En enero se sembraron 2 384,6 hectáreas de caña, lo que representó un 70 % de cumplimiento
Del examen de una comisión de trabajo, integrada por funcionarios del Gobierno, del grupo empresarial Azcuba, además de líderes sindicales y anapistas, sobre el desarrollo de la campaña azucarera en las empresas agroindustriales del sector en las regiones del Centro y el Oriente del país, salta a la vista una conclusión adelantada, porque ya se había constatado también en el Occidente de la nación.
Detrás de las limitaciones financieras provocadas, entre otros factores, por el recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero del Gobierno estadounidense contra la Isla y la crisis económica mundial, debido al embate de la pandemia de la COVID-19, en el campo de caña, en los caminos y en el ingenio se esconden muchos más obstáculos viejos y nuevos, tanto objetivos como subjetivos.
La dificultad en la adquisición de insumos necesarios, como baterías, neumáticos, partes, piezas y agregados para las diferentes tecnologías, es una razón por la que los centrales arrancaron la molienda con déficit en el completamiento de los medios de corte, pero eso solo no ha sido el llamado Talón de Aquiles en la cosecha y el tiro de caña.
Hace unas jornadas, en Ciego de Ávila, ante el vice primer ministro Jorge Luis Tapia Fonseca, las autoridades del sector en la provincia reconocieron varias cuestiones negativas y, en buena medida, la solución está a la distancia de la cooperación con otros organismos, comunicarse mejor entre los actores y entidades involucrados en la zafra o, sencillamente, aumentar la dosis de compromiso en lo que le toca hacer a cada cual.
Tapia Fonseca lo comprobó: de las seis combinadas cañeras que estaban de baja en ese momento, tres no cuentan con batería, un problema real que responde a asuntos ya explicados, pero la alternativa no demanda más sacrificio que la búsqueda de ese insumo entre los organismos de la región.
«Pueden solicitarlas como préstamo a Recursos Hidráulicos, a la Construcción, o a la Agricultura, algunos de esos organismos deben poder ayudar en ese sentido, porque esta zafra hay que guerrearla. La situación es compleja y esas máquinas significan casi mil toneladas de caña diarias, cuando aquí aún no se produce ni el azúcar que demanda la provincia», advirtió el Vice primer ministro.
El tema se repite con los camiones, y siete de los 28 parados presentan solo esa dificultad que, a consideración de Tapia Fonseca, puede resolverse por la misma vía; pues, insistió en que el tiro que se está perdiendo por tener inactivos esos siete vehículos representa dos horas de molida en un central.
Otra reflexión, desde Camagüey, transmitió Tapia Fonseca: es importante concentrar los recursos de manera que se pueda aprovechar al máximo cada área para la cosecha, poder contar en el campo con la maquinaria de repuesto y agilizar las decisiones que sean necesarias para no parar el central por falta de caña.
Una empresa a la que le viene como anillo al dedo esta sugerencia es a Panamá, del agramontino municipio de Vertientes, a la cual no solo le influyen negativamente situaciones similares a las anteriores, sino también la dispersión de los frentes de cortes por toda el área de caña contratada, que se está recogiendo, y la ausencia de un sistema organizado que permita agilizar tanto el corte como el tiro.
Por otro lado, la afirmación de que la zafra necesita funcionar como un buen engranaje puede sonar repetitiva, pero la prueba de que no sobra la alerta está en el hecho de que a la eficiencia actual la amenazan cuestiones como el abasto de agua, una responsabilidad de Recursos Hidráulicos, además de la actividad ferroviaria, peso que cae sobre los hombros de la Unión de Ferrocarriles.
La agramontina empresa agroindustrial azucarera Batalla de las Guásimas refleja un tiempo perdido de poco más del 5 % por interrupción del suministro de agua de las fuentes de recursos hidráulicos.
Mientras, en el tunero ingenio Antonio Guiteras, aun cuando las condiciones son óptimas en la industria, las paralizaciones registradas se deben tanto al abasto de agua como al no completamiento de los carros jaula por los ferrocarriles.
AÚN INADVERTIDAS LAS BONDADES PARA EL SECTOR
Las acciones por parte de la dirección del país son concretas: 93 medidas para salvar el sector azucarero, 63 para dinamizar la agricultura y 43 para la empresa estatal socialista, pero los centrales no asimilan las nuevas facultades, tampoco se aprovecha la posibilidad de crear un colectivo laboral, o algo tan sencillo como arrendar camiones para el tiro de caña.
