La compañía aérea ha perdido 3 millones de euros por día en enero y febrero
Alitalia estaba mal, con grandes pérdidas y ayudas públicas mal disimuladas. Pero en unos días se ha quedado sin pasajeros, ha gastado el préstamo que le acababa de dar el Gobierno y ahora vive una carrera contra el reloj en búsqueda de soluciones. En medio de la angustia informativa italiana por los efectos de la crisis de coronavirus, destaca el hundimiento de la compañía de bandera, según informan la mayor parte de los medios.
Giuseppe Leogrande, el comisario que acaba de ser nombrado, sustituyendo a un triunvirato que llevaba casi tres años arrastrando a la compañía quebrada, ha ido urgentemente al ministerio de desarrollo económico a ver al ministro Stefano Patuanelli e informarle de la situación gravísima que está viviendo.
El ministro, por su parte, ayer al mediodía informó que, por haber estado en contacto con una asesora ministeria que ha sido diagnosticada con el coronavirus, por prevención, se iba a autoaislar en su domicilio, con lo que no se sabe ahora quién se hará cargo del asunto.
En dos meses, Alitalia perdió 170 millones de euros, lo que equivale a unos 3 millones diarios, la mitad del préstamo estatal que le dieron en diciembre. El problema es que en marzo las cosas aún van a estar peor porque es ahora cuando todos notan la caída de ingresos con más crudeza aún. La aerolínea debía de llegar al 31 de mayo con los 400 millones que le prestaron en diciembre (tras haber ‘quemado’ otros 900 millones anteriormente) pero ahora se considera difícil que acabe marzo (Alitalia se queda con menos aviones que hace 30 años).
Una posible solución que se contempla y que barajó ayer la prensa es la entrada abierta del estado en el capital, o sea la nacionalización y conversión de la compañía en una rama más del gobierno, aunque sea temporal, derogando las normas europeas provisionalmente (Alitalia se hunde: devuelve tres aviones y cancela rutas).
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