En medio de la recrudecida guerra económica del gobierno de Estados Unidos, Cuba celebrará esta semana la llegada del tercer millón de turistas extranjeros, cifra que está por debajo de lo planificado para el año.
La noticia la brindó el ministro cubano de Turismo, Manuel Marrero Cruz, quien precisó que en la temporada de verano creció en quince por ciento el turismo nacional, lo cual compensa el descenso en el arribo de visitantes extranjeros, provocado por recientes medidas de Washington contra el turismo cubano.
El proyecto cubano era el de rebasar este año el arribo de cinco millones de turistas, con lo cual se establecería un récord nacional, pero la administración de Dónald Trump, aliada a mafia anticubana de Miami, prohibió los viajes de cruceros a Cuba, en los cuales 800 mil estadounidenses tenían reservaciones para este año.
El gobierno imperialista de Estados Unidos prohibió también los viajes a Cuba de aviones privados y corporativos, veleros, barcos de pesca y otros aviones y embarcaciones similares, así como los viajes educativos grupales conocidos como pueblo a pueblo.
Esta realidad, que implica también una grave violación a los derechos a viajar del pueblo de los Estados Unidos, obligó a Cuba a reajustar sus pronósticos para este año 2019, que redujo a 4 millones 300 turistas, cifra en la cual Canadá sigue ocupando el primer lugar.
En este escenario en que Cuba se abre al mundo, confiada en la opinión de quienes la visitan, es el gobierno de los Estados Unidos el que, violando los principios del derecho nacional e internacional, prohibe a sus ciudadanos viajar libremente a la pequeña pero digna nación antillana y caribeña. Por algo será.
La Habana, 12 de agosto de 2019.
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