JUNIO 11 DE 2019.
HUMBERTO PÉREZ.
11/O6/2019
El
rumbo y el camino a seguir está trazado en los documentos rectores discutidos
con el pueblo y aprobados por los dos últimos Congresos del Partido en particular el de la Conceptualización y jurídicamente ha sido
consagrado en la nueva Constitución.
Como nunca antes, teniendo en cuenta los
errores cometidos y las experiencias en general de los procesos de construcción
del socialismo que se han producido, el camino a seguir esta correctamente
definido y el modelo económico social a ser aplicado está en lo fundamental
bien diseñado.
El
liderazgo actual es joven y se manifiesta capaz, bien enrumbado y en estrecho
contacto permanente con las masas.
Solo
falta en mi criterio imprimirle un dinamismo mayor a las medidas que conduzcan
a la implementación de lo acordado y hacerlo con menores incongruencias,
errores y faltas de previsión. Sin apresuramientos
irresponsables, con prudencia y
cautela, pero sin conservadurismo e inmovilismo dogmático e interesado y con
las necesarias dosis de audacia que reclama la situación existente y la
respuesta que debe darse a la actual política de acoso, aislamiento y ahogo que
pretende el actual gobierno de los E.U.
Pero estos propósitos y objetivos no
encuentran, en el escenario económico y social actual, el sistema de mecanismos
de planificación, gestión, motivación y estímulos que permitan y coadyuven a su
logro. El escenario actual es desfavorable
y es el que debe ser cambiado acorde con las formulaciones de la
Conceptualización y de la Constitución.
Se trata, como dijera Marx desde una de sus
obras jóvenes más tempranas, de “organizar el mundo empírico de tal manera que
los intereses individuales coincidan con los intereses sociales.”
En lo externo no nos es posible cambiar el
escenario actual y organizar ese mundo empírico adecuado, pero en lo interno si
nos es posible hacerlo y debemos hacerlo, como orientara Fidel, y siguiendo lo
formulado y orientado en los principales documentos rectores de nuestro
proyecto socialista, discutidos y aprobados por el pueblo y por las máximas
instancias partidistas y estatales del país.
En las condiciones actuales y en mi
modesto parecer considero que se hace inaplazable acometer de manera gradual,
en sistema y con la debida secuencialidad, entre otras, las siguientes medidas
que expongo sintéticamente a continuación:
1–la
reforma y unificación monetaria y sobre todo cambiaria, importante y decisiva de manera especial en lo relativo a la tasa de
cambio en las relaciones inter empresariales.
2–la
consecuente reforma de precios mayoristas.
3–una reforma salarial
sobre bases conceptuales diferentes a las hoy existentes estableciendo un salario mínimo que cubra las necesidades de los
trabajadores y sus familias acorde con el actual costo de la canasta básica y aumentos
salariales según escalas y tarifas adecuadas comenzando por los sectores de
educación, salud, investigación y otros que motiven los necesarios aumentos de
la productividad y frenen la emigración de la fuerza de trabajo calificada
desde las empresas estatales hacia otros destinos no deseables o menos
convenientes al desarrollo del país.
4–el aumento debidamente
estudiado de las pensiones y jubilaciones para que también cubran las
necesidades básicas de sus beneficiarios lo que hoy no se alcanza.
5–un
mayor destrabe aun a las inversiones extranjeras.
Incluir,
aclarar debidamente y facilitar la inversión de los cubanos residentes en el
exterior (CER) sin exigirles que se trate de
grandes magnitudes de capital ni de inversiones de gran escala como son por lo general las registradas
en la Cartera de Inversiones actual.
6–una reestructuración radical del sistema empresarial
público en cuanto a tamaños, territorialidad y facultades de decisión y gestión
de las empresas de manera diferente a la estructuración actual basada en la
centralización y verticalidad de las decisiones principales y sin que los
trabajadores y el mercado desempeñen el papel que deben jugar para lograr la
mayor eficiencia.
7– la legalización del sector empresarial privado
(MIPYMES) mediante la correspondiente legislación y su delimitación de los
llamados trabajadores por cuenta propia (TCP) que incluyen juntos a dueños y
empleadores mezclados con los simples empleados y asalariados y con los que
desempeñan trabajos individuales solos o con ayuda de los familiares más
inmediatos.
8–la promoción y desarrollo del sector cooperativo
mediante la legislación que corresponde a este tipo de entidades económicas.
9–la
autorización al sector privado y cooperativo a realizar importaciones
comerciales directas (como en la práctica las están haciendo “por la izquierda”
directamente o mediante las llamadas “mulas”). Autorizarlo a importar incluso
equipos como tractores y medios ligeros de transporte, así como otros
implementos y herramientas para el desarrollo de sus actividades productivas o
de servicios.
10– la organización dentro del país de zonas comerciales
especiales similares a la conocida Zona de Colon en Panamá (tal vez pudiera ser
en Berroa u otro lugar y lugares convenientes), donde suministradores
extranjeros alquilando a Cuba terrenos y almacenes traigan sus suministros a
consignación o en depósito y puedan venderlos al sector privado de negocios
(sin desembolso alguno de capital comercial en divisas por parte de nuestro
gobierno, con controles de aduana y cobro de aranceles a la salida de dichas
zonas), favoreciendo que los aproximadamente 2000 mil millones de USD que este
sector invierte actualmente en sus viajes y compras en países extranjeros los
inviertan en Cuba con los correspondientes beneficios económicos para el país y
dando respuesta al reclamado comercio mayorista para el sector privado y
cooperativo que nuestro Estado no está en condiciones de satisfacer con sus
propios recursos.
11–promover
y facilitar que el sector privado haga inversiones de capital en función del
desarrollo del país como está previsto, a partir de sus ganancias, de las
remesas que reciba y de otras fuentes de financiamiento que pueda obtener, de
manera individual o también y preferiblemente en asociación con empresas
estatales y con el sector cooperativo.
12-
Abrir al sector privado la posibilidad de invertir en diversas actividades
productivas y de servicios a partir de sus libres y espontaneas iniciativas y
no de una lista predeterminada y cerrada, naturalmente mediante las
aprobaciones y controles pertinentes de las autoridades correspondientes.
13 –Autorizar a gestionar y realizar
exportaciones directamente a las empresas productoras tanto estatales
(nacionales, provinciales y municipales) como a las privadas y cooperativas
mediante las correspondientes regulaciones y controles.
No
podemos esperar por las Calendas griegas para implementar las medidas previstas
y aconsejables a riesgo de pretender aplicar el remedio cuando ya sea demasiado
tarde.
El compañero Díaz Canel en varias ocasiones ha
planteado la disposición a escuchar lo que tengan que decir los que tengamos
preparación y experiencia.
Nos agradaría ver y escuchar que en el ya casi inmediato VIII Congreso de la ANEC se discutan y ventilen estas cuestiones prioritarias, se anuncien decisiones y un programa de acción en relación con su implementación. Sería decepcionante escuchar solo exhortaciones y consignas manidas.
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