Una cuestión importante que recordó Julio Andrés García Pérez, presidente de Azcuba, en su paso por la empresa azucarera Julio Antonio Mella, en Santiago de Cuba, es que el pago de la caña debe conciliarse y tiene que ser diario, como también es fundamental que durante la evaluación de los parámetros de calidad en el laboratorio esté presente el representante del productor. Eso y la certificación de todos los equipos serían evidencias de que las cosas se están haciendo como se deben hacer, con imparcialidad y justicia para que el productor no pierda injustamente y se desestimule.
En otro orden, si bien existen lugares como el avileño Central Ecuador, donde ya hay constituidos unos 16 colectivos laborales, la generalidad es que esta bondad para el bolsillo de los trabajadores azucareros no se está explotando y camina con lentitud.
Mas, la premisa no tiene que ver con crear gran cantidad de colectivos rápidamente, sino con evaluar profundamente las mejores posibilidades en cada caso. Eso es lo que derivará en la eficiencia de la medida; pero los resultados no apuntan a lo anterior, sino a la resistencia al cambio o a la falta de discusión y debate al detalle.
De la misma manera, son mínimos los ejemplos en los cuales se han arrendado los camiones de tiro de caña por las bases productivas y se desaprovecha, tanto el estímulo al corte manual en áreas infestadas por plantas leñosas y de bajo rendimiento agrícola como la oportunidad de incentivar las labores a la caña con tracción animal, a través de la bonificación.
NO HAY AZÚCAR SIN CAÑA
Si salvar esta zafra es importante, también es imprescindible garantizar la gramínea de la próxima campaña. Por eso, como parte de la implementación de las 93 medidas, se ha convocado a impulsar en los territorios la incorporación de nuevos actores económicos con sus medios para lograr mayores niveles de preparación de suelo y siembra, lo cual se traduce en más caña.
Así lo refirió a Granma Tomas Aquino, director de Caña de Azcuba, quien, además, dijo que recientemente se hizo efectiva la compra de 152 tractores, de los cuales se destinarán 80 para fortalecer el trabajo en las bases productivas con mejores resultados y 72 para las unidades empresariales de base (UEB) de prestación de servicio agrícola de las empresas agroindustriales azucareras.
También se incentiva el trabajo del cultivo con bueyes y la limpia de áreas infestadas de plantas leñosas.
Lo cierto es que en la correspondiente campaña de siembra de primavera, Azcuba trabaja por lograr una correcta preparación de los suelos y la siembra, lo que ha permitido que hasta la fecha más de un 51 % de la tierra prevista se encuentre en movimiento.
En este empeño, señaló el directivo, cumplen con tener todas las tierras listas las empresas: Manuel Fajardo y Boris Luis Santa Coloma, de Mayabeque; René Fraga, en Matanzas; Antonio Sánchez, en Cienfuegos, y Argentina y Siboney, en Camagüey.
Mientras que las empresas Panchito Gómez Toro y Quintín Bandera, en Villa Clara; Elpidio Gómez, en Cienfuegos; Ecuador, de Ciego de Ávila; Panamá, en Camagüey; Urbano Noris, en Holguín, y Julio Antonio Mella, en Santiago de Cuba, incurren en los mayores atrasos.
Agregó que en enero se sembraron 2 384,6 hectáreas, lo que representa un cumplimiento de un 70 %.
Al referirse a las entidades con mayores atrasos en la preparación y alistamiento de las tierras por afectaciones de humedad hasta la fecha, Aquino identificó a las empresas Héctor Rodríguez, Perucho Figueredo, Abel Santamaría y José María Pérez, de Villa Clara; además del Enrique Varona, en Ciego de Ávila.
Mencionó también entre las otras empresas con atrasos a Cristino Naranjo, Loynaz Echeverría y Fernando de Dios, en Holguín, y Julio Antonio Mella, de Santiago de Cuba.
Además, comentó que aún se identifican problemas organizativos relacionados con la explotación de la maquinaria y el acondicionamiento de las áreas para su preparación, que no permiten atenuar las dificultades objetivas como la poca disponibilidad de gomas y baterías para los equipos por falta de financiamiento.
El Director de Caña de Azcuba explicó que para la atención a los retoños se está realizando, actualmente, la fertilización nitrogenada de las áreas cosechadas en las bases productivas con tecnología de amoniaco como portador de nitrógeno, pues la fábrica de Nuevitas, productora de Nitrato, se encuentra paralizada por mantenimiento. La urea y otros nutrientes no se han podido adquirir por no disponer del financiamiento.
Además, aseveró, con la restructuración del sector y la creación de las 56 empresas azucareras y una cañera, se planificó un incremento de la siembra de un 50 % para 2022, con respecto al real del año pasado.
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