavaderos, fregaderos y la carpintería necesaria para una vivienda, además del cemento de bajo carbono, muy económico al duplicar el rendimiento del P-350.
Subrayó que ante el déficit del codiciado P-350 apuestan por la producción de ladrillos de barro, renglón fundamental para levantar paredes y techos en forma de bóvedas, tecnología utilizada en el polo de viviendas Blanca Rosa, en el municipio de Majibacoa, y que prescinde, además, del acero, otro de los surtidos
carentes en la actualidad.
Por otra parte, en Las Tunas un combinado que procesa plásticos produce conexiones, manguera PVC y tuberías hidráulicas, sanitarias y eléctricas, destinadas a la construcción de los inmuebles, en lo fundamental, de los polos de viviendas.
No obstante los esfuerzos realizados para incrementar la producción de materiales de la construcción, aún la oferta es insuficiente para la demanda de la población. Así lo confirman los criterios de las tuneras Ada Iris Ochoa Camacho, vecina del reparto Aguilera; y Yusmidely Alarcón Sánchez, habitante de La Victoria, cuyas construcciones están paralizadas debido a las dificultades para
comprar los materiales, en lo esencial, la cabilla, el cemento y la gravilla.

Cemento, ladrillo y arena…

Trabajadores laboran en la fabricación de bloques, en pequeñas instalaciones de la Empresa Geominera del Centro, que produce materiales de construcción destinados al programa de la vivienda, en el municipio de Santa Clara, provincia Villa Clara, Cuba, el 29 de marzo de 2019. Foto: Arelys María Echevarría Rodríguez/ACN.
El programa para la recuperación del fondo habitacional en Cuba en un período de 10 años -estatal y por esfuerzo propio-, comprende 402 mil 120 rehabilitaciones para detener el deterioro y evitar la pérdida progresiva de la capacidad habitacional, así como 527 mil 575 nuevas viviendas, que reclaman de un incremento en las urbanizaciones.
Sin embargo, en los municipios se deciden los momentos estelares de tales proyecciones y precisamente en ellos persisten insuficiencias en la incorporación de los organismos, de la población al proceso constructivo y la fabricación in situ, de acuerdo con especialistas en la materia.
Un hecho demostrativo de su implementación, solo en este primer año, es que de enero a junio último hubo avances en la restauración de viviendas impactadas por fenómenos-hidrometeorológicos, sobre todo en La Habana, donde se solucionaron más de 46 mil casos que beneficiaron a más de 139 mil personas, según estadísticas oficiales.
También se terminaron más de 15 mil que correspondieron al 46 por ciento del plan anual, pero el indicador constituyó una advertencia si se tiene en cuenta que en 2019 debe iniciarse el 50 por ciento de las que deben concluirse en 2020, sobre la base de un aseguramiento de las materias primas locales.
En consecuencia, el Grupo Nacional de Producción Local y Venta de Materiales de la Construcción funciona con lo que denomina un puesto de mando permanente, debido a que los volúmenes actuales son insuficientes para cubrir la demanda en los 168 municipios de la nación, donde en 95 existen capacidades productivas y en los restantes 73 están en fase de creación.
Aunque la búsqueda de alternativas es una constante, los mayores atrasos productivos para levantar un inmueble recayeron en los áridos, canto y ladrillos, mientras en el caso de los recursos nacionales figuraron el cemento, acero, plástico reciclable y madera, en todo lo cual influyen tanto las tensiones financieras del país como errores organizativos y de planificación y carencias en los sistemas de control.

La Habana y sus deudas con la vivienda

La Habana desde el Capitolio Nacional. Foto: Tony Hernández Mena/ Cubadebate/ Archivo.
Junto a Santiago de Cuba, Holguín, Camagüey, Guantánamo, Las Tunas, Granma y Villa Clara, La Habana se encuentra en el grupo de las provincias a las que les tomará una década concluir el total de rehabilitaciones necesarias para detener el deterioro y evitar la pérdida progresiva de la capacidad habitacional.
En la ciudad existe un déficit habitacional de 185 mil 348 inmuebles, de los cuales se deben reparar 83 mil 878; un total de 46 mil 158 se deben reponer, 43 mil 854 para albergados y 11 mil 458 por concepto de crecimiento habitacional.
Actualmente, como parte del Programa de Producción Local a los Consejos Populares no urbanos, en la urbe citadina existen 15 centros de producción en las cabeceras municipales y siete a nivel de Consejo Popular.
Entre las principales dificultades persiste la falta de recursos materiales como viguetas de acero, bovedilla y módulos sanitarios, poca calidad de celosías, losas de piso y de cerámica, problemas con medios de transporte, altos costos de mano de obra, así como problemas en la fiscalización y control por parte de las direcciones municipales de la Vivienda.
César Hernández, vicepresidente del Consejo de la Administración que atiende la actividad, comentó a la ACN que en la capital se trabaja en cada uno de los puntos que contempla la Política de la Vivienda, no obstante, unos avanzan más que otros.
Señaló que progresa la producción local, la construcción por esfuerzo propio y de células básicas habitacionales, no siendo así en el caso de la estatal, debido a que este año arrancan de cero más de mil viviendas relacionadas con el tornado del pasado mes de enero.
Al cierre de la primera quincena de julio se habían terminado más de tres mil viviendas en el territorio, casi la mitad del plan anual.

Pinar del Río y las huellas de los huracanes

En proceso constructivo el nuevo Cuerpo de Guardia del Hospital Pediátrico Pepe Portilla, en Pinar del Río, Cuba, 19 de junio de 2019. Foto: Rafael Fernández Rosell/ACN.
En Pinar del Río, provincia más afectada históricamente por el paso de huracanes, la construcción de viviendas concibe recuperar esos daños en un periodo de cuatro años, sin embargo, la provincia enfrentó atrasos en el cronograma de ejecuciones en los comienzos del actual calendario.
Para este año inicial, en el que los planes ascienden de manera global a tres mil 001 casas, las edificaciones no muestran el avance esperado, fundamentalmente en el caso de las subsidiadas, con solo el 24 por ciento de ejecución.
Según Vivian Rodríguez Salazar, directora general de la Vivienda del Ministerio de la Construcción, algunas de las causas fundamentales de los incumplimientos radican en el deficiente seguimiento de los gobiernos municipales a los subsidios después de aprobados.
Asimismo, destacó las violaciones de licencias y proyectos emitidos por 25 metros cuadrados, y la falta de efectividad en el apadrinamiento de las entidades estatales a los subsidiados.
Pinar del Río no avanza al ritmo que demanda la implementación de la política de la Vivienda, los municipios no logran la construcción de una diaria y el recurso más crítico es la producción de techos, la cual no da respuesta a la demanda de las células básicas habitacionales.
Hasta el mes de mayo los 11 municipios fueron evaluados y se concluyó que se incumple el plan lineal de la producción y de los genéricos que componen el módulo para erigir una casa.
En la provincia más occidental del país, existen personas viviendo en facilidades temporales desde hace 17 años.
No podemos seguir trabajando a los ritmos actuales, pues los 11 municipios tienen capacidad para construir al menos una casa diaria y solo por esa vía casi se duplicarían los estimados de hoy, apuntó Miguel Díaz- Canel Bermúdez, presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, durante la más reciente visita gubernamental al territorio pinareño, en correspondencia con las potencialidades de la industria local de materiales.
De manera general, la provincia Vueltabajo concluyó la reparación de los derrumbes totales y parciales de techo, y quedan pendientes de solución unas nueve mil 606 afectaciones de viviendas.

El laberinto de la vivienda

Trabajadores laboran en la fabricación de bloques, en pequeñas instalaciones de la Empresa Geominera del Centro, que produce materiales de construcción destinados al programa de la vivienda, en el municipio de Santa Clara, provincia Villa Clara, Cuba, el 29 de marzo de 2019. Foto: Arelys María Echevarría Rodríguez/ACN.
Mientras corre el primer año de su puesta en vigor, el Programa de la Vivienda y la Política que lo sustenta demuestran su pertinencia, y confirman que la solución a la actual realidad del fondo habitacional en el país tiene como elemento primordial incrementar, en cada localidad, las capacidades productivas de materiales para la construcción.
La carencia de recursos como el cemento y el acero en una etapa del año estuvo asociada a las limitaciones financieras del país y la obsolescencia de la industria nacional, que no puede satisfacer la demanda actual. Los áridos registraron afectaciones ante el agotamiento de canteras o el déficit de combustibles y equipamiento para su explotación.
Estas necesidades impactan también en la producción local, que si bien acude a alternativas es dependiente en un alto por ciento de estas asignaciones nacionales.
La estrategia de acercar los centros productivos a los Consejos Populares y polos de vivienda abarata los costos e incentiva alternativas, pero en ocasiones puede representar un riesgo para la calidad de los materiales. Las experiencias más exitosas han sido aquellas en las que los ciclos que van de la producción a la construcción de la vivienda han tenido pocos intermediarios y un chequeo permanente por las entidades gubernamentales.
Con una industria nacional que se debate entre la obsolescencia y restricciones con el acceso a materias primas, la producción de materiales precisa de una mayor incorporación de la ciencia en la búsqueda de alternativas, el desarrollo de diseños de viviendas más sustentables y el perfeccionamiento de técnicas constructivas que son populares pero necesitan perfeccionarse para una mayor calidad.
Mientras la primera parte de la cadena (la producción) se enfrenta a esos desafíos, un eslabón muy importante (la comercialización) tiene retos insoslayables ante el descontrol, el acaparamiento y el desvío de materiales, lo cual confirmaron varios entrevistados por la ACN, quienes también manifestaron insatisfacciones con la lentitud de los trámites para la entrega de subsidios, locales que pueden ser adaptados a viviendas, solares y documentos técnicos.
Ello demuestra que para hacer una casa se precisa de mucho más que de cemento, ladrillo y arena (parafraseando un popular tema del cantautor José Antonio Méndez), porque si existen fallas en el acceso a los materiales es poco probable que la voluntad o la necesidad por una vivienda, deje de ser un proyecto y se convierta en una realidad.

En video, ¿cuál es la Política de la Vivienda en Cuba?

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